—Sólo —susurre para mi misma pero creo que no resulto por que el profesor me volteo a ver serio pero no me dijo nada.

—Ponte a trabajar mejor —Angie me dio un codazo.

Nos pusimos a trabajar cuando terminamos todos fuimos a que nos revisara y tocaron el timbre, Angie se adelantó por que se fue a arreglar el lugar.

—Señorita Miller tiene un momento —estaba a punto de irme pero lo voltee a ver.

—Pasa algo profesor —se me acercó.

—Que hará ahorita en la tarde —estaba nervioso.

—Por que lo pregunta —alce una ceja.

—No por nada, nos vemos mañana señorita Miller —agarró su maletín para después irse.

No sabía lo que acaba de pasar pero me sacaron de mis pensamientos, por que alguien entró al aula.

—Creí que ya te habías ido —supe de quien era esa voz así que me voltee.

—Claro que no Logan —le regalé una sonrisa.

—Vamos —agarró mi mano para salir de la universidad.

—Tienes una moto —mire asombrada y enamorada de su moto -.

—Si me la compré de cumpleaños —sacó dos cascos.

—Me encantan las motos —estaba emocionada.

—Me alegro hermosa digo Chloe —me entregó mi casco.

No se pero me encantaba verlo nervioso, no se para mi se ve tan tierno así.

—A donde iremos —me subí luego que el se subió a la moto.

—A ver una película y después donde tú quieras ir —encendió la moto.

Nos fuimos al cine el apagó la moto y nos bajamos, fuimos caminando a comprar las entradas. Adelante venían tres chicos.

—Adiós preciosa —escuché que dijeron y luego me tiraron un beso.

—Gatita —vi de reojo que se relamio los labios.

Sentí que Logan se tenso vi que su mandíbula estaba apretada, así que agarré su mano para ver si se tranquilizaba.

—Rica mami —me tiro otro beso.

Vi que Logan tenía la intención de ir a golpearlos, pero rápido lo detuve.

—Vámonos —hice que me viera.

—Mejor —me abrazó por los hombros y nos fuimos al cine.

Compramos las entradas y chucherias entramos a ver la película Anabelle. Y entramos a la sala.

—Estas bien —le pregunté cuando encontramos asientos.

—Me dio coraje que te dijeran así esos imbeciles —estaba serio.

—Gracias por defenderme —le di un beso en la mejilla.

—De nada —dijo tranquilo después que le di el beso.

Después de algunos sustos terminó la película y cuando salimos ya estaba atardeciendo. Fuimos a dar algunas vueltas en la moto y hasta que por fin me fue a dejar a la casa.

—Me divertí contigo hoy —me bajé de la moto y le entregué el casco.

—Gracias por aceptar salir conmigo —se quitó su casco.

—De nada —le íba a dar un beso en la mejilla pero el se volteo provocando que lo besara en sus labios.

—Lo siento —el se separó de inmediato.

—No te preocupes —sentía mis mejillas rojas.

—Te veo mañana en la universidad —se puso de nuevo el casco.

— Esta bien — me di la vuelta para meterme a la casa.

Cuando cerré la puerta escuche que encendió la moto para después irse, como estaba sola por que Angie va a regresar como a las 10. Mejor me fui a bañar y cambiar.

—Tengo hambre —me dije a mi misma mirando la hora.

Apenas eran las 7:30 de la noche así que salí a comprar chucherías, cuando salí de la tienda íba caminando pero noté que la calle estaba medio sola, y eso me dio algo de miedo. Al rato escucho unos pasos detrás de mi yo acelere mi paso, pero la persona que venía detrás de mi hizo lo mismo.

Sentí que esa persona me agarró poniendo su mano en mi boca para que no gritara.

—Nos vamos a divertir preciosa —me dijo cerca de mi oído.

—Sueltame —estaba tratando de soltarme pero el era más grande.

—No fuerces preciosa —me empezó a llevar aun callejón.

Yo no pude evitar soltar algunas lagrimas ya que no me podía soltar y no podía gritar, yo solamente cerré los ojos esperando lo peor.

—Sueltala —escuché y al rato sentí que el hombre me soltó.

Íba a voltear a ver pero la persona que me ayudo agarró mi brazo sacandome de ahí, de inmediato supe quien era por que reconocí su voz.

—Qué hace sola por aquí señorita Miller —íba serio.

—Salí a comprar —ni sabía que decir.

Note que tenía sangre en su rostro por que tenía partido su labio y un corte en su mejilla derecha.

—Esta sangrando —iba a tocar su rostro.

—Estoy bien —nos fuimos a su auto.

—Esta sangrando demasiado —lo mire preocupada.

—Vamos a mi casa —nos subimos a su auto.

En el camino nadie dijo nada yo por veces lo miraba de reojo, y hasta ahorita noté que es realmente guapo.

—Llegamos —mire hacia afuera quedando sorprendida por que su casa era muy hermosa.

Entramos a su casa y yo inspeccione todo el lugar con la mirada. Luego reaccione volteandolo a ver.

—Tengo que curarte donde tienes un botiquín —mire las heridas.

—No es necesario —estaba serio todavía.

—Donde tienes un botiquín —volví a repetir pero esta vez yo también estaba seria.

—Segunda puerta a la izquierda —señaló.

—Tú espera aquí —fui a buscar el botiquín donde señaló.

Cuando lo encontré volví a la sala y lo encontré tomando una lata de cerveza.

—A ver —abrí el botiquín sacando una gaza y alcohol volteandolo a ver.

—Con cuidado —dejó la lata en la mesa.

Le eche el alcohol a la gaza luego lo acerqué al corte que tenía en su mejilla derecha.

—Duele —cerró los ojos poniendo sus manos en mi cintura.

—Ya casi terminó —limpié bien sus heridas.

—Ahora arde —apretó un poco sus manos.

— Ya está tranquilo —fui a botar la gaza.

—Me esta palpitando —íba a poner su mano en su labio pero yo agarré su mano a tiempo.

—No lo hagas —me senté a su lado — no es muy profundo el corte —mire su mejilla.

—Gracias por curarme —dijo serio.

—De nada pero una pregunta —lo mire a los ojos.

El me miro esperando a que yo siga hablando.

—Cómo sabías que yo iba a estar ahí o que eso iba a pasar —lo mire curiosa.

—Por que iba pasando por ahí y te vi y te ayude —noté que estaba entre tranquilo y nervioso.

—Me estabas espiando —lo mire sorprendida.

—Claro que no —íba a tomar más cerveza pero cuando hizo contacto con su labio —mierda —tiró la lata al piso.

—Te esta volviendo a sangrar —le puse otra gaza en su labio.

—Lo siento —agarró la gaza.

—Ya es tarde —mire la hora 11:30 de la noche.

—No voy a dejar que te vayas —se levantó y lo mire — digo por que ya es tarde —fue a botar la gaza —tu duerme en mi cama y yo dormiré aquí en el sillón —volvió a la sala.

—No habrá problema —lo mire apenada.

—No tranquila señorita Miller —me sonrió de lado.

—Por favor dígame Chloe —le sonreí igual.

—Liam Hemsworth —me señaló donde estaba su habitación.

(....)