Cap. 12El Comienzo de una Extraña Relación
El lunes llego más rápido de lo que me hubiese gustado, viéndome en el espejo me di ánimos, ya era un adulto, no un adolescente ilusionado por encontrarse con su primer amor.
Ayer, después de decidir empezar de cero, Cheng y yo nos pasamos el resto del día conversando de nuestras vidas después de la segundaria. Me dijo que regreso a China para ver a sus abuelos y vacacionar, no estaba en sus planes quedarse, pero con el ascenso de su padre a director en Wu Xiao Zhu, decidió quedarse y estudiar la universidad aquí, comenzando a trabajar como mensajero de la empresa, escalando de a poco hasta que su padre enfermo, por lo que tomo su lugar como Ceo. También me dijo que su padre se estaba agravando, por lo que a veces debía de excusarse en el trabajo, por esto no fue a nuestro recibimiento, y llego tarde el lunes después de nuestro beso.
Yo por mi parte conté de forma superficial los problemas con mi padrastro y las razones por la que regrese a República Dominicana, y como fui haciendo mi vida allí junto a mis abuelos, como reaccionaron estos al saber mi sexualidad, y como llegue a W Creative.
Así se nos fue el día, hablando de nuestros gustos y de algunos recuerdos chistosos de nuestra época de estudiantes, cambiando de lugares para estar más cómodos, hasta que llegó la hora de mi partida y aunque me ofreció quedarme, preferí declinar.
Creo que podía decir que ahora éramos amigos, bien mis sentimientos podían desaparecer con el tiempo, dándome la razón en que solo eran ilusión por el reencuentro, o podían fortalecerse. Y podía irme inclinando por esta segunda razón al sentir lo nervioso que me encontraba en mi camino a la oficina.
Anne se encontraba en su puesto, saludándome con la misma amabilidad de todos los días, y ofreciéndome un café a modo de disculpa por los inconvenientes que su jefe pudo haberme provocado.
Él aún no llegaba, y aproveche ese tiempo para intentar calmar mis nervios, no sabía la razón de ellos.
A las 08 en punto él llego, con dos cafés y unas donas.
—No sé si aún sea temprano para ti, pero nada mejor que algo dulce para empezar el día
Mi estomago se estrujo cuando me ofreció un café y las donas —Si creo que es temprano para lo dulce, te aceptaría el café pero ya tomé, Anne me espero con uno
Al estarlo observando pude ver su expresión de decepción que desapareció tan rápido como apareció —Hmm, está bien, otro día será
—Porque no lo guardas para más tarde, no creo que se dañe, solo debemos calentarlo ¿no?
De forma rápida también me mostro una gran sonrisa, mientras asentía.
Para mi suerte el día paso rápido, pronto nos acoplamos a buen ritmo con el trabajo, y tuve que reconocer para mis adentros que éramos un buen equipo, y que de no estar ahogándome en un vaso de agua en el pasado, pudimos haber tenido una excelente convivencia.
Así los días fueron pasando, con una mejor comunicación entre los dos nos organizamos en una rutina: él llegaría con el desayuno en la mañana, saldríamos a comer juntos, y de vez en cuando a cenar. Cuando no estábamos trabajando sostendríamos agradables conversaciones sobre diversos temas. Se sentía bien estar con él, y obviamente mis sentimientos no desaparecieron, sino que se fortalecieron.
—Increíble como pasa el tiempo ¿no?, ya han pasado tres meses, y más pronto que tarde Yī Pèng estará lista para ser lanzada —Cheng dijo enseguida entramos a la oficina, acabamos de salir de una reunión, donde se expusieron los puntos débiles que fueron encontrados en la aplicación y que serían solucionados lo más pronto posible, con este panorama podíamos tener el lanzamiento para dentro de tres meses.
—Tienes razón, ya hace tres meses que vine aquí, y quizás dentro de tres más me vaya
—¿Estas ansioso por irte?
Lo mire unos segundos antes de responder —Quizás —me esforcé por no reírme al ver su cara, pero no pude contenerme mucho tiempo y explote en risas— Si hubieses visto tu cara
—Ha ha ha, muy chistosito que eres —se acercó a mí, rodeando mi cintura con sus manos, yo lleve las mías a su cuello.
Y esto es otra cosa que había cambiado entre nosotros, no podíamos decir que éramos novios, no hubo propuesta ni una declaración clara, pero tampoco éramos solo amigos, habíamos compartido contados besos, que si bien eran pocos se caracterizaban por ser intensos, y eso claramente no lo hacían los amigos. Al principio, como era de esperarse de mí, me mostré reticente, pero Cheng supo convencerme, y me dejé llevar, no tenía a quien guardarle lealtad, y nadie se había muerto para guardar luto. Podía, y estaba en todo mi derecho, de aprovechar esta situación y vivir lo que tanto desee hacer en mi adolescencia.
Y estábamos a punto de añadir otro beso a nuestra lista cuando la puerta fue tocada, nos separamos rápido, justo a tiempo para cuando Vannessa se asomó por la puerta entreabierta.
—Disculpen. Bueno... nuestro horario termino, y Cheng quería preguntarte si me puedes acompañar al centro comercial a comprar unas cosas
Cheng me miro a mi y luego de vuelta a Vannessa —Claro, no hay problema ¿Qué compraremos?
—No sé si sepas pero en mi país celebramos la Noche Buena, la noche del veinticuatro de diciembre preparamos una cena por todo lo alto. Este año no estamos en nuestro país pero queremos celebrar esta fecha, así que quiero ir a comprar algunos ingredientes y adornos. Y te paso te invito para que nos acompañes esa noche, si no estarás ocupado claramente.
Cheng volvió a mirarme, podía más o menos descifrar esta mirada. —Claro, yo encantado te acompaño, Wilson ¿Nos acompañas también?
—Wilson debe de ir a casa con los chicos para terminar de poner el árbol
La mire sorprendido, desconocía que teníamos un árbol en el departamento —Ok, ¿puedes adelantarte un momento? Termino de recoger aquí y nos vemos en el estacionamiento.
Vannessa asintió alegre, y nos dejo solos después. Cheng me miro, y ya ponía intuir lo que diría
—Así que celebraran navidad ¿Al menos pensabas contarme?
—Si, pensaba mencionarlo, pero todavía no era un plan seguro, al menos eso pensaba. Ni siquiera sabía que teníamos árbol de navidad, si es que lo tenemos, porque algo me dice que solo quiere estar a solas contigo
—¿Nos pondremos celosos ahora?
—¿Tengo algún motivo para estarlo?
—No, no lo tienes. Si bien antes andaba de cama en cama, ahora mismo mis ojos solo pueden mirarte a ti.
Mentiría si dijera que fui inmune a esas palabras, de repente sentía me enamoraba más —Puedes dejar las cursilerías para después. No hagas esperar a Vannessa, y disfruta de tus compras con ella.
Me apresure a recoger lo poco que tenia para irme, pero era obvio que no me dejaría ir así por así. Arrinconándome en una pared, no se midió a la hora de besarme.
—Enserio, no tienes por qué sentir celos, aparte no quieras cambiar las cosas. Tendrías una fiesta y ni siguiera me lo dijiste o me invitaste ¿Debo sentirme triste o molesto por eso?
—Ya te dije que pensaba mencionarlo e invitarte, pero gracias a ti y tus manos desinquietas lo olvidé. Y no era algo seguro, o así lo pensaba.
—Elegiré creerte
Dejó unos cuantos picos en mis labios antes de separarse —Gracias por eso, y solo ve de compras, no te desvíes a otro lugar, ni te parques en sitios oscuros
No espere una respuesta de su parte y salí de la oficina, sonriendo cuando lo escuche gritar mi nombre.
No quería y tampoco debía, pero si, estaba celoso de Vannessa.
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