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Capítulo quince: estoy más confundida.

Estaba en clases, tratando de poner atención al profesor y comportarme, pero no podía, me sentía incómoda, sentía que alguien me vigilaba.

Comencé a observar por todos lados del salón, nada. Todos prestaban atención.
Estaba asustada, presentía que algo malo iba a pasar ese día y mi pulso comenzó a acelerarse.
Volví a observar todo el aula, tratando de encontrara algo raro, algo fuera de lo común, nada.

-Megan...- el profesor me llamó ya que vio que no le estaba poniendo atención.

-¿Si?

-¿Hay algo más importante que mi clase?- preguntó y después vi como se arrepintió de lo que acababa de decir, él sabía que le iba a contestar mal y lo iba a dejar en vergüenza frente a todo el salón.

-No, no hay nada.
Respondí y todos se quedaron sorprendidos por lo que había dicho, por primera vez no había sido grosera. Voltee hacia atrás y vi a Liam que me sonreía y yo le correspondí.

Él siguió impartiendo la clase aún sorprendido, mientras que yo trataba de concentrarme, estaba alterada.
El timbre sonó y todos comenzamos a salir del salón cuando el maestro nos permitió salir.

-Megan- habló el profesor antes de que saliera del salón. Me detuve en la puerta y Hunter conmigo- Creo que estar en casa varios días te ayudo.
Sonrió.

-Creo lo mismo- dije y salí de ahí para ir a mi siguiente clase.

Comenzamos a caminar por los pasillos lleno de alumnos.
Me sentía nueva en ese lugar.
Comencé a ver a todos los de la escuela y vi a un pequeño chico de primero que lo estaban molestando, me dirigí hacia ellos con Liam mirándome raro pero me siguió.

Los chicos al verme se sorprendieron y dejaron de hacer lo que estaban haciendo; golpear al muchacho.

-¿Qué sucede?- pregunté sería y ninguno respondió ya que estaban asustados de que les haya hablado y al ver a Liam detrás de mi- Les hice una pregunta.

-Na-Nada, no ocurre nada- respondió el muchacho más grande y fornido.

-¿En serio?- sonreí, ellos no sabían que hacer, estaban confundidos- ¿Entonces por que hace unos minutos ustedes estaban patentado al pobre chico?

Se quedaron en silencio y miraron a su compañero tirado en el suelo. Él se levantó.

-Soy Megan ¿cuál es tu nombre?- dije sonriendo, la mayoría de los estudiantes se nos habían quedado viendo por lo que acababa de suceder. Tenían curiosidad de lo que iba a pasar.

-Ethan.
Respondió asustado.

-Bueno Ethan, te tengo una buena noticia- me detuve para mirar a los que lo estaban molestando- Ellos ya no te golpearán ni dirán nada ¿sabes por que?- él negó con la cabeza- Por que si lo llegan a hacer Liam les enseñara que eso no se hace.
Los muchacho se pegaron hacia la pared asustados por lo que le había dicho a Ethan, él me sonreía y tomó su mochila del suelo para colocársela en el hombro.

Todos los demás que se nos habían quedaron viendo comenzaron a murmurar cosas sorprendidos, pero aún no se iban.

-¿Y cómo sabrás si lo
mo-molestamos?- habló el muchacho más fornido y sus amigos lo miraron mal ya que sabían que había cometido un gran error.

-¿Cuál es tu nombre?- se escuchó la grave voz de Liam y el que había echo la pregunta se arrepintió de lo que acababa de hacer.

-Michael...

-Bueno Michael, si algunos de ustedes le hacen algo a Ethan él nos dirá y pues no les irá nada bien- respondió Hunter sonriéndole a con malicia.

Todos salieron corriendo y hasta que los perdí de vista hablé.

-Vamos Ethan ve a clase y si algo sucede nos avisas ¿si?
Afirmó con la cabeza y se fue a su salón contentó.

Me sentía muy bien por lo que acababa de hacer y al momento de voltear vi a todos observándome, rápido volvieron a preocuparse de ellos mismos.
Lo que había echo se corrió por toda la escuela y todos ya lo sabían.

-Megan lo que hiciste fue algo muy bueno- dijo Liam alegré.

-Gracias.
Sonreí y seguimos caminando hacia la clase.

Ashley al verme corrió hacia mi y comenzó a llenarme de preguntas acerca si era cierto lo que todos decían en el colegio.

Las clases seguían transcurriendo con normalidad, aún así yo no lograba calmarme. Le había platicado a Hunter lo que sentía y él sólo respondió que no me preocupara de nada, que todo estaba bien, no logró convencerme.

Cuando terminaron las clases me despedí de mi amiga y subí al carro que me esperaba frente al colegio, Liam me abrió la puerta y subí por la parte trasera, él se subió de copiloto.
El camino fue en silencio ya que iba pensando en que podía salir mal o por que no me sentía tranquila.

Llegamos a casa y fui al despacho de mi papá para saludarlo.

-¿Cómo te fue hoy Megan?- preguntó dejando todo su trabajo de lado y sólo prestándole atención a su hija.

Le conté todo lo que había echo en el instituto y también que ayudé a un chico, vi que sonrió con sinceridad y alegría por lo que había echo.
Al terminar de contarle todo, caminamos hacia la salida.

-Me enorgullece lo que hiciste Megan- habló antes de que me fuera, le agradecí y cerré la puerta.

Llamé a mi hermano, me contó que había ingresado a un equipo de fútbol soccer y se encontraba en los entrenamientos. Estaba un poco más tranquila, las tres personas que más quería estaban bien.

Para pasar la tarde estuve jugando con Hunter al Monopoly, no sabía que aún lo tenía, hasta que lo encontré en mi ropero.
El día iba pasando rápido y me estaba divirtiendo.

Una alarma comenzó a sonar por toda la mansión, casi reventando mis tímpanos. Miré a Liam confundida, no entendía lo que sucedía, escuche mucho ruido fuera de mi habitación y cuando quise salir mi guardaespaldas lo impidió, cerró la puerta con llave y se acercó a un pequeño aparato que estaba pegado a la pared, puso una clave en él y saco dos pistolas.

Abrí las cortinas de mi recámara y vi que ya era de noche, el día se había pasado muy rápido.

-Liam Hunter dime que esta sucediendo- exigí asustada.

-No puedo decirte nada Megan- respondió nervioso y con sus cinco sentidos alertas, estaba comenzando a sudar.

Me quede en silencio mirando mi habitación, voltee mi cabeza para volver a mirar hacia afuera y vi a una persona escondiéndose detrás de un árbol.

-Hunter- susurré asustada.

-¿Qué?

-Creo que hay alguien haya afuera- apunté hacia el jardín y me senté en el suelo, pegando mi cuerpo hacia la pared al igual que la última vez.

-Demonios, lograron entrar- murmuró molesto y se encaminó a poner otro candado a la ventana y tiró la llave en el inodoro.

-¿Quien logró entrar...?

-Ya te dije que no puedo decirte nada- me interrumpió y se sentó a un lado mío.

-¡Dime lo que esta sucediendo!- grité exasperada y asustada, rápido me levanté de un salto del suelo.

Me miró directamente asustado y habló.

-Estas es un grave peligro.

-¿Qué? ¿Cuál peligro?- comencé a preguntar confundida. Él me hizo volver sentarme donde estaba hace un momento.

-Ahora no es el momento para explicar lo que sucede, después de esto te lo diré todo, lo prometo- tomó mi mano y le dio un pequeño apretón.

-¿Lo prometes?- murmuré pegándome más a él. Se escuchaba mucho ruido afuera, gritos y el ruido de las pistolas comenzó a escucharse.
Liam afirmo con la cabeza y me abrazó dándose cuenta que me encontraba asustada y yo comencé a recordar todo lo que sucedió la noche de la muerte de mi madre.

-No, no, no....- susurraba llorando y cada vez se escuchaba más mi llanto.
Abracé a Liam y recargué mi cabeza en su hombro tratando de controlarme.

-Tranquila Meg todo estará bien- dijo y por primera vez me había puesto un apodo de cariño. Le creí, pensé que lo que él decía era verdad- No recuerdes esa noche, vamos no lo hagas.

Traté de recordar todo lo bueno que había vivido, así fue como poco a poco me tranquilice, pero no lo solté, me sentía protegida en sus brazos.

La alarma se había apagado, Liam miro hacia la pequeña caja color blanca donde había puesto una contraseña, estaba apagada, la puerta se podía abrir.
Me asuste aún más, podían atraparnos y después de eso no se que sucedería.

-Tengo miedo.

-Respira, te prometo que no te pasará nada- de nuevo le volví a creer.

El silencio aún no llegaba, unos pasos se escuchaban cada vez más cerca, mi pulso iba muy rápido y por el miedo estaba comenzando a batallar al respirar.

Escuché que estaban golpeando la puerta, tratando de tirarla.
Hunter se levantó del suelo e hizo que yo también lo hiciera. Me entregó una pistola.

-Pase lo que pase no dudes en usarla con alguien que quiere hacerte daño- dijo y no supe que decir, la chica fuerte que aparentaba ser, ya no existía, estaba presa por el temor.

Siguieron golpeando la puerta hasta que esta se bino abajo y mostró a cinco grandes hombres vestidos de negro.
Liam apuntaba hacia ellos, pero él no se lo pensó ningún minuto y comenzó a dispararles, corrí a esconderme detrás de mi cama. Quería que eso terminara.
No veía nada.

Vi una pistola caer al suelo y suplique que no fuera la de Hunter.

-No lo mates, no sirve de nada- dijo uno de los hombres y temblé aún más, pegue la pistola a mi pecho.
Escuche el grito de Liam y escuche que alguien se cayó al suelo.

Tres hombres caminaron hacia mi, trate de esconder de alguna manera la pistola. Cuando un señor quiso acercarse la tome con firmeza y  rápidamente le disparé en una de sus piernas, provocando que gritara de dolor, el otro rápido corrió hacia donde me encontraba y me sujeto de las manos, sus otros dos compañeros se acercaron a ver que sucedía.

-¡Maldita hija de perra!- gritó el hombre a quien le había disparado.

-¡Mi madre no era una perra!- le grité con fuerza tratando de soltarme del agarré de su compañero.

Caminó así conmigo y cuando nos encontrábamos en la puerta vi a Liam desmayado o muerto, no sabía cual de las dos eran y  otro hombre que él en verdad estaba muerto y su cuerpo lleno de sangre.

-¿Ya viste a tu guardaespaldas?- preguntó riéndose y saco un trapo húmedo del bolsillo de su pantalón para ponérmelo en la nariz. Luchaba para soltarme de su agarre, era imposible.

La vista se me comenzó a nublar, sólo vi a Liam dispararle sin fuerza al que me sujetaba, los demás se acercaron y comenzaron a golearlo.

Pronto todo se oscureció.

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¡Mucha acción por el día de hoy!

Espero les haya gustado... Son las 12:21 de la madrugada y yo escribiendo, no lo se me inspiro en la noche y escribo mejor.

Publicaré todos los Lunes un nuevo capítulo y si ando inspirada tal vez antes.

Buenas madrugadas a todos.

-Sujey-

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