Capítulo 2. (¿Qué me ves?, ¿Acaso te gusto?)
Me senté en el frío suelo, cruce mis brazos molesta y espere a que el profesor se apiade de mi y me abra la puerta, y me deje entrar.
¡Pff! ¿A quien engaño? ¡Me largo!
Me levanté del piso, limpie mi pantalón pitillo color negro, y me encamine hacia la cafetería, la cual no quedaba lejos de mi salón.
Me dio hambre, y comer un poco no me haría daño.
Entre a la cafetería, me acerqué a la señorita que atendía, le pedí que me de una hamburguesa de pollo, junto con una gaseosa fría. Me dio mi orden, pague lo acordado, y me dirigí a la mesa mas cercana a la ventana.
A lo lejos vi a Vegeta, hablaba con un chico, pero este estaba con su capucha puesta y de espaldas, su chamarra era de un color naranja muy bonita. Este saboreaba de una bolsa de chips.
Yo seguí comiendo pero hubieron momentos en los que nuestras miradas se cruzaban, pero al momento en el que se cruzaban, la desviaba rapidamente. O simplemente le daba una mirada molesta.
Lo malo, era que no había ni un momento que no nos mirábamos, ya me estaba hartando, no podía ver ni un lugar por que estaba él.
— ¿Que me vez? ¿Acaso te gusto? - susurre, le saque la lengua, acompañado del dedo medio, a ver si así se le quita lo mirón.
— ¡Eres una...!
— ¿A quien le hablas? — hablo su amigo, volteando a verme — ¡Hola Bulma! — dijo acercándose a mi.
— ¿Goku? Eh.. ¡Hola!, ¿Que pasó? ¿Qué haces aquí?
— Ahhh larga historia después te cuento.. Una pregunta, ¿Conoces a este amargado? — señaló a Vegeta discretamente, quien seguía sentado con el ceño fruncido.
— Pues.. algo así. Apenas hoy.
— Parece que se conocen de tiempo. Yo lo conozco hace casi mucho, en mi clase de artes marciales en verano, charlábamos varias veces, y me comentó que estudiaba aquí, y le dije que yo también, ahora estamos aquí.
— Me gusta tu chompa naranja, con esa insignia en japones atrás de forma redonda.
— Gracias, mi abuelo me lo hizo, ¿Te acuerdas del abuelo Gohan?
— Si, era el mejor..
En este caso, yo y Goku nos conocemos desde Japón, fue coincidencia el que sus padres también quisieran que estudie aquí, conmigo. Lo vi en la fila, nuestro reencuentro fue melancólico, pero nada del otro mundo. ¿Ya lo había dicho?
— Y cambiando de tema. No te lo recomiendo, es un amargado.. — dijo mientras poniendo su mano en una esquina de su boca, en un susurro, para que él no nos escuche, mientras sonreía.
— ¿Qué tanto murmuran Kakaroto?
— Nada que te importe ¡Simio!
— ¡A ti no te pregunte niñata!
— No seas malo con una mujer Vegeta, hay que ser caballerosos. — le reclamó como si fuera su papá.
— ¡Ja! ¿Yo? ¿Caballeroso con ella? Ni de chiste.. — se cruzó de brazos mirando hacia otra dirección.
— Perdonalo. Él es así desde... — miró a varias partes, luego, se volteó. — ¡Oye Vegeta! ¿Desde cuando eres así?
— Desde que te conocí.
Me quería reír, pero me aguante las ganas de hacerlo en frente de mi amigo quien era la víctima y estaba confundido. No entendió lo que Vegeta quiso decir.
— ¿Uh?
— No le hagas caso Goku, se ve que siempre a sido así — dije sonriendo y viéndolo, él me mira confundido.
— Naah no me importa lo que diga. Ya lo conozco.
— Bueno me tengo que ir po...
¡RING! ¡RING! ¡RING!
— ¡Bulma! ¡¿Donde estabas?! Te estaba buscando. — habló Milk llegando.
— Estaba aquí, ya me iba a ir.. pe..
— ¡Hola soy Goku! — me interrumpió Goku.
Milk lo miró extrañada por unos segundos, luego respondió con una sonrisa.
— Soy Milk, mucho gusto.. — Goku sonrió. — ¿De dónde eres? Tengo seguro que no eres de aquí..
— Soy de Japón.
— ¡Oye Kakaroto! ¡Ven aquí en este momento! — habló Vegeta.
— ¡Espera! ¡Me estoy presentando!
— ¡O te alejas de mi hermana, o te alejo yo!
— ¡¿Es tu hermana?! — sorprendido, volteó a ver Milk, y luego a Vegeta, y después a Milk, luego a Vegeta, y así repitió la acción tres veces más. — ¡Pero ustedes no se parecen en nada! Es decir.. ella es bonita y tú.. pues.. tú.
A kilómetros se le notaba los humos a Vegeta salir de sus orejas, y su rostro estaba rojo de la furia. No aguante mis ganas de reírme.
— ¡Y tu deja de reírte! ¡Me las van a pagar los dos!
Milk solo se limitaba a no decir nada, y que sus mejilla se vuelvan mas rojas.
— Vamos Vegeta., no pretendes tomar el papel de hermano protector cuando ni eso sabe hacer bien..— estalle aunque más de risa, Goku también lo hizo. Vegeta se quedó boquiabierta y Milk sonrió victoriosa.
— Cabezas huecas.
(•••)
Después de todo lo que pasó en la cafetería, Goku se fue conmigo mientras Vegeta regañaba a Milk por su "Insolencia".
Le pedí a Milk que me preste su libro de historia, por que el mío se extravío, acabé de usarlo hace un par de horas, ahora, me encaminó hacia su casa o departamento. Me entregó su dirección por medio de un mensaje.
Toque la puerta, mirando por décima vez el mensaje, para corroborar que no me e equivocado, ya que si no, esta sería la tercera vez que toco la puerta equivocada y me reciben personas desconocidas. Que vergüenza.
Escuchó pasos acercarse hacia la puerta, la manija dio vueltas hasta que la puerta se abre. En un principio pensé que era Milk, pero mis esperanzas que fuera ella se desvanecieron, ya que no era ella quien fue, sino la última persona con la que quería hablar.
— ¿Qué quieres acá?
— ¿Y Milk?
— Esta castigada, supongo ya sabes por que..
— No eres su papá para prohibirle cosas, tienen casi la misma edad y me supongo, que tienes que ser justo con ella, ¿Cuantas veces hiciste cosas malas y ella nunca te castigo?
— Por que soy su mayor.
-— ¿Sabias que las mujeres...?
— ¡Ya! ¡Para! Pareces una parlanchina, ¿Nunca paras de hablar? — habló interrumpiendo.
— ¡Callame cuando me mantengas, no cuando me entretengas y mientras muchos huevos tengas!
— ¡Eres una maldita vulgar!
— Gracias, es un elogio. — respondí sonriente.
— Como sea. Contigo no se puede.
— Mejor guarda silencio, cabeza de fósforo.
— ¡Eres una...! ¡Ahg! De nada sirve perder mi preciado tiempo con una tonta como tú. Al punto.. ¿A que mierda veniste? — cruzó sus brazos y recostó su cuerpo en el marco de la puerta, viéndome con su ceño fruncido, fijamente, provocando ciertos nervioso en mi.
— Hmp, dale esto. — dije golpeando el libro contra su pecho. Este lo agarró y retrocedió unos pasos por la fuerza que utilice. Lo agarre desprevenido.
— ¡Hey!
— ¿Qué? ¿Acaso una chica tiene mas fuerza que tú? — sonreí ante ver su expresión molesto.
— ¡Ja! ¡No me hagas reír, mensa! ¿Tú, tener mas fuerza que yo? En tus sueños..
— Estúpido.. — susurré entre mis dientes, bajando la mirada para tratar no ser escuchada.
Levante la mirada, encontrándome a este viéndome directamente a los ojos, no me quedaba más que seguirle la corriente, con miradas llenas de rencor, creo que me escuchó, por eso me miraba de esa manera. Sus ojos estaban bien clavados en los míos, como si quisiera encontrar algo en ellos, lo miraba relajada, sin expresar nada, trataba de no expresar nada, ya que su mirada era muy penetrante, muy oscura, intimida. Mi curiosa yo, empezó divagar por todo su rostro, hasta caer en un punto fijo: sus labios, mi vista se perdió en sus labios, finos y suaves, a simple vista. Vi como dibujó una sonrisa en sus labios, haciéndome salir de mi trance, entonces, alcé mi mirada, encontrándome con una traviesa departe de el. Lo miré confundida por unos segundos, hasta que fue donde entendí el por que. Mis mejillas se tiñeron de rojo por la vergüenza que acababa de pasar.
— ¿Que? ¿Acaso me quieres besar?
Diablos.
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