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🦄 EPÍLOGO 🦄

Taehyung despertó temprano esa mañana y bajó las gradas rumbo a la cocina.

—Veo que te levantaste de buen humor — dijo la abuelita al ver entrar a su nieto a toda prisa con una sonrisa en el rostro.

—Sí — se limitó a responder Tae con su característica sonrisa cuadrada.

—¿Se puede saber a qué se debe esa alegría mañanera? Hace tiempo que no te veo con tantos ánimos — le alcanzó el desayuno, fingiendo no saber nada del asunto por el que recién había pasado.

—Hoy volveré al colegio — dijo sin más, olvidando que sus amigos le habían armado toda una historia inventada para justificar su ausencia de casi una semana.

La anciana sólo se puso a reír. Su nieto era pésimo para las mentiras, cosa que prefería de ese modo. Eso era lo que le hacía diferente del resto y estaba orgullosa de ello.

—Así que, ¿volver al colegio te pone así de contento? — dijo la abuelita usando un tono burlón.

En ese momento Tae se dio cuenta de que acababa de arruinar el plan perfecto que había inventado Jungkook y que seguro se enojaría en cuanto se enterara.

—Ah, yo… — Tae no sabía dónde meter su cabeza. De la pena se puso rojo evitando la mirada de su abuelita.

Otra sonora carcajada se escuchó de los labios de la anciana Kim.

—TaeTae, no pongas esa cara. Sé de sobra que no estuviste en casa de Jimin estos días, además ¿cómo no voy a notar que mi nieto tiene una marca de guerra? — señaló el brazo derecho de Tae donde se veía un poco de la gran cicatriz que le había quedado de la batalla contra el Akunaki.

Tae en un reflejo puso su mano en su brazo queriendo ocultarla.

—Abu, tú… ¿lo sabes? — preguntó tímido.

—No sé los detalles, si no me los dices, TaeTae — tomó las manos del menor que se movían nerviosamente — sólo sé que tiene que ver con tu pequeño unicornio — dijo lo último mirando fijamente a Tae.

Taehyung sintió sus colores subir al rostro. Sabía que su abuelita era muy observadora, pero nunca creyó que llegara hasta ese extremo. Por lo que terminó confesando todo lo sucedido, incluyendo la batalla con el Akunaki. De todas formas, la cicatriz de su brazo no podría ocultarla, así que era mejor decir toda la verdad.

La abuelita quedó impactada, no creyó que las cosas fueran tan serias. Su corazón comenzó a doler cuando Tae mencionó el nombre del dios de la montaña. Su cabeza le comenzó a girar y aguantó los mareos hasta que Tae se fue al colegio.

Sin entender lo que le pasaba y con la cabeza doliéndole al igual que su corazón, fue a acostarse a su recámara. Pensando que un descanso la ayudaría a sentirse mejor.


Taehyung se reunió con sus amigos como de costumbre, quienes lo abrazaron como si no hubiera un mañana.

—Al fin estas con nosotros, me tenías preocupado— dijo Jimin al terminar el efusivo abrazo mientras retomaban su camino al colegio.

—Lo siento, tardé un poco en recuperarme — Tae soltó una risita que contagió a los otros dos.

Taehyung les puso al tanto de su situación, dándoles la buena noticia de que al fin podía volver a ver a su pequeño unicornio como antes.

Jimin y Jungkook sintieron alivio y felicidad de que al fin su amigo volvía a ser el de antes por completo.


Jin despertó ese día muy temprano, retomando el trabajo que había dejado de lado por la pérdida de su fuerza.

Todo el bosque estaba feliz por el regreso de Jin, aunque en un día no lograría recuperar a todo el lugar.

Pasó toda la mañana pidiendo disculpas a las flores y árboles por dejar que enfermaran tanto, y les prometió que no volvería a descuidarlos de ese modo.

Hoseok estaba más feliz que nunca, no se había dado cuenta de lo mucho que había extrañado ver a Jin hablar con las flores y hasta con el más pequeño animalito que necesitara de su ayuda. Pero lo que más le trajo paz a su ser, fue ver la Camelia donde vivía Jin que ya no era de cristal. Ahora tenía un hermoso color rosa.

Poco a poco la normalidad volvía a la montaña.

—Descansa un poco, no es bueno que te sobre exijas— dijo Hoseok a un Jin notoriamente cansado luego de estar atendiendo sin descanso a los árboles de Momiji.

—Los tengo muy descuidados, debo curarlos lo más rápido que pueda, no quiero que nadie muera — dijo preocupado al curar la rama de ese árbol.

—Si no te cuidas, puedes volver a debilitarte y ellos estarán más tristes— Hoseok intentaba hacerle entender a Jin que no debía hacer todo en un solo día.

Jin lo vio no muy convencido, cruzando sus bracitos haciendo un puchero con sus labios.

—¿Acaso quieres que el humano te vea así, todo exhausto?—
Jin abrió los ojos sorprendido, respondiendo de inmediato.

—No, no quiero— bajó del árbol a toda prisa — voy a descansar, ¡Tannie debe verme radiante! — se fue antes de escuchar alguna respuesta del Kitsune.

—Sólo me obedece si el humano está involucrado— Hoseok bufó recostándose bajo el árbol de Momiji.


Pasaron los días en los que poco a poco todo volvía a la normalidad. Todo excepto la abuelita de Tae. Desde ese día que le había contado todo lo que pasó esa fatídica noche, la abuelita parecía más perdida en sus pensamientos.

Taehyung la encontraba a veces llorando en silencio. Otras veces su abuelito era el que le hacía el desayuno antes de irse a atender sus terrenos.

—¿Por qué esa cara de preocupación? — Jimin se acercó a Tae con el almuerzo que había comprado en la cafetería de la preparatoria.

Taehyung estaba distraído removiendo su comida, por lo que no respondió la pregunta de Jimin.

—¿Acaso no clasificaron para el concurso de coros a nivel nacional? — Jimin seguía indagando. Era raro que Tae no le contara de inmediato si eso era lo que pasaba.

—¿Jimin? — Tae levantó la mirada al ver a su amigo agitar la mano frente a su rostro — ¡Oh! Lo siento, estaba pensando y… —

—Y no escuchaste lo que dije — completó la frase mientras tomaba asiento frente a él.

—Lo siento — bajó la cabeza, apenado.

—No te disculpes, no pasa nada. Más bien quiero saber lo que te está pasando a ti, ¿Por qué estás tan distraído hoy? ¿Algún problema? — preguntó Jimin masticando su almuerzo.

—Es mi Abu— respondió con un soplido — desde hace como un mes, para ser más específicos desde lo que ocurrió esa… vez — Taehyung se veía más afligido con cada palabra. Jimin dejó de comer y lo vió como pidiendo más explicación — Mi abuelita anda extraña desde esa vez, ya no juega conmigo, ya no me hace el desayuno ni mi almuerzo — dijo removiendo el que traía ese día — mi abuelito es el que está haciéndolo ahora, estoy preocupado. ¿Estará enferma? — siguió removiendo su comida sin probar un solo bocado.

—Puede que sí, quizás pilló un resfriado o algo y no quiere preocuparte — Jimin intentó calmar a Tae, pero sus palabras sólo lo alteraron más.

—¿Eso crees? — dijo levantando la mirada con los ojos llenos de lágrimas.

—No, no es para tanto — Jimin quería golpearse mentalmente por no poder usar las palabras correctas — a lo que me refiero es, que puedes pedirle ayuda a Jin, como esa vez que te dio algo con lo que nos curaste ¿Recuerdas? — habló rápidamente para que Tae no terminara llorando.

—¡Cierto! — en menos de un segundo cambió su expresión — gracias, ¡Mochi! No se me había ocurrido — dijo más animado comenzando a comer con desesperación.

Jimin soltó el aire que no sabía que había estado conteniendo, aliviado por lograr que Tae no siguiera triste.

Esa tarde, Taehyung optó por no ir a su ensayo del coro al terminar sus clases, tenía algo más urgente que hacer.

A toda prisa subió la montaña, encontrando a Jin como todos los días sobre el crisantemo.

—No creí encontrarte acá— confesó Tae con la voz entrecortada tratando de recobrar el aire.

—Acabo de llegar. Por algún motivo hoy quise venir más temprano — Jin se acercó a Tae con una enorme sonrisa en su pequeño rostro que resplandecía más por ver a su humano — creo que fue una muy buena decisión — agregó al posarse sobre el hombro de Tae que ya estaba más calmado.

—Necesito… necesito pedirte algo— dijo Tae enderezándose al sentir que sus piernas dejaron de temblar.

—Yo también — Jin se alejó flotando — sígueme, por favor — pidió dulcemente, Tae no se rehusó. Siguió a Jin como si estuviera bajo un encanto.

Taehyung no sabía qué era, pero veía diferente a Jin, había algo que no pudo descifrar. Era algo que lo atrapó de inmediato en el momento que lo vio a los ojos. Su corazón comenzó a latir más rápido, estaba confundido. No sabía si era por la carrera que había hecho para llegar allí o por estar viendo a Jin que parecía brillar más de lo normal.

—Llegamos — dijo Jin girando hacia él.

—¿Dónde estamos? — Tae esquivó la mirada de Jin rápidamente. A cada minuto que pasaba se sentía más nervioso y no entendía por qué.

—Este lugar es especial — Jin se alejó de Tae, yendo al centro de ese extenso prado cubierto de nieve — acá se lleva a cabo la ceremonia de la mayoría de edad.

Taehyung volteó la mirada de inmediato, no tenía idea que los espíritus de bosque también lo celebraban.

—Mañana es el solsticio de invierno y yo cumplo al fin la mayoría de edad — Tae abrió aún más los ojos ante esa información. Jin estaba aguantando la risa que le causaba su reacción.

—Eso… eso quiere decir, que ¿mañana es tu cumpleaños? — Taehyung estaba emocionado y preocupado al mismo tiempo ¿Qué podría regalarle?

Mientras Tae estaba batallando mentalmente, Jin también lo hacía pero buscando el valor para expresar lo que quería desde hace tiempo.

—Mañana — Jin sacó de sus pensamientos a Tae que lo volvió a mirar expectante — mañana ¿Podrías acompañarme en la ceremonia de mayoría de edad? — al fin logró invitar a Tae después de tanto tiempo.

Taehyung no se esperaba que Jin lo invitara a tan importante acontecimiento. Se acercó de inmediato a Jin que estaba con la mirada en sus manos que jugueteaban nerviosamente, esperando la respuesta del humano.

—Sería un honor — respondió Tae levantando el rostro de Jin con su dedo para que lo viera a los ojos.

Ambos conectaron sus miradas volviendo a sentir sus corazones latir con fuerza, perdiéndose en la mirada del otro. Quedaron así varios minutos hasta que Tae recordó lo que quería pedir a Jin.

—Jinnie, ¿podrías ayudarme con mi abuelita? — rompió el cómodo silencio que se había creado.

—Claro que sí, pero ¿cómo? — Jin lo veía confuso.

—Sinceramente, no sé lo que le pasa, actúa extraño. Tengo miedo que esté enferma — explicó su preocupación.

—Entiendo. Prepararé algo, espera — Jin se fue rápidamente hacía una de las Camelias que había al final del extenso prado.

Taehyung lo siguió lentamente, viendo asombrado cómo Jin batía las manos y de ellas salían unos brillitos que se posaron en el arbusto de Camelias. Todas comenzaron a cambiar de colores como si de un juego de luces se tratase.

Minutos después, la danza de luces acabó, volviendo todas a su estado natural. En medio del gran arbusto salió una nueva Camelia que se fue abriendo lentamente hasta que cayó entera al suelo.

—Listo, toma — Jin le extendió a Tae esa flor que había caído — hice esta nueva flor, contiene un poderoso remedio que logrará curar a tu abuelita tanto de algún daño físico como de uno espiritual — explicó el pequeño unicornio mientras Tae la tomaba entre sus manos para guardarla en su bolso —colócala en su pecho mientras duerme, vigila que toda la esencia de la flor ingrese en el cuerpo de tu abuelita.

—Muchas gracias — Tae no sabía cómo expresar el agradecimiento que sentía por la ayuda de Jin, por lo que optó con darle un efusivo abrazo.

—No es nada — respondió Jin apegándose más al cuello de Tae. Para Jin era su lugar favorito, podía sentir la fragancia de Tae, además que se sentía muy seguro allí.

Taehyung se despidió prometiendo que al día siguiente estaría sin falta para la ceremonia.

Esa noche, Taehyung hizo lo que Jin le había explicado. Se quedó toda la noche vigilando que la flor fuese consumida por completo al ser absorbida por el cuerpo de su abuelita.

Cuando la última parte de la flor desapareció, una luz color verde se extendió por todo el cuerpo de su abuelita. Taehyung aliviado quedó dormido a los pies de la cama.

Al día siguiente, Tae despertó lentamente, pero al no ver a su a abuelita en la cama, se asustó. De inmediato se levantó a buscarla, bajó las gradas y fue a la cocina.

—Buenos días bello durmiente — saludó la anciana en cuanto lo vio ingresar.

—Abu, ¿Te sientes mejor? —

—Estoy de maravillas. Perdón por haberte preocupado — la abuelita se disculpó enseguida al pasarle su desayuno.

Taehyung no respondió, sólo corrió a sus brazos, aferrándose a ella con toda la fuerza que podía.

—TaeTae — dijo cariñosamente, acariciando la espalda de su amado nieto.

—No me vuelvas a asustar así — dijo Tae entre sollozos.

—Lo siento — se limitó a decir, no podía explicarle la verdad, no en ese momento.

Después de unos minutos en los que Tae se calmó, volvieron a tomar asiento para continuar con su desayuno.

—Tu abuelito salió hoy a repartir la mercadería al pueblo vecino — informó la abuelita.

—Oh — soltó Tae bastante desanimado y triste.

—No te preocupes, en dos días volverá — dijo con una sonrisa cerrando los ojos.

—No quiero dejarte sola, hoy tenía una… una celebración de cumpleaños — dijo aún triste.

—Ya te dije que no pasa nada, no te preocupes por mí, ve a celebrar a tu amado unicornio — la abuelita le dio una sonrisa pícara haciendo que los colores subieran a las mejillas de Tae.

—¿Cómo, cómo sabes que es de él? — balbuceó Tae más colorado a cada momento.

—No tengo que ser adivina para saberlo. Es el único que queda por festejar, ya que los cumpleaños de tus amigos ya pasaron — respondió con simpleza, tomando su jugo de naranja.

—Ah, cierto — respondió más apenado — pero ¿por qué dijiste… amado? —

—Hay TaeTae, ya estás grandecito y es más que obvio que estás enamorado hasta las patas de ese misterioso ser, sino, no hubieras arriesgado tu propia vida para salvarlo ¿no crees? — la abuelita explicó las cosas como si fuera lo más normal del mundo ver a un humano enamorado de un espíritu del bosque.

—Eso, eso… — Tae se sentía expuesto, nunca había sido bueno hablando de sus sentimientos, ni siquiera le había dicho al mismo Jin lo que sentía, y ¿si el otro no le correspondía?

—No me digas que, ¿en serio no le has dicho aún lo que sientes por él? — las palabras de su abuelita asustaron a Tae, ¿Cómo sabía que justo eso estaba pensado? — no puede ser, TaeTae ¡debes decirlo! Ya que hoy es su cumpleaños, ¿Por qué no le das como regalo tu confesión? — sugirió la abuelita a lo que Tae no pudo responder, sólo se puso más rojo de lo que ya estaba.

La abuelita se puso a reír. Ver a su nieto tan tímido le dio gracia y ternura a la vez. Pero no iba a permitir que siguiera sin expresar sus sentimientos. No era bueno guardarlos, con el paso del tiempo podía volverse contraproducente.


La tarde llegó, Tae les dijo a sus amigos que ese día tampoco se quedaría a esperarlos a la salida de sus actividades del club. Les explicó que debía ir a prepararse para la visita a Jin.

Ellos lo molestaron con sus ruiditos acusadores. Cada día eran más molestosos con Tae porque se veía muy risueño cuando hablaba de Jin.

Tae les restó importancia y se fue rápidamente a casa. Se dio un rápido baño, se cambió de ropa y guardó la manilla de flores que Tae le había hecho a Jin como regalo para que hiciera juego con las pequeñas flores lilas que adornaban su cuernito.

“Me quedó muy grande” pensó al ver que la manilla podía incluso entrar en su muñeca. “Esto no va a funcionar” pese a estar insatisfecho con el resultado, la guardó en su bolso. De todos modos ya no tenía tiempo para intentar hacer otra.

—¡Ya me voy! — gritó Tae para avisar a su abuelita quien a lo lejos le respondió “Que te diviertas”

Taehyung se puso sus zapatos y salió rumbo a la montaña.

Al llegar al lugar no vio a Jin, estaba preocupado pensando en que se había retrasado.

—No estés tan preocupado, humano — dijo Hoseok que apareció detrás del arco que marcaba el inicio del territorio sagrado.

—Bue… buenas tardes — Taehyung hizo una torpe reverencia al Kitsune que acababa de aparecer.

—Yo te guiaré esta vez, Jin no puede venir, está siendo preparado para la ceremonia de mayoría de edad — explicó Hoseok rodeando al humano para luego ingresar al bosque.

Taehyung no dijo nada más.  Sólo siguió al Kitsune en silencio. A cada paso que daba, el lugar lo asombraba aún más. El ocaso ya había llegado y vio cómo todos los árboles, las flores y las plantas en general comenzaron a brillar.

“Debí traer mi cámara” pensó Tae quedando maravillado con el hermoso paisaje.

Luego de unos minutos llegaron al mismo prado que el día anterior Jin le había mostrado. Pero a diferencia de ayer, en el medio se veía un gran arco, incluso más grande que el de la puerta de ingreso dónde se veía con Jin todos los días.

Todo el pasto brillaba levemente en diferentes tonos de verde. Era una escena espectacular de luces.

Minutos después, del otro lado del gran arco apareció Namjoon, vestido con un kimono color azul oscuro que contrastaba a la perfección con los colores del atardecer que se encontraba a sus espaldas. Su largo cabello plateado caía sobre sus hombros, resaltando sobre sus elaboradas prendas.

Pronto llegaron los demás seres de la montaña. Todos los Yokai de la luz se encontraban presentes.

Taehyung estaba perplejo, nunca había imaginado que existieran tantos seres viviendo en esa montaña, había muchos que ni siquiera entendía qué eran.

Minutos después, Namjoon dio el inicio a la ceremonia. Su poderosa voz retumbaba en todo el lugar. Todos permanecieron en sus lugares haciendo la reverencia respectiva, incluyendo a Tae que estaba al lado de Hoseok, en primera fila.

Luego del discurso de Namjoon, a su lado apareció Jin, flotando, vestido con un hermoso kimono color lila con flores de Camelia bordados en él. Su cuernito tenía más florecitas de color morado y su cabello, al igual que sus mejillas brillaban en tonos pasteles.

Taehyung quedó embobado. Jin se veía tan etéreo, irreal ante sus ojos.

—Ahora, al pasar a través de este arco sagrado, cumplirás la mayoría de edad y la Madre Luna te otorgará un poder que será sólo tuyo y te cumplirá un deseo— dijo Namjoon solemnemente.

Jin asintió y lentamente cruzó a través del arco ante la vista expectante de todos. En el momento en que Jin estuvo bajo el arco, éste brilló con fuerza cegando a todos los presentes.

Jin cerró los ojos y escuchó una dulce voz. “Es momento de pedir tu deseo, pequeño unicornio”. Con las manos en su pecho, Jin pidió aquello que había deseado desde hace mucho.

La luz se hizo más intensa por unos minutos antes de desaparecer.

Jin ya estaba del otro lado del arco y todo el mundo aplaudió eufórico, ahora Jin se veía más brillante y su cabello creció tanto que le llegaba a la espalda baja, pero aún mantenía su color lavanda.

Namjoon estaba tan feliz, que sus ojos comenzaron a nublarse por las lágrimas de emoción.

Antes de que dijera algo, los invitados fueron a felicitar a Jin para luego cada quien tomar su propio rumbo y así dar por terminada a la ceremonia.

—Felicidades— dijo Tae cuando al fin pudo acercarse a Jin.

—Gracias por venir — respondió Jin acercándose más a Tae.

—Estuvo hermoso— Taehyung comenzó a buscar el regalo que le había hecho — te traje un obsequio—

Jin lo miró con los ojitos llenos de brillo, emocionado por lo que le fuese a dar.

—Feliz cumpleaños— dijo Tae extendiendo el regalo haciendo una leve reverencia.

Jin flotó rápidamente a abrir esa cajita color plateado con destellos lilas que yacía en las manos de Tae. Se paró al lado de ésta para abrirlo. Emocionado, comenzó a desatar el moño rosado que adornaba la cajita.

Taehyung estaba luchando con su corazón mientras veía cómo Jin abría emocionado el regalo. Las palabras de su abuelita rondaban su cabeza, necesitaba decir lo que sentía, pero estaba nervioso.

Jin terminó de abrir la cajita.

—Qué lindo — dijo Jin con los ojitos brillosos al ver unas flores muy parecidas a las que habitaban alrededor de su cuernito — ¿Qué es? — preguntó inocente haciendo flotar el objeto que era claramente era mucho más grande que él.

—Una manilla, se la usa en la muñeca — explicó Tae apuntando su propia muñeca — sólo que me salió muy grande, lo siento — la voz de Tae decayó al notar que era más grande de lo que había imaginado.

—No estés triste — dijo Jin alejándose de su mano, dejando la manilla allí.

De repente, Jin comenzó a brillar. Taehyung quedó intrigado, no entendía lo que pasaba.

En menos de un minuto, Jin transformó su tamaño, ahora era un poco más grande que Tae.

—Ahora que he cumplido la mayoría de edad, puedo transformar mi tamaño, hasta puedo parecer más humano — dijo haciendo desaparecer su cuernito.

Taehyung quedó con la boca abierta, no encontraba su voz.

—Ahora puedo usar tu regalo — Jin tomó la manilla de las manos de un Tae que lo miraba absorto — muchas gracias, está hermosa — miraba su muñeca que ahora estaba adornada con esas bellas flores, les dio un soplido y agregó — ahora no se van a marchitar — sonrió alegre.

Taehyung estaba aún en shock, ¿cómo era posible que ese pequeño unicornio era hasta más grande que él? ¿Cómo podría verse incluso más hermoso? Aunque prefería verlo con su cuernito, tal y como era.

—Tu cuernito… me gustaba verlo — Taehyung finalmente halló su voz.

—¿En serio? — Jin sintió sus mejillas comenzar a arder.

—Si, no lo ocultes, por favor — pidió Tae que aún no salía de su ensoñación.

Jin no dijo nada más, inmediatamente volvió a mostrarse tal y como era. Los brillos de sus mejillas volvieron al igual que su cuerno dorado adornado con pequeñas flores que hacían juego con la manilla que Tae le había regalado.

—Listo, ¿así estoy mejor? — preguntó Jin al dar un giro luciendo su belleza.

—Yo… — Tae se armó de valor y tomó a Jin de las manos.

Jin no se esperaba ese repentino acto, sentir las manos de Tae enlazadas entre las suyas lo dejó emocionado. Siempre había querido tomar sus manos, aunque por su tamaño tenía que conformarse con acariciar los dedos del humano. Pero, ahora que tenían casi el mismo tamaño, la felicidad no le cabía en el pecho.

—Jinnie— la voz profunda de Tae lo sacó de sus pensamientos — Jinnie, te amo — dijo jalando a Jin a sus brazos — te amo tanto que tengo miedo.

Jin estaba con el corazón latiendo a mil por hora, las lágrimas no tardaron en salir de sus ojos empapando sus mejillas.

—También te amo, Tannie — se aferró más al abrazo — te amo más de lo que puedes imaginar, también tengo miedo, pero — se alejó del abrazo para mirar a Tae a los ojos — pero mi miedo es perderte, no quiero volver a separarme de ti.

Taehyung estaba igual de emocionado que Jin al escuchar que también lo amaba. Su corazón estaba latiendo tan rápido que sentía que se saldría en cualquier momento.

—Tampoco quiero que nos volvamos a separar — con sus manos limpió suavemente las lágrimas de las mejillas de Jin — te protegeré de todo y todos.

—Yo también. Ahora tengo el poder para proteger nuestro amor, te amo — dijo Jin antes de juntar sus labios con los de su amado humano. Ambos aferrándose a la cintura del contrario.

Cuando sellaron su amor con un dulce beso y sus corazones sincronizaron sus latidos, un brillo púrpura emanó de ambos que se extendió por todo el lugar.

Namjoon, quien no se había apartado del lugar, miraba la escena asombrado. Al parecer el amor de ese par había potenciado los poderes de Jin, ocasionando una ola que podía verse a simple vista.

El amor podía sentirse en el aire, la ola que emanó de ellos golpeó a Namjoon, quien sintió inmediatamente un calor envolver su corazón.

—Así que tu nuevo poder es… — dijo Namjoon tocando su pecho — usar tu propio amor para sanar las heridas del alma.

En ese momento Namjoon se dio la vuelta, dispuesto a irse del lugar, cuando a lo lejos vio algo que no esperaba.

—Joonnie…— dijo la abuelita de Tae con lágrimas en los ojos al ver a Namjoon.

—Yo… ¡¿YoJeong?!— exclamó incrédulo por ver al amor de su vida frente a sus ojos. En menos de un segundo llegó a su lado —¿Cómo… cómo es posible? ¿Por qué estás en ese cuerpo humano? — Namjoon no entendía nada, no sabía si lo que estaba viendo era real.

—Joonnie — acarició la mejilla de Namjoon — cuando dejé este mundo, la Madre Luna me dio la opción de regresar. Después de haberle insistido por siglos, al final me dejó volver, pero me dijo que sería como un ser humano. Yo acepté sin dudar, quería volver acá a toda costa, volver a verte. Pero al hacerme humana, perdí todos los recuerdos de mi vida pasada. Hasta hace poco cuando escuché tu nombre y gracias a la medicina que ese unicornio le dio a Tae, pude recuperar todos mis recuerdos — explicó con los ojos llenos de lágrimas.

Namjoon no podía creer que tenía a su amada frente a sus ojos, al igual que ella, estaba con las mejillas empapadas de lágrimas.

—Perdona por haber tardado tanto, ahora soy un vejestorio — intentó sonar graciosa.

—Yo te sigo viendo igual de bella — dijo Namjoon limpiando las lágrimas de YoJeong.

—Pero este cuerpo mortal está por llegar a su final — Namjoon cambió su rostro a uno más triste — no te preocupes, cuando deje este cuerpo, volveré a reencarnar. La Madre Luna me dio esa oportunidad, podré volver a nacer como otro ser humano y te volveré a buscar.

Namjoon no pudo con sus emociones y la abrazó, no quería volver a dejarla ir, pero no podría hacer nada en contra de la misma naturaleza.

— Pero, ¿si vuelves a perder la memoria? — Namjoon temía no poder encontrarla.

—Ahí es cuando aquel hermoso unicornio toma el papel más importante, él es quien podrá encontrarme gracias a su nuevo poder, sólo debería curarme otra vez y recuperaré la memoria, como ahora. Sólo que esta vez podrá hacerlo en cuanto yo llegue a este mundo, de eso se encargará Tae. Estoy segura de que volveré a este lugar en su familia o quizás en la de sus amigos. Nuestros destinos están enlazados — explicó con dulzura.

—Te esperaré, todo el tiempo que sea necesario — Namjoon le dio un tierno beso en la frente.

—Nos vemos en mi otra vida. Adiós Joonnie — se despidió la abuelita antes de irse de la montaña.

Namjoon la despidió con una sonrisa, pero con lágrimas en esas mejillas “Jin, gracias por brindarme esta oportunidad, también a ti Madre Luna” pensó Namjoon mirando al cielo.

Así, el poder de Jin logró curar no sólo a ellos mismos, sino a todos los seres de esa montaña. Tae y Jin estarían juntos, nada ni nadie podría separarlos, ni la muerte misma, pues su amor era más fuerte, tanto que trascendía el tiempo y espacio. Y la Madre Luna lo sabía, ese amor no podía desaparecer, toda su creación dependía del poder de ese amor.

♡༶♡ FIN ♡༶♡

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Holis 🥰 al fin les traigo el último capítulo de esta que es mi primera historia.

Les agradezco mucho el apoyo que le dieron, me duele que haya llegado a su final 🥺, lo voy a extrañar 🤧

Espero que les haya gustado y no haya decepcionado a nadie 🙈
(Disculpen si está muy largo, creo que me emocioné 😅🙈)

Antes de irme les aviso que esta no es una despedida, espero que nos sigamos viendo en mi nueva historia "Ágape"
(Acá promocionando sinvergüenzamente 🙈🙈)


También tengo una nueva historia de este bello ship! 🥰😍
Espero le den una oportunidad 🥺

Las amo 😘💜 muchas gracias por todo, nos vemos 💜💜💜

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