Después de 3 años y medio la vida ha cambiado mucho pensé, en cuanto me baje de aquel autobus, en aquél pueblo llamado Maravatío, a dónde me escape para perderme por unos días.

Ross me esperaba. Una chica que había conocido tres semanas atrás, justo en la crisis de aquel rompimiento con mi novia con la cual dure dos años.

Ross me acompaño todo el proceso del duelo, en su regazo lloré aquel adiós tan triste y definitivo, que sin ambargo sirvió como agua para hacer crecer este libro...

En aquella primera noche que pase en la casa de su familia, bromeando con su padre y su mamá que no acababan de entender como su hija le tenía tanta confianza a "un extraño". En aquella primera noche aprendí que hay amistades que te dan todo, absolutamente todo, sin pedirte nada a cambio.

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Paso el tiempo, el dolor se fue, la herida cerro, volví a Querétaro siendo otro...

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La última vez que nos vimos, fue en aquel Agosto, nos despedimos en aquella terminal, le di un último beso en la frente, le agradeci por todos los momentos de dolor que estuvo ahí. Y le dije:
"Mi Próximo cicatriz llevará tu Nombre" quizá en tono de broma, quizá disimulando que fue broma sabiendo que era verdad, lo último que supe de Ross es que estaba feliz viviendo en Monterrey, a ella y a tantas personas que me han acompañado a lo largo de mis procesos más dolorosos dedico este libro.

Al final solo queda decir cómo Don Pedro Casaldáliga decia:

Al final del camino me dirán:
-¿Has vivido? ¿Has amado?

Y yo, sin decir nada,
abriré el corazón lleno de nombres.

-Diego De Los Santos-

Noviembre 06 2022