XLV
✨Best Friends Forever✨
Mike
Ayuda- Ari está enojado ;-;
Silvio 🌮
¿Y ahora qué le hiciste?
Ela 🐻
¿Enojado? ¿MUY enojado?
Mike
Pues creo que sí. Es que no me
dice nada 🥲
Ela 🐻
Ari no es muy razonable
cuando está enojado, ten
cuidado
Flex ♿
Como no lo conozco, solo
puedo desearte suerte
Flex ♿
Pero infórmanos de lo que pase
•~•
Mike
Estamos llegando a una estación
de policía :')
Silvio 🌮
Se nos fue...
Flex ♿
¡Silvio!
Silvio 🌮
Ya, perdón, mi amor 😔✋🏻
Mike
Ya les aviso como me va 😖
El menor apagó su aparato y observó como bajaba su pareja del vehículo. Luego, alcanzó a decirle algo.
—¡Oye! ¡Se te olvida algo! —salió del auto y siguió al castaño—. Te olvidas de mí, Ari —agarró su brazo para continuar caminando a su lado.
—Lo siento.
Esas dos simples palabras se le hicieron secas a Mike, ya que el especialista siempre le hablaba con algo de sentimiento, pero ahora no.
[...]
El de ojos grises se encontraba sentado en una sala de la estación, mientras el psicólogo hablaba con un oficial.
Todo alrededor le daba miedo y más de ese sentimiento lo invadió cuando escuchó al mayor gritar:
—¡TENGO LAS PRUEBAS QUE NECESITA, PERO ALEJE A ESE JOVEN DE MÍ!
Su curiosidad le impulsaba a querer ir con él, pero sus nervios de que le llamaran la atención, no permitía que se moviera de su asiento.
Unos minutos más tarde, Ari regresó al lado del rubio, tomando asiento y colocando sus codos en sus rodillas, para pasar sus manos a su frente. Después soltó un suspiro.
—A-Ari... Me das miedo enojado —habló Mike—. No dices nada y solo mantienes una expresión seria en tu... Cara.
Al acabar ese comentario, el de ojos bicolor se quedó nuevamente sin decir nada; no quería hablar para terminar por gritar.
—Bueno, ya no me hables tampoco a mí —regañó el otro.
Era puro suplicio el hecho de que había demasiado silencio, solo se oían los teléfonos de la oficina sonando, los pasos de algunas secretarias o asistentes, y las hojas de los documentos; era de verdad incómodo.
[...]
El oficial con el que anteriormente hablaba el especialista, lo mandó a llamar otra vez. Él obedeció y de nuevo entró a aquella sección de la estación policial.
Al cabo de otro corto periodo de tiempo, el rubio pudo visualizar como Trollino, junto con su progenitora, iban entrando acompañados de un policía que les vigilaba la espalda y que el pelinegro no se saliera de control.
Aunque no reaccionó de buena manera al ver a Mike ahí.
—¿Y tú? ¿¡Qué diablos haces aquí!? —gritó intentando ir con él.
—Joven, por favor mantenga la postura —indicó la figura de autoridad tomándolo por la muñeca.
—T-te juro que no sé que está pasando —explicó temblando el de ojos grises—, s-solo me trajeron aquí.
—¿¡Quién te trajo!? —exigió saber Javier.
—A-Ari.
Envuelto en rabia, el de ojos azules pasó igualmente a la oficina correspondiente para llevar a cabo la demanda que se había puesto en su contra.
Por otro lado, Miguel tampoco se quedó atrás y pasó al mismo lugar, inmediatamente abrazando a su pareja por la espalda.
—¿Ya puedo saber qué pasa? —irrumpió el pelinegro viendo con expresión seria al oficial.
—Javier, el señor Ari ha presentado una demanda en su contra por daños físicos y psicológicos. Exigió que se te encarcelara —relató la autoridad.
—¿¡POR QUÉ!?
—Nos ha mostrado evidencias concretas de que tú los has lastimado, a ambos —señalaba al psicólogo y al menor.
—¿Es en serio, Javier? —protestó la progenitora del acusado.
—M-mamá, juro que no —contestó con voz temblorosa.
—Los vídeos de las cámaras de seguridad del vecindario, no parecen decir lo mismo —intervino nuevamente el oficial enseñándoles su computadora.
La madre del de ojos azules contempló sin más como su hijo salía despavorido en el auto de su marido y como todos los vecinos se quedaban viendo sin moverse.
Luego vió que el especialista salía en su vehículo y se le apreciaba muy mal herido, curiosamente, después de que su hijo huyó.
—Mamá, por favor, no dejes que me lleven —suplicaba Trollino juntando sus manos.
—Eso debiste pensarlo antes de hacer tus maldades, Javier —dijo la señora en tono decepcionado—. P-pensé que te había educado bien, pero me equivoqué —sollozó.
Los presentes se sintieron un poco mal por ella, solo por ella.
Tanto fue el remordimiento, que el policía cambió un poco las reglas.
—Señor Ari —nombró y lo miró—, su demanda va a proceder, pero se modificará una cosa.
—¿Qué cosa? —inquirió el castaño.
—En vez de un arresto oficial, el joven Javier tendrá un arresto domiciliario.
—¿Qué significa eso? —preguntó Mike aún detrás del psicólogo.
—Que tendrá confinamiento en su hogar y si sale, tendrá que hacerlo acompañado por policías que lo van a monitorear —argumentó.
—Oh —expresó el rubio—, c-creo que eso también es una alternativa segura, ¿No?
—Sí, así supongo —replicó el de ojos heterocromáticos.
Por ese favor tan grande, la progenitora del pelinegro abrazó a Ari, aunque este solo le brindó unas palmadas leves en su espalda.
Al separarse, un asistente entró y se le ordenó que fuera haciendo los documentos necesarios. Él se fue, seguido de todas las personas que se encontraban en aquella oficina.
Por otra parte, Mike y Trollino se quedaron atrás de los mayores, entonces uno le susurró al otro:
—Ja, sabes que esto tan absurdo durará poco tiempo, ¿Verdad? Pronto volveré a tu lado y seremos felices.
—Ya te dije que con el único con el que quiero ser feliz... Es con mi Ari —suspiró enamorado—, él sí supo como tratarme —remarcó.
—Claro, claro.
[...]
—¿¡Ya estás en paz!? —reclamó el menor hacia el mayor.
—Ya —contestó el especialista, sonriente—, ya estoy bien —abrazó a su pareja y besó su cabeza.
—Eres un bipolar —correspondió y escondió su cabeza en pecho ajeno—. Mmm, tetas.
—¡Mike! —lo apartó suavemente.
—Ya sabías que lo iba a hacer —habló en broma—, ¿Me dejas otra vez? —pidió el de ojos grises.
Sin mencionar nada, el de ojos bicolor abrió los brazos, indicando que aceptaba la petición del otro.
—¡Sí! —rápidamente lo abrazó, volviendo a pegar su rostro donde antes—. Me encanta que cumplas mi capricho.
—Jaja, sí, así veo.
De un segundo a otro, Mike brincó, sujetándose con sus piernas de la cintura de Ari y con sus manos de los hombros; el mayor lo sostuvo para que no se resbalara.
—Ya estamos al tamaño —informó el menor.
—Sí, sí —respondió el otro—, ya te alcanzó mejor.
Al mencionar eso, el psicólogo tuvo la iniciativa de proporcionarle un beso a su pareja y este, más que feliz por corresponderle.
Su muestra de afecto subía la intensidad, pero como era común, el castaño detuvo apartando y girando su cabeza a un lado.
—Mike, ya.
—Agh —se quejó el anterior mencionado—, ¿Por qué?
—Porque mañana tienes escuela —mencionó y lo bajó, dándole un pequeño golpe en su muslo.
—Ay, Ari~.
—No.
—Jaja, te amo mucho, mi psicólogo —declaró el rubio y otra vez le dió un abrazo al especialista.
—Yo también te amo, mi pequeño rayito de sol —igual lo abrazó con un brazo y con otra mano le acarició su cabeza.
Momentos en los que el amor, gana sobre el odio.
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[N/A]
[🖤🥀] Holi :³ He regresado con otro pedido, esta vez a Lyna en...
✨Formato Gacha✨
La novia de Ela 💜
¡¡¡Bye!!!
-AshleyHgoRdz
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