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Capítulo 27

Narra Bill

Me quejé cuando caímos de lleno contra algo, por suerte, bastante suave. Lo otro fue que me quedé sin aire cuando Pinetree temblando cual gelatina, quedó sobre mi cuerpo aplastándome.

-Pi-Pinetree -Lo llamé apenas- No respiró.

- Lo siento.

Salió de encima de mí alejando cada extremidad de su cuerpo del mío dándome la posibilidad de respirar tranquilo. Di bocanadas de aire que se me fue quitado, adorado sea el oxigeno.

Cuando pude normalizar un poco mi respiración me senté lento estremeciéndome ante el frío aire que recorrió mi cuerpo recordándome donde estamos. Miré a Pinetree sentado a mi lado temblando no se si de frío o temor por lo que acaba de pasar, chasqueé los dedos apareciendo dos abrigos, uno azul marino que coloqué en sus hombros, el cual no tardó en colocárselo mejor, mientras que para mí uno color amarillo.

Me levanté mirando a Pinetree que miraba asombrado el paisaje nevado que se encontraba a nuestro alrededor, con un sol brillante a través de las hojas de los arboles dándole un toque mágico de como la nieve brillaba.

(Créditos)

-¿Dónde estamos? -Me miró con un brillo hermoso en sus ojos.

-En una dimensión fría -Me acerqué a él- Una de las más cálidas he de admitir.

-Pero hace mucho frío -Me miró sorprendido.

-Puede ser, pero es una temperatura que tu cuerpo puede soportar

Estiré mi mano chasqueando los dedos para colocarle una bufanda, gorro y guantes, listo con eso, tomé su mano y lo empecé a guiar al verdadero lugar que deseaba llevarlo.

-¿Bill?

-Sígueme -Me giré a verlo con una sonrisa.

Él por suerte no replicó y me dejó guiarlo, no caminamos mucho más lejos de nuestra posición actual, pasamos por unos cuantos árboles y arbustos llenos de nieve. Sonreí al ver que al correr una rama se vio el lago congelado con unos cuantos arboles alrededor y una montaña del otro lado.

(Crédito)

Miré a Pinetree sonriendo al ver su expresión sorprendida, sus ojos no dejaban de brillas y es de lo más tierno. Me acerqué un poco a él picando su mejilla soltando de paso su mano.

-¿Qué te parece?

-Es muy hermoso -Murmuró.

-¿Quieres patinar?

-No tengo patines.

-Eso yo lo resuelvo.

Chasqueé los dedos y cambie sus tenis azules por unos patines blancos con algunos detalles azules, al ver que de inmediato se dirigió al hielo no tardé en apoyar mi mano sobre este dándole mucha más firmeza y grosor al hielo para que soportara nuestro peso perfectamente sin romperse.

Sonreí al ver que empezó a patinar de un lado a otro con una autentica y hermosa sonrisa, por mi parte, me senté en la nieve empezando a colocarme unos patines de color negro con la hoja dorada, no me apetecía colocármelos con magia.

-¡Bill!

Me sobresalte cuando llegó a mi lado, frente a mí con la respiración un poco agitada. Yo solo le sonreí de vuelta algo nervioso, espero que no venga a decirme que también entre al hielo con él.

-¿Vienes? -Me sonrió.

-Eh...en un segundo.

Él miró mis pies frunciendo el ceño, no pude hacer nada cuando tomó mi brazo y jalo con fuerza haciendo que tuviera que levantarme, apenas pude mantener el equilibrio, pero no fue mucho ya que me arrastró con el.

Me tambalee aferrándome a su brazo tratando de mantener el equilibrio y no irme de cara al hielo. Levanté mi mirada al escucharlo reír, pero no pude recriminarle nada cuando patinó hacia tras llevándome con él.

-¿No sabes? -Me preguntó.

-Sí sé -Me quejé- Solo que hace mucho que no patino.

Él sonrió y empezó a patinar hacia atrás llevándome con él, bufe tratando de seguirlo sin tambalearme como gelatina y mantener el equilibrio sin caerme.

-¿Hace que tanto? -Me preguntó deteniéndose.

-Muchos años.

Me sobresalté cuando me soltó y traté de mantenerme derecho moviendo mis brazos cada vez que perdía un poco el equilibrio. Cuando logré mantenerme quieto un momento busqué con mi mirada a Pinetree que patinaba a mi alrededor mirándome fijamente.

-¿Qué?

-Tienes bastante equilibrio.

-¿Gracias?

-¿Por qué decidiste venir aquí cuando no sabes patinar? -Preguntó curioso.

Él puede que no lo recuerde, pero unos días antes de que le sellara la memoria el estaba muy emocionado de que llegara el invierno, quería llevarme a California en las vacaciones de invierno donde había un lago congelado donde patinaba con su hermana.

Él deseaba mucho patinar de nuevo, por lo que yo me había ofrecido a llevarlo a una dimensión donde podríamos hacer lo que deseaba, lamentablemente me tardé varios días en recordar y encontrar las coordenadas exactas de esta dimensión.

Me tardé tanto en encontrar este lugar que cuando lo hice ya era demasiado tarde, fue el día en que le selle los recuerdos y debido a todo el desastre que paso ese día no pude llevarlo. Deseé poder traerlo aquí y tomé el trato a mi beneficio para poder cumplir con mi promesa.

-¿Estas bien?

-¿Eh? Sí -Lo miré extrañado.

-Bien...-Me miró no muy convencido.

-En serio estoy bien Pinetree.

-¡Patinemos!

No alcancé ni a reaccionar cuando me tomó de mi mano y me llevó con él, apenas podía seguirle el ritmo sin caerme, por lo que hice un esfuerzo para frenar como lo recordaba dejando escapar un suspiro cuando nos detuvimos.

-Espérame un segundo.

Él me miró extrañado, aprovechando eso saqué mi celular empezando a ver como se patinaba en hielo, diferentes giros, saltos y pasos, una que otra coreografía. Todo lo hice en unos pocos segundos y con un solo propósito. Impresionar a Pinetree.

-¿Qué buscas? -Se me acercó.

-Buscaba como patinar -Volví a dejar mi celular en mi bolsillo - Y lo Aprendí.

-¿Cómo? -Me preguntó extrañado.

Le sonreí ignorando su pregunta por el momento para tomar un poco de aire y empezar a patinar a su alrededor él me veía impresionado, pero eso aumentó cuando pude hacer un perfecto saltó cuádruple o uno de ellos, el Lutz.

(Créditos)

Narra Dipper.

Me sorprendí cuando vi a Bill patinar dando uno que otro salto y giro como todo un profesional, es completamente diferente a como lo vi entrar al hielo hace unos segundos dudando en cada paso, ahora se ve confiado exhibiendo una hermosa coreografía para mi.

Me sentí conmovido de como al moverse, dando giros y piruetas expresara como se siente, aun sin la música escuchaba una balada triste y dolorosa, pero también una de un amor incondicional. Hacía que mi corazón saltara por sus hermosos movimientos, como si bailara y patinara para mi.

De repente frenó frente a mi ofreciendo su mano con una hermosa sonrisa, sus ojos dorados en una combinación tan única de azul platino. Simplemente me encantan sus ojos, aunque jamás podría decirlo en voz alta.

-¿Me permites?

-Bi-Bill y-yo...-Estiré mi mano dudoso.

-Te mostraré lo hermoso que es un patinaje en dúo Pinetree.

Un poco dudoso le estiré mi mano permitiéndole que la tomara, me sobresalté cuando me apegó a su cuerpo con su mano entrelazada con la mía, mientras que con la derecha la puso en mi cintura siéndome imposible alejarme.

Él empezó a patinar como si bailara conmigo en el hielo, es aquí cuando agradezco esas inútiles clases de baile que me hizo acompañarla Mabel el año pasado. Bill me guio por todo el lago dando giros y una secuencia de pasos que ni yo mismo comprendía, solté una risa más de una vez divertido de como me hacía girar para volverme a apegar a su cuerpo, hasta en una ocasión tomó mi cintura con sus dos manos, me elevó y giramos en esa posición un par de veces.

Me encontraba impresionado por la fuerza de Bill en levantarme como si pesara una pluma y no perdiera el equilibrio en lo absoluto al hacernos girar escuchando de fondo nuestras risas, me esta gustando mucho patinar con él, es muy divertido.

Seguí patinando con él en esta coreografía improvisada, dando giros y vueltas, nos separábamos de vez en cuando para luego volver a estar juntos. Maravillado con la facilidad en que Bill me levantaba en el aire, me hizo dar un salto ayudándome al principio y pude caer perfectamente, mi sonrisa no se deslizo al poder hacer un salto.

Narrador.

Ambos con una preciosa sonrisa en sus labios, mirándose a los ojos patinaban juntos con perfecta coordinación y armonía. No hacía falta las palabras para expresar lo que sienten siendo sus movimientos, sus giros y saltos, la forma en que movían sus cuerpos de manera elegante siendo esta su pista de baile donde dejaban todos sus sentimientos.

Ellos en su propio mundo seguían patinando encantados con hacerlo con el otro, Bill no se podía encontrar más feliz de estar ahí con su lindo castaño patinando en el hielo, este no borraba su sonrisa de lo divertido y emocionante que le resultaba patinar junto al demonio, pudiendo dar giros y saltos, bailar en sus brazos. Ambos sin darse cuenta de que eran observados por 4 pares de ojos.

- Te dije que estarían aquí -Sonrió orgulloso un peliceleste.

- ¿Cuánto crees que resista Bill? -Preguntó con curiosidad un pelirrojo.

- ¿A qué te refieres? -Preguntó confundido un castaño.

-Bill estuvo años lejos de él, esperó mucho por poder estar a su lado -Explicó el primero.

-¿Y? -Lo miró sin entender.

-No va a resistir estar lejos de él, querrá tocarlo, abrazarlo -Especificó el de ojos rojos.

-Pero Phill, Bill no quiere que él se entere que es su Agapē.

-Eso no importa, Bill no puede evitar ser sincero con él, en este mismo instante esta patinando con el expresando lo que su corazón pide a gritos. -Comentó viendo maravillado a su hermano patinar. -Tarde o temprano no podrá aguantarlo más y se lo dirá

-Aunque tampoco es tan importante eso -Comentó Phill- Le dijiste a Dipper que es de Bill.

-¿Qué el hizo qué? -Miró a su pareja sorprendido.

-Parece que eres el único que no se entero que Will le dijo a Dipper que es el Agapē de Bill -Lo miró con burla- Que mal informado estas Tyrone.

-Yo no estoy al tanto de Bill como ustedes -Se quejó el castaño.

-Fuera de eso ¿Lo notaste Will?

El pelirrojo miró al peliceleste que se encontraba acurrucado en los brazos de su castaño mirando con unas pequeñas lágrimas asomándose por sus ojos al ver a su hermano mayor patinar de una maravillosa manera con su Agapē expresando todos esos sentimientos que había reprimido por años.

-Sí -Murmuró- No pensé que lo traería a esta dimensión en especifico, pero era una posibilidad.

- ¿A qué te refieres? -Miró a su pareja curioso.

-Nosotros ya estuvimos aquí de pequeños con nuestros padres -Sonrió nostálgico el peliceleste- Bill no viene aquí porque el lugar le trae recuerdos de nuestros padres, pero supongo que quiso mostrarle la dimensión a Dipper.

Los castaños miraron a Bill patinar junto a Dipper, desde lejos notaban que ese par se encontraba en su propio mundo sin ser conscientes de su presencia en el lugar.

-Aunque me sorprende que Bill recuerde como patinar cuando hace muchos años que no lo hace -Comentó pensativo el pelirrojo- ¿Crees que ese idiota lo uso?

-Claro que sí, de otra forma no sería capaz de patinar así -Miró a su hermano con el ceño fruncido ante el insulto.

-¿Ahora de que hablan? -Frunció el ceño molesto.

-Bill no recuerda como patinar.

-No jueguen, podemos ver que sabe hacerlo muy bien.

-Bill puede aprender algo que no sepa en segundos -Explicó el peliceleste.

-¿Ustedes igual? -Preguntó curioso el de ojos azules.

-Mientras que Bill puede aprenderlo al verlo, Will tiene que escucharlo, yo por otro lado tengo que leerlo.

-Eso es hacer trampa -Se quejó el castaño.

-¿Por qué se ve tan triste? -Preguntó en voz alta Gleefur.

-No puede evitar expresar lo que paso estos años lejos de él, que mejor que sacar una pequeña carga de él que hacerlo patinando. -Sonrió entre lágrimas- Eso sin contar todo el amor que siente por él.

-No lo conoce -Comentó serio el de ojos azules.

-No es un impedimento para un demonio enamorarse sin conocer a su Agapē por completo, aunque ese no es el caso de Bill quien que buscó conocerlo, saber cada vez más de él para querer cada una de sus facetas sin ser consciente de eso.

Los castaños se giraron a ver al par que seguía patinando, dando giros y vueltas, pero siempre regresando a los brazos del otro, se sintieron algo incomodos de ver su interacción a pesar de ser algo tan maravilloso a lo ojos.

-Vámonos, démosle privacidad -Demandó serio Gleefur.

-Pero quiero seguir viendo -Se quejó Will.

El peliceleste al recibir una seria mirada de su castaño se resigno para mirar a Phill quien tomó a Tyrone para que ambos chasquearan los dedos y desaparecieran del lugar antes de que Bill los sintiera en el lugar espiándolo.

Bill disfrutando de patinar junto a Dipper daba cada giro a su lado recordando parte de su pasado, mientras el castaño disfrutaba mucho bailar en el hielo en compañía del demonio. Fue que su improvisada coreografía terminó cuando dieron una ultima vuelta juntos y el humano quedo en brazos del rubio, ambos tratando de recuperar el aliento.

- Eso fue divertido -Sonrió maravillado el castaño.

-Me alegra saber que te divertiste Pinetree.

Bill lentamente alejó sus manos de la cintura del castaño que al darse cuenta de que quedó muy cerca del rostro del demonio se sonrojó alejándose con la mirada clavada en el hielo, pero con una tonta sonrisa en sus labios, disfrutó mucho patinar en compañía del demonio.

-¿Qué te pareció Pinetree? -Preguntó buscando su mirada.

-Me en-encantó -Susurró- M-me gustó pa-patinar contigo.

El demonio sonrió feliz de escuchar esas palabras, satisfecho consigo mismo al ver que su idea había dado frutos y se pudo divertir en compañía de su Agapē viendo enternecido como las mejillas de este tomaban cierto color rojo.

Bill al ver como el cuerpo del castaño se estremeció no tardó en acercarse pasando su brazo por su espalda apegándolo a uno de los costados de su cuerpo para darle un poco de calor corporal. El castaño de inmediato se giró a ver al rubio, pero no ganó la mirada de este la cual se encontraba observando el lugar.

-Deberíamos volver -Comentó el rubio.

-¿Qué? Pero...

-Estamos en una dimensión diferente, por lo que el tiempo no es igual -Lo miró frotando su mano en su espalda- Esta anocheciendo y la temperatura esta bajando.

-¿Podemos quedarnos un poco más? -Preguntó mirándolo rogante.

-Me encantaría, pero no quiero que te resfríes Pinetree.

Dipper a regañadientes fue conducido a la orilla del lago para sentarse y sacarse los patines, al llegar se sentó viendo sin sorpresa como el rubio apareció sus tenis procediendo a desabrochar los cordones de los patines.

El castaño imitó los movimientos del rubio observando maravillado sus patines, puede que sean blancos, pero tienen ciertos detalles azules, en especial el pino que se encontraba en un costado. Entristecido empezó a sacárselos para cambiarlos por sus tenis, al levantarse se sintió algo extraño, al pisar es una sensación algo incómoda, eso debido a que la costumbre de usar patines se quedo bastante.

Bill por su parte aún estaba trabajando con un tenis debido a que se distrajo mirando al castaño, que cuando se levantó regresó a su deber no queriendo que se quedaran en la dimensión una vez el sol desapareciera, sabiendo con claridad lo heladas que son las noches en el lugar.

-Bill -Lo llamó una vez tomó sus patines de la nieve.

- ¿Si Pinetree?

-¿Cómo aprendiste tan rápido a patinar?

-Tengo la capacidad de aprender lo que sea solo con verlo y sin haberlo practicado antes.

- Que suerte -Murmuró con envidia- ¿Puedes aprender lo que sea?

-Lo que sea -Sonrió con soberbia.

El castaño iba a comentar algo para refutarle al demonio, pero sus palabras murieron en un gruñido que se escuchó muy audible haciéndolo sonrojar. Bill por su parte arqueó una ceja sonriendo divertido al identificar aquel sonido, lo había experimentado después de todo.

-¿Tienes hambre Pinetree? -Se levantó sonriendo ladino.

-S-sí -Desvió la mirada sonrojado.

-No te avergüences Pinetree -Rio leve.

-Sino te rieras -Se quejó al escuchar otro gruñido de su estomago- ¿Por qué tengo tanta hambre? -Se preguntó, aunque lo dijo en voz alta.

-Cuando uno hace deporte en un periodo de tiempo intenso el cuerpo gasta los nutrientes, el azúcar en especial haciendo que una respuesta automática de tu cuerpo es hacernos tener apetito. -Explicó el rubio.

-¿Cómo sabes eso? -Lo miró sorprendido

Dipper por lo que tenía entendido Bill es un demonio, no debería saber mucho sobre la fisiología de un cuerpo promedio, sin contar que dijo que no había comido como se debía, fue que recordó la competencia que hizo este.

-¿Has experimentado hambre? -Interrumpió cualquier respuesta del demonio.

-Primero que nada, lo sé porque como dije antes lo sé todo Pinetree -Rio al ver el ceño fruncido de Dipper.

-Hablo enserio.

-Tengo el ojo que todo lo ve, viví mucho tiempo, no es mentira lo que digo. -Se defendió

-¿Y usaste todos esos años ese cuerpo? -Cuestionó cruzado de brazos.

-Eh...bueno...

Bill frunció el ceño ante esa pregunta, puede que en varios años no lo usara, pero también se sentía ofendido de que el castaño indirectamente le dijera que su forma humana no era suya. Eso y que si recordaba con exactitud había una brecha bastante grande desde la última vez que usó su cuerpo antes y ahora.

-¿Y bien?

-Quiero aclarar que este cuerpo es mío -Lo miró ofendido- No es de nadie más que mío y puede que no lo use con mucha frecuencia, pero lo que te dije es verdad.

-Me dijiste que en unos años no te alimentaste bien ¿Los demonios necesitan alimento?

-Puedes preguntarme cualquier cosa luego, te llevaré de regreso -Se acercó

A Bill le encantaba responder las preguntas del castaño, pero veía como su cuerpo temblaba a pesar de tener un abrigo, por eso no dudaría en llevarlo de nuevo a la mansión con la clara intensión de que entrara en calor en un ambiente por mucho más cálido.

-¿Me seguirás respondiendo todas mis preguntas? -Cuestionó alejándose un paso.

-Todas las que quieras.

Bill tomó el hombro del castaño y lo apegó a su pecho, este se sonrojó al ser abrazado por el demonio, además que a esta distancia estaba seguro de que escucharía como gruñe su estómago del hambre.

Claro que su concentración en lograr aquello se fue por la borda al escuchar un latido algo acelerado, curioso se acomodó en el pecho de Bill para escucharlo mejor, se sorprendió cuando aumentó el ritmo de los latidos. El demonio por su parte se tensó ante la acción de Dipper poniéndolo un poco nervioso.

-¿Pinetree? ¿Qué haces?

-Tu corazón...-Susurro- Late muy rápido.

-Oh eso no es importante -Le restó importancia- Deberías...

-¿No es importante? -Levantó la mirada- ¿Consideras normal un latido tan rápido como ese?

-Claro

Bill sabía perfectamente porque su corazón saltaba de esa manera contra su pecho, adoraba sentir el calor que dejaba cada latido, todo gracias a que estaba cerca de Dipper, de lo contrario volverían a estar muertos. Frunció el ceño haciendo una mueca al recordar aquello.

-Justo ahora...

-Sujétate bien Pinetree -Pasó sus brazos por su espalda.

Dipper se exaltó cuando el rubio lo apegó más a su cuerpo, asustado ante la advertencia que le dio lo abrazó con fuerza con brazos y piernas ocultando su rostro en su cuello sin ser consciente de lo sonrojado que se puso el demonio con esa acción.

-Tranquilo, solo te esta abrazando, que no te de un infarto. -Pensó tratando de que el aire frío bajara el calor de su rostro.

El rubio tomando un poco de aire rogando que Dipper no escuchara como su corazón saltaba animado movió su mano levemente guardando sus patines en el mindscape, ya listo con eso apretó al castaño contra su cuerpo dándole a entender que se irían.

Chasqueó los dedos teniendo en menta la dimensión a la que deseaba llegar, no tardaron en empezar a dar vueltas fuertes y violentas. Dipper asustado y bastante mareado se aferró al cuerpo del demonio quien no le molestaba en lo más mínimo que se apegara así a su cuerpo. Lo disfrutaría más sino estuviera concentrado en no soltarlo y llegar a su destino.

Luego de unas cuantas vueltas y movimientos bruscos aparecieron en la dimensión cayendo en la cama de golpe sobresaltando al pobre conejo que llego a dar un gritito acompañado de un salto asustado.

-Hola Сосна -Saludó el rubio.

¡Casi me matas! -Replicó con su corazón saltando agitado por el susto.

-Lo siento Сосна -Se disculpó el rubio acariciando instintivamente el cabello del castaño.

Para Bill sentir a su Agapē asustado y temblando contra su cuerpo le hacía actuar naturalmente tratando de demostrarle que estaba a salvo y protegido en sus brazos dejando unas sutiles caricias tanto en su espalda como cabello sin ser completamente consciente de lo que hacía.

-¿Y-ya lle-llegamos? -Tartamudeo con los ojos firmemente cerrados.

-Sí, ya puedes salir de encima Pinetree.

Aunque a Bill le encantaba tener al castaño sobre su cuerpo abrazado a él como un tierno koala, no creía ser capaz de seguir resistiendo aquella cercanía sin seguir dándole unas cuantas caricias, eso, por un lado, por otro, estaba seguro de que su corazón no podría seguir sobrellevando estar cerca de su Agapē.

Dipper al escuchar aquello se alejó de inmediato de Bill con las mejillas tan rojas que llegaba a tomar parte de sus orejas, avergonzado con haber estado de esa manera con el demonio y que le gustara sentir la calidez de sus brazos rodeando su cuerpo y esas gentiles y cariñosas caricias.

-¿Cuanto nos demoramos en llegar Сосна? -Miró a su conejo sentándose.

Dos horas.

-¿Tan poco? -Frunció el ceño- Oh ya entiendo, ya se porque tienes tanta hambre Pinetree.

-Pero me dijiste...

-Eso solo es una parte -Lo interrumpió- El tiempo en esa dimensión fue mucho más largo que aquí, por eso tienes hambre.

-¿Cuantas horas estuvimos allá?

-Mínimo unas 5 -Se encogió de hombros.

-¡¿5 horas?!

-Sí, debes tener mucha hambre y puede que sientas algo de fatiga -Mencionó estirando su mano.

Dipper se sonrojó cuando el demonio pasó su mano por su nuca y lo acercó a su cuerpo, sus mejillas tomaron un color más oscuro cuando el rubio junto sus frentes cerrando los ojos.

-¿B-Bi-Bill? -Lo llamó nervioso.

El castaño sintió sorprendido que el cansancio que sentía desapareció por completo, miró al rubio quien se separó con una triunfante sonrisa, siendo él su Agapē le resultaba muy sencillo absorber su cansancio, en especial cuando este estaba relacionado a ir entre dimensiones cuando el cuerpo humano de Dipper sufriría un estrés por eso.

-¿Mejor? -Preguntó emocionado.

-S-sí ¿Qué fue lo que hiciste?

-Fuimos demasiado lejos, además de la diferencia de tiempo el viaje Inter-dimensional es agotador para el cuerpo humano, presentas cansancio, fatiga y estrés -Explicó el rubio- Puede que te acostumbraras a estos viajes, pero eso no quieta las consecuencias o por lo menos no por el momento.

Bill tenía entendido que los Agapē de los demonios eran muy resistentes a los viajes entre dimensiones, sin embargo, debían pasar un largo tiempo con el demonio en cuestión para crear esa resistencia y que los síntomas desaparecieran. Frunció el ceño con culpa al separarse de Dipper sin haber cumplido los 6 meses, si se hubiera quedado otros 4 hace cuatro años su lindo castaño hubiera sido inmune.

-¿Tú sabias esto?

-Era consiente de que te agotarías, pero no hay problema, puedo absorberlo -Se encogió de hombros.

-¿Qué?

-Bueno al...

Bill se calló exaltado, por poco y cometía el peor desliz de su vida, casi le dice que es su Agapē a Dipper. Ante aquello, su corazón se estrujo sabe que retenerse a hacerlo cuando estaba a punto de decirle la verdad le provocaría cierto dolor que no pudo esconder al hacer una mueca de dolor llevando su mano a donde se acumuló.

-¿Te encuentras bien? -Lo miró preocupado.

-Sí, sí, todo bien -Forzó una sonrisa

El rubio se estremeció ante otra punzada de dolor, bufo enojado de que aún con Dipper frente a él algunos síntomas se conservaron, pero en mucho menor medida y el único que sintió en este instante fue ese insoportable dolor que lo sofocaba.

Сосна al ver la mueca de dolor de Bill no dudo en acercarse y sobar su cabecita en su muslo tratando de hacerlo sentir mejor. Dipper al ver esa interacción supo que el demonio le esta mintiendo, algo le había pasado y estaba 100% seguro de que tiene relación con lo que le iba a decir hace apenas un instante.

-¿Qué me ibas a decir? -Preguntó cauteloso

-El porque soy capaz de absorber tu fatiga y estrés porque soy demonio, uno poderoso. -Soltó un quejido cuando su cuerpo contradijo claramente lo que decía.

-Jodido corazón apóyame una vez -Pensó enojado el rubio.

-¿Cuando absorbes esa fatiga a ti te pasa algo? -Se acercó preocupado.

El castaño veía al rubio preocupado, podía notar con facilidad lo adolorido que estaba su sola expresión y como estrujaba con una de sus manos la ropa de su pecho. Algo no iba bien.

-No me provoca ningún dolor absorber tu estrés.

Bill dio un suspiro de alivió cuando el dolor se volvió increíblemente soportable, como odiaba mentirle a Dipper, deseaba decirle muchas cosas, pero por el sello no podía hacerlo. Lo bueno es que el dolor que sintió fue solo porque su cuerpo deseaba hacerle saber al castaño lo que en verdad es para su vida.

-¿Y por qué sufres? -Pasó su mano por su cabello.

Bill dejó escapar un suspiro de alivio casi frotando su cabeza en su mano, su solo toque hizo que cualquier malestar se fuera por completo, cerró los ojos un momento bajando su mano apoyándola en la cabeza de su conejo dejando una que otra caricia asegurándole que ya estaba bien.

-Por nada en especial

-No me mientas -Se quejó- Te dolía.

-Pero no tiene ninguna relación con absorber tu estrés. -Levantó la mirada sonriéndole al castaño.

Dipper apartó la mano desviando la mirada sonrojada al ver nuevamente esos hermosos ojos dorados pasar de un plateado tan puro que aseguraba las palabras del demonio.

-Bi-Bien -Murmuró.

-¿Quieres almorzar? -Cuestionó con una sonrisa.

-Sí -Lo miró pensativo- ¿Vas a cocinar tú?

-¿Quieres que lo haga? -Lo miró emocionado.

Dipper por fin había notado un pequeño desliz del rubio, descubrió que le gustaba mucho la gastronomía por como sus ojos dorados brillaban casi con estrellas. Lo miró curioso por eso, cuando le sirvió el desayuno esta mañana se veía inquieto removiéndose en su lugar, no entendía esa reacción.

-¿Te gusta cocinar? -Preguntó curioso.

-Uhm...Sí -Desvió la mirada pasando su mano por su nuca con una leve sonrisa.

Dipper miró aquella acción curioso, sentía...que la conocía, miró con más atención su postura y la sonrisa ¿Nerviosa? Se preguntó asombrado para luego ver fascinado las pecas del demonio al este tener un leve sonrojo en las mejillas.

-Nunca pensé que te gustaría cocinar -Sonrió.

-Me gusta hacerlo también por otra cosa -Susurró apenas audible, sus propias palabras provocaron un rojo un poco más marcado en sus mejillas.

-¿Dijiste algo? -Se inclinó más cerca.

-No nada -Se apresuró a decir.

¿Y si le dices lo mucho que te encanta cocinar solo para él? -Llamó su atención Сосна.

Ante el comentario del conejo el sonrojo de Bill paso a nuevas alturas, girándose de inmediato a ver al pequeño animal con una mirada tanto de regaño como también de nerviosismo.

-¡Сосна! -Se quejó el rubio.

Dipper vio eso curioso, deseando poder haber escuchado lo que dijo el pequeño animal para hacer que el rubio se sonrojara de ese nivel, se inclinó un poco evitando de por medio que Bill tapara su rostro tomando una de sus manos acercándose lo suficiente que si se acercaba más rosaría su nariz con la del demonio.

-¿Pi-Pinetree? ¿Qu-Qué estas-? ¡¿!?

A Bill casi le da un infarto con tener al castaño tan cerca de su rostro dejando unas caricias amistosas en sus mejillas, Dipper no notó lo nervioso que está el demonio por estar concentrado viendo las pecas del demonio repasando con su pulgar varias pequitas.

-Pecas -Susurró.

-S-si que te gustan las pecas ¿No es así? -Murmuró sintiendo su corazón saltar. -Siento que se me saldrá el corazon del maldito pecho -Pensó tratando de volver a respirar.

-Me gustan -Confirmó.

-Creo que esa palabra queda corta -Desvió la mirada.

-¿Por qué lo dices? -Lo miró curioso.

-No te acercarías tanto a mi para verlas sino te encantaran las pecas -Lo miró con una sonrisa ladina.

Dipper por fin fue consciente de lo cerca que estaba de Bill violando por completo su espacio personal, se alejó de golpe totalmente sonrojado y más al escuchar la suave y risueña risa del demonio que le encantaba molestar a su lindo Agapē.

-¡L-Lo si-siento! -Desvió la mirada.

-Mejor vamos a la cocina. -Rio

Bill tomó en brazos al conejo levantándose de la cama ignorando deliberadamente el comentario que menciono este sobre lo mucho que le gustaba ver al castaño sonrojado. Mientras Dipper también se levantó con la cabeza gacha siguiendo al par muy avergonzado por hacer eso, no lo entendía, fue un impulso totalmente incontenible de ver sus pecas.

Levantó la mirada viendo la espalda del demonio, por como sonreía y lo miraba con sus ojos brillantes asegura que a Bill no le molesto en lo más mínimo su cercanía, frunció el ceño confundido ¿Habré hecho eso en algún momento? Se preguntó, porque vaya que el rubio le dio una mirada nostálgica.

Fue que pensó que, si en el pasado lo hacía seguido, no habría nada de malo ver las pecas del demonio seguido ¿Verdad? Estaba en su completo derecho ¿No es así? Sonrió ante sus pensamientos bastante avergonzado, pero no se echaría atrás, todo por las pecas.

Continuará.

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