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~Tanto tiempo~

-Oye, esto es aburrido, ni siquiera sabes para donde vas. -dije algo cansada, a pesar de que aún me traía cargada.

-Si se supone que te traigo conmigo para que me ubiques. -se oyó decir a Ace extrañado.

-Has pasado ese tronco de abedul mas de cinco veces. -dije soltando un suspiro.

-Espera ¿¡Qué!? -me soltó y me sujetó por los hombros. -¡Sabías a donde iba!

-Pero claro que lo hacía, conozco esta isla como conozco el nivel de belleza que tengo. -dije.

Me miró raro.

-Ugh, ya me dio hambre de nuevo. -dijo y se sentó en el césped cruzando las piernas.

-No ha pasado ni una hora -dije poniendo una mano en mi cintura. -Aunque, de como quiera no es seguro tener hombres por este bosque, hay muchas chicas guerreras que te cortarían la cabeza si te vieran. -voltee de reojo y sonreí, lástima que no funcionó y me miró aburrido.

-¡Mizuki, tengo hambre! -dijo con cara exhausta haciendo notar esas pecas.

Suspiré.

-Aunque tengas hambre, no puedes ir al pueblo, aún con un disfraz estamos teniendo unos problemas con la marina.

-¿La marina?- volteó.

-Así es, una chica escapó de Impel down, y esta es la isla mas cercana, nos están pidiendo mucho éstos días, claro que Hancock reniega mucho.

-Puede ser un problema que me vean aquí, además, yo solo vine a buscar a alguien para aclarar cuentas, será mejor que me vaya.

-Alto, espera un momento ¿Qué hay del trato? Necesito mostrarle a mi hermana que no soy tan torpe.

-Mizuki, te tuve que rescatar de que murieras ahogada. -me miró sarcástico.

Bufé.

Se oyó una canción y cantos desde no muy lejos de donde estábamos, ambos volteamos en dirección al ruido. Intentaba recordar algún acontecimiento importante, pero nada. Nada agendado para hacer este día, tenía que ser algo de improviso.

-A-Ace, -dudé un poco al llamarlo. -Vayamos a la playa de donde vinimos.

-Pero acabamos de llegar.

-Sí lo se pero algo raro pasa aquí, que yo recuerde, no hay nada por celebrar estos días, debe ser algo sospechoso. -Dije observando el ambiente.

-Si, eh, yo iré al pueblo, tú ve a espiar y cosas así. -dijo Ace caminando en dirección al ruido.

-¡No lo hagas! -Salté hacía él, empujándolo y atravesando un arbusto que nos llevó directamente a ver la pared de una casa.

-Oh, gran camino Mizuki, eso que yo habría rodeado todo. -dijo felíz.

-Genial, ahora te verán. -dije susurrando buscando señales de alguna chica, curiosamente no había nadie.

-Pues, ¿Segura que eres una princesa? Conozco un tipo que ayuda a la gente confundida. -dijo Ace dándome una palmada en la espalda.

-¡Emperatriz! -dije aclarando. -Y no, no estoy loca, Ace-kun. -dije mirándolo enojada.

-Tranquila, es una broma. -Me guiñó un ojo y se fue caminando.

-¿A-A dónde piensas ir? -dije alcanzándolo.

Me miró y después analizó el lugar y finalmente vio el gran "castillo" dónde vivía con mis hermanas.

-Allá. -dijo y corrió. Me quedé parada observándolo confundida ¿Qué acaso no sabía que se arrepentiría? ¿No sabe que es un peligro para su vida? -Mizuki, -habló sacándome de mi mente. -¿Me vas a dejar hacer un desastre? -sonrió.

Lo miré perpleja ¿Qué? ¿A qué se refería? Solo alcancé decir un "no" tartamudo y correr para alcanzarlo. Pero antes debía quitarme estos tacones, los agarré con la mano y fui corriendo hasta alcanzarlo, a lo que él también corrió.

-Ace, ¡Esto es peligroso para ti! -dije algo agitada. Solo me miró y sonrió.

-Hey, ¿Cómo se entra por aquí? -dijo ya llegando al portón.

-¡No, de ninguna manera voy a permitir que entres! -dije nerviosa.

-Mizuki, ¿Sabes que puedo dormir en tu cuarto y no pasará nada porque estoy "dormido"? -dijo con confianza, tanta que hasta a mi me convenció.

Dí un suspiro y no tardó mucho para abrir el portón y llevarlo adentro.

-¿Sabes? Tienes mucha suerte, no hay nadie en el palacio, ni en el pueblo y eres un chico ¿Eres acaso un amuleto?

-Tal vez es solo lo que dices, suerte, pero... No siempre la he tenido. -dijo serio al decir esto último. Seguimos hasta mi habitación que tenía paredes decoradas con pinturas en ellas hechas por mí, una cama con un velo morado, y el piso hecho de una piedra muy cara.

-Siéntete como en casa. -dije nerviosa y lo único que hizo Ace fue agarrar una manzana que se encontraba junto a muchas canastas llenas de comida.

-¡Esto está delicioso! -dijo y empezó a comer más. Sonreí triste y se oye tocar la puerta de la habitación.

Ace y yo nos miramos y en silencio le apunté al armario a que se ocultara, éste entendió y se ocultó, me quité el polvo de mi vestido y abrí la puerta, al hacerlo vi a una guardia.

-Vaya, sigue aquí Mizuki-sama. -dijo con un suspiro.

-¿Pasó algo? -pregunté con calma.

-¿No lo sabe? Una chica escapó de Impel Down, Rose D. Nana, natal del East Blue-me enseño su cartel de búsqueda, mostraba a una chica de pelo blanco y ojos celestes, mirando a la cámara con frialdad, al notar su recompensa se me nudó la garganta. -con una recompensa de cuatrocientos millones también es conocida como "Demonio de nieve" los barcos de la marina reportan que se dirigía hasta acá.

-Eso es algo importante ¿Hancock lo sabe? -pregunté repegando el cartel hacía mí.

-Afirmativo, Mizuki-sama, Hancock-sama ya sabe del asunto y ella junto a Marigold-sama y Sandersonia-sama se dirigen a una isla que posiblemente también se ubique Demonio de nieve.

-Increíble, ¿Porqué no se me notificó nada? -dije algo molesta.

-Hancock-sama pidió que no la molestáramos, nos dijo que tenía una "responsabilidad" además de que podría ser peligroso... -dijo algo tímida al último momento. Dí un suspiró y voltee ligeramente hacia atrás donde se ubicaba la responsabilidad. -A-a propósito Mizuki-sama... No salga de su cuarto, es muy peligroso, ¿No me acompaña al búnker dónde están todas? -dijo.

-Lo siento, pero me siento más segura aquí, gracias. -dije sonriendo tristemente.

-Entiendo, mandaré un equipo de guardias a vigilar el castillo. -dijo.

Agradecí e hizo pose de soldado y se marchó, cerré la puerta y me mordí el labio. Llamé a Ace pero no salía, lo volví a hacer y nada, curiosa abrí el closet y lo vi dormido. "Hombres" rodé los ojos chistosa y con mucha fuerza lo dejé en la cama.

Habían pasado unas horas y se oyó ruidos en las ventilas de aire, se oían mas fuertes, eran como... pasos. Y de repente salió una cabellera blanca para después salir la misma criminal.

Nos quedamos viendo unos segundos y cuando quise gritar, se acercó más a mi y me puso una daga en mi cuello.

-Gritas y todas tus riquezas se van conmigo. -dijo como si eso fuera amenazante.

-Con un demonio, llevate todo me vale una... -dije para luego parar.

Me miró confusa y alejó su daga para verme de pies a cabeza.

-¿Boa Hancock? - puse los ojos en blanco.

-Boa Mizuki, para ti Boa Mizuki-sama. -dije agresiva.

-¿Disculpa? Yo no necesitó hablarle así a una tacaña avariciosa. -me miró enojada. -Todo que tenga que ver con la marina me da asco, incluyendo a tu familia. En un ataque de ira, la ataque y al parecer estaba desprevenida porque logré darle una abofetada, se quedó parada y me miró. -No debiste haber hecho eso.

Me lanzó golpes y patadas que solo por poco esquivaba, no podía lanzarle ningún golpe hasta que me dio una patada en las piernas y caí al suelo, no estaba lista para pelear, no fui entrenada nunca, se lanzó sobre mi y me volvió a amenazar con la daga.

-Alto ahí, niña ó voy a tener que lastimarte. -se escuchó decir a Ace hablar por detrás de la criminal, esta volteó con furia pero su expresión se cambió drásticamente al ver a Ace, se quedó boquiabierta, Ace también tenía una expresión de sorpresa.

-¿A-Ace? -dijo la criminal con una sonrisa.

-¿Na-Nana? -dijo Ace apagando la llama que había encendido anteriormente, la criminal soltó su daga y se lanzó hacía Ace con una sonrisa increíble, al abrazarlo Ace no dudó ni un poco.

-Ace, no es posible ¡Te he extrañado tanto! - dijo la criminal aferrándose a Ace más aún.

-Enana, yo también, ni te imaginas. -dijo Ace y entonces abrió los ojos y me vio a mí, aflojó el abrazo y me miró.

-¿Estás bien? -dijo con una sonrisa insegura.

-Oh claro que sí, solo que hace un minuto ella entro desde las ventilas y trató de asesinarme y ahora la estás abrazando, mmm... creo que analizando la situación puedo deducir que ¡No, no estoy bien! -dije algo confundida e histérica.

-Espera, ¿esa chiflada y tú se conocen?- dijo la peliblanca.

-Lo mismo digo. -dije a la defensiva.

-Chicas, chicas vamos a aclarar esto, Mizuki, ella es Nana, mi amiga de la infancia. Nana, ella es Mizuki, mi... compañera de trato. -eso dolió, no se porqué.

-Normalmente, cualquier amigo de Ace es mi amigo, pero no seré amiga tuya. -dijo fría.

-¿¡Qué te hice para que me trates de matar!? -dije preguntando histérica.

-Ustedes dan asco. -dijo apretando los puños.

Por alguna razón habla en plural cuando se refiere a mí.

-Mizuki, por favor entiendela, tiene sus razones. -dijo Ace dándome una mano para pararme. La acepté y mire a Nana.

-¿Y que tal Impel Down? ¿Te trataron como mereces? -abrió los ojos al mencionar la cárcel y luego me miró con furia.

-Mizuki, ya basta. -dijo Ace serio, me dio algo de miedo pero después dejó caer un suspiro. -Miren chicas, las quiero a las dos, pero no pueden estar una separada de la otra, ni siquiera se conocen y ya las están juzgando. -dejó caer su mirada a Nana.

Nana soltó aire y me extendió la mano en señal de paz, después se acomodó el fleco que cubría parte de su cara.

-Solo si te disculpas. -dije.

-¿Qué? ¿Acaso crees que voy a--?- miró a Ace y luego a mí. -Solo si dices que tu apellido da asco.

Dudé unos segundos, y también voltee a ver a Ace, que me decía con la cara que debo hacerlo.

-Mi apellido da asco- no se sintió tan mal después de todo, claro que es por eso.

-Perdón por patearte el trasero, -volvió a expandir el brazo. Esta vez lo tomé y me tranquilice.

-Ven, ¿no fue fácil? -dijo Ace. Se ganó una mirada de disgusto por parte de las dos. -Y ¿Que tal Nana?

-Pues, andaba huyendo de la marina, y llegué aquí.

-Genial ahora puedes quedarte conmigo ¿No es así Mizuki? -volteó a verme Ace con alegría.

Rodé los ojos mientras asentía.

-Vaya, no eres tan mala para ser una Shichibukai -sonrió de lado. -Y ¿Dónde están Luffy y Sabo? -dijo.

-Cumpliendo sus sueños, Nana. -Ace sonreía nervioso, ¿Que Sabo no estaba...?

-¿No están contigo? -preguntó - Quería verlos. -se notó triste.

-Un día, Nana. -Ace abrazó a Nana y ésta le correspondió.

"Compañera de trato"

Apreté los puños, mientras reía forzada, ahora el problema no era Nana, sino... ¿Qué no eramos amigos?





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