Capítulo 30
Narrador
Un nuevo día iniciaba en la mansión de cierto demonio no tan triangular, el primero en despertar fue un tierno conejo de pelaje blanco con azul en ciertas áreas de su pequeño cuerpo. El motivo de dejar atrás su sueño fue la forma inquieta en que se mueve su amo soltando uno que otro quejido con el ceño fruncido y una mueca en sus labios.
El pequeño animalito al notar aquello se levantó de un saltó y fue corriendo a la habitación del castaño, entro empujando la pesada puerta con sus patitas y como pudo saltó a su cama, falló algunos intentos, pero consiguió subir yendo directamente a la cara del humano empezando a moverlo chillando desesperado.
Dipper ante el constante movimiento se sentó en la cama frotando sus ojos para dirigir su mirada chocolate a los ojos bicolores del animalito se notaba exaltado por la forma en que mueve su pequeña naricita con las orejitas bien paradas mirándolo angustiado.
-¿Qué pasa Сосна?
Al escuchar un grito provenir de otra habitación entendió el motivo de la presencia del pequeño animal en su cama, sin dudarlo ni por un segundo se levantó de un saltó y corrió hacía el cuarto del rubio con el conejito siguiéndole de cerca.
Al entrar casi derribando la puerta vio al dueño de la habitación removiéndose en la cama soltando uno que otro quejido, debido a eso se acercó con velocidad a la cama empezando a mover al rubio, la mayoría de sus intentos fueron un fracaso, pero en el momento en que sus dedos rozaron la piel de su brazo que Bill despertó.
Bill se sentó como resorte en la cama con la respiración agitada, una pequeña capa de sudor cubría su cuerpo con la respiración agitada. Pasó su mano por sus ojos dejando escapar un tembloroso suspiro, esa visión se sintió demasiado real, por suerte no fue nada relacionado con su Agapē esta vez.
Dipper preocupado por su falta de reacción paso su mano de su brazo hasta su hombro en una lenta caricia, el demonio se estremeció sintiendo sus latidos ir un poco más rápido siendo poco consciente de la presencia del castaño en su cama, pero su cuerpo sí. Dirigió su vista apenas a su Agapē con una mirada perdida en los recuerdos de aquella visión.
-¿Estas bien? -Preguntó preocupado, sus ojos estaban demasiado opacos.
-¿Eh? -Parpadeo centrando su mirada en los ojos del otro.
Dipper se sorprendió de que en el momento en que Bill lo miró directo a los ojos, el dorado de su mirada recuperó un brillo considerable. El castaño es completamente ignorante en el aspecto que su sola presencia en el lugar calmara al demonio haciendo que pueda concentrarse en lo que vio anteriormente y terminar de entenderlo, con eso arreglado pudo darse cuenta por completo de que estaba con él en ese instante.
-Ah sí, estoy bien -Pasó su mano por su cabello peinándolo- ¿Qué haces aquí?
-Сосна me fue a buscar -Alejó su mano- ¿De verdad estas bien?
-Sí -Le sonrió leve.
Bill dejó una suave caricia en su conejo que se restregó en su brazo mirándolo preocupado, sin embargo, el rubio le sonrió indicándole que todo estaba en orden. El castaño al ver esa interacción se relajó.
-¿Quieres ir a desayunar? -Preguntó el rubio mirando al castaño.
-¿Cocinaras tú? -Lo miró con un brillo singular en su mirada.
-¿Quieres que cocine? -Se sorprendió.
-Cocinas muy bien -Lo halagó- ¿Puedes?
-Claro -Sonrió de lado, feliz- ¿Quieres algo en especial?
-Panqueques de arándano.
-Bien -Rio leve- Ve a cambiarte, recuerda que hoy pintamos tu habitación.
-¡Voy!
Bill vio divertido como Dipper abandonó su habitación casi dejando humo, él por su parte solo se levantó de la cama chasqueando los dedos para cambiar su pijama por un suéter delgado azul oscuro, pantalones celestes y unos tenis blancos.
El rubio se tomó su tiempo en el baño mojando de paso su rostro para despejarse por completo. Ya listo tomó en brazos a su conejo y salió de su habitación esperando al castaño apoyado en la pared con los ojos cerrados. Dipper bastante apurado se cambio a una playera manga larga negra, jeans blancos y tenis rojos, considerando una vestimenta apropiada salió apurado esperando ir a la cocina a encontrarse con el demonio, grande fue su sorpresa al verlo a un lado de su puerta.
-¿Bill? -Lo llamó.
-¿Ya estas listo?
Dipper se sobresalto al ver la mirada del demonio la cual proyectó imágenes en sus ojos dorados brillando con la pupila alargada, pero en el momento en que pestañó aquello desapareció por completo como si no hubiera ocurrido absolutamente nada.
-¿Estas bien? -Preguntó confuso el rubio- Te me quedaste viendo.
-Sí, solo... ¿Estas bien? -Se acercó un poco.
El castaño vio sorprendido como el rubio se alejó voluntariamente de su cuerpo y no solo eso caminó a su lado para dirigirse hacia las escaleras.
-Todo bien Pinetree -Se detuvo para girarse a verlo- ¿Vienes?
-Sí -Murmuró confundido ¿Lo imaginé? Se preguntó siguiendo al rubio.
Ambos no tardaron en llegar a la cocina, Сосна fue dejado en el mismo lugar que el día anterior donde su compañía fue Dipper quien se sentó a su lado mirando maravillado al rubio cocinar. Tal vez si el castaño se hubiera puesto junto al demonio se habría dado cuenta que cada tantos segundos o minutos sus ojos cambiaban y se volvían más brillantes o con la pupila alargada mostrando imágenes.
Iniciaron una amena conversación de un tema variado, Bill actuaba con normalidad, a veces se distraía por los repentinos futuros que le proyectaba su don, pero al ser tan cortos y de poca importancia lo dejaba pasar siguiendo con lo que hacía aparentando estar en perfecto estado y sin detener lo que estaba haciendo para no preocupar a su lindo Agapē.
El rubio miró de reojo al castaño sentado en la mesa acariciando su conejo contándole sobre su experiencia en su primera carrera en la universidad de Gravity Falls. Viendo lo animado que estaba no quería molestarlo y mucho menos preocuparlo con lo que le pasaba. Ya había hecho demasiado por su persona con quedarse en su hogar y ayudarlo cuando su don que estaba en pleno apogeo de evolución no era necesario contarle, según él.
No molestarlo es lo menos que quiere hacer. O esos eran los pensamientos del demonio al escuchaba a su Agapē hablar mientras el cocinaba fascinado.
>...<
Luego de una larga platica de cosas triviales y varios futuros exprés del demonio por fin estaban comiendo un delicioso desayuno de panqueques de arándano con capuchino, todo cortesía del rubio, en compañía de Сосна quien come unas deliciosas zanahorias rayadas.
-¿Qué tal? -Preguntó el rubio sin levantar la mirada.
Bill no entendía muy bien porque su don le hacía ver pequeños futuros de pocos segundos o minutos, pero sabe que no es temporal aquello sabiendo que un don demoniaco tarda un tiempo considerable en acomodarse y adaptarse a la nueva evolución. Por ese motivo evita por todos los medios posibles ver a los ojos al castaño para que no se enterara de lo que le pasaba.
Dipper ajeno a lo que le pasa al demonio y de lo que está haciendo para evitar que se entere solo comía con ganas con una mirada brillante, donde sus pensamientos giran en la dirección de que Bill debería abrir un restaurante en el futuro considerando que le irá excelente, siendo una gran inversión. Sonrió leve al pensar que él sería su cliente más frecuente, no tenía dudas de que el demonio triunfará y lo más probable es que se hiciera millonario con sus exquisitas comidas.
-¡Esta delicioso! -Sonrió de labios cerrados.
Bill sonrió de lado encantado con ver que a Dipper le gustase su comida, por lo que sin quitar su buen ánimo siguió comiendo y hablando de cualquier cosa para pasar el tiempo y poder subir a hacer lo que tienen planeado para hoy y ninguna visión exprés lo evitará.
>...<
Luego de un delicioso desayuno ambos se dirigieron a la habitación del castaño sin preocuparse por los platos sucios debido a que el demonio con solo un leve movimiento de su mano izquierda ya estaba todo limpio y guardado.
Al llegar el rubio vio la habitación con curiosidad, si quería que ambos pintaran la habitación no se arriesgaría a manchar ningún mueble, teniendo planeado lo que haría hizo un sutil movimiento con su mano guardando en pocos segundos absolutamente todo en el mindscape.
-¿Y las cosas? -Preguntó el castaño sorprendido que al entrar el cuarto estuviera totalmente vacío.
-Las dejé en el mindscape, no quiero que se manche nada -Se giró a verlo con una sonrisa.
-Eso es muy útil -Lo miró asombrado.
-Sí -Sonrió orgulloso- ¿De qué color?
-¿Color?
-El color que quieres en las paredes y demás -Explicó con una sonrisa divertida.
-Azul rey en las paredes y gris azulado en el techo
-Lo tenías planeado ¿No?
-Sí-
El rubio dejó en el suelo a su conejo apareciéndole una almohada blanca para que se acomodara en el medio de la habitación, listo con aquello chasqueó los dedos apareciendo una variedad de brochas, rodillos y cuatro tarros de pintura de cada color que pidió el castaño.
-Con esto será suficiente.
-¿Y si falta?
-Apareceré más -Lo miró sonriendo soberbio- ¿Listo Pinetree?
-¡Sí! -Sonrió emocionado, siempre quiso pintar su habitación.
-Entonces manos a la obra -Se arremangó las mangas.
>...<
Narra Dipper
No sé cuanto tiempo he pasado pintando mi habitación, solo sé que por fin pude terminar una pared, mientras Bill se encargó del techo sacando provecho a que puede flotar.
En todo este tiempo no hemos hablado mucho, viéndolo a veces de reojo veo sus ojos brillar por unos segundos, pensé que le pasaba algo, pero se ve demasiado concentrado para que sea una visión que podría desconcentrarlo. Así que pensé que debe estar emocionado por hacer algo conmigo.
Сосна por su parte durmió todo el tiempo importándole poco las gotas de pintura que caían del techo y que por suerte ninguna le dio a él, sino algún punto a su alrededor o la almohada, que suertudo, yo ya me he manchado mucho las manos y brazos y eso que no sé como llegaron ahí esas manchas.
Dirigí mi mirada a Bill que bajaba del techo bastante cerca de mi, pero eso no duró, puso distancia entre nosotros, sonreí divertido de ver que en su cabello y parte de su cara tiene pequeñas manchas de pintura. No pude evitar reír en su cara, por eso me giré a sacarle lo últimos restos de pintura a mi brocha en la pared pintando suavemente.
-Pinetree -Me llamó.
Apenas me giré a verlo sentí algo frío chocar con mi mejilla, fruncí el ceño al escuchar una breve risa de Bill, al bajar un poco mi mirada pude ver su brocha muy cerca de mí, desgraciado demonio me manchó.
Al tratar de reclamarle algo ya estaba pintando la otra pared como si él no hubiera hecho nada, si claro, ni piense que lo dejaré así. Hundí mi brocha en un tarro cerca mío y sin dudarlo ni por un segundo moví con fuerza mi mano de arriba hacia abajo provocando que un poco de pintura salga disparada en su dirección manchando parte del piso, el cual estaba lleno de diario, la pared y a ese demonio.
Él al sentir la pintura en su espalda y parte de su cabello se giró a verme con una mirada retadora y traviesa de su parte casi divertido por la forma en que brillaban sus ojos.
-¿Acaso quieres pelea Pinetree~?
Me agaché hundiendo mi brocha en pintura y arrogando lo que pude en su dirección manchando un poco su cuerpo y parte de la pared. Sonriéndole inocente le devolví la mirada.
-¿Tú qué crees?
Narrador
Con solo ese pequeño cruce de palabras empezó una batalla campal de pintura saliendo perjudicado el pobre conejo que entre su sueño fue llenado de pintura por los dos guerreros que siguieron con su pelea llenando tanto de pintura a su adversario como fuera posible.
Ambos chicos llenos de pintura por distintas zonas de su cuerpo, las paredes faltantes con manchas de pintura desiguales, el piso completamente manchado, por suerte tapado con diario y el techo protegido con magia siendo el único que no recibió daño. Entre esa guerra hubo un inocente que no pudo encontrar un escondite. Fue así como pasaron su tiempo "pintando" la habitación del castaño.
En este momento Bill tomó venganza derramando dos tarros de pintura sobre Dipper quien le había echado encima uno entero anteriormente. El castaño queriendo tomar venganza se tiró contra el cuerpo del demonio manchando los pocos lugares que aún estaban limpios terminando ambos en el suelo entre risas.
-Creo que tendrás que tomar un largo baño -Rio leve.
-Tú igual -Se sentó a su lado.
-No somos los únicos que necesitaran un baño -Apuntó hacia un lugar riendo.
Dipper curioso de eso vio hacia donde apuntaba descubriendo al pequeño conejo mirarlos enojado moviendo su naricita con el ceño un tanto fruncido, al pobre lo tenían lleno de pintura que, aunque al animalito no le gustara, se veía bien con la mezcla de azul en su cuerpo.
-Lo siento -Rio el castaño, ganando un gruñido del conejo.
-¿Me ayudas a bañarlo? -Preguntó el rubio mirándolo con una sonrisa, aquella no se deslizó en ningún momento de su rostro, si que se había divertido.
-Claro, pero primero quiero tomar uno yo -Sonrió apenado.
-Adelante.
-Pero...-Miró alrededor- No hemos terminado.
-Yo arreglo eso.
Bill hizo flotar la pintura sobrante arrojándola a las paredes faltantes para luego esparcir la pintura por la superficie hasta que la cubrió por completo las paredes que ya no se notaban las manchas desiguales.
-Y listó -Se levantó el rubio.
-Gracias Bill -Se levantó con ayuda del demonio.
-Cuando termines ven a mi baño, ahí bañaremos a Сосна.
-Bien.
Ambos chicos con una permanente sonrisa fueron a darse una buena ducha sacándose la ropa manchada de pintura en el proceso, mientras el conejo se fue con el demonio esperándolo fuera de la habitación recostado en una almohada cortesía de su amo que le pidió que hasta que no lo bañaran no tocara nada para no manchar las cosas con pintura.
Siendo un conejo obediente no se movió del lugar en ningún momento esperando tanto al demonio como al humano que son los únicos que pueden ayudarlo a sacar toda la pintura que por accidente derramaron sobre él.
Solo esperaba que no demoraran mucho en la ducha para que fuera su turno.
>...<
Bill salió de su baño ya cambiado con el cabello mojado sin ver muy bien donde pisaba secaba su cabello con una toalla negra sacudiendo esta por su pelo tratando de quitarle un poco de agua.
Cuando considero que ya estaba lo suficientemente seco dejó la toalla estirada en uno de los muebles y se colocó un short negro con una playera amarilla, descalzo buscó con su mirada a su conejo que se encontraba en la almohada que le dejo junto a la puerta dormido.
El demonio sonrió de lado enternecido se agacho frente a él pasando dos de sus dedos por su cabecita en las zonas que no fueron manchadas, aquellas pequeñas caricias no tardaron en despertar al conejito que lo miró de inmediato.
¿Ya estas listo?
-Sí.
¿Y tu Agapē? -Preguntó mirando alrededor confundido.
-Aún no llega -Se sentó frente a él.
El conejito casi cierra por completo sus ojos ante las suaves y cariñosas caricias que recibe del demonio, pero su sueño se cortó abruptamente al ver en los ojos de su amo cambiar a una forma demoniaca brillando en dorado y proyectando imágenes. No alcanzó ni a moverse para traer al castaño cuando los ojos de Bill volvieron a la normalidad.
¿Estas bien? -Preguntó preocupado.
-Lo estoy, tranquilo solo son futuros exprés -Le restó importancia.
¿Desde cuando? -Lo miró preocupado- Nunca te ha pasado algo así.
-Ocurren desde que evolucionó mi don, por el momento mi cuerpo y mis dones tratan de acostumbrarse a su nuevo poder.
¿Se lo dijiste a tú Agapē?
-No ¿Por qué lo haría? -Frunció el ceño.
Él puede ayudarte -Movió su naricita casi frunciendo el ceño.
-No quiero molestarlo, además no hay nada que pueda hacer para detener las visiones -Le restó importancia.
¿Acaso lo intentaste?
-Su cercanía no las detiene.
¿Y si mantuvieras un contacto con él? -Lo miró emocionado.
-¿Físico? No -Negó de inmediato- Tendría que tocarlo constantemente, ya se me es difícil mantener mi distancia, no quiero arriesgarme a perder el poco control que tengo.
¿Por qué? -Gruñó enojado- Anhelas su compañía, que él este cerca tuyo y no menos importante, poder tocarlo.
-No lo haré -Lo miró serio- Sabes perfectamente porque lo hago ¿Por qué insistes tanto?
Porque te estas desesperando, ahora mismo estas muy inquieto por saber si esta bien, sé que quieres aliviar lo que sientes, es tu Agapē y por lo que tengo entendido los demonios como tú desean sentir a su compañero, mantener contacto físico con él, aunque sea un roce, pero no te lo permites.
Bill se dejó caer hacia atrás tapando sus ojos con su brazo dejando escapar un tembloroso suspiro, sabe más que nadie que su conejo tiene razón, ya experimentó lo que estaba sintiendo en este instante hace cuatro años cuando tenía a Dipper tan cerca de su ser y no se daba la oportunidad de tocarlo, solo roces accidentales los cuales eran muy escasos y cuando dormían siendo aproximadamente de entre 6 a 8 horas de 24 horas y en esa pequeña oportunidad él dormía, por lo que el contacto consciente casi no existía.
Todo eso se acumuló por 4 años, desear sentir a Dipper cerca, poder tocarlo, abrazarlo o simplemente verlo fue insoportable de contener y que decir del sentimiento de querer protegerlo, contuvo sus ganas de ir a Gravity Falls con un "bonus" siendo este el hechizo que le tiene encima aumentando su fuerza cuando la necesidad se volvía irresistible logrando mantenerse en su mansión por estos años.
Ahora tenerlo a su alcance, verlo sonreír, reír y ver esos hermosos ojos chocolate estaba pudiendo con él, le costaba mucho mantener distancia fallando algunos momentos puntuales y se recriminaba por eso. Se le volvía muy difícil cuando el mismo Dipper lo tocaba, cuando se acercó a ver sus pecas en algunas oportunidades las cuales el espacio entre ellos era muy escaso, en esos momentos él solo podía temblar en su lugar tratando de contener las ganas de abrazarlo o hasta besarlo.
¿Bill?
-Sé que tienes razón, pero no puedo hacerlo -Se quejó abiertamente.
¿Por orden de quién? -Se acercó saltando de la almohada a su cuerpo- Aquí no hay nadie más que él, tú y yo.
-Sabes porque lo hago -Acaricio su pelaje importándole menos que nada mancharse- No me lo hagas más difícil Сосна
El conejito suspiro para frotar su cabecita en la mano del demonio, entiende el motivo por el cual Bill se esta conteniendo tanto, él se lo explicó, aun así le sorprende lo mucho que puede aguantar estar al lado de Dipper sin tocarlo cuando puede verlo temblar deseándolo, como contiene el impulso de ver si esta bien, entre otras cosas. Sin embargo, sabe que esto no será para siempre, de una u otra forma el demonio no podrá aguantarlo y tiene el conocimiento que el castaño le permitirá hacerlo.
Viendo su convivencia sabe que Dipper lo dejará tocarlo si Bill se lo pidiese, un abrazo o un simple roce de manos, hasta un beso si se diera el caso. Por ese motivo quiso motivar al demonio a que mantuviera un contacto con su Agapē, pero su amo es demasiado terco no creyendo que el castaño lo quisiese a él o estuviera dispuesto a complacer ese pequeño deseo cuando lo vio tratar de tocarlo.
Bill por su parte, ajeno a los pensamientos de su conejo se concentraba en dejar caricias en su pelaje, trataba en lo que podía mantenerse ahí junto a él teniendo unas ganas de ver a Dipper y verificar de que estuviera bien maldiciendo su instinto sobreprotector que estaba mucho más marcado en él por el constante peligro de su Agapē.
Dipper por su parte se estaba secando su cabello con una mano mientras la otra se encontraba en su pecho, mantenía los ojos cerrados tratando de concentrarse en la conexión que tiene con el demonio ya había sentido sus emociones negativas y un amor incondicional de su parte en mucha menor medida confundiéndolo con cariño si no se concentra lo suficiente.
Ahora mismo Dipper siente una suave angustia mezclada con frustración apoderarse de él unos sentimientos que no le pertenecen a su persona, sabe que algo sucede con el rubio por eso se apresuro en vestirse y secarse aliviado en parte de que las emociones fueran suaves y no tan negativas como las que anteriormente había sentido.
Ya listo y vestido con un short azul y una playera roja manga corta con una sudadera azul cielo salió apresurado de su habitación para dirigirse a la de Bill, al entrar pudo verlo recostado en el suelo con Сосна sobre su cuerpo, entrecerró los ojos viendo sorprendido un breve temblor surcar su cuerpo.
-Bill -Lo llamó
Se sorprendió de ver que el rubio se sentó en el acto dejando al pequeño animal en la almohada girándose a verlo de inmediato, su mirada dorada brillaba mucho con una expresión que si no se equivocaba es una mezcla de anhelo y desesperación, también se ve algo preocupado.
Lo vio levantarse y sonreírle, lo miró fijamente viendo un breve movimiento en su dirección supo de inmediato que Bill quería estar cerca de él y no solo eso, sus ojos dorados se paseaban por su cuerpo como si buscara alguna herida sonriendo casi aliviado de encontrarlo en perfecto estado.
-Bill -Lo volvió a llamar viendo como este dio un pequeño saltito en su lugar.
-Perdón, me distraje -Desvió la mirada con una mueca pasando su mano por sus ojos.
Bill en esos pocos segundos que vio a su Agapē frente a él se estaba asegurando de que estuviera en perfecto estado y conteniendo de paso las ganas de tocarlo y estrecharlo en sus brazos. Entre eso sintió mucho alivio de verlo bien y que gracias al hechizo pudo confirmarlo, saber que su lindo castaño esta perfecto le dio cierta paz.
-¿Estas bien? -Se acercó sin despegar la mirada de su cuerpo
¿Acaso Bill esta temblando? Se preguntó Dipper al estar más cerca y notar que efectivamente el cuerpo del demonio le recorrió un pequeño temblor al tenerlo más cerca. Este tomó un poco de aire tratando de controlarse y demostrar que nada estaba pasando.
-Claro que lo estoy -Se giró a verlo sonriéndole.
Dipper al llegar con él a unos pocos metros quiso acercarse más, pero presentía que Bill se alejaría si lo hacia algo contradictorio cuando podía sentir una leve ansiedad que no es propia, no puede comprender los sentimientos del demonio y que este no los demostrara o reaccionara en consecuencia.
-¿Estas listo para bañar a Сосна? -Cambio de tema el rubio.
-Sí -Sonrió leve tratando de aparentar.
Dipper algo frustrado no podía preguntar que le pasaba a Bill, tampoco puede tener completamente sus sentimientos en cuenta o los que sentía en este momento con el riesgo que el demonio pregunte, ante la posibilidad de que le sellara los recuerdos si se enteraba de lo que sabe. Por eso solo le quedaba fingir demencia.
Bill ajeno a su conflicto tomó en brazos a su conejo quien movió su colita emocionado de ser bañado, adoraba el agua después de todo.
Ñ
Fue de esa manera que ambos chicos se dirigieron al baño del demonio, este apareció una pequeña toalla blanca donde perfectamente cabía el conejo y la dejó en el lavamanos. Listo con aquello se dirigió directamente a la bañera casi siendo un yacusi, dejó a Сосна a un lado mientras regulaba el agua.
(Créditos)
-¿Nos mojaremos? -Preguntó el castaño curioso.
-Lo más probable -Comentó sin mirarlo.
-¿Por qué no lo bañamos en el lavamanos? Seguro alcanza.
-Puede que se pueda, pero hay poco espacio para que los dos lo hagamos ahí.
-Bueno -Se acercó sacándose las sandalias con las cuales había venido.
Dipper tomó en brazos al conejito que ya familiarizado con él frotó su cabecita en sus manos sacándole una sonrisa enternecida al castaño, este empezó a dejar caricias en su pelaje sin notar la mirada enamorada que recibía de parte de Bill quien sonreía leve maravillado con la vista. Puede que para algunos fuera algo tan banal y simple, pero para él verlo acariciar a Сосна estando con él solo lo hacía infinitamente feliz y casi morir de ternura.
-Ya esta lista el agua Pinetree -Llamó su atención.
Bill importándole poco mojarse entró a la bañera sentándose como indio buscando entre algunas botellas la que le correspondía al shampoo de su conejo sonriendo de lado al encontrarlo. Dipper por su parte con el animalito en brazos también entró sentándose frente al demonio bastante cerca dejando a Сосна entre ellos.
Dipper tomó la regadera que flotaba envuelta en una energía azul, al hacerlo esta desapareció sin dudarlo empezó a mojar el pelaje del conejito teniendo sumo cuidado con sus orejitas siendo visto por Bill que se acomodó más cerca para pasar su mano izquierda por su pelaje sacando con las yemas de sus dedos la pintura.
-No te preocupes si mojas sus orejas, ya lo tengo cubierto.
-¿Cómo? -Lo miró confundido.
-Tengo especial cuidado con sus orejitas, por lo que cada vez que lo baño hago un hechizo para que no le entre agua a sus oídos, lo bueno es que podrá escucharnos si le hablamos.
-Que efectivo y oportuno -Lo miró sorprendido.
-Todo por Сосна -Acarició su cabecita.
El conejito por su parte ronroneaba encantado con sentir el agua tibia en su cuerpo agregando las caricias suaves y cuidadosas de Dipper con las de Bill tan cálidas, ambos toques lo relajaban mucho manteniéndolo en un estado feliz mientras era bañado.
-Es muy tierno -Acarició una de sus orejitas el castaño.
-Si -Concordó el rubio viendo de reojo al castaño.
Dipper al ver que la pintura se salió por completo de cada zona de su pequeño ser y confirmarlo vio al demonio echarle el contenido de una botella de color azul que al frotarla hizo espuma.
El castaño enternecido de ver al conejito lleno de espuma se atrevió a frotar sus dedos en su pelaje pasando por sus patitas, cuello y orejitas mientras Bill se entretenía dejando círculos en su lomo estremeciéndose leve ante pequeños roces con los dedos de Dipper. Aquello iba a pasar cuando el cuerpo de Сосна es bastante pequeño y en estos momentos agradecía mucho eso.
Dipper por su parte miró de reojo a Bill este mantenía una sonrisa con un rostro casi brillante, viéndolo fijamente pudo notar que estaba mucho más relajado de cuando lo vio en la habitación y los sentimientos que antes percibía se esfumaron de su ser.
Bajó la mirada a sus manos pasando por la carita del conejo que estornudo bajo sacándole un pequeño "aww" de su parte totalmente incontenible, el pequeño animal es demasiado tierno para ser legal.
Luego de ese pequeño ataque de diabetes notó sus manos llenas de espuma, antes de que el rubio prendiera el agua de nuevo estiro su mano y la paso por el cabello del demonio quien detuvo todos sus movimientos al sentir un toque de su Agapē, pero de la misma manera levantó la mirada sonriendo ladino ante una idea.
El rubio escucho una suave risa de parte de Dipper, aun así estiró su propia mano manchando una de sus mejillas con espuma teniendo cuidado de hacerlo lejos de los ojos. El castaño al sentir aquello en su piel miró desafiante al demonio quien sonrió con inocencia.
Ni se les ocurra hacer una guerra de espuma -Llamó su atención el conejo que miró serio al rubio.
-Bien bien, no me tienes que ver así -Rio el rubio siendo visto curioso por el castaño.
-¿Qué dijo?
-No quiere otra guerra.
Bill teniendo en consideración el comentario de su conejito dio el agua empezando a sacar la espuma de su cuerpo siendo ayudado por Dipper que frotaba sus dedos en su pelaje asegurando sacar cualquier rastro del producto de su cuerpo.
En un agradable silencio fue que terminaron de bañar al pequeño animal, aunque quedaron bastante mojados luego de que Bill le tirara agua con la regadera al castaño, este no quedándose atrás le arrebato el objeto de sus manos para mojarlo también.
Luego de otra advertencia del conejito que estaba sintiendo frío fue el motivo de que ambos salieran de la bañara siendo ayudados por Bill en secarse con solo un chasquido de dedos, un segundo bastó para cambiarlos de ropa a un pantalón de tela azul para el castaño con una playera roja acompañado de una sudadera y para él un pantalón color negro acompañado de un suéter rojo.
Ambos secos y listos sacaron al conejito de la bañera envolviéndolo en la toalla que trajo Bill para secarlo ganando unos ronroneos del conejo al ser consentido por el rubio quien se dirigía a su cama junto al castaño que miraba al animalito enternecido.
Dipper vio al rubio sentarse en su cama dejando al pequeño animal en sus piernas mientras seguía secando su cuerpo, se sentó a su lado viendo enternecido como Сосна disfrutaba de las caricias que recibía mientras era secado. Sonrió leve para dirigir su mirada al demonio.
El castaño se sobresalto al ver los ojos de Bill por un segundo proyectar imágenes en un dorado brillante con la pupila alargada. Frunció el ceño extrañado de que solo pestañar aquello desapareciera por completo.
-¿Estas bien? -Llamó su atención.
-Claro ¿Por qué? -Lo miró extrañado.
Dipper examinó su rostro curioso, no había muestra de debilidad o cansancio y mucho menos algo que indicara que estaba mal. Pensando fríamente hay dos opciones, la primera es que estuviera imaginando aquello por todo lo sucedido en los últimos 3 días y lo segundo que en verdad vio bien y que Bill solo estaba aparentando estar tranquilo, algo medianamente cierto y erróneo, esto al no sentir ninguna emoción negativa del demonio.
-No, nada -Murmuró confundido.
-Bien -Lo miró extrañado.
Dipper dejó escapar un suspiró para ver a Bill seguir con su tarea sin dirigirle la mirada, la desvió por un momento al velador del demonio notando de inmediato que eran las 12 del día recién. Volvió su vista al demonio con la intención de preguntarle algo, frunció un poco el ceño y entrecerró los ojos al ver un pequeño temblor recorrer su cuerpo
-¿Tienes frío? -Preguntó repentinamente.
-No -Lo miró curioso- Haces preguntas extrañas Pinetree.
-¿Acaso ustedes no sienten frío?
-Claro que sí, pero solemos soportar temperaturas bastante bajas, aunque nos sentimos incomodos con el frío lo soportamos perfectamente.
-¿Incómodos?
-Somos criaturas más cálidas, no nos gusta el frío y en generar no toleramos los climas fríos. -Lo miró pensativo- Los demonios débiles no son capaces de resistir las temperaturas bajo los 5 C°
-¿Cuánto es lo que puedes soportar tú?
-En general yo rodeo los 90 grados bajo cero, pero con demasiada dificultad y tendría que estar considerablemente abrigado
-¿Tanto? -Lo miró sorprendido.
-Normalmente sin ningún abrigo puedo soportar entre 50-60 grados bajo cero, aunque debo entrar en calor por lo menos en unas...5 horas creo -Lo miró pensativo- ¿Por?
-¿Alguna vez tuviste que soportar una temperatura tan baja?
-En una guerra contra...una raza extraña ellos soportaban con facilidad los 160 grados bajo cero y eso que era verano -Se estremeció- Fue todo un reto pelear en esas condiciones, primero por el clima, segundo pocos demonios pueden soportar bajas temperaturas y el promedio rodea los 40 grados bajo cero, siendo una clara desventaja los que teníamos dominado el elemento fuego se nos dio la tarea de mantener a todos con una temperatura ideal para que nadie muriera de hipotermia.
-¿Por qué hicieron algo tan arriesgado como eso?
-Ordenes de Lucifer, además aquella raza era muy peligrosa solo controlamos su crecimiento, sigue existiendo y firmamos un acuerdo de paz años después, nosotros los protegemos con la condición de que no salgan de su dimensión.
-Fue un buen trato ¿Por qué no partieron por ahí?
-Lucifer quiso demostrarles su poder y su ejercito que a pesar del pésimo clima pudimos triunfar, fue una de las veces que él participó personalmente.
-Algo que haga -Bufo.
-No fue tan terrible -Desvió la mirada.
-Dijiste que soportabas los 60 grados bajo cero ¿Cómo fue que soportaste algo que te superaba con creces?
-Mi poder elemental de fuego no es normal, siendo de color azul da por sentado su temperatura, esa clase de poder en un demonio y que sepa controlarlo puede llegar a calentar un área dejándola a una temperatura promedio.
-¿Qué? -Lo miró sorprendido.
-Usé esa técnica de área con mucho cuidado, ya que a veces pasábamos por hielo, pero logre que la temperatura de casi 200 grados bajo cero bajara a 90, mi cuerpo ardía de lo mucho que usé la técnica, era una fortuna que pueda soportar todo el calor que emana de lo contrario me habría desmayado por golpe de calor.
-Eso es impresionante -Lo miró con brillos en sus ojos- ¿Puedes controlar la temperatura de tu fuego?
-Puedo hacerlo -Lo miró curioso- Por cierto, ¿Por qué tanto interés? No es que me moleste responder.
-Hace un rato temblaste -Se acercó un poco notando de nuevo ese pequeño temblor- Pensé que tenías frío, pero por lo que me dices es poco probable.
Bill miró sorprendido al castaño, se supone que él no debía darse cuenta de como temblaba su cuerpo y eso se nota mucho más cuando el castaño reducía el espacio entre ellos, daba gracias a que se mantuviera a una buena distancia.
-¿Por qué tiemblas?
Dipper miraba fijamente el cuerpo de Bill tiene que concentrarse bastante para poder notarlo y aseguraba que el rubio contenía mucho más solo para que él no se diera cuenta, eso lo confirmo por como lo miró un tanto alarmado.
-Por nada en especial.
-Entonces no hay problema para que yo lo sepa ¿Verdad?
Bill se tensó cuando el castaño se acercó más a su cuerpo, se estaba volviendo insoportable mantenerse a tan poca distancia y no poder tocarlo. Dipper por su parte le llegó a su mente el momento en que estuvo en la cabaña y su tío lo ilumino, si el demonio tiene ese deseo de tocarlo y se restringe por eso explicaría el motivo de la reacción de su cuerpo.
El castaño vio a Bill dudoso como si no supiera que responderle, dejó eso de lado de momento para comprobar su teoría, por eso cuando el demonio bajó su mirada acercó su mano lo suficiente para pasarla por su mejilla, sintió con el contacto al rubio estremecerse un poco a la vez que enfocaba sus ojos con los suyos de nuevo. Se sorprendió bastante al sentir como se movió como si quisiera alejarse y por eso se acercó más totalmente a propósito.
-¿Pi-Pinetree? -Lo llamó sonando bastante sorprendido- ¿Por qué tú...?
-Pecas -Lo interrumpió.
El rubio miraba sorprendido a Dipper acercarse todavía más a su cuerpo dejando caricias en su mejilla, no podía evitar estremecerse tomando cada granito de fuerza para no acercarse o terminaría por besarlo. Tomó pequeñas bocanadas de aire tratando de centrar su atención en las caricias y como estas lograban relajarlo casi suspirando gustoso.
Casi se quejó cuando Dipper repentinamente se separó por completo de su cuerpo. Bastante herido vio como se fue, pero aquel sentimiento cambio por la curiosidad al verlo volver con una toalla en sus manos antes de que pudiera preguntar saltó un poco en su lugar cuando ese objeto cayó en su cabeza.
Rodando los ojos divertido se la iba a sacar y tirársela de vuelta al castaño pensando que era algún tipo de juego. Sin embargo, cuando fue a tomar la toalla detuvo todos sus movimientos cuando sintió las manos de su Agapē con las propias haciendo que las aparte de inmediato.
-¿Qué haces? -Trató de verlo.
-Tienes el pelo mojado.
Bill se estremeció cuando el castaño empezó a frotar la toalla en su cabello, los ojos del demonio se cristalizaron cuando un recuerdo llegó a su mente, fue el día en que Dipper descubrió por primera vez sus pecas, en aquel entonces la situación era totalmente inversa. Ahora con tener a su lindo Agapē acariciando su cabello y secándolo podía con él poco a poco, como deseaba pasar sus brazos por su cuerpo y abrazarlo.
Dipper podía sentir al rubio temblar de vez en cuando en cada caricia, le hubiera gustado ver sus ojos en estos momentos para saber como se siente. Por eso enterró un poco más sus dedos en el cabello del rubio, este no pudo evitar soltar un suave suspiro muy relajado y satisfecho de lo que hace su sorprendiendo momentáneamente al castaño.
Сосна por su parte sonrió interiormente al ver que con cada toque que daba Dipper al cuerpo del rubio, este iba perdiendo fuerza y control sobre si mismo. Lo único que impide en este momento que el demonio abrace al castaño es que él esta en sus manos, por lo que lento y queriendo que Bill se diera el gusto salió de entre sus manos tensando al rubio.
-Eres un traidor -Lo miró un tanto sonrojado.
Quiero ver cuanto aguantas en estas condiciones.
-Eso es maldad pura -Se quejó.
Aprendí del mejor.
-Bill -Lo llamó el castaño provocando un sobresalto en el rubio.
-¿Si Pinetree? -Miró afligido como su conejo se alejó de su cuerpo ¿Ahora donde rayos dejo las manos? -Se preguntó inquieto.
-¿Puedes aparecer un secador? -Preguntó tensando al rubio.
No puede hacerme esto, moriré. Se quejó mentalmente el rubio llegando a temblar un poco totalmente ansioso de querer abrazar al castaño sintiéndose frustrado, supuestamente con contacto físico la necesidad que tiene de sentir a su compañero disminuiría, pero es completamente lo contrario, sabe el porque de eso.
Se controlaba tanto y evitaba cualquier detalle que demostrara lo que siente por Dipper agrando que no le dice lo que es para su vida, por eso su cuerpo y él mismo estaban colapsando. Teniendo en cuenta que es un demonio con hermanos gemelos y que estos ya tenían a su Agapē, agregando de lo poderoso que es necesita mucha más cercanía con su compañero que otros demonios y entre eso entraba querer tocarlo más frecuentemente.
Teniendo todo eso en cuenta y como controlaba ese impulso básico de su cuerpo, este le hace mantener más contacto con Dipper como una respuesta involuntaria de su ser ante el poco contacto físico con su Agapē a pesar de tenerlo tan cerca.
-¿Un qué? -Fingió demencia sin levantar la mirada.
-Un secador, es un aparato eléctrico que expulsa aire caliente o frío -Se levantó- Creo que vi uno en tu baño.
Cuando Bill se aseguro de que Dipper se retiro dejó escapar un tembloroso suspiro tapando su rostro con una de sus manos sintiendo su rostro arder y su cuerpo temblar. Hizo un esfuerzo para no moverse en todo ese tiempo y estaba seguro de que sería aún más difícil con el castaño secándole el pelo.
Con su mano libre tomó las prendas de su pecho dando pequeñas respiraciones para poder calmar el acelerado latido de su corazón que no dejaba de saltar animado contra su pecho. Como deseaba que se tranquilizara un poco.
Dipper por su parte entró en el baño, pero se asomó para ver que tanto le afectaba al demonio contenerse, vio sorprendido como su cuerpo empezó a temblar, desde lejos vio su cara un tanto roja. Con eso y más puntos comprobó por fin que lo que dijo su tío era cierto.
Con una sonrisa buscó el aparato totalmente seguro de que Bill sabe lo que es, pero no quiso aparecerlo. No sorprendido encontró el secador apoyado en un mueble, divertido volvió con el demonio el cual no se había movido ni un solo centímetro, pudo ver como este seguía sin levantar la mirada, no sabía porque se reusaba a mirarlo.
-¿Bill?
-¿Sí?
-Mírame un momento. -Pidió.
El rubio dudoso levantó la mirada enfocando sus ojos en los del castaño, este miró sorprendido como los colores en los ojos de Bill cambiaban con cada milisegundo intercalándose entre el dorado y plateado consecutivamente sin poder llegar a un acuerdo.
-¿Para que trajiste esa cosa? -Preguntó enderezándose.
-Puedes resfriarte si no te secas el pelo.
-Cuesta que un demonio se enferme Pinetree -Rio leve- No es necesario que hagas esto.
-Quiero hacerlo ¿Acaso no puedo?
Bill se tensó al ver una mirada cristalina en el castaño, bufo bajo sabiendo que trataba de extorsionarlo eso mismo hacia hace cuatro años; cuando él se negaba a una cosa siempre su Agapē encontraba una forma de convencerlo, maldijo por días cuando Dipper descubrió el poder de sus ojos y lo usaba en su contra a diario cuando tenía 16 años. Ahora sin recuerdos y con 20 años sabe que puede ser una respuesta involuntaria, pero no es menos efectivo.
-Bien -Suspiro derrotado- Pero solo un poco ¿Okey?
-Hecho -Sonrió casi brillando.
Bill se acomodó mejor en la cama viendo como el castaño se sentó frente a él un tanto levantado para que tuviera la posibilidad de quedar más alto que él. Se tensó cuando Dipper se acercó más a su cuerpo y prendió el aparato no tardando en empezar a pasar una de sus manos por su cabello.
Dipper sintió el demonio temblar con cada caricia, podía ver sus hombros muy tensos, inclinó la cabeza a un lado curioso de esa reacción, por lo que empezó a pasar más lento su mano como unas suaves caricias en su cabeza.
Bill agotado de retenerse a si mismo dejó escapar un tembloroso suspiro y apoyó su cabeza en el pecho del castaño tratando de relajarse y que la necesidad de sentir a su compañero disminuyera y a la vez se tomó el tiempo de disfrutar el momento.
Dipper por su parte bajo la mirada observando sorprendido la acción del demonio, pero no tardó en sonreír al notar que solo cuando Bill se apoyó en su cuerpo se pudo relajar y no estar tan tenso.
Сосна al ver que su amo se dejó llevar por un momento, casi no cabía en su emoción que daba pequeños saltitos en su lugar. El castaño lo miró de reojo enternecido de la acción del pequeño animalito.
Se quedaron de esa forma un tiempo con Dipper tratando de hacerlo durar tanto como pudiera sabiendo que Bill le gustaba estar tan cerca de su cuerpo. Sonriendo leve ante lo tranquilo que se ve apoyado de esa forma en su pecho, definitivamente todo lo que escuchó de su tío Ford sobre él demonio no tan triangular eran puras mentiras.
-¿Ya terminaste?
Se sorprendió al escuchar la voz adormilada del rubio quien durante todo este tiempo disfruto de estar así de cerca con Dipper, se sintió tan tranquilo y relajado que simplemente le empezó a dar mucho sueño con forme pasaban los minutos.
-Sí -Apagó el secador.
Dipper vio con atención como el demonio se separó estirándose en su lugar alejándose de su cuerpo de paso. Lo vio pasar su mano por su cabello tratando de ordenarlo un poco mirándolo bastante adormilado, eso lo hizo sonrojar al tener una vista de Bill completamente diferente a la usual.
El demonio que conocía era alguien loco y algo desquiciado, poco a poco vió que es bastante travieso y energético, pero el que ve en estos momentos es diferentes en todos los aspectos, el cabello rubio totalmente revuelto tratando de ser peinado por el dueño de este, sus ojos en una mezcla de plateado con dorado y una mirada adormilada, su expresión tan relajada y tranquila, y que decir de la suave sonrisa que adornaba sus labios.
-Gracias Pinetree.
-De na-nada -Desvió la mirada.
-Bueno -Se levantó estirándose otro poco- ¿Vienes?
-¿A dónde? -Lo miró confundido.
-A la cocina -Bostezó- Tengo hambre.
-¿Vamos a almorzar?
-Sí, sobró bastante de la comida de ayer, así que solo tenemos que calentarlo.
-Yo puedo hacer eso.
-¿Cómo? -Lo miró confundido.
-Ocuparé el microondas.
-Ah esa cosa, pues vamos.
Ambos chicos en un tranquilo silencio bajaron en compañía del conejo que también tenía hambre. Fue de esa forma que llegaron a la cocina empezando a calentar el almuerzo y colocando la mesa entre ese proceso al demonio se le ocurrió una buena para lo que podían hacer luego de comer.
¿Qué idea se la habrá ocurrido a Bill?
Continuará.
Hola gente!
Aquí un nuevo capítulo bastante extenso ya que pase las 6 mil palabras, espero que sea de su agrado y no les haya parecido aburrido leer.
En fin, que tengan un buen fin de semana, suerte con sus clases y pruebas, tomen agüita, cuídese y nos veremos en otra oportunidad.
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