Capítulo 5
Encuentro inesperado
Aun antes de abrir la puerta principal de la casa casi pude saborear el rico aroma del pastel de carne, queso y papa que mamá solía hacer. Y en cuanto cerré la puerta a mis espaldas y giré, me encontré a mi madre, y fue evidente su enojo.
―Mamá, llegaste temprano...
―Hoy fue mi día libre, David. ―Mamá era cajera en uno de los dos bancos del pueblo, el más antiguo y prestigioso.
―Mmmm...
No supe que decir, con solo mirarla sabia que estaba en problemas y no tenía que ser muy inteligente para saber debido a que. Deseaba escabullirme y subir a mi habitación, sin embargo, sabia que sería imposible y en unos segundos ese regaño en el cual no quise pensar antes se encontraba frente a mí.
Mamá se cruzó de brazos después de caminar hasta el pie de las escaleras, con su mirada azulada muy parecida a la mía, fija sobre mí.
Mi madre era muy bonita, por aquel tiempo llevaba el cabello largo y abundante cortado en capas color castaño oscuro. Delgada y alta poseía una belleza muy americana, uno de sus rasgos más sobresalientes eran sus grandes ojos azules que yo herede. Realmente me parecía mucho a ella, solo mi boca de labios finos y nariz algo redonda fueron rasgos de papá.
En esos momentos el enojo que sentía hacia resaltar la mirada de sus ojos azules y para mi se veía más atractiva.
―¿Podrías decirme de dónde vienes? Y no me mientas. ―Eso último me choco un poco.
―No lo haré, mamá. Nunca lo hago. ―Por esos días si algo detestaba eran las mentiras, daba igual si yo las decía o me las decían a mí.
―Lo sé, David...―Ella dejó salir un suspiro relajando los brazos―. También sé que te fuiste de la escuela en el periodo de almuerzo. Tu y Samuel...y el señor Carter mencionó que tuviste un inconveniente con otro estudiante. ―Nunca le había comentado a mamá sobre Wesley, ella ignoraba sobre su acoso y burlas.
―Es la primera vez que hago algo así, que abandono la escuela ―Aun antes de terminar la frase, supe que no era una excusa, y mucho menos para mi madre.
―Cuando te dije que te acercaras a Samuel, que fueras amable con él, no quería decir que se fueran de juerga, David ―comentó haciendo un gesto de incredulidad con la boca.
―Fue idea mia ―No quería que pensara que Samuel me animo. Ella volvió a dejar escapar un suspiro y rodo los ojos, viéndose muy chistosa.
―Por esta vez lo dejaré pasar, pues esta fue la primera. Además, entiendo la emoción de volver a ver a Sam y querer pasar tiempo juntos...y por último puede que el problema que tuviste en el comedor, y del que más adelante hablaremos te impulsara a querer poner distancia entre ese chico y tu. ―Mientras hablaba ella caminó de regreso a la cocina y yo la seguí rogando porque no le diera por hablar sobre Wesley en esos momentos.
―No volverá a pasar ―aseguré mientras me desplazaba hasta detenerme cerca de la pequeña mesa donde solíamos comer.
―Lo sé, confió en ti, amor. ―La atención de mamá ya no estaba en mí, sino sobre el horno encendido― .Ve a refrescarte para que bajes a cenar ―añadió antes de agarrar un par de guantes de cocina para encargarse de la cacerola que humeante, sacó del horno.
********
Con prisa me coloque la camiseta limpia, una vez de pie, di algunos saltos por la habitación logrando calzarme los tenis sin tener que sentarme, segundos después agarré la mochila y mientras me pasaba los dedos hacia atrás entre el cabello para acomodarlos bajé la escalera y fui directo a la puerta para salir de la casa. En el exterior me esperaban Bruno y Emily.
Mi amigo parecía estar muy interesado en saber que sucedió con Wesley el día anterior, y sobre todo a donde me había ido, pues no me encontró en la escuela. Fueron algunos de nuestros compañeros que le comentaron sobre mi encuentro con Wes en el comedor.
―Richard dijo que poco falto para que tu y Wes se fueran de las manos ―mencionó. Dejamos que Emily caminara al frente mientras su hermano iba a mi lado intentando mantener la voz en murmullos.
Le aseguré a Bruno que Richard exageraba.
―¿Y a dónde fuiste? porque en la escuela no estabas, hasta los maestros me preguntaron por ti.
Mi amigo no oculto su sorpresa e hizo una expresión exagerada, deteniendo su andar, yo continue mi camino. Cuando pasamos frente a la casona donde vivía Samuel admito que esperaba verlo, quizás esperando que yo pasara para caminar juntos a la escuela, pero no fue así.
―Me imagino lo enojaba que está la señora Emma contigo.
Me encogí de hombros, pronto llegaríamos a la escuela, Emily se detuvo más adelante, esperándonos y su hermano trotó para darme alcance.
A las afueras del plantel se podía apreciar el movimiento de estudiantes a pie, y de vehículos desde donde se bajaban, también estaban los que llegaban a bordo de sus bicicletas. El estacionamiento lateral comenzaba a llenarse de carros, solo restaban unos minutos para que se escuchara el timbre del inicio a clases.
Fue entonces que Samuel apareció a mi lado de improviso y tomándome desprevenido. Al ver mi cara de azorado se echó a reír.
Bruno y Emily miraban con mucha atención al recién llegado, noté que la hermana de mi amigo no disimulaba lo agradable a la vista que le parecía Sam. Y yo, estuve de acuerdo con ella, en especial su sincera y amplia sonrisa que dejaba a la vista plenamente su blanca y alineada dentadura.
También me di cuenta de que aunque Samuel se mostró amigable cuando le presente a los hermanos, su atención se encontraba sobre mi. La intensidad de su mirada oscura me puso bastante nervioso.
Samuel y yo compartíamos clases desde el segundo periodo en adelante, hasta el sexto. En esa clase, Literatura Clásica también se encontraban Bruno y Wesley que no dejo de mirarme. Yo me di cuenta, pero estando con mis amigos su presencia me resultaba casi indiferente.
―Hoy no voy contigo, David. Tengo que reunirme con el equipo de baloncesto ―mencionó Bruno bastante emocionado, él era un deportista nato, mientras que a mi ningún deporte me agradaba, mis pasatiempos favoritos eran los videojuegos y la lectura.
―Yo voy a una reunión del club de teatro ―comentó Samuel ― .Anímate a venir conmigo, David.
Yo no me veía siendo parte del club de teatro y por no decirle que no, le dije que lo pensaría. La verdad era que no pertenecía a ningún club, ni siquiera al de literatura. Esa tarde me fui solo a casa, sin saber el error que cometía.
Me encontraba lejos del plantel, pero aun me esperaban varias cuadras para llegar a mi hogar cuando Wesley, Jeffrey y Paul me cortaron el paso. En cuanto los vi entendí que estaba en aprietos y la adrenalina me recorrio las venas.
No sé porque no me esperaba aquel encuentro cuando debí suponer que Wesley no se quedaría tranquilo hasta no dar conmigo solo.
―David, Davicito...siempre tan distraído y fácil de interceptar...no aprendes.
Wesley me hizo frente mientras que sus amigos se acercaron por los costados, y a propósito me forzaron a salir de la acera hasta un callejón entre dos edificios de apartamentos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro