Capítulo 8 ("¿Y mis zapatos?")
(•••)
Mis ojos pesaban, me era imposible abrirlos, además, la pereza que sentía en esos momentos era demasiada.
Una vez logré abrirlos con esfuerzo, mi visión se hizo borrosa, por lo que achine mis ojos para esperar que la nitidez se apodere de mis ojos, talle mis ojos, entonces mi visión se aclaró. Y pude visualizar mi panorama.
— ¿Que mier..?
Esta no era mi habitación. No era mi cama. ¡Nada de este lugar era mío!, ¿Estoy soñando?, ¿Qué pasó ayer? ¿Dónde estoy?, ¿Cómo llegue aquí?. Me empecé remover en la cama, haciendo que mi rostro choque con una almohada.
Un riquisimo olor varonil se apodero de mis fosas nasales, era exquisito. Agarré la almohada y la presione contra mi nariz, olía demasiado bien. Un olor muy conocido.
Un momento. Vamos lento. Estoy en un cuarto de un hombre.. amanecí en una cama.
Oh no.
El imaginar todas las cosas malas que habrían pasado la noche anterior me aterraba.
Vi debajo de las gruesas sábanas a verificar que todo estaba orden, gracias al cielo, aún tenia la misma ropa que llevaba ayer, significa que no cometí alguna locura.
Un sentimiento de alivio inundó mi cuerpo entero, deje de sentirme tensa y me relaje por un momento. Pero no duró por mucho.
Por un momento pensé lo peor, pero no fue así, aun mantengo la misma ropa de ayer cuando salí con Martin.
Otro momento.. ¿Y Martin?, ¿Será esta la habitación de Martin?
— ¿Martin? — me senté en la cama.
No. Está habitación se me hace conocida, la vi en alguna parte, pero no recuerdo nada. Mi cabeza estaba tan vacía y blanca y con pequeñas punzadas atacando mi pobre cerebro. Que no tenia espacio para recordar cuando vi o estaba en esta habitación. Tengo que salir de aquí.
¡Maldita cabeza! ¿Porqué tomé tanto?
— ¡Ay carajo! — otro fuerte dolor de cabeza me choco, cosa que provocó que cayera de costado a la cama agarrando mi cabeza del dolor. — ¡Hijos de la gran muralla china!
Genial, mi primera borrachera, y termino mal. ¿Algo más para empeorar las cosas?
Después de unos segundos en silencio, alcanzo escuchar unos pasos acercarse, no se hacia que dirección, pero tengo que estar preparada, aún no se quien me trajo aquí, pudo haber sido un vejete que me vio tirada en el suelo y él tan amable me trajo a su casa.
La primera cosa que vi fue la almohada que estaba al lado mio, me paré rápidamente y me puse al lado de la puerta, esperando que entre esa persona. O bueno. Si es que llega aquí.
Los pasos se escuchaban más fuertes, a de ser un ogro molesto.
Y sip, es hacía acá.
3... 2... 1..
La puerta se abrió, pegué un grito y golpeé a la persona que acababa de entrar, un fuerte golpe en la cara fue suficiente para que la persona pierda equilibrio, y no me quede satisfecha con un simple golpe a la cara con una almohada, entonces, aún manteniendo mis ojos cerrados, seguí golpeando a la persona que acaba de entrar.
Un momento..
— ¡Hijos de...!
— ¿Vegeta? — aparté la almohada de su cara cuando pude distinguir los sonidos y ruidos que tiraba, y por el extravagante cabello que tiene.
— ¿Que mierda te pasa? Ahg. — las plumas u pelusas que contenía la
almohada salieron volando, y la mayoría de estas cayeron en su rostro. Todo.
— ¡Habla ahora Inútil! ¿Qué me hiciste? — demande apuntando a su cara con la almohada, amenazando con volver a golpearlo.
— ¿Que tonte..? Tch, yo no te hice nada.
— Entonces.. ¿Qué hago aquí?, ¿Qué paso ayer?, ¿Dónde estamos?, ¿Qué bebí? ¿Dónde están mis zapatos?
— Hey, calmate por una vez en tu vida, mujer. A ver, estás en mi casa, te traje aquí por que ayer te desmayaste.
— ¿Me desmaye?, — insatisfecha con eso. Seguí con mi interrogatorio. — ¿Cómo, cuándo, porqué?
— ¿No lo recuerdas?
— ¿Entonces para que te estaría preguntando? — pregunté obvia.
— Me besaste. — habló sin nudos en la lengua.
Espera.. ¿Qué?
— ¿Qué?, no, no y no, estás inventando cosas solo para molestarme, ¡Ya en serio dime!
— ¿A no? ¿Cómo estás tan segura si ni siquiera lo recuerdas?
— Pero.. ¿Cómo?
— Estabas muy ebria.
— ¿Eb.. Ebria?
— Si.
— ¡No puede ser! Esta debe ser una bendita broma, yo no te pude besar. Debí a ver echo otra cosa, como, bailar encima de alguna mesa, salir a la calle en ropa interior, besar a una mujer, o.. ¡Yo que sé! Dime cualquier cosa menos que te bese. — comencé alterarme.
Yo no pude besar a este cretino, ¿En que estaba pensando?, ¡Estaba ebria!
Este comenzó a reírse. — no lo niegues, me besaste.
— Pues.. habrá sido un pico, por que de ahí nada más debió pasar.
— Para tu información, me seguías el beso.
— Un momento.. ¿Por qué rayos no me alejaste?
— Mm.. digamos que debí aprovechar un poco. Nadie tiene la oportunidad de besar a su enemigo. — habló con orgullo.
— Eres un desgraciado.. — hablé con amargura.
— Aunque eres demasiado torpe cuando besas.
— ¿Ah?
— Torpe. — repitió.
— ¡Estaba ebria, genio! ¿Qué esperabas? ¿Un beso romántico?
— Algo así.
— Eres un... ahg, no basta los insultos para ti.
El comenzó a reírse.
— ¡Deja de reírte! — me queje.
— Actuabas muy extraña. ¿Qué carajos fue eso de Un Show Mas?
— ¡Estaba ebria! ¡Deja de reírte!
— Tengo derecho de hacerlo.
— No, no lo tienes.
— Tú vas a tender mi cama. La dejaste mucho más desordenada que como yo lo hago.
— ¡Estaba ebria!
¿Cuántas veces más tengo que seguir escusandome con esas palabras?
— ¿Y después de haberme desmayado? ¿Qué otra cosa más pasó?
— Milk me ayudó a traerte. Ella no estaba tan borracha como tú. Pero créeme que con solo dos tragos ya quedó peor que mono drogado.
Me reí. ¿Milk borracha? Eso es nuevo.
— Específicamente, no me ayudó, también tuve que traerla, me traje dos locas casi muertas que pesan peor que una rinoceronte embarazada.
— ¡Respeto! ¡Imbecil!
— ¿Encima que traigo acá? Si no hubiera sido por mi tanta amabilidad, hace rato estuvieras tirada como trapo en el pisto de la discoteca. Y créeme, que cualquier viejo te hubiera llevado y ahorita estuvieras echa pedazos dentro de un barril tirada en el fondo del océano por que esas personas se encargaron de vender tus órganos a extraños.
Bueno, por lo menos tiene la misma mente loca como yo.
— ¿Gracias?
— Ahora barre mi cuarto. Ayer tuve que limpiar tu desastre.
— ¿Qué desastre?
— Vomitaste, y no sólo una vez, fueron como cinco.
Ay, justo ahora me dan ganas.
— Que chistoso. Pero no voy a barrer ni una.. — antes de terminar mi frase con una grosería, llego interrumpir, ya que otra cosa que estaba pasando nuevamente desapercibida, pasó por mi mente. — ¿Y Martin? ¿Qué sucedió con él?
Este me miró, alzó una ceja. Joder, si sigue mirándome así, juro que me voy a derretir de miedo. Cruzó sus brazos. Luego, miró hacia el techo, como si estuviera recordando algo.
— Yo.. solo vi que se fue con una mujer a no sé donde. — se volteó dándome la espalda.
— ¿Disculpa?
Ahora la de brazos cruzados, era yo. Lo miré desafiante, obligando a él a decirle la verdad y que se deje de payasadas.
Este me miró.
— ¡No sé! Ni me importa en un principio. Quizás es verdad y se fue a coger con otra.. — se defendió.
Yo aún estaba sin creerle.
— ¿Esperas que te crea?
— Emm.. yo creo que si. — volvió su mirada a mi.
— Conozco a Martin. Él no es de irse y dejar a una bella doncella en apuros en un lugar muy horrible. — dramatice colocando una mano sobre mi pecho con exageración.
— Claramente tú no eres la doncella bella.. — fingió toser poniendo su puño en frente de su boca mientras se daba la vuelta.
— ¡Te oí!
Alzó los brazos rendido mientras se volteaba, cargando una sonrisa de lado.
— Entonces no sé. Pregúntale a él.
Bajó sus brazos.
— No lleve mi teléfono, lo deje en mi casa cargando.. supongo que mi casa ya se incendió.
— ¿Quién deja su teléfono cuando va a salir?
— Yo.
— Eres tan..
— ¡¡Shh!!
Me acerqué a él y llego a interrumpir su frase insultante poniendo mi dedo entre sus labios.
— Calladito te vez más bonito. — golpeo su pecho con la palma de mi mano. Iba a irme, pero algo se interpuso entre mi camino.
Maldito Vegeta, puso su pie a propósito para que me caiga.
— ¡Estúpido!
Perdí mi equilibrio. Logró eso, pero no que me caiga.
El se rió. Le mande una mirada fulminante cuando me reincorpore.
Pero, luego recordé un pequeño detalle. Miré hacia abajo, viendo mis pies descalzos que tocaban el frío suelo. ¿Cómo no me di cuenta?
— ¿Se te perdió algo? — habló cerca de mi oído, provocando un sobresalto en mi. Me alejé por el susto.
— Ahora que lo preguntas.. si. ¿Dónde están mis zapatos?
— No lo sé.
— Tu debes de saberlo. ¡Me trajiste aquí!
— ¿Me ves cara de Akinator o qué?
— Pues ambos están igual de feos, así que..
— ¡Cierra la boca, bruja!
— ¡¿Cómo me llamaste?!
— ¡Bruja! ¡Por ese pelo igual de una bruja!
— ¡Tú eres una bruja!
Le grité mientras me dirigía hacia la cama, me dispuse a ver debajo de esta. Me agaché hasta quedar viendo completamente debajo de la cama.
Qué rayos..
— Qué demonios..
De pronto, un peso a mi lado hizo que me dejara de ver al frente y ver al encargado de empujarme.
— ¿Qué tanto chismoseas, bruja?
— No sabia que te gustaba conservar cajas de My little Pony debajo de tu cama. — hablé mientras agarraba una y la acercaba a mi.
— ¡Deja ahí! ¡No son mías!
— ¡Noo! ¡Yo amo a la rosada!
Me queje como niña pequeña mientras me quitaba la caja, hice un puchero.
— No son tuyas.
— ¿De quiénes son?
— Son de Milk cuando era pequeña, adentro hay cosas privadas. Que ni ella misma sabe que hay.
— Yo quiero saber.
— No. Nadie lo sabe. Y mucho menos una loca bruja cabeza de pitufo lo va a saber.
— ¡Oye!
— Solo agarra tus malditos zapatos y..
— ¿Se puede saber por que están discutiendo debajo de la cama?
Una voz nos llamó la atención, queríamos pararnos, pero nos golpeamos la cabeza por el estúpido acto. Nos tocamos la zona golpeada. Y salimos del oscuro lugar que esconde muchos secretos, que pronto descubriré.
Una vez nos paramos bastante confundidos. Nos encontramos a una Milk recostada en el marco de la puerta muy adormilienta, tenia el cabello echo un revoltijo, y a cada segundo tiraba un bostezo, entre cerraba los ojos con pereza y se frotaba los ojos frecuentemente.
Sin duda alguna. Teníamos a una verdadera bruja en frente nuestro.
— Genial, la bruja menor despertó.— susurró Vegeta suspirando con cansancio.
Me reí, pero luego reaccioné cuando dijo "La Menor", eso se refería que yo era la mayor, en pocas palabras, la peor.
Golpee su brazo.
— ¿No escuchan que hace rato están tocando la puerta?
— ¿Y por que no fuiste abrir?
— Tengo muchísimo sueño como para hacerlo, es más, si bajo las escaleras, es muy probable que termine muerta.
— Ahg.. entonces eso significa que iré yo. — expresó Vegeta con sarcasmo mientras se cruzaba de brazos.
— Si. — nos apresuramos Milk y yo en responder al unísono. Nos sonreímos con burla.
— Par de locas.
Dijo y se fue por la puerta chocando su hombro con el de Milk ligeramente. Pero a esta no le importó.
Me senté en la cama mientras me colocaba mis zapatos.
Quiero ir a ver quién es. Y luego, me iré corriendo a esconderme.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro