Capítulo veintiuno: hospital de llantos.
Desperté, pero no quise abrir los ojos, quería seguir descansando y sentía mi cuerpo muy pesado.
Había mucho silencio, no escuchaba la respiración de otra persona, así que me encontraba sola en la habitación o tal vez ya estaba muerta.
Moví mi mano derecha y sentí una mano sujetándola, abrí los ojos de inmediato y vi a Liam dormido en una silla. Sonreí.
-Liam, Liam- susurré despacio y sin fuerzas.
Vi mi aspecto, traía una bata de hospital y tenía un suero conectado a mi cuerpo.
Hunter despacio abrió los ojos y me vio sonriéndole.
-Meg...- se le quebró la voz y me abrazó.
Aún sentía dolor donde me dispararon, por esa razón le pedí que me soltara y él volvió a sentarse sin soltarme la mano.
-Te prometí que no te sucedería nada y mírate- observó mi aspecto de manera triste- estas en una camilla de un hospital y estabas por morir.
Sentí una punzada de dolor al verlo de esa manera, así que lo tranquilicé, al lograrlo con cuidado me senté en la camilla y acerqué mi rostro al de él.
Guardamos silencio y sólo nos observamos.
-Tranquilo, tú atrapaste a Lawrence y en cierta forma me salvaste- susurré cerca de sus labios.
No respondió.
Mi corazón se aceleró al encontrarme tan cerca de Hunter, pero no deseaba quitarme y tampoco quería que él lo hiciera.
-Perdón.
Dijo y agachó la mirada.
-No quiero volver a escuchar que te disculpes ¿si? No fue tu culpa Liam- murmuré y comencé a acariciar su rostro.
La puerta de la habitación se abrió, Liam y yo nos separamos rápidamente y vi a Christopher entrando con comida, la cual se cayó al suelo cuando mi hermano la soltó de la emoción. No pude más y lloré en ese momento, Chris corrió hacia mi y me abrazó, tratando de no lastimar mi herida.
Era una enorme felicidad al encontrarme de nuevo con mi familia, aunque fuera en un hospital.
Mis lágrimas caían en sus hombro al igual que las de él.
-Te extrañé tanto- dijo sin soltarme.
-Pensé que no volvería a verte- susurré en su oído- Pensé que no me rescatarían.
Se me quebró la voz y estaba segura que mi llanto se estaba escuchando por toda la habitación, pero no me importo.
-Lyndsy- me separé de él rápidamente al recordarla- Tienen que salvarla, no se donde esta... Ayúdenla...
-Megan tranquila, todos los policías del país han comenzado una investigación para tratar de salvar a todas las chicas que Fuhrman tenía secuestradas- dijo Liam.
Él aún no se había ido.
Cuando me dijo aquello colocó una de sus manos arriba de mi mano derecha, mirándome, pidiéndome que confiará en sus palabras y que encontrarían a aquella pobre niña y a todas las demás que pudieran salvar.
Mis ojos observaron los suyos y con preocupación afirme con la cabeza en que confiaba en él, sujeté su mano y le di una pequeña sonrisa.
Mi hermano tosió indicándonos que no nos encontrábamos solos en la habitación, me solté de Hunter lo más rápido que pude.
-Cre-Creo que iré por un café- tartamudeó un poco y salió de ahí tratando de no pisar la comida que estaba en el suelo.
Christopher y yo comenzamos a platicar de distintas cosas, después de que él le hablará a mi papá y le dijera que ya había despertado. Intentamos evadir lo que había sucedido.
Íbamos a hablar de eso, pero en casa, cuando todo se hubiera arreglado y estuviéramos a salvo de algún peligro.
La puerta se abrió abruptamente y mostró a un padre muy preocupado, corrió hacia donde me encontraba para poder abrazarme y llorar al igual que yo. Sólo se disculpaba de lo que sucedió y no ver tratado de salvarme antes.
-Te amo Megan, perdón por no ver ido por ti mucho antes...- decía una y otra vez llorando en nuestro abrazó.
-Yo también te amo papá- respondí, tratando de no soltarme de él.
Las horas pasaron, mi papá no quería que siguiera más en el hospital, así que contrato a unas enfermeras para que pudieran atenderme adecuadamente en mi casa. Al principio el doctor se negaba a darme el permiso de retirarme, pero término accediendo con la condición de que iría él a revisarme.
En una silla de ruedas y con un rostro de cansancio salimos del hospital para ir a la mansión. Los guardaespaldas que nos seguían y habían en el auto se habían multiplicado hasta que no estuviéramos a "salvo".
El automóvil se detuvo frente a mi hogar y un gran escalofrío recorrió mi cuerpo, con ayuda me senté en la silla de ruedas y con Chris empujando logramos entrar. Todo estaba ordenado, como si nada hubiera pasado.
Las imágenes de esa noche llegaron a mi mente y comencé a llorar recordando todo lo que viví.
-Tranquila Meg, olvídalo, ya todo esta bien- habló Hunter llegando a mi lado y arrodillándose en el suelo para estar a mi altura .
-Lo superaremos todos juntos- afirmó mi hermano, se acercó a nosotros y me abrazó.
-Te apoyaremos y nada de esto volverá a suceder- dijo mi padre, de esa manera todos estuvimos en un gran abrazo.
Me despedí de ellos y con Liam y otros cinco sujetos llegamos a mi habitación.
Pedí que Liam entrará y él fuera el que se quedara adentro conmigo.
-Meg- me llamó y voltee a verlo- Nada te sucederá, ya estas a salvo.
Afirmé con la cabeza y entré al baño a darme una ducha.
Duré bastante en ella, llorando, recordando todo y tratando de asimilar que estaba sucediendo y que había sucedido, la razón de la cual había sido secuestrada y vendida aún rondaba por mi cabeza, así que salí rápido del baño a preguntárselo a Liam con un gran temor de saber la respuesta, sabía que no iba a hacer buena.
Al salir lo vi, estaba mirando hacia el jardín que yo siempre había amado.
-Liam- dije y él se volteó- Me hiciste una promesa- se confundió- Dijiste que cuando todo acabara, me contarías por que estaba en peligro o estoy.... No entiendo nada, estoy tan confundida.
Sin decir nada caminó hacia mi para acompañarme a sentarme en mi gran cama y me tomó de la mano.
-Después de que te cuente esto, debes saber que tu madre era una gran mujer...
-¿Qué? ¿Qué tiene que ver esto con mi mamá?- lo interrumpí angustiada.
-Todo, Megan, todo.
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