— ¿Irás a la fiesta del viernes?

— ¿Ya hay una fiesta? — asintió— Pero si acabamos de entrar.

— Por eso Bella, es una fiesta de inicio de curso.

— Pues no lo sé Paul, no sé si mi padre me deje.

— ¿Y por que no te va a dejar ir? Ya no tienes cinco años, tienes diesciete, no es por nada, pero a veces creo que el exagera.

— Lo se, intentaré hablar con mi madre primero, o no, tu acompañame, tu le caes bien a mi papá.

— ¿Por que me va a decir que si?

— Por que tu le vas a decir que me vas a vigilar y todo eso.

— ¿Y te tengo que vigilar?

— No.—  reí— Es solo para que el crea eso y ya.

— Esta bien.

— Eres el mejor amigo de todos.

— Ya lo sé.—  rodó los ojos.

Después de eso continuamos haciendo los deberes hasta que mis padres llegaran, mi hermano tenía 12 años y se encontraba en su cuarto.

—¡Llegamos!— gritó mi padre.

— Es el momento, vamos.—  lo empujé hacia la salida de mi cuarto.

Bajamos las escaleras y llegamos donde estaban mis padres, estos nos miraban como si supiesen que les íbamos a pedir algo.

— Mami— gritó mi hermano abrazandola.

— Hola bebe, ¿Cómo estas? ¿Cómo te fue?

— Bien mami, que bien que ya llegaron.— rodé los ojos, mi hermano era el favorito de mi mamá y aunque ella lo negará sabía que así era.

— Papá, ¿Podemos hablar?

— Claro princesa, ¿Paul también tiene que estar presente?

— Si.

— Esta bien.—  nos sentamos en la sala, mientras mi hermano y mi mamá estaban en a cocina.— ¿Que ocurre?¿Están saliendo? 

  — ¿Qué?.—  dijimos a la vez.

— Paul me agrada, así que no tendría problema.—  se encogió de hombros.

— No estamos saliendo, es otra cosa.

  — ¿En serio? harían una linda pareja.

  — Ya te dije que no.

— Entonces, ¿Que ocurre?

— El viernes hay una fiesta y...

—No, no vas a ir.

— ¿Porqué? Papá ya tengo 17 años, no soy una niña.

— Pues lo siento Isabella, hasta que no cumplas la mayoría de edad no irás y ya. 

— ¿Por qué eres así? 

  — Te estoy protegiendo.

—Papá, por favor.— susurré.

El suspiró algo cansado.— ¿Paul, tu irás?

— Si señor.

—  Muy bien, ¿La cuidarás si?

— Si señor.—  sonrió.

— Esta bien Isa, puedes ir.

— Gracias, gracias.— lo abracé y el rió. Amaba a mi papá.

(....)

— Dime que si.—  gritó Emily en cuanto nos encontramos.

— ¿Si qué?

— Que irás a la fiesta de hoy, Cami no quiere ir, la entiendo ya que vive en su mundo de libros, pero tu, ¿tu si? 

— Yo iré.

— ¿En serio? ¿Tu padre te dejo?

— Si, ahora me voy a clase, adiós Emi.

— Nos vemos Bella.—  gritó y se fue en dirección contraría. 

Me dirigía a clase de Deportes, en verdad lo odiaba, odiaba tener que correr, por que básicamente eso era todo lo que haciamos,  y no porqué tuviera un mal fisico, si no porque tenías que aguantarte las miradas de los chicos mientras corres lo cual es realmente incómodo.

— Hola Isabella.

— Wade— sonreí.

— ¿Vas para clase de deporte?

—Lastimosamente si.

— ¿Eres de esas chicas que no hacen deporte?—  dijo divertido.

— No, mi papá desde pequeña me hace hacer ejercicio.— reí. — Lo que no me gusta es tener que soportar las miradas y comentarios obscenos de los chicos.

—No voy a dejar que nadie diga algún comentario de ti.— sonrió.— Nos vemos Isabella, iré a cambiarme.

— Adiós Wade.—  sonreí.

Entre al vestidor de chicas, y para mi desgracia ninguna de mis amigas estaba en esta clase, en cambio estaba Selena con su séquito de amigas.

—Hola Isabella.

— Selena.

Seguí mi camino y me vestí con el uniforme de deportes, el cual era una camiseta blanca demasiado ajustada para mi gusto y un short igualmente ajustado, me coloqué los tenis y recogí mi cabello en una coleta, yo creo que si mi papá me viese en estas fachas se infartaría. 

— Muy bien señoritas todas a la pista atletica.—gritó la profesora.

Salí arrastrando los pies, mientras todas las chicas se quejaban por que nos tocaba correr, cuando llegamos a la pista logré ver a Wade junto con Nicolas, ambos se veían increíbles en sus uniformes, pero lo que más me llamó la atención fue ver los tatuajes de Wade, todos estaban hechos en tinta negra y se veía realmente sensual, y a su lado estaba Nico con su hermosa sonrisa y sus ojos penetrantes.

—Hola Isa 

—Hola Nico

Wade solo me miraba a los ojos lo cual me ponía demasiado nerviosa, el es bastante atractivo y el hecho de que no despegara sus ojos de mi, era intimidante.   

—Nico —chilló Selena 

— Tengo que dejarlos, mi chica me necesita.— dijo suspirando.

—¿Celosa? — dijo Wade divertido.

—¿Yo? — el asintió— Claro que no Wade, no inventes.

—Pero si casi lo asesinas con la mirada cuando se fue.

— No es cierto — me encogí de hombros.

— Esta bien, fingiré que te creo.— rió— ¿Lista para correr? —dijo "calentando".

— Lista —  dije imitando sus movimientos. 

Seguimos calentando, hasta que la voz de la profesora llamó nuestra atención.

— Seis vueltas a la pista  se van.

Muchas se quejaron, pero yo seguí normal, en verdad me gustaba correr, Wade me guiñó un ojo e hizo un movimiento de cabeza indicando que corriéramos juntos y yo acepté, nos pusimos en posición y cuando la profesora dio la orden empezamos a correr. Nos encontrábamos en la cuarta vuelta y digamos que eramos los primeros, era divertido correr con Wade, cuando por fin terminamos de correr nos dimos cuenta que eramos los primeros y después llegó Nicolas y otros chicos.

—Increíble chicos. —  dijo la profesora.

—Gracias —  dijimos casi sin aire     

—Isabella eso fue increíble, ninguna chica acá corre tanto —  dijo Wade divertido.

— Mi padre siempre me hacia hacer deporte y me quedo gustando.— dije tomando agua.

— Isa increíble —  dijo Nicolas.

— Gracias. — sonreí.— Iré a cambiarme, nos vemos chicos.

— Isabella espera— dijo Wade— ¿Irás a la fiesta?

— Si

— ¿Te parece si vamos juntos?— rascó su nuca en forma de nerviosismo.

— Si claro— dije y Nicolas nos miraba con el ceño fruncido.— Nos vemos más tarde, adiós chicos.

— Adiós— respondieron al unísono.

El día paso lento, pero estando con mis amigas y con Paul fue divertido, cuando estaba a punto de irme recibí un mensaje de mi madre avisándome que no podía pasar por mi, lo cual fue frustrante porque aunque odiaba que me recogiera odiaba más irme en el autobus.

—¿Quieres que te lleve?

— No sabes donde vivo.

— Tu me dices por donde.

— Esta bien— dije y lo seguí hacia su auto, su auto era de color negro y era bastante lindo.

—Sube a tu carruaje.

— Gracias —  reí. 

—¿Y bien? ¿Por donde es?—  dijo encendiendo el auto.

— Cerca al Omaha Mall

— Listo, iremos.— sonrió.— ¿Y bien Isabella algún chico que este rondando tu cabecita?

— No — reí— No he encontrado al chico perfecto.

— Te aseguro que pronto lo encontraras.— dijo Wade sonriendo.

El resto del camino a casa fue divertido, Wade me contó un poco sobre el, viene desde Seattle y conoció a Nicolas en una fiesta, también me contó que vivía solo con su madre y que era hijo único.

— Gracias por traerme

—No hay de que Isabella, cuando necesites.

— Gracias — deposité un beso en su mejilla— Nos vemos luego.

— Recuerda que iremos juntos a la fiesta.

— Claro que si

Me bajé del auto y en cuanto llegué a mi casa escuché unas risas provenientes de la cocina, por lo cual supuse que Dakota, la mejor amiga de mi mamá se encontraba en casa.

— Hola Isa—  dijo desde la sala.

— Hola Dakota, hola mamá.

— Isa que bien que llegaste, me estaba empezando a preocupa, ¿en que viniste?

—Me trajo un amigo.

— ¿Un amigo? —  dijo Dakota moviendo sus cejas sugestivamente. 

—¿Porqué siempre tienes que mover tus cejas así?—  dijo mi madre y Dakota rió. — ¿Un amigo?— preguntó en mi dirección.

— Si, un amigo.

— Así que tienes más amigos que no sean Paul y Nicolas.—  dijo divertida mi mamá.

— Si— suspiré—  Y me dijo que fuésemos juntos a la fiesta, eso quiere decir que va a pasar por mi, ¿Que hago? ¿Le digo a papá?

—¿Son solo amigos? —  preguntó mi mamá y yo asentí— ¿Y es atractivo?

— Si, es bastante atractivo.

— El día de la fiesta haz que salude a Zack, yo estaré presente y no dejaré que comenta alguna estupidez.

— Gracias ma.

— Igual el no puede decir nada— Intervino Dakota— Tu padre era un idiota, era un rompe-corazones.

— Es cierto, pero por eso mismo el esta evitando que le rompan el corazón a mi nena.

—Mamá— reí.

— Pero mi amor, yo te voy a ayudar ¿vale?— yo asentí—solo espero que ese chico sea tan guapo como dices.

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¡Eh aquí el segundo capítulo! Sé que todavía no hay mucha interacción Isabella-Nicolas pero les prometo que esto cada vez se pone mejor, espero les haya gustado y me colaboren con un voto y recuerden que sus opiniones en los comentarios me alegran mucho, gracias por leer y ¡Nos leemos pronto!

Ya tengo el capítulo 3, así que si este llega a un numero de vistas y de votos subo el siguiente.