Para Michael:

Realmente no sé si llegues a leer cada una de las cartas de las que te he hecho, pero me gustaría seguir escribiéndolas para que, cuando llegues sepas lo mucho que te extraño. Hoy a pasado otro año más y no has vuelto, intento tranquilizarme para no ponerme a llorar y tratar de ahogar esas lágrimas en mi almohada, ¿no quisieras verme así verdad? A una de tus Moonwalkers, tu familia, que siempre estará ahí esperándote para cuando vuelvas.

No sé si algún 25 de Junio podré dejar de llorar por ti, aunque no te conocí personalmente para mi eras y eres mi mundo, ¿Por qué te fuiste? Esa pregunta rondaba a menudo por mi cabeza día tras día, mientras trataba de superar una depresión de la que no sabía si algún día podría salir, pero fue en ese momento que tu mismo me respondiste, ¿Por qué no?
—Dios quiere llevarse a las personas que sufren por otras, justo por eso, para descansar bajo sus brazos.

¿Realmente era justo?

Hubiera querido que te quedaras para que siguieras dando tu ejemplo de fortaleza, de perseverancia, de lucha, de esperanzas. No puedo ir en contra de lo que Dios dispone, por eso no me queda más que, dejar de ser egoísta y comprender que estás mucho mejor allá que acá.
Pero eso no quiere decir que deje de enojarme por cada cosa que digan mala de ti, cada mentira y cada insulto de parte de los que se niegan a creer la verdad.

¿Podrías bajar un momento para que me guíes? Dime cómo puedo seguir sin esa persona que escribía tan hermosas canciones, la persona que hacía que mis problemas se apagaran por un momento, la única persona que podría decirme que realmente no estoy loca en un mundo lleno de ellos.

Si regresas y no podemos verte, aquí muchos de nosotros tenemos que decirte algo que tenemos muy guardado y que tu eres el único que puede saberlo...

Te amamos Michael.