
Capítulo 2: Aprender.
—Athan Alida, serás desterrada a el Purgatorio por 10 años en busca de purificar tu alma en pena por haber roto las Gyuchigs un, dos, tres, siete, dieciséis y diecisiete. Si su comportamiento seguirá siendo el mismo, será desterrada definitivamente al infierno y estarás condenada en la caverna de la Soberbia por la eternidad. —Proclamó el ángel Miguel frente a todos nosotros en esa mañana.
Aquella joven de cabellos azules y ropa glamurosa había roto cantidades de reglas que podías percibir con solo verla. Fue incluso aún más sorprendente que no haya sido directamente enviada a el sufrimiento, pero quizás tenía sentido, ya que era una de las amigas de el Arcángel Uriel.
Pronto, los guardias celestiales se llevaron a la muchacha hacia los fines del Paraíso, donde se encontraban las escaleras en descendencia para los demás tres mundos.
—Las tareas han sido dichas, pueden continuar con su día. —Luego de simples palabras, todos comenzaron a alejarse siguiendo las palabras de Gabriel. Sin inmutarse del acontecimiento.
—¡Minnie! —Escuché el chillante llamado, —hola cariño, ¿qué tal has estado? —Preguntó con una sonrisa. digna de su constante actuación.
—HaNeul. Estoy bien, gracias.
—¿Ayer les fue bien con TaeHyung? —Comenzó a preguntar mientras caminaba y me seguía el paso hacia mi hogar.
—Sí, nos fue muy bien. —Probablemente era una gran incógnita el porqué salía con ella aunque no sintiera nada de atracción. La simple respuesta es que solías ser rechazado por tus amigos si no tenías pareja durante la adolescencia, era algo muy estúpido que todavía no entendía de los ángeles.
Y, aunque el más cercano de ellos era Tae, sé que él nunca me juzgaría por una estupidez. Pero existían aquellos amigos que tengo en ocasiones y son de buena ayuda, cuando están, porque son ángeles guerreros y no solían estar en nuestra zona.
—...entonces, ¿qué dices?
—Disculpa, ¿qué? —Desperté de mis pensamientos prestándole atención a la rubia que me observaba expectante.
—Ah, Jimin, —suspiró bajando la mirada a sus propias manos, —¿cuánto más crees que dure esto? —Inmediatamente volteé a verla sorprendido. HaNeul no solía sacar el tema a la luz.
—¿Qué?
—Jimin, sabemos que este noviazgo fue arreglado por ambos sólo para no ser unos fracasados. Créeme que eres alguien muy tierno y lindo, pero sabes que realmente no te amo, tengo a mi corazón por otro lado, pero con las gyuchigs es imposible que terminemos juntos sin ser exiliados. —Nos detuvimos unos breves segundos frente a la puerta de mi casa. Se observaba realmente angustiada, y me sentía un poco culpable por no darle la atención que merece.
—Lo sé, lamento que deban encerrarte en un cuadro diminuto de libertad aquí. Somos ángeles y debemos respetar aquellas reglas aunque no nos gusten, espero que alguna vez haya un cambio.
—Las gyuchigs estuvieron intactas por millones de años, no creo que ahora sea diferente. De igual manera gracias por... —fue interrumpida cuando HaNeul vio que caí al suelo, por un repentino dolor de cabeza, fue que se agachó a socorrerme, mientras sentía un fuerte aturdimiento. —Jimin, Jimin, ¿estás bien?
—Agh. —Sostuve mi cabeza mientras el dolor se hacía más fuerte, y no sé cómo una serie de imágenes comenzaron a surcar mi mente.
Aquel grupo estaba molestando a YoonGi nuevamente.
—Es mi humano. —Me levanté rápidamente del suelo, sintiendo la urgencia de ir por él.
—¿Tu humano?
—¡Es él, me necesita! ¡Nos vemos luego! —Con los nervios a flor de piel, ingresé a mi hogar, cerrando la puerta sin importarme nada más hasta que tuve mi esfera en mis manos.
La imagen era tan clara del pelinegro siendo acorralado por los otros cuatro. Un callejón apartado, un poco oscuro. No entendía qué estaba sucediendo.
—Asique ahora piensas que te libraras fácilmente de nosotros al ya no necesitarnos. —Escupió el pelirrojo, se veía el enojo en sus expresiones.
—No digo eso, sólo ya no necesito de su estúpido dinero.
—Te estuvimos manteniendo durante 3 años, Min, ¿quién se supone que te salvará de el sufrimiento ahora? —Se carcajeó el líder, seguido de los demás que parecían amar las constantes burlas.
—No es de su incumbencia. —Ante aquello, vi cómo JungKook levantó su mano dispuesto a golpearlo.
Pero yo no lo permitiría.
—Goejig. —Dije fuerte y rápido, enviándole toda la fuerza posible para defenderse. Y así lo hizo.
YoonGi sostuvo su brazo evitando que el puño terminara en su cara. En cambio, fue Mark quien golpeó su pierna en busca de hacerlo caer. Mi humano no lo hizo, sólo una expresión se dolor se formó en su rostro, pero logró enviarle un golpe en su cara.
En cambio, Yugyeom y Jackson se sostuvieron fuertes, preparados para pelear con el pálido.
—Goejig. —Eran claras cada una de mis palabras. Logré que ambos se desmayaran, y aunque los sobrantes no entendieron el porqué de aquello, ya lo arreglarían luego.
—¿Crees que podrás librarte de nosotros, pequeña rata? ¿Así tan fácil?
—Siempre fui libre, ustedes solo me dieron un trabajo a cambio de dinero y ahora estoy renunciando con todos mis derechos. Tú pareces el no querer librarse de mí. —YoonGi sonrió ladino. Y para qué mentir, sí me quedé hipnotizado con su sonrisa, tanto, que casi olvido sobre la pelea.
—Te atreviste a decir eso, ahora pagarás. —Se acercó peligrosamente Jeon, y obviamente traté de salvarlo nuevamente, aunque quizás mi humano ya podría haberlo hecho solo.
—Goe... —pero estaba mal, yo estaba mal. La potencia que le di al humano para defenderse fue mucha que casi me dormía sobre la mesa. No me importó, y sólo para terminar con esto y que el pálido pudiera volver a casa, lo dije deseando que los otros dos se desmayaran de igual manera, —Goejig.
Lo último que vi, fue a YoonGi saliendo del callejón totalmente intacto y a salvo.
—Jimin, Jimin, Jimin, ¿estás bien? —Una voz lejana logró despertarme de a poco de aquella negrura en la cual me había sumido.
—Uhm. —Llevé las manos a mis ojos en busca de despabilarme un poco de mi reciente decaedencia.
—Ya despertaste, menos mal, me habías asustado. ¿Qué es lo que hiciste? —Mi amigo, TaeHyung, es el que se encontraba al lado mío. Al parecer me cargó hasta mi cama para mayor comodidad. Con desesperación busqué la esfera cuando los recuerdos comenzaron a espantarme.
—Mi esfera, la esfera, mi humano, ¿dónde está? —Rebusqué con la vista y con mis manos entre las sábanas a mi lado.
—Ten, tranquilo, tranquilo, ¿qué hiciste?
—Yo...ayudé a YoonGi.
—Y no seguiste mis consejos sobre gastar tu energía, ¿cierto? —Gruñó con desaprobación. Negué bajando la mirada, viendo al pelinegro trabajar alegremente en la cafetería. Una sonrisa surcó por mis labios.
—Míralo, está tan feliz.
—Jimin, entiendo que es tu humano y juras protegerlo, pero también debes cuidarte y debes aprender a medir el riesgo al pedir algo para él. —Me obligó a verlo y entendí completamente su rostro preocupado.
—Lo sé, lo siento. Era lo último que iba a pedir para él, sólo quería que no tuviera problemas. —Es entonces que el rubio suelta un suspiro, y se acomoda mejor en la silla que había puesto a un lado de mi cama.
—¿Me cuentas un poco sobre YoonGi?—Murmura, con curiosidad, y yo a cambio asentí frenéticamente.
—Tiene 19 años, sigue asistiendo a el instituto a causa de repetir el año en que su madre falleció. Sus cabellos son negros, tiene ojos pequeños como un gatito. No tenía con qué subsistir, por eso es que le pedía dinero a un grupo de chicos a cambio de unos trabajos. Le conseguí uno y ahora está muy feliz, ya no será maltratado por esos otros. —Comenté todo con el entusiasmo y felicidad que sentía en esos momentos, elevando la esfera para que TaeHyung pudiera verlo con claridad.
—Estoy muy orgulloso de ti, Minnie, podrías invitarlo para tu fiesta de cumpleaños. —Bromeó el contrario, con una pequeña sonrisita.
—Oh, sí claro, espera que le digo que venga en avión. Tampoco es como si quisiera una fiesta, con tu compañía es suficiente. —Antes de que Tae pudiera contestar algo al respecto, HaNeul ingresó, acercándose a mí rápidamente.
—Jimin, ¿estás bien? —Preguntó con un deje de preocupación en su rostro.
—Sí Ha, sólo era mi humano pidiendo ayuda.
—Entonces debo hablar contigo, a solas, por favor.
—Ve a la sala. —Le dije a mi amigo que había quedado con una cara de ofendido al ser echado de mi hogar. Finalmente, cuando se dio su ausencia, fue que la rubia pudo desahogar lo que sostenía en su garganta.
—Quiero que terminemos, Jimin, por favor. Quiero estar con quien me gusta, no me importa si no se puede, hemos decidido que pagaremos las consecuencias mientras podamos estar juntos. —Sus lindos ojos azules comenzaron a llenarse de lágrimas, haciéndome saber que todo lo que decía era cierto y harían lo que se proponían.
—Entiendo, HaNeul, claro que podemos terminar, nuestro periodo de adolescencia concluye asique puedes ir con él, te deseo mucha suerte. Y tengan cuidado.
—Igualmente, Jimin. —Me brindó un abrazo de despedida, cual correspondí, antes de que ella se fuera. El rubio de mi amigo entró a mi habitación corriendo, parecía que había visto algún Drama con sus ojos rojos.
—¡Pobre HaNeul! ¡Y tú siempre la trataste mal! —Lloriqueaba.
—Nunca la traté mal, solo no tenía mi completa atención. Ayer me comentó sobre esto y creo que es un gran alivio para ambos. —Murmuré junto a un suspiro, sabiendo que ahora no tenía una pareja.
—Mayor razón para hacer una fiesta, ¿o no?
—Para nada. Sólo tendría que invitarte a ti, asique ni lo sueñes. —Reí. Volteé hacia mi esfera, viendo a Min despedirse de lo que parecían ser sus nuevos compañeros de trabajo.
—Bien, como quieras entonces. Traeré un par de bebidas para que tomemos y haremos un maratón de Disney, ¿te va?
—Tae, —reí, —ya deberías dejar de ver las princesitas de los humanos.
—¿Y qué pretendes que haga? —Ambos nos sentamos en el sofá.
—¿No te gustaría que veamos un día de YoonGi? Podrías ayudarme con alguna decisión. —Tomé la bola, observándola bien, tan brillante y aún así se veía al humano con claridad a través de su cristal.
—Jimin, ¿no crees que estás un poco obsesionado?
—¿Qué? —Volteé a verlo frunciendo el ceño ante sus palabras repentinas, —¿por qué?
—Pues hace dos días odiabas a las esferas junto a los humanos, te negabas rotundamente a ser un ángel guardián y ahora lo disfrutas e incluso gastas más de lo debido tu energía. —Me enseñó su cuadrada sonrisa, un poco burlesca, un poco preocupado.
—Bueno, supongo que hay cosas que cambian, —me encogí de hombros, —¿se puede enseñarle a tu humano cocinar? —Volví mi atención a la esfera, quizás cambiando el tema muy deliberadamente. El rubio soltó una risa negando levemente.
—No lo sé, ¿quieres ir a averiguarlo a la bookjangso?
—¿Hay libros sobre eso? —Lo miré con ojos brillantes.
—Claro, hay libros de cada cosa. Vamos. —Me tomó de la mano haciendo que me levantara de golpe, provocando que casi tirara la esfera al suelo.
—¡Cuidado, Kim! ¡Casi tiras a YoonGi! —Tomé el objeto con ambas manos, abrazándolo por su bien estar.
—Bien, bien. Que YoonGi sea ahora tu mejor amigo. —Bufó, cruzándose de brazos. Los dos volamos hacia una se las islas flotantes del cielo en donde se hallaba la bookjangso, la única y gigantesca biblioteca con miles de libros de tantos temas inimaginables.
Nos recibió un hall color bordó con dos sillones y una alfombra en el medio, mientras que en el fondo estaba la entrada para ingresar definitivamente. Allí habían un par de bibliotecarias atendiendo a algunos ángeles mientras que nosotros pasamos de largo hacia los pasillos y pasillos de metros de altura, todos completamente llenos de libros.
—¿Cómo se supone que encontremos el libro que buscamos aquí? —Entre tantos pasillos ya me sentía mareado, parecía una misión imposible.
—Simple, tiene secciones. En este caso es el pasillo 20 en la sección 8, todo sobre esferas. —TaeHyung continuó avanzando mientras yo lo seguía, atento a mi humano por si necesitaba o requería algo. Por distraído, choqué con alguien y, a diferencia de antes, sostuve fuertemente a la esfera que llevaba en mano para resguardarla de caer.
—Joven Park. —Pronunció una voz grave que me estremeció la pequeña pisca de hostilidad que poseía.
—A-Arcángel Miguel, —hice una reverencia por instinto, —lo siento, no vi por dónde iba. —Me excusé dejándole el paso libre en el gran corredor.
—¿Qué tal va con...eso?
—De hecho, —levanté la mirada un poco apenado, suponiendo que hablaba de mi humano, —me va muy bien, hago lo posible por su bien estar.
—Ajá. —Se veía muy imponente ante su postura, barbilla en alto y ambas manos en su espalda, además de las grandes alas y poder que poseía. —Siga así o se le quitará a su humano. Espero que lo tenga claro.
—Perfectamente, señor.
—Bien. —El de más edad le dio una última mirada a mi esfera antes de alejarse y desaparecer entre los pasillos sin nada más que agregar.
—¿Tae? —Pregunté, viendo a todos lados sin encontrarlo.
—¡Aquí abajo! —Gritó, al bajar la mirada, lo vi sentado en una mesa con pilas de libros. Descendí rápidamente y tomé asiento a su lado, dejando a YoonGi bien apoyado en otra silla. —Entonces, quieres tratar a YoonGi como un hijo, bien, aquí dice que sí es posible con ciertas cosas pero requerirá de práctica, tanto a ti como a tu humano, depende del trabajo.
—Yo no lo quiero como un hijo, ¡eso es imposible! Sólo me gustaría que aprendiera un par de cosas.
—Ajá, —se mantiene unos minutos viéndome con intriga, —bien, luego de lanzarle un hechizo podrás "tomar" su cuerpo o algo así, tipo poseerlo.
—¡Yo n-!
—Sé que no quieres hacerlo, pero si lo piensas bien, sería una buena forma de no solo ayudarlo, podrás verlo más de cerca y explorar un poco. Lo que sí, el tiempo máximo que se puede permanecer con el hechizo es de treinta minutos a una hora por la estricta orden de que los ángeles tienen prohibido ir a la Tierra. Igual, dice que el humano no sabrá eso, él pensará que lo hizo por su cuenta.
—¿No me recordará?
—En lo absoluto, puede que, si tienes suerte, le quede algún flashback de algún pensamiento tuyo. Nada más.
—Entonces...
—Ya, Jimin, YoonGi no podrá verte nunca y tampoco podrás conocerlo, ¡va en contra de cualquier regla! —Ante sus palabras, me quedo callado y bajo la mirada, desviándola disimuladamente a la esfera donde se veía a un YoonGi disfrutar de un maratón de películas, su segunda comida del día y una hermosa y gatuna sonrisa dibujada en su rostro.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro