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Bendita Lluvia


Estoy en el lobby del Hotel Plaza para la presentación de Golden a todos los socios de Aaron. Espero a John quien quedó de estar a las ocho.  Sin embargo, ya han pasado diez minutos y a eso debo agregar que sacó más de mil excusas para no recogerme. Las que por supuesto no creí.

-Kate, estás guapísima.

-Dominic. -no podría ser peor.

-Bienvenido otoño... música de hojas secas, inspiración de poesía. Eres toda una inspiración con ese vestido negro y flores doradas... perfecta.

-Me alegra que mi vestido pueda inspirarte. Pero no deberías gastar tus frases conmigo. Hace años que me conquistaste. Además, te vez muy bien con ese traje.

«Que te hace ver más bajo» pienso, pero más que el traje de Dominic me preocupa no ver a John y quiero humildemente mostrar que no soy una maldita maniática del trabajo y que también puede tener una vida romántica y sexual aunque ese título es demasiado para John pero es lo único que tengo.

-Penélope, Si existe duda, viste de rojo. Tienes dudas mi niña.

-Ninguna Dominic... Vas a encantar a todos.

Penélope luce un hermoso vestido rojo y su pelo dorado recogido, lo que me hace odiarla porque se ve genial. Y si yo puedo verlo, Aaron no va perderla de vista.

-Katheryn estás preciosa -dice Penélope estrechándome entre sus brazos.

-No más que tú —respondo con una calidez que me sorprende y me hace sentir cómoda y querida.

-¡señoritas! los halagos los podemos terminar en el salón.

-Yo voy en unos minutos –digo para ganar tiempo.

-Claro que no. La unión hace la fuerza y tú eres la mentora de este proyecto.

Odio admitirlo, pero Dominic tiene razón. Entramos y unos músicos con melodías suaves nos reciben al salón de estilo neoclásico adornado por hermosas lámparas de cristales que inunda de luz la reunión. Personas de rostros orientales y europeos se pasean con trajes elegantes degustando los provocativos bocadillos mientras les indican la mesa que les corresponde. Pero en ningún lado aparece John.

-¡Adam! grita Dominic.

Maldita sea. ¿Por qué no ha llegado John? volteo y viene Adam extremadamente elegante y guapo con su prometida de porcelana con un hermoso vestido rosa de corte largo apoderada de su brazo.

-Katheryn, nos volvemos a encontrar.

- Sun Hee, Adam.

-¿Se conocen? -pregunta Dominic.

-Si, en la oficina...-responde tan rápido que no me da tiempo de explicar nada. -Lamento haber interrumpido. -termina con su voz suave de chica buena que apenas me permite encontrarle errores.

Y siento que entre Sun hee y Penélope juegan a quien es más atenta para dejarme como la bruja del cuento.

-No te preocupes. La verdad es que solo llevaba un documento.

-Que amable eres... ¿Y vienes sola? una mujer tan hermosa... se me hace extraño que no estés acompañada.

Ya no es tan perfecta. Demasiado entrometida.

-Sun, creo que eso hace parte de la vida privada de la señorita Katheryn.

¿La señorita Katheryn? Adam si apenas se atreve a mirarme y ahora se refiere a mí como la señorita Katheryn.

-Claro que no. mi pareja está por llegar... Es más, creo que puede aparecer en cualquier momento.

¿Por qué tenía que abrir mi enorme boca? estúpido ego que habla por mí. No podía solo sonreír.

-¿Tú pareja? -Pregunta Adam asombrado.

¿Ahora si me habla? Ya no deja la vida privada de la señorita Katheryn tranquila. Solo espero que esto salga bien.

-No sabía que estabas saliendo con alguien -dice Dominic con asombro. -¿Quién es Kate?

-SI, ¿quién es Katheryn? -repite Penélope con ojos indagadores.

Y de pronto me siento en el juicio final. Tengo la mirada de Dominic, Penélope, Adam y su prometida esperando un nombre del que ya no estoy segura. Porque en el fondo siento que John no va venir y eso lo sé porque no ha contestado ninguno de mis mensajes y el primero fue a las tres de la tarde. Necesito un súper héroe y lo necesito ya antes que mi sonrisa de triunfadora falsa se canse de fingir.

-Bueno mi pareja... mi pareja -titubeo y sonrío.

-Soy yo, perdona la tardanza.

Miro y Aaron sostiene mi mano temblorosa con fuerza, mi asombro es menor que el de los cuatros curiosos que se quedan en silencio sin saber que decir. Y ahí lo tengo frente a mí con su sonrisa segura y no sé si es porque no lo había visto en semanas pero está mucho más guapo.

-Ya llegó-digo tratando de convencerme.

-Lo sabía -dice Penélope rompiendo ese hielo tan incómodo.

-Nos sorprendes Aaron -dice Sun con su delicada sonrisa -Pero si esa es tu decisión la respetamos, además hacen una hermosa pareja.

Adam nos observa y creo que en el fondo sabe que esto no es más que un teatro.

-¿Desde cuándo Aaron? -pregunta Adam con un tono seco y su rostro algo desconcertado.

-Tú sí que nos sorprendes Katheryn ... Pero cuéntanos a todos como nació este romance tan repentino –sigue Dominic con el interrogatorio.

-Ya tendremos tiempo de hablar al respecto, por ahora vamos que todo está a punto de comenzar. Te acompaño a tu mesa -dice un Aaron cariñoso.

Yo sigo sus órdenes y me aferro a su mano como un trofeo que gané y no quiero perder.

-Hablamos después -dice mientras me da un beso en la mano y se retira con Adam y Sun Hee.

- Y yo que pensé que estabas con John -dice Dominic al sentarse a mi lado.

«igual yo» pienso para mí. Observo mi celular y para mi bien John no ha contestado mis mensajes lo que me da tranquilidad en estos momentos. Porque no quiero otra escena en mi vida.

La celebración da inicio y mi corazón late tan rápido que quiero dar saltos por todo el salón y presumir a Aaron como ese juguete nuevo que esperabas durante un año para tenerlo y por fin te lo dan. Pero debo ser una mujer aparente mente normal en su silla sonriendo suavemente, aunque por dentro estalle de emoción.

Aaron se pone frente ante todos los invitados y yo solo puedo observarlo descaradamente como una novia enamorada esperando a que su amado hable.

−Hoy estamos aquí celebrando después de diez años de investigación un proyecto que parecía utópico cuando se pensó por primera vez. Sin embargo, todos ustedes lo hicieron posible porque fuimos desafiando todos los obstáculos y hoy celebramos el nacimiento de Flex al mercado; el primer preservativo que logra detectar enfermedades. Y todo este esfuerzo hubiera sido en vano sino contáramos con la presencia de una empresa que logro en dos semanas hacer algo excepcional. Golden... y quiero destacar a una persona que estuvo para nosotros y entregó todo a este proyecto Katheryn Jhonson, Ven por favor.

¡Oh por Dios! En verdad está pasando.

Aaron señala nuestra mesa y de pronto somos el centro de atracción lo que le va muy bien a Dominic quien se pavonea como princesa en carrosa.

−Ve Kate, demuéstrales quien es el equipo Golden, Aaron quiere lucirse con su novia–Dice Dominic al tiempo que aplaude.

Me levanto de la mesa y sonrío a todas las personas que tienen los ojos puestos en mí. Y llego hacia Aaron que me recibe con la misma mano que me ha salvado de mi misma.

—Buenas noches a todos —observo y el rostro de Adam está cuadriculado como para tener un gesto amable conmigo —Agradezco a Aaron por sus palabras, estamos muy felices por hacer parte de este gran proyecto que ofrece un gran cambio para nuestra sociedad... pero este resultado se debe también al gran trabajo de nuestro equipo y su dedicación durante estas dos semanas que desafiaron el tiempo y la creatividad y hoy estamos entregando este diseño con gran orgullo. —termino mis palabras y una pantalla que está tras de mi se enciende mostrando nuestro diseño de Flex y la campaña de expectativa que se va a lanzar al mercado el día de mañana. Los asistentes se levantan y aplauden complacidos.

Aaron me sonríe al ver la pantalla y mis mejillas arden tanto que siento que mi rostro está encendido. Mi corazón late y no puedo más que mirarlo mientras me quemo por dentro. Espero que el júbilo en la sala se calme para volver a mi mesa y disfrutar este triunfo.

—Felicitaciones señorita hizo usted un excelente trabajo —me dice un hombre en apariencia de setenta años de pelo y barba corta blanca, vistiendo un gaban negro mojado.

—Le agradezco —le contesto con cortesía.

—Mi hijo hizo un gran trabajo.

—¿Su hijo? —pregunto intrigada

—Disculpe a este anciano, soy el padre de Aaron.

—Es un gusto —sonrío a mi suegro falso y aunque trate de hacer que nada está pasando es casi imposible dejar de ver a este hombre que observa a su hijo de lejos con el rostro iluminado.

-Es un gran hombre y un gran empresario -comenta en voz alta.

-Tienen una gran compañía.

-No es solo una compañía señorita...

-Katheryn.

-Señorita Katheryn. Él logró el sueño de su prometida e hizo socios a todos los colaboradores... algo muy altruista para estos tiempos no cree.

prometida...

prometida... es lo único que mi cerebro logra repetir mientras trato de tomar aire porque siento que me ahogo. Observo la mirada de Sun Lee y de Adam. Por eso tanto asombro. Y entonces por qué Aaron inventaría algo así si está comprometido, no entiendo. Adam también dijo que había tratado de entrar a tinder con los datos de Aaron para ayudarle a tener una pareja. Estoy enloqueciendo y el aire me está faltando.

-¿Está bien? -pregunta el señor mientras me sujeta del brazo.

-Solo me faltó el aire, no es nada.

Es mucho, estoy enloqueciendo y mi cabeza está a punto de estallar con tantas preguntas sin respuesta. Tomo un sorbo de agua pero mi cuerpo parece desvanecer. Debo salir, siento que todos me observan. Siento que mi rostro se ha contraído.

¿Qué puedo esperar? ya bastante que Aaron salvara mi dignidad por segunda vez. Es una mentira y aunque lo sé me duele saber que él lo sabe todo y que su gesto es solo un acto de amabilidad para una mujer patética como yo. Aprovecho que nadie me está observando y antes que me asfixie dejo todo en manos de mi asistente.

-Penélope, despídeme de Dominic por favor.

-¿Estás bien? No esperas a Aaron.

-Estoy bien y no quiero molestarlo.

Salgo del salón y busco ansiosa la salida y aunque la lluvia parece querer retenerme, siento que si sigo acá voy a ahogarme con mis mentiras y desatinos. Recojo mi abrigo tomo aire y salgo bajo la lluvia de Nueva York. Las lágrimas empiezan a correr al compás de las gotas de agua y mi corazón se oprime con más fuerza.

Cada paso que doy viene acompañado de un llanto más fuerte y siento una agonía en mi pecho que se aloja con tanta fuerza que creo que voy desmallar del dolor.

-¡Katheryn!

Escucho la voz de Aaron llamándome, pero a quién engaño. ÉL está en esa reunión con su padre.

-¡ Katheryn!

Nuevamente escucho mi nombre y aunque es imposible volteo y es Aaron corriendo tras de mí.

-¿Qué haces? -pregunta Aaron.

-¡Déjame en paz! -le grito -Ya no tienes que salvarme no me importa.

-De qué hablas, vamos hablar donde no te mojes no quiero que te enfermes.

-Ahora te preocupa mi salud -digo con ironía. -¿Por qué no me dijiste que tenías una prometida?

-¿De qué hablas?

-Soy la burla de todos. Por qué no me habías dicho de tu prometida ¿te parezco tan fácil como para burlarte de mi?

-¿Cómo te enteraste?

-Entonces no lo niegas, soy una idiota y tú un cretino.

-Está muerta, Fue hace siete años.

Su respuesta me deja sin palabras y sintiéndome más idiota que nunca.

-No lo sabía.

-Eres una tonta.

-Y tú un cretino que en ocasiones me salvas y en otras me haces sentir la peor de todas.

Aaron pasa sus manos sobre su pelo mojado y me mira profundamente con sus ojos grises desmantelando todo lo que siento por él y dejando expuesto lo que en el fondo negaba hasta este momento. No sé porque está aquí ¿Por qué no deja de observarme? siento miedo de estar mal interpretando como siempre las situaciones.

-No te puedo quitar de mi cabeza -dice con voz ronca -Eres desesperante Katheryn.

Antes que diga algo más su instinto primitivo reacciona con ligereza y pega sus labios mojados por la lluvia a los míos que se rinden sin poner ninguna resistencia. Mi corazón se acelera y sus manos envuelven mi espalda aferrándose más a mí mientras nuestro aliento se mezcla en pequeños besos. 

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