"Fuimos eso que no se cuenta, ni se admite, pero que nunca se olvida."

Todo paso en cámara lenta, mi padre derribando la puerta mientras Hoseok, intentaba cubrir mi cuerpo.

Cosa que no ayudó mucho cuando mi padre lo arranco de mi lado.

Dolorosa es aún la bofetada que medio, dolorosa las palabras como veneno saliendo de su boca, pero más dolorosa aún fue la mira de Hoseok al intentar defenderme, y yo, yo como cobarde eligiendo a mi familia antes que el.

Como con su mirada me reprochaba el no elegirlo, no pelear por lo nuestro, pero vamos, como hacerlo, yo con 20 años, el con 21, ambos aun estudiando con un futuro incierto y yo, yo muy acostumbrado a la buena vida que me dieron mis padres.

Después de una semana encerrado en mi recamara, aun quema el dolor.

Mi madre no deja de repetir que son tonterías de adolescentes, suplicando por mi bienestar a mi padre, intentado hacer que mienta que repita que solo fue la experiencia, o más sencillo que el tipo musculoso se aprovecho de mi frágil complexión.

Tonterías, como mentir cuando yo fui quien quien lo arranco de los brazos de su novia, como explicarles que fui yo quien doblegó su heterosexualidad, que hace unos meses que llegue con la mejilla roja no fue más que por la bofetada que me dio Lisa, al saber que su novio la dejo por mi.

-amor puedo pasar- mi madre dice ya con la cabeza dentro de mi recamara.

-adelanté mamá- digo lo más tranquilo posible, se que no es su culpa, es parte de, por sus malas decisiones, pero no la culpo, mi padre no es malo, solo anticuado.

-bebe, discúlpa te con tu padre, el esta dispuesto a perdonarte- dice mientras acaricia mi mejilla.

Pero seamos realistas, perdonarme, perdonarme por qué, porque no puede aceptar que así hijo le guste más tener un pene enterrado en el culo, que enterrar el suyo en una vaina.

-mamá- digo con tristeza.

-nada de mamá, déjanos ayudarte, tu papá contacto al mejor psicólogo de la ciudad, tienes una cita- su tono sale suplicante mientras toma mismanos -bebe, déjanos curarte, se que eres un chico inteligente, por favor.

-esta bien mamá, por ti, pero, por favor me puedes regresar mi celular- le hago un puchero, que se no puede resistir.

Me entrega mi celular con una sonrisa, saliendo feliz a contarle a mi padre que acepte la cita, aceptando mi error y enfermedad. No puedo evitar rodar los ojos

Mi molestia aumenta al no tener mensajes de Wonho, como Hoseok se atreve a eso.

Sobre todo a bloquearme, a mi, quien se cree, no puedo evitar aventar el celular lejos de mi, aunque siendo realistas, como seguiría conmigo si yo no lo elegí, si por miedo lo aleje.

Me voy a dormir recordando lo agradable que fue estar en sus brazos, fueron pocos meses pero como los disfrute.

Al despertar ya por fin me permitieron regresar a mi vida normal, la asistencia a la escuela fue tranquila, para a decir verdad esperaba ser la burla o humillado por la escuela, pero no fue así, parecía que nadie sabía de lo ocurrido, pero claro, como olvidar que ante todo Wonho, el perfecto capitán del equipo de de fútbol, era un caballero, aunque yo no lo mereciera.

Todo transcurrió tranquilo, claro que no flato el curioso preguntando por mi salud, pues al parecer mi padre mencionó que estaba muy enfermo para asistir, lo que ahorro explicaciones, pero no para el tema de wonho, pues ya no nos vieron más juntos.

Lo único diferente de este día era que después de mis deberes y comida, mis padres estaban listos para llevarme a mi cita.

Para la cual, al ver al caliente doctor, me arrepentía de no vestir mejor. Más que con una sudadera grande gris y un pans.

-señores Park, adelante por favor.

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