VI
Pasaron los días, algunos realmente largos y otros realmente cortos. En esos días, Mike le seguía ocultando el vídeo a Trollino, y este, en ningún momento sospechó de su amigo.
Cuando ambos ya estaban yendo a la Universidad sin molestia, ni prejuicio, la chica que invitó a ambos a la fiesta, se les acercó en el descanso.
—Hola —habló ella en tono relajado.
—¿Hola? —contestó Mike—. ¿Qué se te ofrece?
—Quiero hablar contigo, Miguel, a solas.
El rubio suspiró y sin muchas opciones, siguió a la chica a un lugar más apartado.
—Ahora sí, ¿Qué necesitas? —interrogó Mike; quería acabar rápido con esa irritante chica.
—Quiero que salgas conmigo.
—¿Perdón? ¿A dónde se supone que vayamos?
—Creo que no me entendiste, quiero que seas mi novio.
—No, no, eso sí que no —decidió bastante seguro de si mismo.
—¿Por qué?
—Porque tú no me gustas, es más, te ODIO.
—¿Por qué me odias? Nunca te diste el tiempo de conocerme.
—Te odio por el simple hecho de que eres bastante molesta, ¡No me dejas en paz! —siguió regañando esperando que ella se alejara.
—Bien Mike, veo que no quieres entender por las buenas, así que, será por las malas —amenazó sacando su celular.
—¿A qué te refieres? ¿Q-qué quieres decir con eso? —se alarmó un poco.
La chica le enseñó fotos y vídeos de su crimen con Trollino, esa parecía ser suficiente amenaza.
—Sé mi novio y no diré nada; recházame y atente a las consecuencias.
—N-ni loco estaría contigo.
—Entonces tu querido amigo se enterará de esto.
La chica estaba a punto de irse, pero Mike la tomó del brazo, haciendo que lo viera.
—B-bien, a-acepto ser tu n-novio con tal de que eso no llegue a Trollino.
—Ni a tus padres, obvio —siguió mandando mientras se soltaba del agarre.
—¿¡Cómo que mis padres!? ¡A ellos no los metas!
—Lo siento, amor mío, pero ellos también deben saber las bajezas que haces, ¿O no?
Mike se quedó callado, ojalá nunca hubiera ido a esa ridícula fiesta, solo quedó expuesto y amenazado.
—Y como última condición, quiero que me presentes a tus padres.
—¿¡Qué!? No, no puedo.
—¿Y por qué? —preguntó con una sonrisa, a la vez que sus brazos rodeaban los hombros y nuca del rubio.
—P-porque no he hablado con ellos. Hace apenas unos días no tenía ninguna relación.
—Pero ahora ya la tienes, así que, no me importa pero me presentarás a tus padres como tu novia, ¿Si?
La mirada cínica de esa chica, dejaba de los nervios a Mike.
Él ocultó sus sentimientos y preferencias a prácticamente todas las personas a su alrededor, y ahora, en vez de sentirse cómodo y libre, se sentía aprisionado y culpable.
La mujer abrazó al rubio y este tuvo que corresponderle. Todo a su alrededor se volvieron parejas heterosexuales haciéndole, por primera vez, dudar de su verdadera orientación.
Cuando la pareja se separó del abrazo, Mike corrió con su amigo a la cafetería, la chica de lejos se despidió con una voz entusiasta, claro, cumplió su fechoría.
A mitad del camino, las lágrimas del rubio asomaron por sus ojos y en el intento de limpiarlas, corrió al baño pasando por enfrente de la cafetería, donde Trollino seguía esperando. Vió pasar a su amigo corriendo y preocupado, fue tras de él.
Mike llegó al sanitario y se sentó en un cubículo con la puerta cerrada, todavía sollozando. Empezó a maldecir su orientación sexual, pues solo le traía problemas y complicaciones; problemas con sus padres, con su supuesta novia y con su mejor amigo. Quiso limpiarse las lágrimas, pero simplemente no se iban.
Al baño llegó Trollino y escuchando los sollozos de Mike, pegó el oído a la puerta del cubículo.
—¿M-Mike? ¿Qué pasa? ¿E-estás bien? —cuestionó alarmado por los sollozos.
—¿T-Trollino? —contestó con preocupación—, ¿Q-qué haces aquí?
—Te ví pasar frente a la cafetería y... Supuse que algo estaba mal.
—N-nada está mal, Trollino, n-nada.
—Mike, ¿Es en serio? ¿Otra vez tratando de ocultarte bajo una falsa sonrisa?
—¿Cuál falsa sonrisa? N-ni siquiera quiero sonreír, nunca más.
—¿Qué? Mike, abre, por favor —ordenó golpeando la puerta.
—¡No!
—¡Mike! ¡O me abres o entro por debajo! ¿¡Me oíste!?
El silencio no tardó en aparecer, dándole a entender a Trollino que debía entrar por el espacio de abajo de la puerta. Lo hizo y extrañamente, el cubículo estaba vacío.
Mike había salido por los huecos debajo de cada espacio entre cubículos, llegó a uno más apartado y salió por esa puerta, para después salir del sanitario.
El pelinegro salió enfadado y fue a buscar a su amigo.
El rubio, por otro lado, fue corriendo a su salón a agarrar su mochila. Al tenerla en sus manos, corrió nuevamente a la entrada de la Universidad, la puerta estaba abierta y ningún guardia o conserje la cuidaba.
Fue fácil para Mike salir, pues las cámaras de seguridad estaban en reparación.
Al salir de la Universidad, siguió corriendo en dirección a su casa sin descanso. Sin darse cuenta, ya estaba bastante lejos en un parque, se sentó en una banca solitaria a descansar y, otra vez, comenzó a llorar desconsoladamente.
Después de un rato, levantó la cara y enojado, golpeó su pierna varias veces, provocándose un moretón o una marca entre morada y roja.
Un chico a la distancia, lo vió auto lesionarse y se acercó corriendo hacia él.
—¡Oye, oye! ¿Q-qué haces?
—Nada que te interese, ¡Lárgate! —exigió con voz temblorosa y cubrió su rostro.
Pero el chico no cedió a la petición, más bien, se sentó a su lado y lo atrajo hacia él para abrazarlo, comenzado a acariciar sus dorados cabellos.
—Shh, puedes llorar cuanto quieras, pues no iré a ningún lado.
—E-es que ya no puedo, me odio tanto que mis lágrimas ya no salen ahora —dijo con una voz quebrada.
—¿Por qué te odias? ¿Puedo saber?
—Mi orientación me ha traído varios problemas —siguió hablando sin pensar.
—¿Orientación? Pues, ¿Cuál es?
—Homosexual.
—Oh pues, no debería ser un problema, cada quien tiene diferentes gustos y así eres, ¿Con quién tienes problemas?
—C-con mis padres, mi mejor amigo y ahora, con mi supuesta novia.
—¿Novia? —dudó ante lo anterior mencionado.
—Es más por obligación que por amor.
—Bueno, entiendo.
Mike reaccionó y se alejó de ese chico que le acariciaba su cabello.
—Espera, ¿Quién te crees para estar aquí molestándome?
—Ehh, solo te ví de lejos y quise venir a ayudarte, porque te veías mal.
—No necesito de tu ayuda —rechistó levantándose de su lugar y agarrando su mochila—, no necesito ayuda de nadie.
—Mira, yo sé lo que se siente ser juzgado o aprisionado por tus preferencias, pero si no quieres ni ayudarte tú mismo, yo tampoco puedo hacer nada.
El chico que ayudó al rubio se fue en dirección contraria, algo enojado y dudando.
Mike también se quedó pensando, para después irse a su casa tomando el transporte público.
[...]
5:00 de la tarde, Mike estaba hablando con Ella, si, él había conseguido su número de teléfono. Ella se ofreció a ayudarlo con los apuntes de sus clases e incluso tareas.
Ela, en unos minutos, llamó a Mike porque ya se había enterado que había estado llorando en la escuela.
—Hola Mike, ¿Cómo estás?
—Pues, siéndote sincero, más o
menos.
—¿Por qué más o menos? Si
puedo saber.
—Pues porque estoy dudando de
algunas cosas.
—Mira, tal vez no hablemos mucho,
pero puedes confiar en mí, no
dudes.
—B-bien.
Mike suspiró y se tomó unos segundos para decir.
—Soy gay, Ela.
—...
_____________________________________
[🖤🥀] ¿Qué le dirá Ela a Mike? 🙃
Y también, ¿Quién es el que ayudó a Mike?
¡¡¡Bye!!!
-AshleyHgoRdz
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro