Cap. 13Noche Buena
El 24 de diciembre llego demasiado rápido, al no ser un día festivo en China, y caer a mitad de semana, tuvimos que trabajar. Al salir del trabajo Cheng volvió a ser abordado por Vannessa, a quien tuvo que acompañar a compras de último minuto.
Llegaron al departamento cerca de las ocho de la noche, la reunión seria en el departamento de las chicas, y ya la cena estaba casi hecha. Cheng se ofreció a ayudar, su petición fue negada.
Cuando la cena estuvo lista, las chicas se dispusieron a arreglarse un poco, y los chicos decidimos hacer lo mismo, Vannessa había comprado suerteres iguales, e incluyo a Cheng en sus compras, a este no le quedo de otra que aceptar, auto ofreciéndose mi ropa, e autoinvitándose también a utilizar mi habitación y baño.
—Creo que deberíamos de bañarnos juntos, no solo para ahorrar agua sino tiempo también, a este paso cenaremos a las 12 —dijo cuando estábamos solos en la habitación
—Te prometo que me daré una ducha rápida, aquí tienes la ropa interior, como vez esta en su empaque todavía, puedes tomar los 3 si quieres. Ahí esta el closet, busca un pantalón de tu gusto y que te sirva.
—Enserio ¿No me dejaras acompañarte al baño?
—En tus sueños
Me dirigí al baño, colocándole seguro, no me fiaba de Cheng, aunque mis compañeros sabían de mi orientación sexual, no quería protagonizar alguna acción vergonzosa, por más atractiva que pareciera.
Cumpliendo mi palabra, no tarde. Tragándome mi vergüenza salí solo con la toalla alrededor de mi cintura y mi cuerpo aún mojado. Resistí el impulso de cubrirme al ser prácticamente comido con la mirada por Cheng,
—¿De verdad tenemos que hacer esta cena? ¿No podemos quedarnos tú y yo aquí y tener otro tipo de comida?
—El baño esta libre, date prisa, no queremos que se haga más tarde.
Fue casi a las once cuando nos sentamos los nueve en la mesa, eran pocos los platillos chinos en la mesa, todos comprados, y Cheng quedo fascinado por la comida dominicana, aunque para nosotros no tenía el mismo sabor, a pesar de ser los cocineros.
La cena fue acompañada por vino y una amena charla, bajando una mano Cheng decidió jugar un poco con fuego, y acariciar mi pierna de forma lenta, pues nos habíamos sentado uno al lado del otro, y como a la mesa se le añadieron asientos, estábamos muy juntos. Quizás por el efecto del vino, en vez de acabar con su jugueteo, decidí acompañarlo, primero rozando mi pierna con la suya, y luego sumando mi mano también. Y así pasamos el resto, subiéndole de a poco la intensidad a nuestras caricias.
—Ya falta poco para las doce, en RD no es común dar regalos de navidad, pero aquí sí, así que los intercambiaremos cuando den las doce. —Vannessa explico mientras pasábamos a la sala, donde se encontraba un alto árbol de navidad, con muchos regalos debajo.
—Debemos recordar que mañana trabajamos, no podemos irnos tarde a la cama
—Debieron darnos el día libre, gracias a que trabajamos mañana no puedo emborracharme como acostumbro —Heidy, la otra fémina del equipo hablo casi arrastrando las palabras, pues ya estaba algo ebria.
—Lo que debimos hacer fue pedir licencia y viajar a nuestro RD. Celebrar Noche Buena aquí es muy aburrido.
—Hey, no olviden quien es nuestro invitado
Cheng rio antes de responder —No se preocupen, debo reconocer que República Dominicana sabe celebrar la víspera de navidad, como apenas esta fiesta está tomando fuerza en China, la diferencia es mucha, no creo que llegue algún día a ser igual. Por eso, como compensación pueden beber lo que quieran, como soy Ceo también, me asegurare que tengan el día libre mañana.
Los vítores le siguieron a sus palabras, haciéndolo reír más, mostré mi contentura a sus palabras llenando su copa —Ya que tenemos pase para embriagarnos, deberías de hacerlo tu también.
—¿Te harás responsable de las consecuencias?
—¿Cuáles consecuencias? Si te pones muy molesto te dejare dormir en el suelo, o encerrado en el baño
—¿Y si me porto bien?
Lo pensó un momento antes de responderle, muy bajito para solo ser escuchado por él —te dejare dormir conmigo, en mi cama —el rostro de Cheng se ilumino con una sonrisa— solo dormir, no te hagas ideas raras
—Claro que solo dormir, que haríamos sino fuera eso, yo soy muy inocente para pensar en otra cosa, parece que tu no.
—Cheng ven a bailar conmigo
La aparición de Vannessa interrumpió nuestra conversación, nos miramos, luego Cheng la miro sonriente —lo lamento, pero me sería imposible bailar esa música, la desconozco
—No hay problema, te puedo ir enseñando.
Ya lo intuía, pero ahora lo comprobaba, a Vannessa le gustaba Cheng, ese coqueteo no fue mi imaginación. Recordé entonces que los primeros días de nuestra llegada, Cheng también coqueteaba con ella, la pregunta de si hicieron algo se me planto en la cabeza, provocándome una ligera molestia.
El sonido de su celular fue lo que lo salvo de seguir diciendo excusas, y aunque me codeo me negué a ayudarlo.
El volumen de la música fue bajado, y él se alejó hasta el balcón. No despegue mi vista de él, por esto pude ver el momento exacto en que su postura cambió, seguido de su expresión.
Cuando la llamada finalizo, se quedó allí, apretando el celular, mirando algo que no estaba allí, intuyendo que se trataba de una mala noticia, me apresure a su lado.
—¿Todo bien? —le pregunte mientras le daba un ligero apretón a su hombro.
Me miro con ojos brillantes, como si quisieran derramar un torrente, mi corazón se apretó dolorosamente al verlo tan frágil.
Se acerco un poco, dejando caer su frente en mi hombro, lo escuche suspirar profundo antes de hablar de forma lenta, como si cada palabra doliera —M-mi papá... mi papá acaba de fallecer.
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