Capítulo 19
Narrador
Dipper como prometió cuido y veló el sueño del demonio hasta que su propio sueño y cansancio se hizo presente una hora más tarde por lo que se acurrucó junto al rubio y Сосна. Bill que sintió el calor y aroma de su Agapē cayó en un sueño mucho más profundo de lo que ya estaba.
Las estrellas que brillaban en el cielo junto a la luna, ambos son testigos del reencuentro de un demonio con su Agapē, por fin juntos después de tantos años lejos.
Mientras ambos disfrutaban de la tranquilidad de la noche para dormir, en el primer piso de aquella cabaña estaban tres personas que seguían despiertas y reunidas en el comedor escuchando el hablar paranoico de cierto personaje.
-¡Les dije que escondía algo! -Gritó por décima vez en la noche
-Ford por un demonio ya te hemos dicho mil veces que lo sabemos, el propio Bill nos dijo el tema de su Agapē
-¡Pero jamás nos dijo-!
-Le selló la memoria a Dipper para protegerlo y tú lo primero que haces es traer a la persona que lo quiere muerto ¿Acaso eres idiota? -Lo miró molesto su hermano
-¡Ese no es el punto! -Se levantó- ¡Iré a hablar con él!
-¡¿Para qué?!
-¡Tiene que responder mis preguntas!
-¿Quieres molestarlo más de lo que hiciste hoy? -Lo miró molesto- Hazlo mañana
-¡Necesito respuestas ahora! -Golpeó la mesa furioso
-¡Esta cansado! -Se levantó por igual
-¿Pueden calmarse? Hablemos como gente civilizada -Intervino la castaña- Parecen niños discutiendo por un dulce
La castaña estaba aburrida de esa conversación que no llegaba a ningún lado, lo único que desea es estar en su cama cómodamente arropada y durmiendo.
-Tío Ford ya sabes todo lo que necesitabas saber ¿Qué más quieres que te diga Bill? -Miró cansada al mayor.
Tanto Stan como Mabel estaban artos de la actitud del mayor, ya que cada vez que se mencionaba al demonio, este se ponía histérico e insoportable buscando respuestas a sus preguntas ya contestadas. Ambos estaban llegando a la conclusión que Ford lo único que le interesaba hacer es joderle la vida al rubio, como si de esa forma podría irse en paz y pleno.
-¡Quiero saberlo todo!
Lo que antes empezó como una amena platica se transformo en gritos, dos de ellos tratando de disipar las ideas e ideales de uno que estaba demasiado cegado para ver algo más allá de su nariz.
Fue obvio que todo ese escandalo despertó a cierto demonio que lo único que deseaba era descansar, pero con todo el alboroto del primer piso se le hizo imposible. Cansado y de mal humor se levantó ignorando el dolor que recorrió su ser, además del cansancio y lo pesado que sintio cada extremidad de su cuerpo.
Haciendo un esfuerzo del tamaño de una montaña abandonó la habitación y el lugar que tanta paz le traía para caminar por el pasillo hasta llegar a las escaleras y bajarlas con pereza escuchando con el ceño fruncido todo el ruido que venía de un lugar en específico. Antes sentía un leve dolor en su cabeza a causa de los gritos ahora se transformó en migraña, un dolor que martillaba y vibraba en su cabeza.
Adolorido, totalmente cansado y con un humor para nada bueno se recargó en el marco de la puerta mirando a los tres humanos que gritaban como si su vida dependiera de ello. Gruño bajo mirándolos con fastidio, lo único que deseaba es mejorar y tener la suficiente fuerza para irse y no volver a saber de su Agapē en unos cuantos años más.
-¿Se pueden callar? -Llamó su atención- Trato de dormir
-¡Tú! -lo apuntó mirándolo iracundo
-Deja de gritar -Lo miró entre irritado y furioso- Tengo migraña por su culpa
-Quiero que me expliques porque tienes prohibido encontrar a tu Agapē -Demandó mirándolo cruzado de brazos
-¿Por qué debería decirte? -Lo fulminó con la mirada- Hoy compartiste información con quién no debiste ni siquiera hablar
-¿A qué te refieres?
-¡Invocaste a Lucifer! ¡Sabía que eras idiota, pero no pensé que tanto!
Bill cerró los ojos con molestia haciendo una mueca, el solo elevar la voz le dio una punzada de dolor en su cabeza, sabe que no tiene que gritar, al dolerle todo el cuerpo hasta el simple hecho de respirar era un suplicio para él.
-Pude haberte dado la información que buscabas, Shooting Star tiene mi número solo tenías que llamarme, sin embargo, sé que no hiciste eso por conocimiento, fuiste estúpido al invocar al amo del infierno para divulgar la información que te proporcioné -Lo miró furioso- Teniendo eso en cuenta y que sabes que mi Agapē es tu sobrino lo estabas vendiendo en bandeja de plata
Ford lo miró sorprendido al igual que los otros, el primero no pensó en aquello, sino en lo que podría hacerle aquel demonio a Bill, un poco de dolor que recibiera no lo mataría.
-Eres un idiota, si le decías algo fundamental que le diera las pistas suficientes hubiera matado a Pinetree ¿Acaso no pensaste en eso? No sabes lo que me costo borrarle la memoria para que tu error no provocara un desastre
Ford lo miró entre enojado y culpable, pero frunció el ceño molesto, sabe que lo que hizo no estuvo bien al poner en peligro la vida de su sobrino, pero no quería que Bill se acercara a este, quiere que sufra por condenar la vida de Dipper, él no debe ser su pareja. Jamás.
-¿Cómo fuiste capaz de soportarlo? -Cambió de tema
Bill rodó los ojos, sabe que es una perdida de tiempo lo que trataba de conseguir. Él jamás admitiría que la había cagado al invocar al rey del infierno solo por su capricho.
-No te lo diré -Lo fulminó con la mirada
-¡Me lo debes!
-No, tú me debes a mí -Se acercó mirándolo enojado- Todo lo que tuve que soportar fue por tú error
-Si me dijeras todo...
-No te diré nada más, quedó demostrado que no eres de fiar
Bill se giró dispuesto a volver a la habitación, se guardó un quejido cuando Ford tomó uno de sus brazos, fastidiado puso su mano en su hombro y lo empujó con un poco de fuerza logrando que chocara contra una muralla.
-Déjame en paz ¿Querías respuestas? Perdiste tu oportunidad
Bill dirigió su mirada dorada que titilaba en rojo hacia Mabel y Stan que se mantuvieron en silencio en todo momento, después de todo, estaban del lado del demonio sabiendo que lo que hizo su familiar fue muy estúpido y suicida.
-Les pido que no griten más, iré a dormir -Informó mirando a Mabel y a Stan
Ganando un asentimiento de parte de ambos se giró y regresó por donde había venido con solo una dirección en mente; la cama de Dipper. Al llegar lo encontró recostado de lado tapado con las sabanas y mantas abrazando a Сосна, sonrió acercándose a la cama y acostándose a un lado abrazó la espalda del castaño, apegándolo a su cuerpo sintiendose dichoso de compartir cama con su Agapē.
Mabel y Stan dando por terminada la conversación se levantaron de sus sillas mirando a Ford que seguía en la misma pared apretando los puños furioso.
-Espero que ahora dejes de molestar -Miró molesto a su hermano
-Yo también iré a dormir -Caminó hacia la puerta- Descansen
Dejando la conversación como terminada cada uno se fue a su habitación, uno más frustrado que los otros, pero no dijo nada y se fue en silencio a descansar, ya tendría tiempo de separar al demonio de su sobrino.
Fue de esa manera que todos ya estaban en sus camas disfrutando la tranquilidad de la noche para reponer las fuerzas perdidas y renovarlas para el día siguiente, en especial cierto demonio de cabellos rubios.
Mañana sería un nuevo día y quien sabe, podría ser mejor del que estaba acabando.
>...<
La noche paso sin ninguna complicación, las horas fueron pasando hasta que el sol se hizo presente en el cielo tan brillante y hermoso haciendo entender que un nuevo día había llegado, siendo tiempo de levantarse y empezar con las actividades del día.
Dipper por su parte, sentía los cálidos rayos del sol molestar en sus ojos, pero no quería abrirlos y salir de la cama. Otro día hubiera salido de entre las sabanas a iniciar su mañana con energía, sin embargo, hoy es diferente, por primera vez en años que no sentía ese vacío o la necesidad de ir hacia un lugar inalcanzable.
Se sintió tan cómodo, completo y en paz consigo mismo, estando calentito en las sabanas que rodeaban su cuerpo, su cabeza apoyada en algo tan cálido, escuchando un agradable palpitar que solo le traía tranquilidad.
Frunció el ceño recapacitando y pensado a quién pertenecía aquel fuerte latido que le traía tanta paz, puso más atención a su entorno, pero sin abrir sus ojos sintió una cálida y tranquila respiración en su cabeza.
Siendo ganado por su curiosidad y algo de alarma abrió sus ojos perezoso, lo primero que vio fue un firme pecho, obviamente de chico que si sabía trabajar su cuerpo. Sonrojado por aquella tan apetecible vista, levantó la mirada encontrando el rostro relajado del demonio de ojos dorados.
El sonrojo de Dipper paso a nuevas alturas al darse cuenta de que estaba en el pecho del demonio, podía sentir los brazos de Bill a su alrededor sin dejar ni una sola posibilidad de espacio. Lo peor de todo es que estaba disfrutando estar en esa posición sin saber como llego a estar de esta forma con Bill.
En una crisis mental de las sensaciones que sentía en ese instante no vio al pequeño conejo que yacía durmiendo acurrucado en el espacio del cuello y hombro de Bill sintiendo una calma y felicidad de que su amo este junto a su Agapē.
Volviendo con el castaño, este un tanto más calmado se acurrucó en el pecho del demonio llegando a una clara conclusión de que es demasiado temprano para buscar respuestas o alejarse del cálido cuerpo del demonio. Terminó por abrazarlo de igual manera dejándo menos espacio que antes, aunque no se quejaba, sintiendo aún su crisis aceptó muy vagamente que le gustaba estar de esa forma.
Claro que sus pensamientos se fueron a otro lado al escuchar que los latidos del corazón del demonio adquirieron un poco de rapidez y fuerza, además de que el agarre de Bill en su cintura se hizo mucho más firme que antes, apegando todavía más sus cuerpos apoyando su cabeza en su cabello aún dormido por el momento.
Pasaron unos largos minutos donde Dipper se quedo contando las cicatrices que veía en el brazo y pecho de Bill, pero su cuenta se vio interrumpida cuando el cuerpo del demonio empezó a removerse levemente y su rostro tranquilo dio indicios de conciencia. Con todos esos factores reunidos concluyó que el rubio estaba despertando.
Bill por su parte, lo primero que sintió cuando recuperó la conciencia fue paz, tanta tranquilidad, sintiendo maravillado los latidos de su corazón que dejaba un cálido sentimiento en su pecho. Hace tantos años que no dormía así de bien y sin presentar ningún síntoma, era irreal para él que no quiso abrir los ojos para disfrutar más de esas sensaciones.
Antes de que el demonio volviera a quedarse dormido sintió una fragancia demasiado familiar para su persona, peleó contra su propio sueño tratando de abrir los ojos hasta conseguirlo. Lo primero que vio fue una melena castaña muy conocida para él, pronto se dio cuenta de que Dipper estaba sobre su cuerpo abrazándolo y él mismo abrazando su cintura.
Al darse cuenta de que durmió con Dipper y despertó abrazado a él como en los viejos tiempos entendió a que se debía su hermoso amanecer. Tranquilo sobó su cabeza en Сосна, acostumbrado a que este se quedara en esa parte de su cuerpo, sonrió relajado aún algo somnoliento, pero feliz.
-¿Estas despierto? -Preguntó en voz baja
-Sí ¿Ocurre algo? -Respondió segundos después
Dipper en todo el tiempo de descubrimiento del demonio se entretuvo escuchando el rápido latir de su corazón que le daba bastante sueño, pero que no logró dormir cuando se lo propuso esta vez por el movimiento del rubio.
-Me estas ocupando como almohada
-¿Es un problema?
Dipper se forzó a levantar un poco la mirada, chocolate y dorado se encontraron una vez más como todas esas mañanas que despertaban juntos.
Bill se quedó admirando al castaño recordando vagamente cuando despertaban, él lo hacía antes que Dipper quien minutos más tarde totalmente rojo veía los brillantes ojos del demonio verlo solo a él. Eran buenos tiempos que, aunque el humano no recordara, le dejaba una sensación cálida ante la acción involuntaria al sus ojos encontrarse una vez más.
-No creo que lo sea -Contestó su propia pregunta- Y no veo que te moleste
-¿Por qué no saliste de encima? -Preguntó curioso el rubio
-Eres cómodo
Bill al ver como Dipper volvió a cerrar los ojos con la clara intención de volver a dormir sonrió enternecido, antes de que le sellara las memorias cuando dormían juntos y despertaban muy temprano el castaño se volvía a acurrucar en su cuerpo. Verlo ahora años más tarde le causaba tantas cosas de que su Agapē hiciera eso inconscientemente.
Verlo apoyado en su pecho como en los viejos tiempos, deseo decirle toda la verdad, ansioso por devolverles sus memorias, pero se guardó ese anhelo tan peligroso en lo profundo de su mente repitiendo su mantra "Lo haces por él" "No debes decirle"
Bill solo suspiro apretando el cuerpo de su Agapē contra el suyo gravando la cálida sensación de sentirlo cerca, el aroma a lavanda de su shampoo que desprendía de su cabello, la forma en que late su corazón dejando una calidez agradable en su pecho. Esperaba gravarse esas y más sensaciones, porque luego de sus siguientes palabras le costara recordarlas y sentirlas.
-Pinetree -Lo llamó
-¿Sí? -Contestó adormilado
-Me tengo que ir -Murmuró haciendo más firme su agarre
Bill no era consiente de cuanto apegaba a su Agapē a su cuerpo, dando por sentado que no quería irse y mucho menos separarse de su ser una vez más, deseaba quedarse a su lado, sin embargo, no lo haría, aunque su cuerpo quemara y doliera por su lindo castaño.
-¿A dónde? -Preguntó haciendo un esfuerzo por abrir los ojos.
-A mi casa -Con solo esas dos palabras el castaño abrió por completo los ojos
-¿Puedo ir contigo? -Levantó la mirada topándose con esos dos soles
-No
-Por favor, llévame contigo -Lo miró suplicante
Bill frunció un poco el ceño, le pareció tierno como los ojos del castaño brillaron casi cristalinos con un puchero. Esa carita le hizo hasta el triple de difícil decirle una negativa que desde un principio. Sin embargo, debe ser firme por eso desvió la mirada para no caer en tentaciones y que terminara cumpliendo el deseo de Dipper.
-¿Por qué quieres ir a mi casa de nuevo?
-Quiero nadar en esa piscina
-Pero hay una piscina aquí, en el pueblo, hasta tienes un lago cerca al cual puedmmm~
El rubio retuvo tanto como pudo el suspiro de placer que quería salir de sus labios, sabe que Dipper no lo hizo intencionalmente, solo se estaba acomodando mejor sobre su cuerpo, pero de todas formas fue torturante para él que, por accidente, pasara su pierna por su miembro.
Dipper curioso por el aumento en la velocidad de los latidos de Bill, levantó la mirada para verlo, se sorprendió de ver un pequeño reflejo rosado en sus ojos siendo solo un pestañeo y que su atención se desvio al rostro del demonio quien posee un notable sonrojo en sus mejillas.
-¿Sucede algo Bill? -Lo miró curioso
-No -Desvió la mirada- Solo te decía que tienes todo aquí en el pueblo ¿Por qué quieres ir?
-En tu casa hay privacidad, tendremos una piscina para nosotros, en cambio, aquí habrá muchos turistas tratando de escapar del calor
Bill lo meditó por un momento, si solo era pasar una tarde en la piscina no afectaría a nadie. Rendido y sabiendo que su compañía sería mejor que quedarse sufriendo en su casa solo.
Sabiendo su respuesta se levantó de la cómoda cama dejando al castaño sentado y proceder a chasquear los dedos.
Dipper vio sonrojado como el cuerpo antes descubierto del rubio fue tapado por una playera manga corta blanca de cuello en V con un triangulo amarillo en el centro, sus pantalones rojos fueron cambiados por unos negros y se colocó unos tenis rojos. Bill ya cambiado y listo se giró con la intención de responderle al castaño y despertar a Сосна
-Esta bien, puedes venir conmigo -Se acercó tomando en sus brazos al conejo- Pero avísales a tus tíos no quiero tener problemas con ellos
-Les avisaré -Le sonrió emocionado
-Te espero afuera -Se alejó caminando hacia la puerta
-¡Espera!
Dipper ni siquiera pensó antes de lanzarse al cuerpo de Bill, este se giró al ser llamado, pero se encontró con el impacto del cuerpo de su Agapē con el propio que lo único que pudo hacer fue hacer flotar a su conejo. Claro que no contó con todo el impulso del castaño lo que provocó que perdiera por completo el equilibrio y terminaran ambos en el suelo.
El castaño abrió poco a poco los ojos encontrándose frente al rostro del rubio casi sin ningún espacio entre ellos siendo solo necesario un pequeño acercamiento para juntar sus labios, se sonrojó mucho al darse cuenta en la posición y lo poco que faltaba para besarse.
Bill un tanto sonrojado por el acercamiento de su Agapē, contuvo tanto como pudo el deseo de besarlo y solo sonreírle entre divertido y coqueto por la situación que creo el castaño para evitar que él se fuera, algo exagerado, pero que estaba disfrutando cada segundo.
-No era necesario tirarme al suelo -Rio leve- ¿Tanto te gusta tenerme cerca?
Dipper salió de encima de inmediato dejando un golpe en el hombro del demonio girando su cabeza a otro lado para que este no viera su sonrojo. Bill por su parte, sonrió todavía más al ver que su tierno castaño seguía conservando algunas actitudes de cuando tenía 16 años.
-¡No te rías! -Se quejó
-Estas tan rojo Pinetree -Se sentó sonriendo
Bill reía leve bajando su conejo a sus brazos ante sus quejas por falta de gravedad, aun así, no aparto los ojos de su Agapē recordando cuanto le gustaba verlo sonrojado, se veía tan tierno que lo único que deseaba era llenar de besos esas coloradas mejillas.
-Quiero que nos acompañes a desayunar -Se giró a verlo
La risa del demonio se esfumo y su rostro expresó sorpresa ante tal ofrecimiento, pensó por un momento que escuchó mal, ya que sin recuerdos no debería hacerle tal oferta como si le agradara estar con su persona.
-¿Qué dijiste? -Preguntó extrañado
-¿Quieres desayunar con nosotros? -Repitió esta vez en pregunta
-Me encantaría -Se levantó
-Entonces vamos
-Deberías cambiarte de ropa primero Pinetree
El castaño se miró y recordó que se había colocado su pijama anoche antes de acostarse junto a Bill, se sonrojo leve al olvidar ese detalle.
-Te espero afuera
Bill dejándo unas amistosas y lentas caricias en el pelaje de su conejo salió de la habitación cerrando tras de si, se sentó en el suelo apoyándose en la pared y dejó a su conejo en sus piernas dispuesto a esperar a Dipper.
El castaño al tener privacidad se dirigió a su armario sacando un conjunto de ropa simple, pantalón azul, playera naranja rojiza manga corta y una chaqueta negra abierta junto con su inseparable gorra de pino que se trajo de la casa de Bill. Agregando a su conjunto unos tenis azules, sus favoritos específicamente.
Ya listo salió de su habitación encontrando a Bill recargado en la pared con su conejo en sus piernas viendo la pantalla de su celular, se dio cuenta de que el rubio estaba jugando en juego que identificó como Pacman. Giró la cabeza a un lado curioso, no pensó que al demonio de la mente y los sueños le gustara los videojuegos.
-¿Bill? -Lo llamó tocando su hombro
-¡Ah!
El demonio al estar tan concentrado no escuchó cuando el castaño salió de la habitación, debido a eso se asusto al ser llamado que su celular voló unos cuantos centímetros lejos de sus manos provocando que perdiera la partida que tanto le costo llegar ahí en modo supervivencia. Mientras su conejo saltó en su lugar ante el sobresalto de su amo, hasta llego a bajarse de su regazo mirando mal al humano.
El castaño se estremeció bastante asustado al recibir una mirada molesta del demonio que parecía matarlo de mil maneras diferentes con un aura tan pesada que le estaba dando bastante miedo.
-¡Me hiciste perder! -Le reclamó levantándose
-¿Bi-Bill? -Retrocedió
-Pinetree -Se acercó molesto
-¿Sa-sabes? y-yo...¡Yo ya me voy! -Se giró y corrió por su vida
-¡Vuelve aquí! -Empezó a perseguirlo
Los que estaban abajo ya listos con el desayuno miraron el techo curiosos de escuchar un escandalo considerable mezclado cine gritos de suplica del castaño y los reclamos del rubio acompañados de cosas caerse y pisadas rápidas. Se miraron entre ellos y se fueron asomando por la cocina queriendo ver lo que estaba pasando.
-¡Vuelve aquí!
-¡So-Solo es un juego! -Gritó corriendo
-¡Iba a romper mi récord!
El rubio viendo que el castaño no estaba tan lejos de él lo aprovecho para salta y derribarlo, ambos acabaron en el suelo, Dipper temió por su vida y trato de huir lejos del demonio, pero el aire se escapo de sus pulmones empezando a reír con fuerza. Bill le esta haciendo cosquillas.
-¡No! ajajajajs ¡B-Bill pajaja pa-para!
-Es mi venganza Pinetree~ -Canturreo divertido
Dipper no tenía ni idea de como Bill conocía sus puntos débiles de cosquillas, pero no podía pensar con claridad con el demonio medio sentado en sus piernas paseando sus manos por su cuerpo haciéndole cosquillas sacándole risas y carcajadas.
Bill por su parte estaba disfrutando hacerle cosquillas encantado con escucharlo reír y carcajearse, había olvidado lo mucho que le gustaba escuchar al castaño reír de esa forma, lo había extrañado mucho.
Los pines curiosos de escuchar al castaño reír se asomaron a las escaleras encontrando a Dipper retorcerse en el suelo tratando de apartar a Bill entre carcajadas, este sobre su cuerpo con una genuina sonrisa, sus ojos brillando notablemente divertido de hacerle cosquillas a su lindo Agapē.
-¡Po-Por fa-favor! -Suplicó entre risas
-Bien
Bill luego de un rato de hacerle cosquillas se salió de encima mirando como Dipper recuperaba el aliento y su risa empezaba a calmarse. No pudo evitar sonreír, la primera vez que le había descubierto ese punto débil al castaño estaban solos en la cabaña.
Lo recordaba como si fuera ayer.
Continuará
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