Capítulo 43
Narrador.
Se quedaron así bastante tiempo uno abrazando al otro, ambos tenían mucho que decirse, pero no hubo ningún intercambio de palabras solo quedándose junto al lado del otro.
Bill en ningún momento soltó a Dipper aún afectado por sus pensamientos, pero no indago en ellos por temor a volver a colapsar de esa forma frente a su Agapē, no quería que lo viera tan destrozado. Sin embargo, lo abrumaron mucho sus deseos y anhelos contra el miedo de que el castaño no lo recordara.
Dipper sintió a Bill estremecerse y apegarse otro poco a su cuerpo, sabe que lo que sea que pensó aún está en su mente. Al querer distraerlo reanudó las caricias en su cabello escuchando casi de inmediato un suspiro.
Su momento de paz y estabilidad se vio interrumpido por el timbre, el castaño sabía que no había nada programado para el día o siquiera alguna reunión considerando el estado de Bill quien, para su sorpresa, gruñó enojado apegándose a su cuerpo.
- ¿Bill?
-Debe ser Reiko -Gruño bajo.
- ¿Reiko?
-La demonio que me pidió el encargo -Se separó lentamente muy reacio a hacerlo.
-No pensaras ir a verla ¿Verdad?
-Necesito entregar el encargo -Se levantó tambaleándose.
Dipper no tardó en levantarse y pasar un brazo por la espalda de Bill quien se apoyó en su cuerpo dejando escapar un suspiro, cerró los ojos tratando de que el mareo que sintió se fuera.
-No estás en condiciones para...
-Tengo que hacer mi trabajo -Frunció el ceño ante el sueño que lo invadió recordándole su estado de salud.
-Bill hace unos...
-No me lo recuerdes -Lo interrumpió estremeciéndose.
Dipper vio perfectamente como le afectó a Bill cuando sus ojos fueron grises un momento, sabe que el color no está relacionado a nada bueno, por lo que lo abrazó con más fuerza.
-Lo siento.
-Está bien, no es nada.
-No me mientas, sé que pensaste en algo que fue lo suficientemente importante y fuerte para derrumbarte de esa forma, no lo hagas ver como si no fuera nada.
Bill apretó los ojos tratando de alejar esos pensamientos muy afectado por la verdad tras las palabras de su Agapē y no le gustó para nada que él supiera eso.
-Bill -Lo llamó preocupado- Bill mírame.
El rubio se sobresaltó cuando el castaño tomó sus mejillas haciendo que tuvieran contacto visual, se estremeció apretando los ojos tratando de que el miedo no lo dominara, se sintió tan asustado de que Dipper pudiera olvidarlo o no poder estar con él.
-Bill -Acarició su mejilla- Mírame, abre los ojos.
El demonio apenas consciente de lo mucho que estaba temblando su cuerpo miró a su Agapē tratando de ignorar el dolor y el miedo que estaba sintiendo y que empezaba a abrumarlo.
- ¿En qué pensabas? -Preguntó suavemente.
-No -Apretó los ojos retrocediendo, lo que provocó que se alejara lo suficiente para anular el contacto físico.
-Bill lo que piensas, lo que sea, no se cumplirá -Tomó su mano tratando de evitar que se fuera.
- ¿Y tú cómo sabes eso? -Lo miró agitado temblando de pies a cabeza.
-Está relacionado conmigo -Afirmó viendo cómo se estremeció- No sé lo que sea y...
-Solo déjalo -Desvió la mirada temblando.
Dipper podía ver como tembló con fuerza y un sutil movimiento en su dirección le indicó lo que deseaba Bill. Sabe que sería muy difícil sacarle lo que en verdad le estaba aterrando, lo que le duele y que si escarba más se romperá, pero desea que se libere.
-No -Levantó la mano posándola en su mejilla- Estoy aquí Bill, te apoyaré.
El rubio no resistiendo más lo asfixiado que se siente dio un paso envolviendo al castaño en sus brazos y ocultando su rostro en su cuello. Bill sintió el aroma a Bosque de su Agapē llenar sus sentidos y adormecer su mente, eso le dio cierta paz que antes no sentía.
- ¿Bill? -Lo llamó preocupado.
-Solo...-Tragó apretando los ojos- ¿Puedes darme tiempo?
Dipper entendió perfectamente sus palabras, el demonio deseaba ser sincero con él, pero estaba demostrando demasiada vulnerabilidad que debería sentirse incómodo. Sin mencionar su resfriado aseguraba que sus sentimientos explotaban más de lo normal.
El rubio deseaba que le diera el tiempo suficiente para ordenar sus pensamientos y ser capaz de admitir ciertas cosas que nunca pensó que le afectarían tanto junto con las consecuencias de sus acciones pasadas.
-Todo el que quieras -Respondió acariciando su cabello.
Bill asintió conforme dejando escapar un gruñido enojado al escuchar nuevamente el timbre. Ahora mucho más reacio que antes se separó mínimamente para chasquear sutilmente los dedos para ponerse un pantalón negro junto con una camisa blanca.
- ¿De verdad la vas a atender?
-Sí, ella no se rendirá hasta que abra la puerta -Bufó bajo.
Dipper notó el mal humor del demonio, además de que inconscientemente se apegó a su cuerpo pasando un brazo por su cintura llevándolo al primer piso maldiciendo por lo bajo.
Cuando llegaron al primer piso Bill fue al sótano a devolver a la criatura al collar donde lo tenía preso la demonio. Negándose a que Dipper lo acompañara bajó cauteloso por las escaleras hasta que lo vio durmiendo sobre el pasto con la comida totalmente acabada.
Se acercó lentamente al collar, al tomarlo en sus manos y analizar el hechizo de encierro lo activo y lanzó el objeto a la criatura viendo satisfecho como apenas se tocaron solo quedó el collar de plata inofensivo en el suelo.
Lo tomó en sus manos y salió del lugar encontrándose con Dipper quien suspiro de alivio al verlo sin un solo rasguño. El rubio ignorando tanto como pudo a su Agapē caminó hacia la puerta abriéndola con desgana encontrándose a Reiko mirándolo con una gran sonrisa.
-Bill, cariño, un gusto verte -Ronroneo al verlo con una tenida informal.
-No puedo decir lo mismo Reiko -Casi escupió su nombre con desprecio.
-Sé que me extrañaste -Intentó acercarse fallando al chocar nuevamente con una barrera.
-Me debes dos favores -Le entregó el collar- Y tu criatura está en perfecto estado.
- ¿Y qué quieres que haga por ti? -Habló suavemente con voz coqueta.
Ella en esta oportunidad traía un vestido negro sin mangas ceñido a su cuerpo revelando un escote abierto bajando por su cintura llegando hasta sus muslos. La tenida era enteramente provocativa y fuera de lugar considerando el mal tiempo que lo único que evitaba que sugiera hipotermia era aún abrigo de piel blanco.
-Ya que es un favor sé lo que puedes hacer por mi querida -Se acercó casi tocando su mejilla.
Ella tembló de pies a cabeza al ver al demonio más codiciado estar a tan pocos metros de ella que casi podía saborear su poder, su magia tan caótica. Sin embargo, ella no fue consciente del fuego en los ojos dorados opacos impregnados con asco y desprecio.
-A partir de este momento hasta el final de tu vida y las siguientes te mantendrás a 20 metros de mi persona y a 1 Kilómetro de mi casa si vienes a mi dimensión -Habló frío, carente de emoción- Si necesitas hacer un trato conmigo la distancia se reduce a 5 metros.
- ¿Qué? -Lo miró horrorizada y espantada al ver que el favor, su parte del trato se activó.
-Claro que si infringes esa distancia tu magia se bloqueara por 1 mes, 744 horas para ser exactos -Sonrió viendo maravillado como ella se alejó de su cuerpo por arte de magia.
- ¡Pero Bill!
-Aún me debes un favor -La miró cruzándose de brazos- Lárgate, te llamaré si quiero cobrarlo.
Bill cerró la puerta sin ser consciente de que afuera su vecino, uno de los más discretos vio la interacción y sonrió, envió un mensaje a una plataforma de la ciudad indicando el nombre y fotografía de una demonio que es repudiada por Bill Cipher.
La demonio se iba sin saber que cada habitante de la dimensión se estaba enterando de un aviso de desprecio de la persona que hizo tanto por ellos. Dieron un voto silencioso donde harían todo lo posible para evitar que ella se quedara cómodamente o se acercara nuevamente a la ciudad donde residía Bill Cipher.
Bill por su parte, se apoyó en su puerta con una genuina sonrisa, después de todos esos años por fin podía alejar permanentemente a Reiko tanto de él como de su casa.
- ¿Me puedes explicar que fue eso?
El rubio dirigió sus ojos hacia el castaño quien no sabía cómo sentirse, él sabe que su demonio es coqueto, pero algo en su actitud destacaba el asco y repugnancia al hablar con ella, hasta el trato le pareció curioso, pero estaba enojado y no sabía por qué.
-Esa era Reiko -Sonrió alegre- Me ha perseguido por años y años, traté de alejarla de muchas maneras, pero terminó obsesionada conmigo cuando la ataqué arto de que se me pegara -Recordó frunciendo el ceño- Ella es masoquista, quiso volver a sentir el dolor que le infringí y me siguió con más devoción.
-No parece agradarte. -Alzo una ceja curioso.
-La detesto -Bufó- Me provoca asco que se me acerque, siquiera me toque -Se estremeció frunciendo el ceño- Ahora con ese trato nunca más volverá a acercarse a mí.
Dipper pudo ver como su demonio esta tan feliz que hasta sus ojos recuperaron el brillo que se perdió cuando abrió la puerta. Entendiendo lo que dijo el rubio y se permitió relajarse, aunque no sabía que estaba tan tenso.
- ¿Qué? -Lo miró curioso.
-Iré a prepararte algo de comer -Cambió el tema- Seguramente tienes hambre.
-Hago -Se removió incómodo al recordar su resfriado y lo que paso arriba.
- ¿Me acom...?
-Me quedaré en la sala -Lo interrumpió- Siéntete libre de ocupar lo que quieras de mi cocina.
Dipper aceptó a regañadientes y no se fue hasta que vio a Bill sentado cómodamente en un sillón tapado con una manta. El rubio lo vio irse con una pequeña mueca en sus labios, como deseaba volver a acurrucarse junto a su Agapē en su cama.
>...<
Había pasado una hora desde que Dipper estaba en la cocina, Bill durante ese tiempo no se movió del sillón tratando de mantener toda su atención en el libro que apareció. Durante su lectura no había dejado de templar ligeramente, sentía tanto frío, pero cuando estaba demasiado tiempo tapado el calor volvía, de vez en cuando sintió escalofríos y lo único que deseaba era estar junto a su Agapē.
Bill cerró su libro sin poder concentrarse al querer estar más cerca de su Agapē, pero siente que lo ha fastidiado demasiado durante toda la semana y su "pequeña" crisis hace casi dos horas. Se siente avergonzado por la manera en que reaccionó, pero no es su culpa, toda su vida deseo estar con su Agapē, se siente vivo cerca de Pinetree y pensar en que volvería a estar solo le dolió más de lo que pensó.
Dejó escapar un suspiro apoyándose en el sillón, todo sería mucho más fácil si no hubiera ido al claro ese verano, seguiría agonizando en soledad y Pinetree no correría el peligro que ahora corre al estar en su dimensión, específicamente en su casa con solo un collar alrededor de su cuello que cambia su apariencia y oculta su esencia a cualquier demonio completo.
Frunció el ceño confundido de que de repente no sentía tanto frío, se sintió cálido y no fue por la fiebre de alguna manera se siente...tan bien que incluso su cuerpo dejó de temblar.
- ¿Bill?
El nombrado se giró a su derecha extrañado de escuchar la voz de Dipper grande fue su sorpresa al verlo no muy lejos parado. Mirando su entorno fue consciente de que ya no estaba en el sillón, ahora está sentado en la encimera no muy lejos de su Agapē, bufo pasando un mano por sus ojos maldiciendo y adorando en partes iguales su resfriado por aparecerlo junto a Dippet.
- ¿Estas bien?
-Sí -Asintió bajándose de la mesa.
- ¿Seguro?
- Si.
El rubio tenía planeado alejarse y dejar que el castaño terminara de cocinar, pero no pudo dar ni dos pasos cuando volvió a aparecer esta vez más cerca de Dipper. Rodo los ojos fastidiado, ya no quiere seguir molestando a su Agapē con su resfriado como lo hizo en los últimos 7 días. Sin embargo, su cuerpo y magia no le permitirán una distancia muy grande cuando el mismo desea apegarse a Dipper y volver a abrazarlo, mantenerlo seguro en sus brazos.
Debido a eso solo se alejó medio paso y se apoyó en la cocina evitando un espacio muy grande, pero a una distancia que sería aceptable, además de que si pone más distancia antes de que sus síntomas se regularicen existía la posibilidad de que su fiebre vuelva y es lo que menos quiere en estos momentos, prefiere estar consciente gracias.
Salto en su lugar saliendo de sus pensamientos girándose a su derecha para ver a Dipper quien llamo su atención manteniendo una mano en su hombro. Se sorprendió de notar cuanto su cuerpo estaba temblando dando a relucir cuanto desea estar cerca de él, desvío la mirada ligeramente avergonzado por causarle tantos problemas.
-Puedo estar más cerca de ti si quieres -Alejo su mano parándose más cerca.
Bill se sintió encantado por el ofrecimiento deseando tanto estar abrazado a él como en los últimos 7 días, sentir sus manos en su cabello dando caricias tan suaves, abrazarlo de nuevo en la cama, estar juntos los dos de nuevo. Desvío la mirada sintiendo su rostro un tanto caliente obviamente sonrojado por sus propios pensamientos
-No es necesario.
Escuchó un suspiro a su lado sabiendo que él podría estar aliviado de su negativa y no tuvo tiempo de hacer nada sobresaltándose al sentir unos brazos rodear su cuerpo. Se estremeció al sentir a Dipper nuevamente cerca de él, se sonrojo al verlo apoyarse en su pecho donde estaba su corazón que no hacía más que latir rápido y fuerte como de costumbre.
- ¿Sabes? -Paso sus brazos alrededor de su torso provocando que su sonrojo se oscureciera- Durante esta semana me he dado cuenta de algo.
- ¿Y eso es? -Murmuró bajo tomándose la libertad de abrazar por la cintura a su Agapē.
-Te encanta que esté así de cerca ¿No es así?
Bill se tensó inevitablemente iba a negar su afirmación muy segura, que en realidad no le gusta estar cerca, pero estaba cansado, quiere tanto lo que otros demonios pueden tener; estar sin reservas con su Agapē, él también quiere eso, desea hacerle saber tantas cosas, ya no desea mentirle a él ni a sí mismo. Está cansado, solo... ¿Puede darse este pequeño lujo?
Suspiro algo temeroso e inseguro de si sería ideal aceptar algo como eso con la gran probabilidad de ser rechazado, de que Dipper en realidad le este recriminando todo los problemas que me causo. No obstante, por primera vez en su vida desea que Dipper sepa cómo en realidad se siente ignorando por completo la inseguridad que le provoca su resfriado.
Debido a eso afianzó el abrazo odiando su debilidad física, pero lo dejo de lado ocultando su rostro en su cuello suspirando al sentir ese aroma a Bosque tan característico de su Agapē que casi provoca un ronroneo de su parte.
- ¿Bill? -Cuestionó Dipper un tanto preocupado.
El castaño se sintió temeroso de abrir de nuevo la herida que claramente está en Bill lo que provocó su derrumbe hace ya una ahora y tanto allá arriba. Sus sentimientos estaban demasiado revueltos en un poco de todo para saber exactamente cómo se sentía, estuvo tentado a separarse para verlo a los ojos, pero no fue necesario cuando él lo abrazo con un poco más de fuerza enterrando su rostro en su cuello, estaba un poco caliente ¿Acaso se sonrojo? Se preguntó.
-Sí -Susurró muy bajo.
Dipper se sorprendió por la admisión y la respuesta positiva de parte del demonio considerando que antes se reusó a ser sincero, que antes de su resfriado le ocultaba todo eso significa... ¿Iba a ser más sincero con sus deseos? ¿Se los diría? Se sintió emocionado de esa perspectiva.
-Y-yo...uhm... ¿Pinetree? -Llamó suavemente y bastante dudoso.
- ¿Sí?
-T-tú...bueno...
Bill se recriminó por completo como su voz salió tan dudosa que odiaba profundamente como su resfriado afectaba su personalidad y su rango emotivo cuando era mucho más consciente y apegado a sus sentimientos y emociones que antes. Se escondió más en el cuello de su Agapē peleando contra la vergüenza e inseguridad que azotó su sistema por completo.
- ¿Te molesta? -Logro decir.
Dipper frunció el ceño entre confundido y a la vez enternecido por escuchar a su demonio tan tímido, un tanto inseguro algo muy extraño de escuchar. Sabiendo eso se apegó otro poco gritando su mejilla en su pecho escuchando el latir del corazón de Bill ir en aumento.
- ¿Qué cosa? -Cuestionó queriendo ver un poco más de la actitud tímida del demonio generalmente coqueto.
- Tenerme...cerca -Susurró aún más bajo- ¿Te incomodó m-mi ac-actitud esta se-semana?
Bill estaba peleando con fuerza contra los diferentes sentimientos no propios de sí mismo, pero en verdad deseaba saber si incómodo o le molestó a Dipper tenerlo pegado a su cuerpo como un gatito toda una semana. Apretó los ojos tratando de respirar a través de la inseguridad que azotó su cuerpo, inevitablemente soltó un sonido muy similar a un ronroneo cuando sintió una caricia en su cabello.
Dipper en verdad no estaba acostumbrado a escuchar a su coqueto y seguro demonio así de inseguro, incluso llegó a temblar y sintió una emoción nerviosa e inquieta venir de Bill. Sabe cuánto debió costarle preguntar eso y como sus sentimientos y emociones giraban alrededor de esos sentimientos llegando a temblar.
No gustando le para nada el aumento del temor en todo ese conjunto levantó una de sus manos y la paso por los cabellos rubios de Bill sintiendo como se relajó contra su cuerpo y ronroneo en su cuello. Sonrió aliviado de aliviar sus sentimientos, alzando una ceja curioso cuando sintió algo parecido a la vergüenza venir en oleadas.
-No me molestó en absoluto -Volvió a acariciar su cabello- Nada de lo que hiciste está semana.
Sintió el cuerpo del rubio relajarse todavía más contra el suyo. Bill por su parte se encontraba absolutamente aliviado de no haber incomodado o molestado a su Agapē durante su estado inconsciente de gatito mimado, se sonrojo al recordar eso lo mucho que estuvo pegado a él, incluso se llegó a quejar cuando se separaba de su cuerpo.
- ¿Bill? -Llamó suavemente.
- ¿Mhm?
- ¿Te gusta esto? -Enfatizo enterrando más sus dedos en su cabello sacándole un suspiro al rubio.
-Sí~ -Ronroneo encantado llegando a frotar su mejilla en su hombro.
Dipper río ligeramente ante la actitud de Bill quien se tensó inevitablemente ante su respuesta demasiado natural ¡Incluso ronroneo! Se ocultó más en su cuello odiando tener esa capacidad, los ancestros más antiguos de los demonios eran una variante felina, muchos demonios podían hacer sonidos como ellos, los más débiles podían maullar, mientras que los demonios poderosos no, pero adoptaban más sus gruñidos y siseos, pero si estaban cerca de su Agapē y esto es en general, podía llegar a ronronear como él en estos instantes.
Se sonrojo más al descubrir que eso es lo que ha estado haciendo durante toda la semana y en estos instantes teniendo a Dipper tan cerca de su cuerpo dejando caricias en su cabello se sentía tan relajado que inevitablemente logró producir el sonido.
Su sonrojo empeoró cuando su estómago gruñó de hambre indicando con eso su teoría de que apenas había ingerido alimento alguno desde que se enfermó. Sintió a Dipper removerse en sus brazos y gruñó afianzando un poco su agarre no gustándole la idea de separarse, pero sabiendo que debía hacerlo aflojo un poco sus brazos. Frunció el ceño ante los confundidos y bipolares sentimientos, pero los atribuye a su fiebre que iba en aumento.
-Ya está lista la comida ¿Quieres comer?
-Sí.
Bill a regañadientes y todavía bastante avergonzado se separó viendo a su Agapē moverse por su cocina con facilidad entre colocando los cubiertos en la mesa de centro para que comieran como también moviéndose para servir lo que había preparado con tanta naturalidad en su cocina; Fideos con salsa.
(Para los que no recuerdas así es la cocina) (Créditos)
Se sintió terrible no poder ayudarlo, incluso lo intento, pero lo hizo sentarse y no hacer nada. Odia todavía se tiene débil con un ligero dolor muscular con fatiga, ni siquiera su magia intentaría colaborar con él si intenta hacer muchas cosas a la vez.
Antes de poder profundizar en los sentimientos miró hacia abajo cuando algo tocó su tobillo, sonrió de lado al ver a Cосна mirarlo con preocupación, se agachó permitiendo que faltará a su mano, él se frotó ahí hasta saltar y quedar en su cuello.
¿Cómo estás de tu resfriado? ¿Estas mejor?
-Lo estoy -Tranquilizo acariciando su pelaje viendo como volvió a estar en sus manos.
Me alegro mucho.
Frunció el ceño cuando vio a su conejo mirarlo con esos ojos bicolores llenos de maldad, alzó una ceja hacia él curioso de lo que iba a decir ahora.
Creo disfrutaste bastante estar cerca de Dipper, no dejabas de ronronear.
Bill ante sus pensamientos se sonrojo profundamente, de inmediato desvío la mirada no queriendo ver a su conejo en estos momentos y mucho menos a Dipper que no estaba muy lejos.
-No me lo recuerdes -Susurró por lo bajo.
-Ya está listo ¿Por qué estás tan rojo?
-Es-es la fiebre.
Los tres empezamos a comer en un cómodo silencio, Dipper un poco más atento a Bill de lo normal a sabiendas de que el demonio nunca se quejaría abiertamente de sus dolencias y que de momento su resfriado seguía presente si la fiebre puede decir algo y la tos que soltaba de vez en cuando.
- ¿Te encuentras mejor? ¿Te duele algo? -Preguntó un tanto preocupado.
-No es...
Bill suspiro ligeramente sabiendo que odiaba mentirle a su Agapē y que en verdad deseaba ser honesto, pero me incómoda bastante estar débil frente a él, se supone que se debe ver fuerte.
-Solo es fatiga y algo de dolor muscular -Le restó importancia siguiendo con su comida.
- ¿Y la fiebre? -Cuestionó mirándolo.
-Sigue presente, pero ya no peleo por consciencia -Susurró bajo.
- ¿Tienes mucho calor? Puedo ir por un paño frío.
-No es necesario, estoy bien Pinetree -Sonrió leve.
Dipper asintió no muy convencido, pero le permitió eso sabiendo lo difícil que debió ser para él aceptar eso.
Luego de un par de minutos terminaron de comer, Dipper se encargó de lavar lo que ocuparon impidiendo que el demonio ocupará magia sabiendo que su estado podría llegar a empeorar.
-Iré a la habitación -Informó levantándose y alejándose de la mesa de centro.
-Bien, te veo arriba -Lo miró con cierta preocupación.
-Estaré bien Pinetree -Se acercó dejando un beso en su mejilla.
Bill siguió caminando hasta salir de la cocina sin notar como Dipper tomaba su mejilla ligeramente sonrojado, no estaba acostumbrado a los besos suaves del demonio, pero podría hacerlo si recibía una mirada tan brillante de su parte. Bill por otro lado iba a mitad de las escaleras cuando se dio cuenta de lo que hizo, se sonrojo y se recriminó por bajar sus defensas tanto, pero no era su culpa, Dippet lo había hecho a lo largo de la semana cuando se retiraba a preparar la comida.
Un tanto avergonzado llegó a la habitación y de inmediato tomó una toalla completamente dispuesto a darse una ducha decente. Ya que Dipper en los últimos dos días había logrado meterlo al baño y darle una ducha de agua fría, por suerte mantuvo los bóxer en su lugar y no dio mucho problema al avergonzado castaño.
Mientras Bill tomaba una merecida ducha Dippet terminó de lavar y secar todo en 10 minutos, un tanto preocupado de lo que podría estar haciendo Bill tomó a Cосна en brazos quien se quedó con él y subió a la habitación. Abrió la puerta y se quedó paralizado en la entrada.
Bill estaba saliendo del baño con una simple toalla rodeando su cintura dejando expuesto todo su torso esculpido y formado con músculos a la vista junto con sus tatuajes cuando se dio vuelta hacia su armario. Lo único que impedía que el demonio supiera de su presencia fue la toalla negra que cubría su visión cuando hacía un intento de secarse el cabello.
¡Exhibicionista!
El rubio salto un poco en su lugar cuando escuchó la voz de su conejo, quito un poco la toalla de su rostro sin sacarla de su cabeza no pudiendo evitar sonrojarse al ver a Dipper parado en la puerta de su habitación viéndolo fijamente con un sonrojo propio.
-...Me quise dar un ba-baño -Comentó sin saber si cubrirse o quedarse así.
-Eso veo -Desvió la mirada- Y-yo te dejo vestirte.
Bill suspiro de alivio cuando vio a Dipper salir de la habitación, sabe que está siendo demasiado tímido cuando antes fácilmente podría haber coqueteando con el castaño a sabiendas de que él lo vio semidesnudo durante una semana.
Paso su mano por sus ojos tratando de quitarse el nerviosismo para ir a su armario y sacar un poco de ropa, se secó tan bien como pudo y se colocó un pantalón negro y una camisa negra dejando sus pies descalzos. Se seco mejor el cabello y dejando las toallas colgadas se dirigió a la salida de su habitación buscando al castaño encontrando apoyado no muy lejos acariciando a Cосна quien parecía derretirse con sus caricias.
-Ya estoy listo ¿Quieres hacer algo?
-Sigues resfriado -Le recordó de inmediato.
-Eso no significa que no podamos hacer algo.
- ¿Qué propones? Todo menos salir.
-Aguafiestas.
-Bill podría volverte la fiebre sobre te expones demasiado al frío.
-Está bien -Bufo bajo- ¿Quieres ver una película? -Propuso con facilidad.
- ¿Cuál?
-La que quieras.
-Vamos a la Sala de Cine.
Bill asintió entusiasta encantado con pasar más tiempo con Dipper sin delirar de fiebre. Ambos se dirigieron al Salón de Cine totalmente dispuestos a ver una película sin saber cómo ambos caminaban uno junto al otro casi sin ningún espacio entre ellos.
Al parecer esa semana donde Bill se resfrío los junto más de lo esperado ¿Qué les esperara los siguientes días?
Continuará.
Hola gente!
Hace un tiempo bastante amplio que no actualizo, se que pasó bastante y varios me han pedido que actualice, pues me animé y les traje este capítulo.
Espero les haya gustado tanto como a mí, muchas gracias por seguir leyendo y nos veremos en otra oportunidad. Cuídense y no se olviden de tomar agüita.
Bye bye 💕✌️
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