XLVI
3 meses de relación pasaron entre Ari y Miguel.
Esos fueron los 3 meses más felices en la vida del rubio, ya que al final sí pudo estar en paz con su pareja; su psicólogo.
Durante ese periodo de tiempo, ocurrieron muchas cosas que, aunque son insignificantes para algunos, para los que rodeaban a la pareja no fue así.
Todas esas experiencias servirían para contarse en un futuro, como la vez que Ari ya volvía a trabajar.
Después de unas cuantas citas de negocios con su recepcionista, el especialista reunió una cantidad buena de pacientes, así que sencillamente comenzó a trabajar un Lunes.
En esos días, el de ojos grises había tenido exámenes, así que no iba a la escuela mientras los evaluaban y se puso de chillón cuando el castaño iba a cruzar por la puerta.
—Mike, ya me tengo que ir —anunció el psicólogo abriendo la entrada principal del hogar.
—¡NO! ¡NO! —gritó el menor llegando, tirándose al suelo y abrazando las piernas del otro—. ¡No te puedes ir! ¡NO TE VAYAS! —chillaba y empujó la puerta para volver a cerrarla.
—¡Mike! ¿Q-qué te pasa? —consultó y lo miró hacia abajo—. ¿Cuál es tu problema? —rió por el berrinche.
—¡No quiero que te vayas! ¿¡Qué voy a hacer aquí yo solo!?
—¿Vivir como cualquier persona normal? —contestó Ari haciéndole un poco de burla a su pareja.
—¡No me puedes dejar así! —seguía alegando Mike haciendo berrinches exagerados.
—Mike... Debo trabajar, no por nada estudié una carrera universitaria obligatoriamente.
—¡Esa no es excusa!
Un poco rendido, el de ojos heterocromáticos abrió otra vez la puerta y con el rubio aún agarrado a una de sus piernas, caminó difícilmente en dirección a su vehículo.
—¿En serio? —habló la pareja del especialista sin soltarse—. ¿¡Ya no te importo!?
—¡Ay! —exclamó Ari deteniéndose y levantando al de ojos grises del suelo—. Yo te amo, te amo mucho, sí, pero tú y yo necesitamos seguir adelante, ¿De acuerdo?
—Entonces... ¡Estoy embarazado! —declaró.
—¡Mike! —se quejó y lo empujó dentro de la casa nuevamente, emparejando la entrada—. Ya, estás exagerando... Y demasiado.
—No es broma —colocó sus manos en su estómago—. Ya escucho las pataditas —enunció en tono tierno.
El mayor se estaba saliendo de su línea de tolerancia, aunque finalmente entendiendo al otro, lo abrazó, apoyando la cabeza ajena en su pecho.
—Miguel, voy a trabajar y regreso, ¿Sí? Tampoco es que me vaya a quedar todo el día allá —explicó buscando calmar a Mike.
Él soltó un suspiro.
—E-está bien. Solo quería hacer una pequeña broma antes de que te fueras —sonrió el rubio.
Ambos se separaron del abrazo y el castaño se inclinó a besar al menor, sujetándolo con una mano de la cintura, mientras la otra se recargaba en la pared.
A la par, el otro correspondió la muestra, posando sus manos en la espalda ancha del contrario.
Ese beso fue la "medicina" del de ojos grises.
Después, el especialista se separó y salió de su hogar, seguido de su pareja que se quedó en la puerta.
A punto de subir al auto, Miguel le gritó desde lejos:
—¡Solo un pequeño recordatorio!
Con una sonrisa, Ari escuchó atentamente el aviso.
—¡Yo también fui tu paciente! ¡También me enamoré de tus ojos! ¡Y también te ví el cuerpo cuando tu camisa se mojó por la lluvia!
Sonrojado, el mayor entró en su medio de transporte, arrancó y se fue.
—Meh, iré a jugar Minecraft con Silvio y Flex —se dijo a sí mismo Mike y regresó dentro de la casa.
Esa fue la anécdota más graciosa para el grupo de amigos que tenía. No se cansaban de oír la parte en la que su compañero fingía estar en estado de gestación.
Otra cosa, es que Trollino definitivamente no lo molestaba por la seguridad que se cargaba. Siempre que lo intentaba, terminaba fallando y siendo retraído por los policías que lo custodiaban.
Ana tampoco volvió a acercarse a Mike, pues al no tener a su compañero de fechorías, no podía hacer casi nada en contra del rubio.
[...]
Mes de Diciembre, fechas donde comenzaban las vacaciones de invierno para el de ojos grises y su pareja; él volvería a ver a sus pacientes hasta Enero del siguiente año.
Por esos días, Ari planeaba un viaje a Estados Unidos para visitar a su tío y a su primo, pero lógicamente no se iría sin su chicle; Miguel Bernal.
Este último se enteró del viaje mediante unas palabras que ya conocía:
Travel, cousin and two weeks.
"Viaje, primo y dos semanas."
En primer lugar, el rubio visitó a su mamá para que le entregara su pasaporte y algunos papeles más que le servirían para viajar.
En segundo lugar, quedaba comprar el boleto de salida.
[...]
—¿Qué quieres qué? —interrogó Silvio
a través de una llamada.
—¡Que Ari se va de viaje!
Pero necesito que me ayuden a
infiltrarme en ese plan.
—Nop, olvídalo —respondió su amiga.
—¿¡Por qué!?
—Porque si Ari está planeando ese
viaje, es para visitar a su familia, no
para que vayas de cola con él —habló
nuevamente ella.
—Que mala amiga eres.
—No lo soy, solo quiero que él
esté libre una vez de ti.
—Elita, creo que no es tan malo si va,
al fin y al cabo también lo puede
cuidar —sugirió el peliazul.
—Exacto —agradeció de una
manera—. Lo podré cuidar de
cualquier gringa o gringo que te
lo quiera manosear —se
enorgulleció.
La pelicastaña lo meditó unos segundos y seguido volvió a emitir palabra.
—Suponiendo que te diga que sí,
¿A qué quieres que te ayudemos?
—A distraerlo mientras yo
compro el otro boleto de avión.
—A huevo, yo sé perfectamente
como vamos a hacerlo —comentó
el mexicano en tono malicioso.
—Solo espero que no hagamos una
tontería, conociendo a Silvio —alentó
Flex.
[...]
La fecha en la que llevarían a cabo el sabotaje ya estaba literalmente presente, entonces comenzaba la operación que se había aclarado.
Detrás de todo, Silvio hizo sonar el timbre del hogar e inmediatamente comenzó a esparcir un camino de pétalos rojos por el suelo, dándole dirección a un lugar al azar con la intención de sacarlo de su casa.
Desde dentro solo se escuchó:
—¡Ari! ¿Puedes abrir? Estoy un poco ocupado —pidió el menor, fingiendo.
—Sí, claro —afirmó el psicólogo y se dirigió a la puerta.
Cuando la abrió, encontró el rastro y por mera curiosidad, lo siguió, permitiendo a Mike proceder desde el interior.
Este último se sentó en el sillón de la sala, frente a la laptop del mayor. En la pantalla del aparato, se mostraban las opciones del viaje que el especialista estaba preparando, pero ya con todo eso en manos del rubio, pudo mover lo que quiso.
Como primer paso, aumentó el número de boletos, marcando 2.
También agregó sus datos correspondientes y oraba para que Ari no "sospechara" del acto que se estaba cometiendo; que ni siquiera lo cuestionara.
Como segundo paso, cambió la clase en la que irían.
Muy humilde, el de ojos bicolor pensaba irse en clase turista, pero Mike al ver que las filas eran de tres asientos, no dudó ni un poco en cambiar a primera clase, donde las filas eran de dos asientos.
Ya finalmente le tomó foto a los pasajes y finalizó la transacción pagando con la tarjeta de crédito de Ari. Por suerte, alcanzó para su retorcido plan.
Unos minutos después, el mayor regresó a su hogar con unos dulces en sus manos y cerró la puerta para luego sentarse frente a su portátil nuevamente.
Al ver la pantalla, se confundió mucho cuando su trámite desapareció, pero se sorprendió cuando una notificación de los boletos le llegó al celular.
La leyó y creyó que el número 2 era una falla de la aplicación, entonces lo dejó pasar.
—¿En serio terminé esto antes de salir? —se preguntó él aún visualizando ambos aparatos.
—¡Ari, mi amorcito! —interrumpió el de ojos grises en la sala.
—Je, ¿Qué pasó, Mike? —volteó a verlo.
—Se me antojó un pancito de chocolate y quería ver si me lo preparabas, por favor —solicitó sentándose a un lado del otro.
—Por supuesto —sonrió y besó la mejilla ajena—. Voy de una vez —se levantó y se fue.
—Jaja, soy un puto genio —se felicitó Mike—. Allá voy, Estados Unidos~.
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[N/A]
[🖤🥀] Mike lleva su amor al extremo :v
Y lamento muchísimo la demora q-q" Es que la escuela .·´¯'(>▂<)´¯'·.
Pero espero hayan disfrutado el capítulo 🤍
¡¡¡Bye!!!
-AshleyHgoRdz
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