Capítulo 7 (¡Qué alguien detenga esto!)
Agarraban un extremo de sus polos para después exprimirlo, y que de este caiga un chorro de agua.
— Bueno... ¿Podrías prestarme tu chaqueta? — dijo con las mejillas rojas al haber sentido la mirada del azabache sobre sus senos.
— Claro, claro. — dijo, acto seguido se quito su chaqueta y se la entrego a la peli-azul. Una vez echo, ambos siguieron su camino, aun con el frío corriendo en sus cuerpos.
Terminaron de comprar y regresaron a la casa de Vegeta.
— ¡Por fin!, a la hora que llegan por tan solo un pegamento.
— Lo sentimos. Se nos hicieron presentes unos.. percances.
— ¿Asi? — su expresión cambio a una picara — y.. ¿Se puede decir que tipo de percances son?
— ¡Milk! — grito sonrojada.
— Mm.. ¿Y entonces por que tienes la chaqueta de mi hermano? — continuó.
— Por que.. — me quede sin el habla por tan incómodo momento.
— No me molesta si son pareja.
— ¡No! — apresuré en decir. — solo me moje, ¿Feliz?
— ¿Es cierto Vegeta?
— Si.
— Bueno como tardaste tanto Bul, termine el trabajo, ya que encontre un pegamento en el cuarto de mi hermanito, lindo, bello, precioso, hermoso y..
— ¡¿Que te dije de urgar en mis cosas mocosa?!
— ¡Oh vamos Vegeta! Como si tu nunca allás visto mi diario y yo no veo el tuyo.
— Tch, como sea ya me voy. — se fue.
— Ya en serio ¿Que hicieron?
— Nada. Solo corrimos y caímos en una fuente, el me prestó su chaqueta y fuimos a comprar el pegamento y aquí estamos.
— Aja si, ¿Y acordaron cuando se volverían a ver?
— ¿En el colegio?
— Agh ya no importa. Hasta mañana Bulma. Ven te acompaño a la puerta.. — dijo y ambas mujeres fueron a la puerta.
— Oh y, gracias por avanzar el trabajo, perdón si te deje mucho que hacer.
— No me preocupes, me gusta hacer este tipo de cosas, y mas si es con música y estando a solas.
Bulma le regalo una sonrisa amigable, Milk respondió igualmente. Bulma no espero más y salio de la casa rumbo a su hogar.
Una vez llegó, se dirigió con prisa a su habitación, cerro su puerta, y se tiró en su cómoda cama, dispuesta a pensar en todo lo sucedido el día de hoy.
— Vegeta..— no dejaba de mencionar ese nombre, extrañamente. — no Bulma.. no te puede gustar ese hombre. Ademas, ya le estas empezando a agarrar cariño a Martin. — hablaba ella sola.
Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando se escucho el vibrar de su celular.
Perezosamente, estiró su brazo hacia su celular que descansaba encima de su cómoda.
~En la llamada~
— ¿Bueno?
— ¡Hola Bulma! Soy Martín.
— *Y justo hablaba de el* Hola Martín, ¿Como estas?
— ¡Bien! Y ¿Que haces?
— Pued, nada, aburrida, en mi cama.
— Oh.. que bueno. Am..
— ¿Pasa algo?
— No, bueno si, si pero no.
— ¿Que? ¿Sucede algo?
— Si, pero no. Ahg, perdón estoy algo nervioso.
— ¿Porque?
— ¿Tienes planes para después?
— Am.. no que yo sepa, no, no creo no.
— ¡Genial! Am.., me preguntaba si querías ir a comer algo, no sd, cosas de amigos. ¿Tu entiendes?
— Am.. claro, si.
— ¡Gracias! Te veo en 15.
— Si ¡Nos vemos!
~Fin de la llamada~
Bulma
Que conversación tan rápida, ni me dio tiempo de pensar.
Una cita.. ¡Una cita!
Que irónico, justo hablaba del chico que empezaba agarrarle cariño, y ahora me llama, pidiéndome que salgamos. ¡A una cita! Como da vueltas el mundo.
Corrí a mi armario, aun con la pereza que tenia.
Ninguna novedad, toda la ropa seguía igual, hace tiempo que no iba de compras y ya me estoy empezando aburrir de vestir casi todo lo mismo. Pero, entre todo ese montón de ropa de los 80°. Creo tener, ropa para este tipo de ocasión.
Escuche la puerta tocar, no tarde mucho en vestirme y retocar mi cara. Salí de mi cuarto, bajé rápidamente las escaleras, pero justo antes de salir, en el mueble de la sala, encontré la chaqueta de Vegeta, la toque para verificar si aun se encontraba mojada, no lo estaba, pero si estaba un poco húmeda. ¿Si se la llevo?, claro, no sería mala idea, aparte que en el camino se seca.
— Hola bulma, ¡Wow te ves hermosisima! — alagó.
— ¡Gracias!. Em.. oye, mira este saco es de un amigo, y olvide devolverle. ¿Me acompañas a darselo y luego vamos a comer? — dije sonriente.
¿Amigo? ¿Acaso llame a mi enemigo, amigo?
— Claro, como no bonita.
Salimos, y fuimos directamente a casa de Vegeta.
— ¡Ah! Y por cierto ¿De quien es?
— De.. Vegeta, ¿Te acuerdas de el, cierto?
— Ahh Vegeta.. ¡Oh si! Si me acuerdo de el.
Toqué tres veces la puerta, esperando respuesta mientras hablaba con Martin. Después de segundos, Vegeta me abrió.
Vegeta.
Escuche que tocaban la puerta. Y no quería pararme de mi cómodo sillón, me estaba relajando por primera vez después de mucho tiempo.
— ¡Milk! ¡Ve abrir!
— ¡No seas flojo! ¡Tu estas más cerca! ¡Usa tus piernas que por algo Dios te las dio!
¡Ay! Odio cuando dice eso, y lo peor de todo es que tiene razón.
Perezosamente me levanté del sillón, arrastrando mis pies, agarre la manija, y le di vuelta, cuando la abrí, me encontré con la persona menos inesperada, Bulma, y un insecto.. si mal recuerdo, de nombre Martin, un tonto creído "Sabelotodo".
— ¡Hola Vegeta!
— ¿Que quieres? — respondí de mala gana.
— Oye esos modales con una dama.
— Que te importa, no te pregunte a ti rubiesito. — dije con fastidio.
— ¡Cállate , insolente!
— ¿Quien te crees para callarme, mi papá? ¡Ja! — vacile.
— ¡Ya paren los dos! Vegeta vengo a devolverte tu chaqueta, ten — extendió sus brazos con el saco.
Lo recibí de mala gana, entré y cerre la puerta en sus caras.
¿Por que me moleste tanto?
¡Seguro!. Por que estaba en mi momento de paz.
Tengo que admitir que la azulada se veía preciosa.
¿Que va?, lo admito, imposible negar lo por mas quiera.
Bulma.
— ¿Que tiene?
— Es un mal educado, no le hagas caso.
Seguimos nuestro camino a una heladeria.
Desde entonces nos la pasamos riendo, contando anécdotas vergonzosas, como también chistosas, momentos que nos hacen exaltar. Y ahora estamos contando chistes.
— Okey, aquí va otro. La hija le dice a su mama "Mamá, en la escuela me dicen gorda" y la madre le dice "Ohhh, pobrecilla" y ella le dice "Gracias mamá" y la mama dice "No. Pobre-silla" ¡Jajajaja!
— ¡Jajaja! que mala la madre ¡Jaja!
Paso 1 hora y salimos de la heladeria.
Después, le pregunté si podíamos ir al centro comercial, el aceptó, y fuimos.
Y así la pasamos, aun con nuestra estúpidas bromas, cosas que nos gustan y que no nos gustan. Hubieron momentos en los que pasamos ratos incómodos, gracias a el, ya que digamos se insinuaba mucho, además que, se hacia notar mucho la atracción que siente hacia ami, cosa que no me incomodó para nada, raramente. Mas bien, me hacía sentir querida, ¿Pero como?, ¡A mi me aman!. Pero aun así, el tiene algo que también me llama mucho la atención, será ¿Su caballerosidad?, o, ¿La forma en la que me trata?, hay varias razones por la que me atrae este muchacho.
3 horas después
— Oye Bulma son las ocho, ¿Que tal si vamos a un lugar para bailar?
— ¿Bailar?
— Claro, donde puedes moverte al ritmo que quieres.
— Claro, ¿Porque no?
Fuimos al mas cercano, obviamente a pie. Nos ayudamos por Google Maps para encontrarlo.
No faltaban mas de cinco pasos para que la música se hiciera presente en nuestros oidos. No hubo necesidad de hacer fila, ya que a esta hora no hay gente quien la hace, solo a apartir de las 10.
Una vez entramos, me llevo a la barra, la persona encargada nos atendio, pedí un jugo, no vine aquí a embriagarme, vine a pasarla bien con mi amigo.
Nuestra charla seguía, entre risas y mas risas. Era así hasta que a el le llegaron ganas de ir al baño, dijo que no se tardaba, solo me reí y me dispuse a seguir pidiendo jugo.
— Es un lindo..
Y era verdad, es muy tierno, en especial por las pequeñas pecas que tiene en su rostro. Y cuando se enoja es aun mas tierno.
Empecé a buscarlo con la mirada, lo perdí de vista cuando se fue.
— ¿Donde estas?
Mi mirada se fijo en una persona que de encontraba conversando, pero por teléfono. Era el inútil de Vegeta.
— ¿Que hace ese imbecil aquí?
Al parecer termino su conversación para que después se le acerque una chica, quien lo tomo del hombro mientras le decía algo en el oido, este sonrió.
Mi confusión aumento, ¿Que tanto susurran?, ¿Quien es ella?, ¿Que fue tan divertido?, ¿Donde rayos esta Martin?.
No pude evitar mi enojo repentino, ¿Porque lo estaba?, no lo se. Pero estaba molesta, fastidiada, y confundida.
Era una chica de cabello azul, muy parecido al mio, su rostro para mi hasta ahora es anónimo, no por mucho.
Llame al burdel, en la lista de tragos, señale uno cualquiera para que me trajera, el acepto y se fue.
Ahora, vine aquí a disfrutar, y que mejor revelándose a si misma.
El señor me la trajo, tomaría cautela, es la primera vez que bebo algo fuerte, en especial, sola, ¿Y como se que es fuerte?, pues, lo escogí de la lista "Fuertes". Martin aun no a llegado, entonces no hay quien me controle. Lo agarre, lo acerque a mi boca, y lo bebí, el sabor agrio paso por mi garganta, trayendo una sensación deliciosa, dulce y amarga a la vez.
Empecé a toser un poco.
— ¡Wow! Nada mal, estuvo rico.
Martin había llegado. Mi cabeza empezó a dar un poco de vueltas, por ende, veía ahora dos Martin's.
— O.. oye Martin, ¿Tenias un clon?
— ¿Que? Bulma.. ¿De que estas hablando?
— ¡Ja ja ja!
— ¿Porque te ríes?
— Es que tu cara.. es tan graciosa.
— Bulma, hey, ¿Que tomaste?
— ¿Yo?, nada, solo este traguito que estaba bien bueno.
— ¿Que caraj..?
Llamó al burdel y este de inmediato vino, Martin le dijo algunas cosas que no escuché ni preste atención, pero, podía notar su furia.
Terminó de hablar con el señor y este se retiró, Martin volvió su mirada a mi pero con un poquito de enfado.
— Tomaste un trago corto.
— ¿Que es eso?
— Se le llamo trago corto, es un vaso diseñado para medir o beber una cantidad de licor. Se llama whiskey a un vaso pequeño que contiene un chorro de licor.
— No te entendí.. nada.
— La cosa es que es un trago que afecta de un toque a la persona.
— Pues.. estaba muuuuy delicioso. Quiero más.
— No, Bulma, y es mejor que volvamos a tu casa, no te dejare sola, por que ya te conozco, y se que pedirás otro.
— Noo, ¿Cómo crees, Martinsito?
Me acerqué a él para darle un abrazo. Él correspondió pasando uno de sus brazos por mi cintura.
— Llamaré a tus padres, debo informarles que estas bien, y que no se preocupen. — dejé de abrazarlo, sacó su teléfono y empezó a marcar. — No vayas a hacer nada.
Bufé.
La llamada entró.
— ¡Hola! ¡Señora Briefs! ¡Soy Martin! ¿Me escucha?
Al parecer, la música alta no dejaba que él hablará bien. Tapo uno de sus oídos, pero la cosa seguía igual.
— ¡¿Quee?! ¡No la escucho!
— ¡JAJAJAJ!
Escuché un gruñido por parte de él. Colgó la llamada y empezó a mirar por todos lados.
— Ya vuelvo, voy hablar con tu madre afuera, te quedas aquí y no te muevas, no hables con nadie.
— Si, si ya entendííí. Cabeza de unicornio.
— Bien, no me tardo, solo es decirles que estamos en camino.
— Okey, sii, ya ve pony.
Este se fue. Sonreí.
— Ahora si a divertirnos. — dije para mi misma formando una sonrisa malévola.
Empecé a pedir más del trago que probé hace minutos, su sabor agrio era adictivo para cualquiera que fuera principiante, osea, yo.
Aburrida de quedarme sentada en el mismo lugar, comencé a explorar todo el lugar. A perderme.
Ahora pensando mejor, ¿Por qué no voy a molestar a mi mejor amigo Vegeta?
Oh diablos, si que estoy completamente borracha, llegué a mi límite.
Volví a sonreír, con la mirada empecé a buscar a Vegeta, aún seguía con esa tipa de pelo teñido, me les quede viendo unos segundos, esperando mi tan ansiado momento de hacer mi aparición. Segundos después, la chica por fin se fue, y llego la hora.
¿Por qué hago esto?, fácil, no iba a seguir las reglas de Martin sabiendo que ni él sigue las suyas. Además, sería muy divertido. En serio quiero fregar a mi amistoso amigo Vegeta, es un pasatiempo que creo tener cuando estoy aburrida, y aprovechando mi estado ebrio, está perfecto para hacerme la loca y decir cualquier tontería para que al final al día siguiente "Supuesta-mente" no acordarme de nada.
A eso se le llama: maravillosa jugada.
Oh, pensándolo bien, ¿Que no iba a perderme en el lugar?, ¿Que acaso no fue lo que dije en un principio antes de pensar semejante atrocidad?
Esta bien, Vegeta puede esperar, el lugar no. No cualquiera va siempre a una discoteca a beber lo que desee y hacer lo que desee. Así que, cambié de rumbo y me fui a dirección desconocida.
(...)
Después de un largo rato, de casi haberme caído mas de diez veces, confundir a personas, y casi adentrarme al baño de los hombres sino fuera por una chica que me ayuda, en serio fue muuuuuy amable. Retorno al mismo lugar donde comenzó mi borrahera, el Bar.
No sé si Martin ya haya llegado, debería haber vuelto hace rato, ¿Y si lo atropelló un carro y ahorita lo están llevando al hospital mientras yo estoy aquí muriendo de frío y sueño, y mañana amanezco aquí tirada en el piso como un pobre trapo?, no gracias.
Tanta angustia me llego, que me pedí mi, décimo vaso, o tal vez onceavo, o creo que noveno, perdí la cuenta. El señor no tardó más de un minuto en traerme el trago. No tardé de beberlo con molestia y cólera. ¿Será que Martin me ha abandonado?. Y yo que ya me estaba ilusionando. Pero ya no vale la pena, es un desconsiderado.
Mi cabeza dolía, tantas vueltas, y ganas de vomitar amenazaban con salir. Tapé mi boca con ambas manos, tranquilice mi respiración, me encontraba alterada, me sentía mal, y sé que si no llega Martin para llevarme a mi casa, perderé la cordura y voy cometer cualquier barbaridad. La tremenda música no me era de mucha ayuda, hacia que me llegue a aturdir, mi cabeza volvió a dar demasiadas vueltas, pero esta vez, hacían que empezara a alucinar cosas raras.
— ¿Qué estás haciendo? — escuché una voz ronca hablando a mis espaldas. Me volteé con dificultad, ya que si hacia otro movimiento podría caer por tantos mareos.
— ¿Vegeta? ¿Que haces aquí? — sonreí.
— Yo pregunté primero, ¿Qué tienes?
— ¿Yo? — lancé una carcajada y me sostuve de la barra. — nada.
Lo vi de reojo.
— ¡Vegetaa! — balbuceo. — ¿Desde cuando te teñiste el pelo de rojo? — cambié mi mueca a una de asco. Él me miró extrañado, y alzó las cejas, sonreí aún más. — ¡Ahora si que pareces un fósforo encendido! — nuevamente eché una carcajada.
Ignorando mi comentario. Pasó por mi lado agarrando el vaso que minutos antes bebí. Lo olió con curiosidad para después poner una mueca de asco. Me volvió a mirar.
— ¿Se te perdió algooo? — le dije cruzando mis brazos haciendo un pequeño puchero.
— Estas borracha.
— No lo estoy.
— Tomaste un trago fuerte. ¿Cuantos bebiste?
Mi cabeza volvió a dar vueltas. Empecé a ver una duplica de Vegeta, me reí. Volví a dar pasos torpes hacia él, él noto eso. Estaba mareada, nuevamente.
— Estas borracha. — repitió.
Me alejé un metro de él.
— ¡Nooo! Solo estoy mareada por que di muchas vueltas. ¿Sabes por qué? ¿Alguna vez viste la serie animada Un Show Más? ¿Viste el capítulo en que Mordecai y Rigby hacen que Papaleta de muchas vueltas y eso hace que lo lleve a otro mundo tecnológico? Bueno, eso quería hacer.
Este me miró aún más extrañado.
¿Qué rayos acababa de decir?
— ¿Un Show que..? Para de decir tontería y media. Éstas ebria.
Volví a acercarme con pasos incontrolados hacia él.
— Oye.. ¿Estas..?
Di un paso en falso, un pie mío choco con el otro casualmente, provocando que pierda el equilibrio y caiga hacía adelante. Pero mi golpe fue detenido gracias que Vegeta me sostuvo, me alzó un poco, ya que mis piernas estaban arrastrando el suelo. Una vez me alzó, mis pies volvieron a tocar el frío suelo. Me sostuve de sus hombros, mi cabeza descansaba en su hombro. Mi cabeza volvió a dar un motón de vueltas, y mi conciencia, pues.. la estaba perdiendo.
— Repito. ¿Cuántas bebiste?
— No lo sé... déjame pensar.. — fingí pensar. — Tres... ¿Seis?.
— ¿Seis?
— ¿Diez?... ahg, no se, ya perdí la cuenta.
— ¿Dónde está el imbecil?
— ¿Uh? ¿Te refieres a Martin?, no lo sé. Me dejó.
— Tú nunca sabes nada.
El efecto del alcohol amenazaba con hacerme decir alguna tonteria en cualquier momento, me será imposible controlar lo que salía de mi boca.
— Tengo hambre.. — despegue mi cabeza del hombro de Vegeta, para quedarme viendo sus oscuros ojos. — Mucha hambre..
— ¿Así? — dejo de sostenerme para después sostenerse de brazos. — ¿De qué?
Al parecer.. aún no entendió el mensaje.
— ¿Estás seguro que no sabes?— sonreí.
Bufó, recostó sus brazos,
en la barra y llamó al señor.
— Trae un sándwich de atún, para ella. — dicho esto el hombre se alejó a cumplir lo pedido.
— Que inocente eres Vegeta. — ahora fui yo la de los brazos cruzados. Me observó igual de confundido como estaba todo el rato, le saldrán arrugas si sigue con esa maña. Reí. — Así te ves más guapo. Confundido y extrañado.. — me vió aún más confundido. Mordí mi labio inferior discretamente.
— ¿Con que soy guapo, eh? — sonrió de forma arrogante.
«Por fin.. después de estar casi media noche con él.» Pensé.
Se acercó a mi, quedando a solo pocos centímetros de mis labios. — ¿Que más?
Vamos a jugar Ouji.
— Idiota, tarado, conchudo, terco, imbecil, estúpido, torpe, arrogante, creído, presumido y cojudo. — me reí, imite su acción en acercarme, ahora solo el largo de un dedo meñique era la distancia de nuestros labios.
— Wow, que sincera.
Cada quien, mataba al otro con la mirada. No sé por que lo sentía, pero pareciera que él me estaba ganando, cuando se ve serio se le ve.. ¿Sexy?, no lo sé, le encuentro lo atractivo, con esa mirada penetrante y perversa, esos ojos oscuros, oscuros como la noche. Dios, si sigue así, juro que olvidare que es mi enemigo, me pondré modo borracha y me haré la loca.
«¿Que estas haciendo, Bulma? ¡Aléjate!»
Decía mi conciencia. Pero no podía, simplemente no podía, estaba hipnotizada, mis piernas no querían moverse, estaban estáticas.
Unas gruesas manos atacaron mi cintura. Eran las de él, una sensación recorrió toda mi espalda, cosa que provocó que mis mejillas se tiñan de rojo. Mis manos presionaron su fornido pecho, sus labios estaban muy cerca de los míos.
— Bésame.. — fue lo único que mis labios soltaron antes de ser atacados por los de él.
Ahora fueron sus brazos, los que abrazaron mi pequeña cintura, pegando nuestros cuerpos. Mis manos dejaron su pecho para pasarlo por su cuello, hasta llegar a su nuca, mis dedos tocaban sus cabellos, los jalaba y lo atraía aún mas hacia a mi.
Oh Dios.. es increíble, ¿Cómo llegamos hasta aquí?, es como un imán que me atrae, e imposible soltarse.
¡Qué alguien detenga esto antes de que llegue a algo más!
Tardaré un poco en actualizar :c
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