"Extrañar no es estar vacío, sino estar lleno de alguien que se hace presente a pesar de la ausencia."

Como olvidar esos primeros días de universidad, sobretodo por mi corazón roto, ese que es tan enamoradizo, y caprichoso, más por los heterosexuales, mi mejor amigo, Taemin, siempre dice que es como un capricho mio, el querer tener siempre al hombre el cual todos,los demás aspiran ser, esos populares, con la novia más linda, aquellos que todos envidian. Yo siempre le digo que no es asi, solo me gusta lo bueno.

Y nadie puede juzgarme pues quien se encargo de romper mi corazón, al no quedar en la misma universidad que yo, era ese hombre, ese con el que dure 3 años, al que le entregue mi virginidad la misma noche que decidí dejarlo, el que podía entrar a mi casa, bueno si, Taemin, pues sabe que el lindo Tae no estaba dispuesto a dejarme, que dio más de una solución a nuestra relación, pero que yo rotundamente me negué, pues alguien tan lindo como el rápidamente encontraría a alguien más.

Y vamos, quien se quiere llevar el trato amargo, de sufrir lentamente con la separación, si, al inicio todo sería igual o mejor, más dedicados, más mensajes, pero con forme pasará el tiempo, los mensajes serían menos, poco a poco desaparecerían todos esos buenos momentos, hasta que llegara el triste día donde uno de los dos aceptara que ya no hay más, que la relación no se puede, así que mejor evitar esa muerte lenta.

Decir que el duelo me duró mucho sería mentir, pues desde el primer día mi corazón quedó flechado por ese musculoso chico de sonrisa angelical, o si, al verlo sonreír vi nuestras perfectas fotos de boda, también note a la chica colgada de su brazo, pero eso no duraría mucho, me lo prometí.

Conforme pasaban las semanas tenía mas escusas para acercarme a él, pues al estar yo en el equipo de baile, podíamos estar en los entrenamientos animandolos, o simplemente practicar entre los tiempos para cuando fuera el juego real.

Poco a poco vi como su atención se centraba en mi, pues nadie se puede resistir a mi siendo lindo y tierno.

Pero quería más que su atención, quería su brazo sobre mis hombros, sus manos sobre mi cintura después de anotar, que corriera hacia mi cada que la jugada era un éxito para poder besarme, si quería todo de él, que todo mundo supiera que era mío.

Lo que paso casi 6 meses después, muchos lo podrían llamar suerte, desgracia otros tantos, yo le decía destino.

El la coreografia de medio tiempo, por fortuna del entrenamiento, transcurría normal, hasta que un dolor punzante paralizó mis movimientos, haciendo que soltara un grito lastimero.

Creí que mi mundo acabaría, por que, si era una fractura, no no no, no podía ser tan malo.

Todo lo malo se fue cuando sentí ser cargado, por unos brazos fuertes, pegado a un cuerpo firme.

Fue cuando lo vi, Hoseok, o Wonho, el dueño de mis sueños, mi futuro esposo, me llevaba entra sus brazos, regalándome lindas sonrisas y cálidas palabras de aliento.

Todo lo demás parece una escena cliché de película romántica, pues mientras me vendaban, el tomaba mi mano, o me distraía abrazándome, ahí fue cuando caí más en el, al oler su delicioso aroma, sentir la cálidas de sus brazos, su cuerpo.

Ahí fue, donde me di cuenta, que no le era indiferente, así que, ese fue el momento, momento de un suave movimiento, juntar nuestros labios.

Por mi mente paso cada tipo de situación, desde que me tumbada los dientes, a, lo más probable, suavemente me alejara de el y se marchara, lo que no, fue que pasara su brazo por mi cintura para presionar me más a el, profundizando el beso.

Al recuperar el aire faltan te, es cuando me aleja, no pude evitar poner cara de decepción, pero rápidamente me calmo, pues las cosas no debían ser así, no podía engañar a Lisa, y mucho menos rebajarme así a mi.

Los siguientes días fueron un fastidio, pues si bien era sabido por todos que Lisa y Wonho habían terminado, el aún no venía a mi.

Un poco menos del mes fue cuando iniciaron las invitaciones, el buscarme para desayunar juntos, estudiar juntos, acompañarme a mi casa.

No puedo negar que es el hombre perfecto en toda la extensión de la palabra, pues todo lo demás llego una ves que me pidió que me pidió formalmente ser su novio, todo lo que imagine lo hacía, y parecía un sueño.

Nuestros encuentros eran casi diarios, donde fuera, muy intenso, hasta que encontramos el gusto por llevar nuestra relación a casa, que podía pasar, mis padres trabajaban hasta tarde, siempre con los horarios igual, sin cambio en la rutina, lo que nunca conté fue los rumores que llegarían a mi padre por parte de los vecinos.

Y así fue como casi un año de relación se fue a la basura.

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