Para Mía:

Otra noche estás paseando en mi habitación, nadie puede verte, ni el gato nota tu presencia.

Hace meses que no tocas mi cama, hace meses que no te escucho cantar en la regadera.

Olvidaste tu sudadera gris, literalmente tendría que ser lo único de ti que habite esta casa, pero no, tú aun vives aquí, como un fantasma en mi mente, te encuentro en mi interior, en el vaso de agua que esta en la mesa, en el cuadro que esta en la pared a punto de caer.

Intento hacer música, escribir poesía incluso compré un caballete y algunas pinturas para sacar lo que por dentro me esta matando y no logro hacer absolutamente nada más que llorar.

No he podido soltarte a pesar de que tus manos ya sujetan otras.

Lanzo bengalas de auxilio con la esperanza de que al hacerlo te encuentres mirando al cielo.
Te he escrito tantos mensajes en donde escribo que te extraño, todos los borro antes de enviarlo.
¿Qué caso tiene enviarlos?
¿Para qué serviría hacerte saber que todas mis noches son invierno sin ti?
Quiero despertar de esta pesadilla.
Quiero dejar de imaginar que al despertar vas a estar a lado mío.
Quiero entender que ya no estas aquí y que no vas a volver.

Tu perfume se quedó conmigo, también aquellas promesas que no cumpliste.

Tu cuerpo ya no está aquí, pero caray, a veces escucho tus pasos, a veces siento que estas abriendo la puerta con
ese ruido exagerado que hacías con las llaves.

Déjame, debes irte, aunque ya no estés aquí.