Panties
Capítulo 12
-Hola kate
-John
-¿Qué tal tu día?
«Bien hasta que me escribiste» pienso, pero por muchas razones no lo escribo.
-Con mucho trabajo.
-Me imagino, no te vi en la oficina en todo el día.
-La locura del cierre.
-Me hubiera gustado verte.
-A mi igual -(mentira)
-¿Qué haces?
-Un poco de ejercicio.
-¿Y qué tienes puesto?
Cada vez son menos líneas para saber cuál es el color de mis panties, si son de encaje o de algodón; tangas cacheteros y de acuerdo a mis respuestas la mayoría inventadas crea toda una escena sexual en la que terminar por penetrarme en su predecible imaginación por mucho tiempo. Definitivamente los malos amantes son iguales que las películas de súper héroes... predecibles.
-Estoy con unos cacheteros y un top haciendo yoga (verdad, tomando una copa de vino en la terraza de mi pent house)
-Yo podría relajarte.
En menos de cinco minutos lo dudo, aun así no he podido dejar al hombre eyaculación precoz, y todavía cuestiono el por qué.
-De eso no tengo la menor duda
-¿De qué material son tus cacheteros?
«Que desgaste inventar todo el tiempo el material de mis panties»
-Son grises de algodón
-Me provocas.
-Vamos juntos a la reunión de las industrias Wadlow, es la presentación de la publicidad que logramos en tiempo record ante sus socios.
Las desesperadas respuestas de John desaparecen con mi propuesta... O tiene sus manos ocupadas en otra cosa o no quiere corroborar los rumores que se ventilan por los pasillos de Golden porque eso dañaría su reputación de soltero. Aunque le estaría haciendo un favor a la raza femenina al evitar diez horas de arreglo para un minuto de placer.
-Claro nena -aparece en mi whats app
¿Nena?
-Quiero hacértelo.
Ahí va de nuevo.
-Yo también -Aunque pondría un poco o mejor mucho viagra al vino para que mis largas horas en que me pongo al estilo de Catherine Tramell valieran la pena y no terminara con una falsa sonrisa que esconde mi enorme decepción.
-Me acuerdo de la última vez, estabas preciosa.
La predecible charla con John es interrumpida por el teléfono del edificio.
-La Busca la señorita Abbie.
«Señorita no, señora idiota» escucho gritar a Abbie con un tono agresivo
-Dile que pase por favor –respondo antes que mi mejor amiga termine por hacer una escena.
-Disculpa John, se me presento un inconveniente, hablamos mañana.
-No te preocupes nena, descansa.
en el fondo amo el hecho de no tener que hablar una vez más de mi lencería al hombre eyaculación precoz, pero al mismo tiempo me preocupa el tono de Abbie, solo espero que esté bien.
El ascensor abre y está mi amiga con una sudadera tres tallas más grande que ella y un rostros devastado.
-¡Lo odio! -grita y camina hacia mi copa de vino y la bebe de un sorbo -deliciosa
-¿Una crisis? -pregunto mientras la miro con ternura.
-¿Tú crees que tengo una crisis? solo mírate a ti con tu sexi y entubada falsa y esa camisa ceñida a tu curvilíneo cuerpo mientras yo uso las sudaderas de Peter porque mis caderas parecen estallar.
-Abbie, estás preciosa -Le doy un abrazo y en verdad aun con la sudadera, sus inmensos ojos café llorosos y el pelo rubio desordenado; sigue con ese encanto que tenía en la fraternidad cuando los jóvenes hacían fila para salir con ella. -Te extrañé.
La llevo a mi tina y le preparo una ducha con esencias aromáticas las cuales tienen ese efecto calmante que logran que hasta un mal polvo parezca un sueño absurdo que nunca sucedió.
-Sé que soy la peor de las amigas, lo sé Kate... pero en verdad no sé en qué momento los gemelos y Peter absorbieron hasta el último segundo de mi tiempo.
-No quiero preguntar pero ¿dónde están los gemelos?
-Están con mi madre... y antes que preguntes por Peter está con su grupo de amigos haciendo no sé qué, y realmente no me importa. Estás preciosa Kate y yo...
-Estás hermosa.
-No sé ... si no salía un minuto de mi casa y pensaba un segundo en mí... ¡iba enloquecer! Los días pasan sin novedades, siempre la misma rutina, El menú diario, los trajes de Peter, las clases de los gemelos, problemas de último tiempo y yo solucionando cada detalle... pero ayer después de la ducha estaba cepillando mi pelo frente al espejo y había una cana en mi cepillo ¿puedes creerlo? un cabello blanco. Y todo mi mundo pasó ante mí. No me mal interpretes, amo a mis hijos y a mi esposo, pero... ¿dónde quedo yo? –termina sin aliento.
Veo a Abbie sostener su copa de vino y observarla fijamente mientras espera alguna respuesta mágica que solucione su interrogante y veo que de formas diferentes las dos estamos en ese limbo en el que la vida nos plantea esa misma pregunta. ¿Dónde quedé yo? Ella en su hogar y yo en mi trabajo.
-Perdona Kate...llego a tu apartamento y solo hablo de mis estúpidos problemas, cuando ni siquiera tuve tiempo de contestar tu mensaje.
Abbie queda en silencio y suspende su mirada a través de la pared de cristal que refleja su rostro impecable. No sé si piensa que su vida es una mierda. Y aunque nuestros problemas son tan diferentes lo que mi amiga ignora es que esto es una mierda al cuadrado.
-Ya dije todo Kate Johnson... Suelta lo tuyo. Sé que estás ansiosa por que te escuchen -Abbie me observa con una mirada más tranquila y relajada y si, quería vociferar de Adam, John y el cretino de Aaron.
-Sabías de mi cita de tinder...-y así empecé mi larga y deprimente historia.
-Cuantas cosas... pero estoy muriendo de frio. Y congelada no soy la mejor consejera. Préstame una de tus sexis y femeninas pijamas... quiero quemar las de Peter.
Saco una de mis pijamas térmicas rosadas y voy a preparar unos pancakes con arándanos, jarabe de maple y un delicioso te chai.
-Cuando te dije sexi no me refería a esto -sale Abbie con mi pijama, la que le queda perfecta y secándose el cabello -Pero en definitiva es mucho mejor que la de P.
Pongo los bocadillos y la bebida en la mesa con ayuda de Abbie y nos sentamos a terminar nuestras confesiones.
-¿Y vas a seguir con el hombre eyaculación precoz? -pregunta Abbie con una sonrisa que hace que los escasos momentos de placer parezcan un comic.
-Buena forma de seguir la conversación...Y es algo complicado.
-Dirás complicadito -Risas - Además creo que hay mucha tensión sexual entre ese tal Aaron y tú.
-No seas ridícula Abbie, lo odio... es tan irritante, no lo soporto.
- Eso solo lo siento por Peter y llevamos trece años.
-Además es el mejor amigo de Adam a quien no veo hace dos semanas porque está en Australia arreglando varios inconvenientes y solo me contesta por correo asuntos de trabajo.
-Primero Adam se va a casar y segundo Aaron cree que sales con John que no es totalmente falso.
-Suponiendo que yo quisiera algo con él... y no me mires así que solo es una suposición. No creo ser su tipo, creo que prefiere las rubias y eso solo me deja como mejor candidato...
-Al hombre eyaculación precoz –responde Abbie con burla.
-Si va donde un buen médico eso puede cambiar... he buscado unos muy buenos en Nueva York.
-No puedo creer que ya le estés buscando un médico, es ridículo.
-Ridículo sería ver a Adam el resto de mi vida y llevar esa imagen en que lo desprecio.
-Kate, no puedes lapidarte toda la vida por un error que cometiste. Además Adam y tú ya son historia y él está a punto de casarse con una hermosa mujer. Perdónate y vive nuevamente; lo mereces. El problema no es que el universo, destino o Dios te castiguen porque tú les estás haciendo. Tú te has encargado de hacerlo durante diez años. Y es momento que pares. Ahora pásame otro pedazo de Pancake están deliciosos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro