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Capítulo 13 (¿Por qué?)

Bulma

Después de cumplir una hora, todos los pocos que estábamos salimos con un advertencia de no volver a cometer lo que sea que hicimos para acabar allí. Cuando salimos todos, cada quien fue a su siguiente clase, a mi me tocaba con Vegeta, pero.. fuimos por rumbos diferentes, no hablamos ni intercambiamos miradas después del pequeño gesto que tuvimos en el momento del baño. Lo cual no me molestó, sé que él es un tipo orgulloso y un poco tímido en ese aspecto. Por lo que se la dejé pasar.

Cuando llegué a clase de historia, pude divisar a Goku y Vegeta sentados juntos, no me miró, pero yo si a él, no le di más vueltas y me dirigí a mi sitio corespondiente, el cual era junto con Martin. Y lamentablemente, era al frente de la mesa de ellos, pero, manteníamos una distancia de dos mesas.

— Hola Martin.

— Hola Bul. ¿Qué tal?

— Bien. Vengo de detención, es lo malo.. — sonrío un poco nerviosa.

— ¿Tú? ¿Detención?

— Aja.. me quedé dormida en clase. — tape mi rostro por la vergüenza.

Él se rió. — ¡No jodas! ¿En serio? Que rebelde.

— Lo sé. Solo espero que no llamen a mis padres. Son capaces de meterme a un internado de monjas.

Volvió a reírse. Y yo lo acompañé.

— Y yo seré el sacerdote.

— Exacto.. — dejamos de hablar debido a que el maestro había llegado, al igual que la clase.

Pasaban los minutos, y para mi suerte iba todo bien. De vez en cuando Martin y yo hablábamos, pero, muy bajo, no quería que me pasara lo mismo como en la anterior clase, sé como mantenerme callada, pero es imposible cuando tienes a tu amigo o amiga al lado, y lo peor, cuando sólo es para joderte.

— No sé por que.. pero si ves fijamente los pantalones del maestro, pareciera que tiene una erección. — susurró.

Me reí, pero rápidamente me cubrí la boca cuando me di cuenta que había llamado la atención de toda la clase. Voltee hacia atrás disimuladamente, y podía ver la mirada de Vegeta y Goku sobre mi, sonreí.

Y al parecer, al maestro no le importó, apuesto que ni siquiera se percató de mi chillona voz que sonó en esos instantes. Él solo siguió hablando y hablando sobre la historia de Japón y como invadió Tailandia.

— Rayos.. ¿Me habrá oído? - le pregunte a Martin.

— No lo creo. Mi mirada esta fija en otra cosa.

Sin duda alguna. El tener un amigo gay, significa oír sus mil y un cochinadas, también, soportar sus raros cambios de humor, y escuchar sus gustos de chicos.

Pero, todo eso me agradaba.

— Eres mucho más pervertido que yo.

Él volvió a sonreír.

De pronto, sentí un leve golpe en mi espalda. Me hizo brincar un poco desde mi sitio, Martin se dio cuenta de ello, ambos nos volteamos a ver al suelo, y era un bola de papel. Luego alzamos la mirada, encontrándonos con la divertida de Vegeta y nervioso de Goku.

— ¿Qué rayos les pasa? - susurró Martin intentando no ser oído por el maestro. — ¿Quién fue?

— Oh vamos, ella puede defenderse sola. — habló Vegeta. Apreté los labios.

— ¿Quién fue? — hablé.

Vegeta señaló a Goku, y este sólo se rascó la nuca nervioso mientras sonreía.

— Él me obligó. — ahora, él señaló a Vegeta. El último mencionado abrió los ojos.

— ¡Mentira! — se defendió Vegeta.

Luego, con la misma bola de papel que me tiraron, se la devolví, pero a Vegeta.

— ¡¿Qué mierda te sucede?!

— ¡Jóvenes! Irán comenzando a guardar silencio o si no, se irán los cuatro a detención.

Oh no, no otra vez por favor.

Rápidamente me volteo y quedo mirando al frente junto a Martin. Suelto un suspiro con nervios.
Luego, siento otro pequeño golpe en mi espalda. Carajo, era otra vez el idiota de Vegeta, lo esta haciendo solo para molestarme. Sabe que me irrita.

Te estoy odiando Ouji, te estoy empezando a odiar mucho más de lo que ya lo hago.

— ¿Quieres detenerte? — susurro, pero lo suficientemente audible para que él escuche.

— No gracias, es divertido fregarte la vida.

Siento uno... dos... tres más golpes con papel en la espalda.

Dame paciencia señor mío.

— Vegeta ya detente, se van a volver a meter en problemas. — le reclamó Goku.

¡Graciaas!

— Tú no me das ordenes.

— Si sigues así, le voy a decir al maestro.

Oí como él soltaba un gruñido, y dejó de tirarme bolas de papel. Sonreí.

— Estúpido.

— ¡¿Cómo me llamaste niñata?! — se exaltó, pero no grito, lo hizo sólo para que nosotros cuatro escuchemos.

— Estúpido, eso dije. — me volteo a verlo mientras le vuelvo a tirar una bola de papel en la cara. Me río un poco y vuelvo a mirar al frente.

— Maldita seas.

Sonrío. Martin me ve, y también sonríe mientras niega con la cabeza.

— ¿Qué pasa?

— Nada.

— Dime Martin.

Hablamos en voz muy baja, solo podíamos oír nosotros dos.
Además que estábamos cerca para poder escucharnos mejor.

— ¿Me prometes no enojarte?

— Prometido.

— Tú y ese tal Vegeta, no harían mala pareja. — alzó las cejas coqueto.

Fue entonces, que le pego un codazo.

— No digas tonterías Martin. ¿Yo? ¿Él? — sonrío. — Mala combinación. Nos odiamos. Es imposible.

— Nunca oíste el dicho.. ¿"Los que se odian se aman"?

— No.

— ¡Todos lo saben!

— Entonces soy la excepción.

— No te hagas Bulma. Te gusta él.

— Nop. Tengo mejores gustos. — juego con el lápiz y le golpeo la nariz levemente.

— Pero admite que está lindo el condenado.

Río un poco. — No lo sé.

— Pero no es mi gusto. Prefiero más amables.

— Y obvio él no lo tiene.

— Oigan.. ¡Pasen el chisme! — ahora fue Goku quien habló. — No discriminen.

Me vuelvo a reír, pero no lo suficiente como para que el maestro escuche y toda la clase.

— Nada.. solo hablamos de las materias.

Me volteo a verlo, y a la vez, veo a un Vegeta tirando un bufido mientras miraba hacia otro lado.

Sonreí de lado y volvía mi mirada al frente y ahora si, ponía mi atención a la clase.

(•••)

Iba saliendo de mi última clase. Bajaba las escaleras con un poco de prisa. Pero, una voz a mi espaldas hace que detenga mi paso.

— ¡Bulma!

Sin esperar volteo a ver de quien se trataba.

— ¿Goku?

— Oye.. hoy no podré acompañarte a tu casa.

— ¿Porqué?

— Tengo un trabajo con unos compañeros de Drama, iré a la casa de uno de ellos.

— Bueno. Entonces nos vemos.

— Ya sabes, cuídate, y no hables con extraños. — me dijo mientras me tomaba de los hombros y me agitaba un poco. — Rayos, no sé si sea capaz de dejarte caminando por ahí sola.

Sonrío. — No me va a pasar nada Goku. Ahora vé. Te deben de estar esperando.

— No te vayas a desviar del camino.

— No te preocupes. Es más, hace rato ya estaría a mitad de camino si no estuviéramos hablando.

— Diablos, tus padres me van a matar. Bueno. Suerte, y mira siempre los semáforos.

— Ya.. — dije entre risas.

Me abraza y yo se lo devuelvo. Nos separamos y él se dirige a otro pasillo encontrándose con un grupo mixto. Lo dejo y me encamino a la salida. Salgo del instituto y comienzo mi rumbo hacia mi casa.

Saqué mi teléfono y me dispuse a hablar con Milk.

¿Dónde estás? — me escribe ella.

— Caminando.. por ahí.

— ¿Caminando? Pensaba que te recogían.

— Nop, hoy salí más tarde de lo esperando, estoy yendo a mi casa.

— ¿Por donde estás? Yo también estoy yendo a mi casa. Tal vez nos encontramos.

— Maravillosa idea. Estoy por la avenida Sierra.

— ¡Genial! Estoy cruzando la calle. Nos vemos en la heladería.

— Copiado..

Guardo mi teléfono cuando ve que estoy a muy pocos pasos de llegar al negocio de helados.

Cuando de pronto, veo una silueta muy conocida saliendo de la heladería frustrado. Alzo una ceja, ¿Qué ratos hace Vegeta aquí?

Y fue donde una gran cachetada interna me golpeó. Era obvio si iba con Milk también estaría el testarudo de Vegeta.

— ¡Hola Bulma!

— Había olvidado por completo que estaría tu estúpido hermano aquí. — digo viendo a Vegeta.

— ¿En serio? ¿Esperamos tanto para tan poca cosa? — contraataca él.

— ¡Hey! ¡Controla tus palabras! — me quejo.

— Primero tú las tuyas. — se defiende.

— ¡Basta los dos! — interrumpe Milk. — Wow.. ¿No pueden estar ni dos segundos sin pelearse?

El solo hecho que Milk seguía siendo menor que yo, era igual de madura o hasta más que yo. Lo cual, era un golpe bajo a mi madurez.

O bueno, con lo que queda de ella.

— Vamos.

Ella se puso en medio de ambos. Cruce mis brazos mientras miraba a otro lado, y él imitaba mi acción. Milk se dio cuenta, y habló para quitar la tensión entre nosotros.

— Entonces.. ¿De que quieren hablar?

— De nada. — respondimos él y yo al mismo tiempo.

— ¡Vamos chicos! ¿Porqué están peleados ahora? Siempre hay una excusa, y lo peor, es que es absurda.

— ¡Este imbécil estuvo molestando en toda la clase de historia!

— ¡Por qué tu me llamaste imbécil!

— ¡¿En serio hiciste un escándalo solo por eso?!

— ¡Si! ¡Y ese papel que me tiraste en serio dolió! ¡Me cayó en el ojo!

— Uy.. pobrecito, se le va a salir el ojo.. — digo mientras alzo mi labio inferior.

— Niñata.

— ¡Estúpido!

— ¡Tarada!

— ¡Tonto!

— ¡Engreída!

— ¡Imbécil!

— ¡Gritona!

— ¡Horrible!

— ¡Fea!

— ¡¡Ya!! — nos detuvo Milk. — Por dios, pelean peor que Vegeta y yo.

De pronto, el sonido de un teléfono llamó la atención de todos. Miramos de donde provenía, y era de Milk.

— Lo siento bebés, me llama mi madre.

Mi piel se heló por unos segundos.
¿Porqué me pasa esto cada que escucho cualquier cosa relacionado con sus padres?
Ni yo sabia la respuesta.

Ella dejó que nosotros sigamos avanzando, mientras ella fue lo más atrás posible.

Él y yo nos miramos con desprecio, y nos volteamos a ver otra dirección.

— No me voy a disculpar si eso es lo que esperas.

— ¡Ni lo quería!

— Pero yo si espero esa disculpa. Me quede ciego por segundos.

— Pues te quedaras esperando, por que no la conseguirás.

Ninguno se volteaba a darle la cara al otro.
Diablos, ¿Porqué eramos tan orgullosos?

— Que chistoso. No quieres disculparte pero si quieres que te pidan disculpas. — doy un bufido.

No me gustaban ese tipo de personas, esas que no están dispuestos a darte algo pero si están dispuestos en recibir todo lo que les dan.

Ahora si que estaba molesta.

Él no respondió. Él sabe que tengo razón.

— No me importa.

— Debería.

— Eres muy dramática. — me miró. Imite su acción.

— ¡Tú eres el que quería disculpas por algo insignificante!

— Tch, como sea. — se cruzó de brazos sin dejar de caminar y mirar al frente.

— Tch, como sea. — llego a imitarlo. Él se da cuenta y alza una ceja.

— ¿Me estás imitando? — deja de cruzar sus brazos, él me ve.

— ¿Me estás imitando? — alzo una ceja.

— Inmadura.

— Trato de arreglar las cosas, pero tú las malogras con tú temperamento.

— No quiero arreglar nada contigo.

— ¿Eh?

— Sólo cállate.

— Perdóname ¿Si? — lo suelto por fin.

Él mira a otro lado. — Lo mismo.

— ¡Genial! ¡Ahora estamos perdonados!

Él sonríe.

— No por mucho azulita.. recuerda que siempre hay algo que nos hace pelear, y ese algo... no esta lejos. — una sonrisa maliciosa apareció en sus labios.

— ¿A que te refie..? — vi mi frase interrumpida debido a que recibí un muy pequeño empujón por parte de él, no di varios pasos hacia atrás, pero si lo suficiente como para de pronto sentir como si me cayera un balde de agua fría encima.

Había pasado un auto, y había un charco, y ese mismo, me salpicó.

Oí una carcajada por parte de él. Me voltee a ver a Milk y ella dejó de hablar por teléfono para ver la escena sorprendida

— ¡Te odio Vegeta! — grito.

— Te lo dije.

— ¡Eres detestable!

Me sacudo un poco. Y mi venganza ya estaba en mi mente merodeando.

— Pídeme disculpas.

— En tus sueños. — sonrió.

Me acerqué a él con la poca agua goteando de mis prendas.

— Espera.. ¿Qué vas hacer?

— Nada. Sólo quiero amor.. es todo. — sonrío antes de atraparlo con mis brazos.

Eso lo toma desprevenido. E intenta separarse de mi, aprovecho en restregar en él aun el agua que estaba fresca — que era casi todo. — en todo su cuerpo. Y lo logré, logré mojarlo casi igual que yo. Me separo de él. Me ve con su ceño más frunció de lo normal. Me echo a reír mientras lo señalo con una mano y la otra la paso por mi estómago.

— ¡Venganza!

— ¡Maldita!

— ¡Te lo mereces! ¡Nunca más me vuelvas hacer eso por que yo no me controlo!

— ¡Maldita loca! ¡Era una broma!

— ¡Yo también!

— ¡Me la voy a cobrar!

— ¡Ya quiero verlo!

— ¡¿En serio?! ¡Me voy a conversar por teléfono unos minutos y ustedes ya se estando proclamando la guerra!

— ¡Él comenzó! — me queje como una completa niña de seis años.

— ¡No me importa! ¡Ahora, los tres nos vamos a ir como las normales personas que somos a nuestras casas! — nuevamente estuvo en medio de ambos. Comenzamos a caminar por el rumbo que compartíamos hasta llegar a una esquina en la que nuestros camimos se separaban.

— Hasta aquí los acompaño. Nos vemos mañana.

- Adiós Bul. - se despide Milk. Ella comienza a caminar dejándonos a mi y a él otra vez solos.

- Adiós cara de ojete. - le sacó la lengua mientras me daba la media vuelta dispuesta a irme.

- Solo prepárate para mañana cabeza de pitufo aplastado. Hablaba en serio, por que estoy apestando a grasa de carro.

- Uy ¿Si? ¿Y que me vas hacer? ¿Me vas a golpear? Narcisista.

- No soy narcisista. Y no, no te voy a golpear, será algo mucho mejor que eso.

¿Algo mejor?

- ¿Qué es?

- Mañana lo sabrás. - una sonrisa maliciosa adornó su rostro. Extrañamente una corriente eléctrica se apoderó de mi cuerpo con solo ver esa sonrisa.

Y eso fue suficiente para después verlo correr hasta alcanzar a Milk. Mientras yo, me quedé ahí parada como tonta viendo como se iban a la dirección contraria de la mía.

¿A que se refería con eso?

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