
Parte sin título 7
Capítulo 7
Camino hacia la oficina de Dominic y observo todo por lo que he trabajado durante años y a cada persona dando lo mejor por esta compañía fiel a sus actividades con esa mirada de «Lo Estoy haciendo bien» llevo al pecho el documento que llevo en la mano, tomo aire y entro.
-Veo que ya estás tranquilo -camino hacia a Dominic quien observa el rio Hudson. Y a diferencia de mi oficina no tiene que ver a nadie trabajando para su empresa.
Le doy ánimo a la katheryn de negocios para no lanzarme encima y destrozarle ese estúpido vestido a la medida de Brioni que luce con tanto orgullo.
-De nada sirve la preocupación cuando las soluciones ya las ha puesto el universo -vocifera al mismo tiempo que deja de observar el rio para dirigirme sus gestos descarados de tranquilidad.
-No sabía que ahora me llamabas así -Le respondo con ironía.
-Como sea, que necesitas de este humilde servidor -Hablé con Shaira para hacerle saber que GOlDEN firmara el contrato con ellos.
-Tu universo tiene unas peticiones antes de continuar trabajando con Aaron.
-No estamos en posición de ese tipo de cosas ahora -Dominic frunce la boca y toma un gran sorbo de vino.
-Tu no, yo sí...-Digo con autoridad -Y antes de seguir entregando mi vida y tiempo a esta empresa, debo saber que todo funciona. Necesito en mi mesa todos los documentos contables. A partir de este momento yo estaré a cargo de las decisiones financieras y como socia y salvavidas exijo un veinte por ciento más de las acciones -mi cuerpo se sostiene firme y una sonrisa inesperada se dibuja en mi rostro al mismo tiempo que paso el documento en el que había trabajado hace dos años pidiendo ese porcentaje y el que no había tenido el valor de entregar aunque en el fondo sabía que tenía derecho.
-Esto no es adecuado -Dominic se desploma sobre su asiento y abre el documento con tanta agilidad como sus nervios lo dejan. Apenas lee los parágrafos y asienta con firmeza sus pequeñas manos -tienes el treinta por ciento de las acciones que es algo más de lo que alguien podía soñar, Yo cree Golden fue mi idea.
-¡Y la estás enterrando! -Lo interrumpo con severidad -Los últimos ocho años después de mi ascenso cuando viste mis capacidades te dedicaste a gastar cada centavo en tus estúpidas excentricidades y lo dejé pasar por alto porque siempre decías que las ganancias de Golden se invertían de la mejor forma. Ya veo cómo.
-Yo hago las relaciones, las conexiones con todos nuestros clientes. Además es mucho trabajo para ti -Dominic suaviza la voz como un perro y se acomoda su peluquín.
-No si tengo a Penélope. Hizo un buen trabajo con la propuesta ¡Es esto o renuncio a la compañía! Por favor firma este documento.
-No tenemos que llegar a esta situación -saca un pañuelo y seca su frente brillante por el sudor -Tu ganas -sus ojos me observan fijo y su rostro se contrae mientras aprieta fuertemente su bolígrafo para firmar los documentos -Espero que esto te dé más tranquilidad.
-No tanto como a tí, ya no tienes que enfrentar a la justicia -salgo con los papeles firmados y una batalla ganada.
Llego a mi oficina lanzo la carpeta en el escritorio y salto en círculos «Que bien se siente mandar a Dominic al demonio, ¿Por qué no lo había hecho antes?» después de una pequeña celebración me tumbo en mi sofá y dejo que mi corazón desacelere sus latidos. « ¿Cómo pude cambiar a Adam por ese sujeto?»
Nuevamente Adam ocupando el ochenta por ciento de mis pensamientos y a eso le sumo los besos exaltados que aun pasan cien veces al día por mi cabeza. Me volteo e imagino una posición de sexo tántrico que exploré en mi ordenador cuando tenía la falsa cita con Aaron 42 ahora con un protagonista diferente.
Vaidhurit su nombre es tan sensual como su nombre. La pareja se sientan y se abrazan mutuamente el cuello mientras el hombre la penetra a la vez que clava sus manos en su cuerpo. Imaginaba esa posición con Aaron y ahora era Adam y ahí estaba nuevamente en un limbo que no sabía cómo manejar al Adam del presente que parecía un Iceberg con mis insinuaciones.
«Es una postura o en verdad ya no sientes nada por mí»
Luego siento un frio en mi cuerpo cuando recuerdo ese beso y esas caricias desesperadas por encontrar lo que se había perdido. Pero el tiempo borró los momentos en que estábamos desnudos y lo podía acariciar sin ninguna invitación y ahora es tan lejano a mí que siento miedo.
Tengo hambre, aun en mis momentos caóticos mi estómago no deja de funcionar «Que bien por tí» le reprocho al mismo tiempo que lo acaricio y unos deseos repentinos de un Hot Pastrani me invaden « ¡Por Dios eres un genio» le digo a mi estómago. El sándwich favorito de Adam de la Quinta Avenida.
Llego al lugar en el que solíamos comer y pareciera que el tiempo solo es un efecto del exterior. El mismo aroma a carnes, pan recién horneado, grasa y especias circulan por los olfatos de las docenas de clientes hambrientos que se esparcen por la barra de madera ordenando a los cocineros desde sandwiches de atún, papas fritas, doblemente fritas y hamburguesas hasta ensaladas para el menos pecador.
Me paro en puntas y observo a tres hombres de distancia el chef de hace diez años con los estragos del tiempo. Cintura más ancha y su pelo encanecido con el mismo sombrero que hace ver su cabeza más grande dando órdenes como de costumbre.
Empujo y llego hasta la barra y ordeno con un gran grito.
-¡Un Pastrami doble para llevar y uno comprimido para comer aquí!.
-El hijo prodigo vuelve a casa -responde con un intento de sonrisa.
-Ya sabes.
El hombre prepara personalmente el sándwich favorito de Adam y el mio a base de carne de ternera en finas rodajas con su delicioso pan de sésamo, mientras yo devoro la versión mini en cuestión de minutos dejando que sus sabores me lleven nuevamente al pasado y observo con nostalgia los cuadros pequeños que cubren la pared con celebridades y objetos de la época mientras veo a las parejas más jóvenes jugando adivinar quién conoce más de la historia a través de las fotografías.
-No tardes una década en venir -dice el chef con el pedido en la mano.
-No sé cómo había vivido sin esto -digo mientras salgo y al mismo tiempo contestando mi pregunta. No quería recordar a Adam.
Una repentina llovizna me sorprende y trato de tapar mi pelo con mi bolso mientras corro para abordar un taxi que no demora en parar y llevarme en treinta y dos minutos por el suroeste por 5th Ave hacia hasta la 2ª intersección a Broadway.
Llego al edificio por tercera vez y Subo al ascensor con mi corazón aparentemente controlado. En el espejo del elevador reviso que mi falda hasta la rodilla mi camisa blanca y mi gabán negro estén perfectos, a mi lado un hombre de aproximadamente sesenta años con su cabeza brillante no para de observar mi pequeño escote. Le hago una mueca y el hombre incomodo deja de observar y baja la mirada.
Llego al piso y aligero el paso para ganarle al miedo que trata de decir que esta no es una muy buena idea, en recepción se encuentra Alyssia atendiendo unas llamadas con mucha diligencia, sin embargo eso no evita que levante su mirada y me observe con sus grandes ojos negros.
-Hola Alyssia -saludo en un tono muy bajo.
-Señorita Katheryn, bienvenida -me recibe con mucha amabilidad, ya sabe que no estoy detrás de Aaron al que le tiene el ojo puesto.
-Quisiera hablar con Adam.
- Claro que sí, ya la anuncio -me responde mientras de una de las oficinas sale Shaira con su gran sonrisa blanca y luciendo su figura con un pantalón de piel ajustado, una camisa de seda blanca y unos tacones que la hacen ver inalcanzable.
«¿Cómo hace para estar tan perfecta?»
-Hola Shaira -la saludo con mi rostro contraído por la escena pasada -Traigo el contrato -digo a modo de explicación «como si en verdad me fuera a creer»
-Dominic dijo que lo enviarían por correo.
Sonrío y por dentro quisiera decirle, «Las dos sabemos que el contrato solo es una excusa para venir acá y ver a Adam, así que ahorrémonos todo este momento incomodo y déjame seguir ¿Dónde está la complicidad femenina?»
-Preferí traerlo personalmente ya que estaba en la zona, además me gustaría discurir algunos puntos del contrato -Nadie me gana en excusas laborales.
-Claro -dice mientras levanta una de sus cejas.
« ¿Quién eres tú? la guardaespaldas de Adam» porque siento que no quieres dejarme pasar.
-Alissya, ya te comunicaste con Adam.
-Dijo que pasara a su oficina.
-Fue un gusto verte Katheryn.
-Gracias Shaira -respondo y sigo mientras Shaira secretea con Alissya, y aunque creo que es sugestión. Estoy convencida que hablan de lo patética que soy al venir aquí.
Y es el murmullo o la explicación a Shaira pero nuevamente la incertidumbre y el miedo se apoderan de mí al estar a tres pasos de la oficina de Adam. Esto no es bueno. Quedo inmóvil y volteo hacia el mostrador y ahí está un complot femenino haciéndome trisas y observándome con sus pequeñas sonrisas y sé que debo dar un paso hacia el frente.
Sonrío y entro sin pensar en nada más. Adam está de espaldas al lado de un ventanal enorme hablando por celular amistosamente. Observo su nuevo estilo de hombre de negocios llevando un traje perfectamente puesto e impecable que parece nueva y aunque se ve extremadamente guapo extraño sus vaqueros rotos y las camisetas con frases obscenas.
Mi estómago revolotea y ya sé que no es de hambre.
Termina de hablar y mira hacia donde estoy terriblemente perturbada y con una punzada en el estómago que trato disimular ferozmente con una sonrisa.
-Kate.
-Adam.
Su tono de voz incómoda y sus labios contraídos me dice que no está muy feliz con mi visita repentina.
-Vengo a traer el contrato.
«Mentira»
-Claro –responde y se acerca hacia mí.
Su mirada de asombro me inquieta un poco, no... me inquieta mucho. Acaso no quería que hiciéramos el negocio. O lo dijo por cortesía. "¡¡¡Oh DIOS!!! Qué estoy haciendo" Sé que no estoy acá por el contrato. Y sé que el también lo sabe.
-¿Qué traes en esa bolsa?
O si, la bolsa de la paz. El emparedado del plan del que ya no estoy segura.
-Estuve, y debo decir que no ha cambiado nada. Y quise traer...
-Adam -suena una voz dulce de mujer y me interrumpe.
-Sun Hee -responde Adam sorprendido.
Volteo y veo una mujer asiática al lado de Aaron. Con una piel blanca lozana vestida con unos vaqueros y una camisa roja que delinea perfectamente su silueta delgada y esbelta. Lleva en la mano un paquete cuadrado envuelto con una tela blanca con tejidos dorados y un moño en la parte superior.
Le entrega el paquete a Aaron y corre como puede con sus largos y delgados tacones y se cuelga del cuello de Adam.
-¿Te gusta mi sorpresa? -pregunta emocionada.
Ohh Dios su prometida, y no... no me gusta su sorpresa.
-Claro que sí -responde Adam mientras ella se apodera de los que eran mis labios.
-¿Interrumpo? lo siento, entré sin avisar, quería darte una sorpresa.
-No te preocupes es solo trabajo -dice Adam
¿Solo trabajo? ¿Yo soy solo trabajo?
-No quiero ser inoportuna -dice con su acento y un tono tan suave que es difícil mandarla al demonio.
-Ella es Katheryn, la representante de la empresa encargada de diseñar toda la campaña publicitaria -explica Adam evitando de todas las formas mirarme.
-Hola mucho gusto, soy Sun Hee y lamento ser tan inoportuna.
-Está bien, es solo trabajo -repito las palabras de Adam mientras odio ver una mujer colgada atrevidamente del hombre que daba la vida por mí.
-Te traía algo para comer pero veo que se me adelantaron -dice señalando mi bolsa.
-Oh no -respondo torpemente -Esto es... -no sé que responder, mis palabras desaparecen...Necesito un súper héroe.
-Esto es para nosotros -Responde Aaron mientras queda junto a mí -Y esto es tuyo -le pasa el paquete a la prometida de Adam.
Volteo a mi derecha y veo a Aaron con una sonrisa observándome mientras mis piernas hacen lo posible para no desplomarse.
-Te preparé el sushi que tanto te gusta -Le susurra con un coqueteo descarado sin importar que yo esté ahí.
Adam por fin me mira y por primera vez no sé qué significa su expresión. Pero su encuentro amoroso, la caja, su piel, su juventud hace que mi cabeza quiera dar vueltas y siento que mi vida se derrumba en un instante.
-Vamos -dice Aaron mientras sujeta fuertemente mi mano con la suya cálida y lo bastante fuerte para arrastrarme hasta su oficina y acomodarme en su sofá mientras vuelvo al mundo real.
Sin ningún reparo saca el sándwich de la paz y le da un gran mordisco.
-¡Está delicioso!
-Me alegra que te guste -le digo con desgano.
-¿Qué esperabas al traer su comida favorita?.
-¿Cómo sabes que esa es...?
-¿Su comida favorita? Escuché hablar de tí durante cinco años hasta que llegó Sun, creo que te conozco. Se mete otro bocado.
-Solo vine a traer el contrato -murmullo «¿A quién engaño?»
-Lo hubieras enviado por correo -dice con una sonrisa en su rostro observándome fijamente Y esa especie de burla además de comerse el emparedado de la paz. Me irrita.
-No confío en el correo digital, se puede filtrar la información.
Punto para mí.
-En verdad eres más eficiente de lo que pensé. Solo te voy a preguntar algo. ¿Quieres reconquistar a Adam? porque hasta hace dos noches te querías acostar conmigo. Y me coqueteaste descaradamente en la sala de juntas, frente a todos.
¿Qué? en verdad estamos teniendo esta charla.
-De qué hablas, tú también coqueteaste conmigo -le reprocho indignada.
Se inclina hacia mí tan cerca que logra incomodarme. Pero me mantengo firme y tan digna como puedo.
-¿Quién dejaría pasar una oportunidad contigo Katheryn Johnson.
−Eres un idiota.
−Un idiota que te salvó de que te expusieras sin ningún sentido.
−¿Qué quieres decir?
El rostro de Aaron cambia instantáneamente y deja a un lado el sándwich de Adam o el que sería para él.
−Adam en verdad está muy enamorado. Y creo que lo justo sería que lo dejaras ser feliz con una mujer que en verdad lo ama. Esa sería tu redención.
-No estoy tratando de conquistar a Adam.
-Eso espero. Porque ya sufrió bastante.
-Me alegra que te gustara el sándwich pero tengo más compromisos.
Hasta pronto Aaron.
Me levanto sin querer escuchar esas palabras tan punzantes como su voz.
–Kate
–¿Qué?
–El contrato.
–Lo enviaré a tu correo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro