Capítulo 16 (Rivalidad)
Sabía la hora, aunque no traía mi teléfono conmigo ya que todo estaba en mi mochila la cual estaba aún en el parque, la sabía, había un reloj colgando, eran alrededor de las 12, no había casi nadie en el pasillo en el que me encontraba. Sólo una pareja esperando por su hijo que al parecer sufrió un golpe en la cabeza muy letal tras después de que un carro lo atropelló.
Un enfermero salió de la habitación en la que ella se encontraba, me paré y me acerqué a él.
— Primero que nada, ¿Qué es usted de la señorita Bulma? — me pregunta.
Diablos, no había pensado en eso.
Piensa, piensa.
Podría decir que soy su primo. Pero creo que me investigarán o algo y sabrían que no tengo ningún parentesco de ella.
— Soy.. — guarde silencio mientras mordía mis mejillas internas — Su pareja.
Que alguien me tire un balde de agua helada.
— Bueno..
— ¿Cómo está ella? — fue la primera pregunta que solte. Y la que más rondaba en mi cabeza.
Vi como él soltó un suspiro mirando hacia el suelo. Luego, me volvió a mirar.
— Hicimos todo lo que pudimos.. — se retiró los lentes que traía — Ella perdió muchísima sangre en el proceso.. — no, no me diga que.. — Ella acaba de morir.
Mis ojos se abrieron de la impresión, di un brinco del susto que me había llevado.
Pasé una mano por mi desordenado cabello. Había sido sólo un sueño.
Mierda. En verdad pensé que había sido cierto.
Pero.. ¿Y si era algún tipo de premonición?
Mi cuerpo temblaba, y no sabía si era por el frío o algo. Pero de una cosa si estaba seguro.
Quería verla.
Vi el reloj que colgaba encima de una puerta. Eran las diez y media de la noche. Y yo sigo aquí, esperando respuesta alguna sobre ella, por que no había sabido nada desde que llegué, temía por que fuera algo realmente serio y que alarme su vida.
No supe nada ni de Milk ni Kakaroto, quizás nos estarán buscando, o es que quizás. No me fui para nada, seguí aquí y seguiré hasta tener alguna respuesta de ella, necesito saber como se encuentra.
Y no he podido dormir, la culpa no me deja, y sí, también tengo miedo, porque después de todo era mi culpa por obligarle a hacer algo que obviamente no quería.
Iba a ser mi culpa si algo realmente malo le llegase a pasar.
Pero, era una travesura, era.. algo de adolescentes ¿No? Es decir, lo hice sin medir las tantas consecuencias que habría. Sí, me imagine una caída, pero no tan grande como la que tuvo, me imaginaba sólo un raspón y listo. Como cualquiera. Pero no.
El doctor que la veía desde que llegamos salió. Me pellizque internamente para asegurarme que no fuera un maldito sueño.
Me levanto de la silla en la que estaba sentado desde que llegamos. Y me acerco a él.
— ¿Como está? — pregunto.
Él sonrió.
— Ella está bien joven, no se preocupe, por suerte no fue nada grave, aunque admitimos que la caída si fue fuerte, abrió una gran herida la cual provocóque perdiera sangre, pero no fue nada graveo que pusiera su vida en peligro, pudimos cerrarla y ahora solo queda una pequeña cicatriz. La trajo a tiempo, si hubiera seguido más tiempo perdiendo sangre las cosas hubieran cambiado un poco. Pero sí, está bien, no corre ningún peligro.
No hice caso nada cuando mencionó esas palabras "Ella está bien" dejé que terminara todo su testamento para poder preguntarle si me dejaba verla.
Fue un gran alivio, literalmente todo mi cuerpo se relajó, hasta mi subconsciente el cual me echaba la culpa de todo.
— Gracias, de verdad.. — su sonrisa se extiende. — ¿Puedo.. puedo verla? — suelto algo tímido.
— Claro, ella aún está inconsciente, aproximamos que despertará dentro de poco, pero sí, si puede. Pero, si llega a despertar, es recomendable que no tenga ninguna alteración o alguna cosa que la haga sentir potente.
— Gracias, de nuevo. — paso por su lado y entro a la habitación, ya no había nadie, la habitación estaba completamente en silencio, me acerco a la cama en la que se encontraba, las sábanas blancas la cubrían hasta la altura de sus codos, llevaba la vestimenta del típico paciente de hospital. Ni un cable la conectaba, eso era bueno.
Doy un suspiro y me siento en el sillón que estaba al lado de la camilla, estaba agotado, normalmente me duermo cerca de las ocho para que al día siguiente despierte con energías. Pero ahora si no pude dormir por la tanta angustia que tenía, pero ya todo eso se había ido ahora que la veía en buenas condiciones.
— Casi me daba un infarto con eso que soñé. — digo mientras recuesto mis brazos en el borde de la camilla. — Maldita seas, hiciste preocuparme tanto, en serio pensé que te iba a pasar algo extremadamente malo. — escondo mi cabeza entre el espacio que se había formado entre mis brazos, miraba hacia el suelo, suelto una risa — Pero no, estás bien. — alzo mi cabeza para verla, aún tenía los ojos cerrados, sus brazos estaban extendidos en cada lado de su cuerpo. — Cuando despiertes, voy a patear tu pequeño trasero por hacerme sentir así.
Recosté mi cabeza entre mis brazos y dejé que el sueño me venciera, necesitaba dormir en serio.
(•••)
Mis ojos vuelven a abrirse cuando siento presión en mi cabello, alzo mi cabeza a ver que era lo que hacía eso.
Era Bulma.
— ¿Qué carajos..?
Lo más raro, era que ella aún estaba con los ojos cerrados.
Pude quitar su mano de mi cabello, pero ella cargaba una expresión de fastidio en su rostro.
¿Estaba teniendo una pesadilla?
Llevó la mano que sostenía mi cabello a las sábanas, y las arrugó sin ejercer mucha fuerza.
— Hey.. Bulma, ¡Despierta! — la tomé por los hombros y sacudo su cuerpo. No sabía cuanto tiempo llevaba durmiendo y no me importaba, sea lo que sea que estaba soñando, necesitaba pararlo y despertarla.— ¡Despierta! — la tomo por los hombros y sigo sacudiendo.
Abre sus ojos de golpe, esos mismos me miraron aún con la expresión de asombro y me empuja. Doy unos cuantos pasos hacía atrás por ese inesperado empujón.
— ¿Vegeta? — se sienta en la cama y me ve aún con la expresión de sorpresa en su rostro.
— ¡Si, por un demonio! ¿Qué diablos te ocurre? — me acerco a su camilla molesto.
¿Por qué me empujó sabiendo que era yo?
— Yo.. lo siento. — relajó su mueca y miró a un punto que no me importó.
Me vuelvo sentar en el sillón.
— ¿Por qué me diste ese empujón? — pregunto.
— No.. sólo fue una pesadilla, cuando desperté ni me di cuenta ni quién era sólo quería quitar a esa persona que estaba encima de mi.
— ¿Persona encima de ti?
— Si., pero ya no importa, sólo fue una pesadilla. — inspeccionó a su alrededor con curiosidad, luego se vio a si misma. — ¿Qué cara..? ¿Qué me pasó? — me miró.
— ¿No recuerdas que pasó la última vez?
— ¡Oh si! — hizo a un lado las sábanas y se acercó a mi, tomó el borde de mi camisa y me acercó a ella.
Si que despertó con energías de buscarle bronca a todo el mundo.
— ¡Me habías obligado a caer en esa rampa aunque yo ya no quería! — podía sentir lo molesta que estaba.
"Ninguna alteración".
— Está bien, sí, yo tengo la culpa de todo. Pero necesito que vuelvas a la cama. — dije sosteniendo sus manos sin hacer fuerza. Las cuáles seguían sujetando aún mi camisa.
— ¡Si! Es lo bueno, que admites lo que hiciste.. ¡Ahora estoy...! — dejó de gritar para luego hacer una mueca de dolor y soltar un quejido, dirigió su mano a la parte trasera de su cabeza. — Au.. — se sentó en la cama y agachaba la cabeza sin alejar su mano de su cabeza.
— Tienes una cicatriz en dónde te estás tocando ahora. Y.. bueno, es reciente eso y el doctor me dijo que no tengas ninguna alteración.
— Perdón si actué como loca. Es que.. me asusté. — se cubrió el cuerpo con las sábanas.
Suelto un suspiro. Bipolaridad.
— No importa.
— ¿Cuánto tiempo estamos aquí?
— Menos de lo que crees. Pienso.. unas ¿Seis horas? Perdí la noción del tiempo.
— No entiendo.. ¿Y mi ropa? ¿Dónde están mis cosas? ¿Qué pasó Milk y Goku?
— Uno, tu ropa, no lo sé, estará por ahí. ¿Tus cosas? Mucho menos. ¿Mi hermana y el idiota? Peor. — bufé.
Ella hizo a un lado la sábana sacando sólo su cabeza, y sonrió. Pero luego, su expresión cambió
— Mi celular.. — susurró como si estuviera al borde del lloriqueo.
— Oh vamos, yo también perdí el mío por venir aquí. Y no estoy llorando.
— ¿Tus cosas también?
Asentí.
— ¿Dejaste todo por traerme hasta aquí? — dijo mientras alzaba las cejas con una tonta sonrisa.
— Pues ¿Qué esperabas que haga? Te estabas desangrando en todo el parque. Un poco más y ya estabas muerta. — digo mientras una sonrisa se me escapa.
— Idiota. — me lanza una almohada, a pesar de que no estábamos lejos. Lo hizo y no me importó. Mi sonrisa se extendió — Igual, gracias por traerme y evitar que pasara una tragedia.
— Ahora no sé como reaccionará tu madre al saber que no llevé a su hija a su casa antes para que haga la tarea. — hablo recordando las palabras de su madre — Y lo peor es que ni traerá la tarea consigo.
Ella ríe. — No te preocupes, igual entenderá que me caí.
Pasé saliva al imaginarme la posible paliza que me esperaría cuando ella les diga que fui yo quien la obligó.
— Tú tranqui, no les diré que fuiste tú exactamente. Diré que fui yo la distraída y tropecé, me caí, y aquí estoy.
— Me salvas de mi muerte. Pensé que te ibas a vengar o algo por lo que hice.
— No soy tan macabra como para eso.
Ella dio un bostezo.
— ¿En serio tienes sueño? Si acabas de despertar de dormir. — bostezo yo también. Que contagioso
— Si pero.. tengo sueño. — recostó su cuerpo entero en la camilla nuevamente. — Y tú también lo tienes. ¿Quieres dormir conmigo?
— ¿Qué? ¿Contigo? — digo, ¿Me estaba proponiendo que durmamos juntos?
¿En la misma cama?
— Si, no haremos nada malo. — me miró — Al menos que tú te pases de listo, claro. — alzó una ceja — También sé que los sillones de los hospitales son realmente incómodos.
Pasé saliva nervioso, ¿Cómo debería reaccionar ante esta clase de situación?
— No lo sé. — miro a otro lado.
La verdad, no quería incomodar su espacio personal. Y no quiero que piense que soy un aprovechado tampoco.
— Dormiré en el sillón, no habrá problema. Pero tomaré en cuenta tú oferta. — digo echándome en el sillón. Recuesto mi cabeza en una de las almohadas.
— Bueno. Que descanses. Y de nuevo gracias.
Las luces instantáneamente se apagaron, por lo que ya no era necesario ir a levantarme y hacerlo.
Cerré mis ojos, los cerré ahora más tranquilo. Esperando a dormir.
¿Qué tan malo podría ser dormir en este sillón?
(•••)
— ¡Carajo Vegeta! Me hubieras avisado que vendrías. — habló con fastidio.
— No grites, estamos en un hospital. Sólo arrima tu cuerpo más a la derecha. — entro a la camilla pasando las sábanas por encima mío.
— Te odio por entrar a mi cama a las tres de la mañana. — dijo más calmada echando su cabeza hacia atrás mientras volvía a conciliar el sueño.
— Y yo te odio por ofrecerme esto. Te dije que lo tomaría en cuenta. — digo imitando su acción en intentar conciliar el sueño.
— ¿Mañana ya podré irme de aquí? — pregunta.
— No lo sé. Sólo duerme. — le doy la espalda.
— Que tengas pesadillas. — siento como se mueve, supongo también a darme la espalda.
— Si piensas que soñaré contigo estás muy equivocada. — con su pie patea mi pierna. Sonrío.
— Idiota.
— Tonta.
Y sin más, volví a cerrar mis ojos con esperanzas de poder dormir a gusto.
(•••)
El sentir mi cuerpo caliente a pesar de que la noche había sido bastante fría fue extraño. Abro mis ojos al sentir esa cálida sensación, lo más extraño fue encontrarme con unos ojos recién abriéndose después de un largo sueño.
Fueron unos segundos de miradas hasta que volvimos a la realidad y nos dimos cuenta en la posición en la que estábamos y nos separamos al instante con notable asco e incomodidad. Pero debido a que la cama era de un tamaño promedio, caímos gracias a la exagerada distancia que nos dimos.
— ¡Diablos! ¡¿Qué rayos hacías abrazándome?! — pregunto desde el otro lado de la cama.
— ¡Lo mismo pregunto yo! — dice.
— Carajo.. — cubro mi rostro de la vergüenza aún tirado en el frío piso. — ¿Qué hora es?
— No lo sé Esperancita. ¿Porqué mejor no vas tú y la buscas? — dice ya parada, mantenía las mejillas rosadas, pero aún con la expresión de fastidio en su rostro.
Sonreí.
Un momento, ¿Acaso me llamó Esperancita?
Iba a refutar pero de pronto la puerta se abre, captando la atención de ambos y mirar en esa dirección.
— Oh. Discúlpenme por entrar así. — nos miró el doctor que revisaba a Bulma. — ¿Por qué está tirado en el piso joven? — me miró.
— Eh, disculpe... — me levanto lo más rápido que puedo — Me caí.
— Por lo que veo señorita, se encuentra mejor. — se dirige a Bulma.
— Si, gracias. Me siento mejor. — dice ella sentándose en la cama.
— Perfecto, entonces veré innecesario hacerle un último examen, ya que la veo en buenas condiciones, y aún más teniendo a su pareja visitando, estuvo aquí toda la tarde y noche viendo por usted. — dijo.
Maldito viejo chismoso.
— ¿En serio? — vi nuevamente el rubor en sus mejillas.
— Cierto. Casi lo olvido, hay dos jóvenes en la sala de espera diciendo que son.. — no pudo terminar debido que de la puerta dos personas entraron desesperados hacía la habitación, empujando accidentalmente al doctor, el cuál casi se cae por el fuerte impacto.
— ¡Bulma! — escucho el grito de alguien muy conocido.
— ¡Vegeta! — otra voz conocida.
¿Qué rayos?
Milk me ve y se le acumulan los ojos de sus lágrimas, corre hacía mi y me abraza dando un salto. Logrando tumbarme al piso.
De nuevo.
— ¡Hermanito te extrañé! — siento como llora sobre mi pecho. Además, vi nuestras cosas que ellos trajeron consigo.
— ¡Goku! — veo a Bulma sonreír y él se le acerca y la abraza igualmente sonriendo. Alcé una ceja.
— ¡Maldita sea Bulma! ¡¿Dónde rayos estaban?! ¡Pensábamos que los habían secuestrado o algo! — habló Kakaroto tomándola de los hombros.
— Bueno, yo me retiro. — dijo el Doctor antes de irse.
— ¡Estuvimos toda la noche velando por ustedes! — continúa él.
— ¡Estábamos muy preocupados! — dice Milk sin despegarse de mi. — Vegeta, tú sabes las tantas veces que te digo que es horrible que haces ronquidos por la noche ¿Verdad? Pues.. ¡Fue más horrible no escucharlos molestando! — vuelve a derramar lágrimas.
— ¡Oye! ¡No son reales! Los hago para joderte. — digo sentado igual que ella — Y ya suéltame. — intento hacerla a un lado pero ella sigue pegada cómo un chicle a mi.
— ¿Qué fue lo sucedió? — pregunta Kakaroto viendo a Bulma con la vestimenta y encima de la camilla sentada.
— Es una larga historia. — dice ella — Me caí.
— ¿Caerte? ¿Pero qué Vegeta no te estaba supervisando? — interroga él.
— Si, lo estaba, pero.. — se rasca la nuca — Fui yo la.. distraída y caí desde la rampa. — mintió, sonrió nerviosa esperando que le creyeran ese cuento.
Pero al parecer, Kakaroto no se lo tragó.
— Bulma, no mientas. — dice.
— Es cierto. Caí por tonta. — insiste.
Ha esta chica, no le salía para nada mentir.
— Fue Vegeta, ¿Verdad? — podía notar su enojo.
— N-no.. — agachó la cabeza.
— Di la verdad.
Milk ve la situación, se separa un poco.
— Él no lo hizo con intenciones de lastimarme. Él sólo quería enseñarme, no tiene la culpa.. — decía ella, pero fue interrumpida.
— Lo sabia, ese idiota siempre tiene que hacer algo. — dijo entre dientes. Pero no me quedé atrás.
— ¿Cómo me llamaste estúpido? — hablo molesto.
— Por tú culpa ella está así. — la señala acercándose a mi. Se agacha a mi altura y me agarra del cuello de mi camisa, provocando que me levante. — ¿Sabes todo lo que sus padres estaban sufriendo al pensar que su hija pudo haber sido secuestrada? ¿Sabes eso? — espeta apretando el agarre.
— ¡Goku basta! — le grita Milk.
Sonrío.
— Eres un idiota. — lo empujo lo suficiente como para que choque contra la pared. Me acerco de manera amenazadora hacia él con intenciones de golpearlo por atacarme así — Si no sabes la verdadera historia, no hables.
— ¿Crees que no te conozco lo suficiente cómo para saber como eres? Desde que te conocí sabía que eras alguien impulsivo y que actúa sin pensar. — se reincorpora y se acerca igualmente a mi.
— ¿En serio crees conocerme lo suficiente? ¿En serio piensas que soy capaz de lastimar a una mujer apropósito? — digo aún con una sonrisa en mis labios.
— Te creo hasta capaz de lastimar a tu propia sangre. — señala a Milk quien seguía viendo horrorizada la situación.
Mi furia crece. Aprieto los dientes y vuelvo mi mirada a él.
— Imbécil. — un golpe contra su mejilla fue suficiente para que guardara silencio.
— ¡Vegeta no! — grita Bulma.
Él se sujeta la mejilla y me ve. De su boca salía un pequeño hilo de sangre. Molesto, se abalanzó a mi provocando que caigamos y comenzace una pelea entre puñetazos y golpes.
Bulma trataba de separarnos, al igual que Milk. Ambas gritaban que nos pararamos, pero no. Fueron tantos los gritos que terminaron por entrar algunos enfermeros, y de ellos dos hombres de seguridad que lograron separarnos. No pasaron más de diez minutos y ya nos habían echado del hospital con la advertencia que si volvíamos llamarían a la policía.
Después de minutos llegaron Milk y Bulma enojadas.
— ¡¿Es qué acaso son necios?! — gritó Milk.
— ¡No grites carajo! — grité. Estaba encabronado. Muy encabronado aún.
— Será mejor que nos vayamos, no quiero seguir aquí. — habló el idiota acercándose a Bulma y tomándola del brazo.
— Ya vete, me repugna ver tú cara. — digo dirigiéndome a él.
Él sólo gruñe.
— Vamos Bulma. Tus padres están esperando. — la obligó a moverse porque ella no se movía. Al parecer quería decir algo, pero cuando él la movió calló. Me miró al igual que yo a ella. Cruzaron la calle y fue ahí dónde acabó.
— Nosotros también tenemos que irnos.
— Ese imbécil me las va a pagar.
— Vegeta. Ya basta, no vas a ganar nada con la violencia, déjalo así. Vamos. — me sujeta del brazo obligándome también a moverme.
Fuimos a pie hasta llegar. Ella no dijo nada sólo fue a su habitación. Al igual que yo.
Al parecer. Hoy Jueves supuesta mente no habría clases por el hecho que los maestros tendrían reunión y no habría tiempo para las clases.
Mejor. No quería verles las caras a esos dos.
Black Lives Matter 😔☝
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