Zhu Cheng, se mudó a Canadá a los 13 años, debido al trabajo de su padre. Siempre le había gustado el baloncesto, junto a sus amigos jugaba en su escuela y en los parques, y al llegar a un nuevo país su padre quiso que siguiera jugando. Entro en una escuela pública y se unió al equipo de baloncesto, luego de enfrentarse a una institución privada y que estos vieran lo buen jugador que era, le ofrecieron una media beca deportiva, y aunque dudo al final acepto, en su antigua escuela solo había durado un año, y no estaba muy contento de tener que cambiarse a otra tan rápido.

En el internado rápidamente se volvió un chico popular, esto por su nacionalidad, que atraía muchas miradas; obtuvo un buen lugar en el equipo, pues desde que ingreso demostró ser un diamante en bruto.

Decir que Zhu Cheng era un adonis, un dios griego, seria exagerar, el joven no tenía una contextura delgada, aunque tampoco era gordo, su rostro no era fino sino redondeado, con algunas espinillas y granos, su estatura tampoco era alta, era de los más bajos en el equipo de baloncesto, aun así era un buen jugador, encestando 7 de 10 tiros, la mayoría de esto de tres.

Su personalidad tampoco era la mejor, un parpadeo duraba más que su paciencia, aunque no andaba buscando problemas a diestra y siniestra, solía sucumbir rápido a la violencia; no se juntaba con todos, no hablaba con todos, tenía su selecto grupo de amigos, y si no eras uno de ellos era difícil, por no decir imposible, tener una conversación con él. Pero con las chicas siempre era amable, siempre les sonreía y estaba ahí para ayudarlas, en pocas palabras era todo un coqueto, aunque su apariencia no era la típica de un playboy, era más popular que el mismo capitán del equipo, llegando a tener su propio club de fans. Sus calificaciones no eran extraordinarias, pero si suficientes para pasar y no perder la media beca.

Aun pareciendo tener más defectos que virtudes, fue el objeto de atracción de muchas chicas, y chicos, entre ellos Wilson.

¿Por qué? él no sabría decirlo, había algo en ese chico chino que lo atraía, en el principio solo fue eso: atracción; le parecía bonito, ganándose miradas raras de sus amigos por eso, era buen jugador y eso no se ocultaba. Con el pasar del tiempo se vio mirándolo constantemente, buscándole inconscientemente en todos los lugares, alucinando con su voz, ¡Incluso soñando con él!, al principio solo eran sueños inocentes, como ellos jugando baloncesto, haciendo alguna clase juntos, él dibujándolo; pero poco a poco los sueños empezaron a tomar otra forma: los dos caminando por la playa tomados de las manos, los dos acostados y bien abrazados, los dos besándose apasionadamente, los dos teniendo relaciones sexuales.

Obviamente se asustó porque nunca le había pasado algo así, le costó hacerse la idea de que posiblemente le gustase Cheng, se hizo un mar en un vaso de agua, empezando a descuidar los estudios hasta que tuvo un llamado de atención. Cuando las vacaciones de verano llegaron los sueños empeoraron.

Al empezar su tercer año, y ya teniendo el llamado de atención, quiso mantener su mente ocupada, se unió al periódico escolar, mala elección, pues le toco cubrir los partidos de baloncesto, entrevistar a los jugadores y asistir a las practicas, así tuvo su primer acercamiento con Cheng, tuvo que entrevistarlo rogando porque los nervios no lo traicionaran, sus ruegos no sirvieron pero se excusó con que era nuevo en eso de las entrevista y por eso estaba nervioso, y que Cheng fuera algo intimidante, con esa cara de enojo y esa mirada penetrante, ayudo a su excusa.

Sus sentimientos parecían ir en aumento, cuando llegaron las vacaciones de invierno se emocionó, aunque no eran muy largas le ayudarían a deshacerse de aquellos pensamientos y sentimientos nuevos, y que él consideraba raros y malos. Pero durante las vacaciones se vio pensando y soñando constantemente con el otro, preguntándose como estaría, que estaría haciendo, y anhelando el volver a clases para verlo.

Cuando las clases empezaron, él cayó en una especie de crisis existencial, le gustaba Cheng, y según algunos blogs que leyó, estaba enamorado de él, estaba enamorado de un chico, su primer amor resulto ser un hombre. Sorpresivamente fue Nicolás quien se le acerco, había notado a Wilson muy diferente a como solía ser.

A Wilson le costó sincerarse con de ojos verdes, pero Nicolás lo escucho pacientemente, se volvió su confidente, lo ayudo a aceptar que le gustaba un chico, que se había enamorado, y que no era tan malo como él creía, Nicolás actuó con una madurez que él desconocía el chico tenia, y le aconsejo hablar con alguien más especializado en el tema.

Fue así como llego donde la psicóloga del centro, le costó un poco abrirse con ella, él no tenía nada en contra de los homosexuales pero sus abuelos lo habían criado para ser un hombre de verdad. Después de varias platicas llego a la conclusión de que no era gay, lo suyo era bisexualidad, la psicóloga estaba casi segura de ello, con este descubrimiento le fue más fácil aceptar sus sentimientos por Cheng, pero igual deseo que durante las vacaciones de verano ese sentimiento se fuera, después de todo no sería correspondido.