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Parte única

Shuichi y Kaede eran amigos.

Desde que ambos se conocieron en la entrada de Hope's Peak, se volvieron prácticamente inseparables, tanto así, que la mayoría de estudiantes pensaba que ambos guardaban una secreta relación sentimental.

Y no estaban tan alejados de la verdad, ya que Kaede gustaba en secreto de su mejor amigo, pero estos sentimientos aparentemente no eran correspondidos.

Aparentemente

Lo que Kaede no imaginaba, es que su mejor amigo también estaba enamorado de ella, pero no se sentía suficiente. ¿Cómo él, un simple detective fracasado, que no le llega a los talones a Kirigiri, se sentiría capaz de siquiera admirar a Kaede, un precioso rayo de sol, tan perfecto para este mundo?

Hasta que llegó el día destinado a unir el corazón de los dos amantes.

Entre consejos y secretos, cómo olvidar aquella vez en que Ouma Kokichi, solo por gastar una mala broma a Saihara, casi le confiesa sus sentimientos a Kaede solo para ser reprendido con un: "Por eso Yumeno no te quiere"

O aquel día en que Naegi por "accidente" casi le da un beso a Kaede (otra lamentable broma de Ouma) el cual acabó con Shuichi preguntándose: ¿Porque parece que todos son mejores que yo?

Pero llegó ese día

Kaede iba a demostrar sus avances en el piano ante la Academia Pico de la Esperanza, acompañada por Sayaka Maizono, Idol definitiva.

El público se quedó en silencio, Nanami abrazó a Hajime, Ouma bebía su característica Panta de uva y las artistas empezaron a tocar.

El público quedó totalmente hipnotizado por aquel sonido tan maravilloso, la melodía de Kaede era una pieza de arte, una obra maestra hecha sonido.

Pero para Saihara, eran más hermosas las manos que la tocaban.

Ni siquiera prestó atención al inicio del canto de Maizono, para él, solo existían Kaede y sus preciosas manos que para él eran aún más bellas  tocando aquella melodía tan hipnótica

Sus cabellos rubios brillaban más que nunca a causa de las luces del escenario, su mirada posada sobre el piano, cómo si fuera lo más hermoso del mundo.

Ojalá lo mirase igual a él

El vestidito rosa y los pendientes plata que tan bien le sentaban, cómo había pensado acertadamente Shuichi el día en que se los compró, acompañados de aquellos guantes blancos de tela, la hacían ver casi como una divinidad.

Una divinidad, que contemplaba al otro casi como si fuera un dios.

Para Kaede, aquel traje negro, el cual le había casi obligado a ponerse (también lo había obligado a salir, pero eso es secundario) le quedaba perfecto, sus cabellos negros, tirando para el azul, se reflejaban con las luces que irradiaba el escenario.

Y ojalá Kaede pudiera acariciar esos cabellos

Sus ojos, brillando del asombro, hacían que aprenderse tan difícil pieza haya valido totalmente la pena.

Shuichi miraba a Kaede

Y ella lo miraba a él

Ellos eran el sol y la luna, el príncipe y la doncella de reinos enemigos, que anhelaban en secreto al otro, pero sin atreverse a dar el siguiente paso y sin poder estar juntos.

Después de la obra, ninguno supo cómo ni cuando, entre charla y charla, habían llegado a aquel cuarto silencioso.

-Dilo otra vez-pedía Kaede

-¡No!-decía avergonzado Saihara

-Porqueee-reclamaba Kaede en un falso puchero

-Está bien, lo diré- cedió Saihara al fin-¿Puedes tocar esa melodía para mí otra vez?

-¡Yay!- celebró Kaede- Te dije que no tengas tanta vergüenza para pedirme algo y lo sigues haciendo

-Pues...perdón

-¡Nada que perdón! Deja de tener tanta formalidad conmigo, somos amigos después de todo

-Si...amigos-pensó Shuichi

Mientras hablaba, Kaede empezó a prepararse para volver a tocar el piano y repetir aquella maravillosa pieza.

Shuichi volvió a escuchar aquella preciosa melodía, volvió a fijar su vista en el hermoso sol que estaba frente a sus ojos, aquel que lo hacía sentirse indigno de solo admirarlo, pero que resplandecía tanto que era imposible no hacerlo

Y sin que él se de cuenta, la melodía dejó de sonar.

Y Kaede estaba tocando una melodía muy diferente en sus labios.

Y Saihara no quería despertar de aquel sueño.

Sabía que en cuanto lo hiciera, la Academia estaría en ruinas, la ciudad sería un caos.

Y Kaede estaría...muerta.
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Nota de autora:

Esa no la viste venir.jpg

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