Hoseok luchaba con todas sus fuerzas contra esos Yokai, pero por más que derrotaba a algunos, otros seguían saliendo de algún lugar.

Pronto se vio superado en número y su cuerpo estaba llegando a su límite.

De un momento a otro, una ráfaga oscura se formó detrás de los Yokai que atacaban al Kitsune, liberando al Akunaki que el Yokai oscuro había llamado.

—Qué tenemos aquí — la voz gruesa del Akunaki resonó en el lugar.

Los Yokai se apartaron, dejando el paso libre hacia Hoseok que estaba luchando por seguir de pie, sintiendo miedo y frustración por sentir sus fuerzas abandonarlo justo en ese momento.

El Akunaki no tardó mucho en sentir la energía espiritual de Jin, y su apetito aumentó.

—¿Intentas ocultar esa delicia de mí, Kitsune? — soltó una carcajada que irritó más a Hoseok.

En un instante, lanzó una ráfaga negra que impactó en el cuerpo del Kitsune, lanzándolo contra el árbol de Momiji donde estaba Jin.

El golpe fue tan fuerte que el árbol terminó partido a la mitad y Hoseok yacía en el suelo expulsando grandes cantidades de sangre por su boca.

—Ahora tengo el camino libre — dijo al ver a Jin expuesto ante sus ojos — Qué pequeño es, no creí que sería un espíritu de bosque, el ser del que tanto me hablaron. Sin duda será delicioso — se acercó extendiendo una de sus extremidades tomando a Jin, quien aún estaba desmayado, y lo llevó a su gran boca, que estaba ubicada en el medio de su gigantesco cuerpo.

De repente, una afilada ventisca color azul ceniza le cortó la extremidad en la que tenía a Jin, liberándolo de su agarre.

—¡Llévatelo de acá! — gritó Yoongi, quien había llegado a tiempo para rescatar a Jin.

Taehyung obedeció de inmediato pese al miedo que le provocó ver a ese ser enorme y deforme ser, con unos dientes afilados ubicados al medio de su cuerpo, y los múltiples ojos que estaban dispersos por todo su torso.

Tae tomó a Jin entre sus manos corriendo lejos de ese lugar lo más rápido que sus piernas podían.

—¡Cómo te atreves a revelarte ante tus iguales, maldito Bakeneko! — rugió el Akunaki furioso por haber perdido a su presa.

—Vete, este no es tu territorio— Yoongi hizo crecer sus colas al igual que su cuerpo, también mostrando sus afiladas garras y colmillos.

—Todo es mi territorio, estúpido Bakeneko — soltó una carcajada — donde hay apetitosos especímenes es donde estoy yo — lanzó un poderoso ataque que Yoongi esquivó con rapidez.

—Entonces, voy a tener que acabar contigo — Yoongi lanzó múltiples cuchillas de viento que se incrustaron en el cuerpo del Akunaki.

—¿Con este poder tan débil pretendes acabar conmigo? — dijo al momento en que sus heridas cerraron rápidamente.

Yoongi sabía que no era rival para un Akunaki, pero no permitiría que tomara la vida de nadie en ese lugar.

Hoseok recobró el sentido y pronto entendió la situación al escuchar las palabras del asqueroso Akunaki.

—Entre los dos te acabaremos— dijo Hoseok al ponerse al lado de Yoongi para juntos luchar y derrotarlo.

El Akunaki soltó una carcajada que retumbó por toda la montaña — Admiro su valor, pero si tanto quieren pelear, háganlo. Sólo que, yo tengo mucha hambre y no me interesa pelear con ustedes — dijo lo último desapareciendo del lugar formando una nueva ráfaga oscura.

—¡No te atrevas, maldito!— rugió Yoongi lanzando más cuchillas acompañado del poderoso fuego de Hoseok.

Pero de nada sirvió, el Akunaki había escapado y sus subordinados impidieron que Yoongi y Hoseok salieran del lugar, atacándolos entre todos, mientras más de ellos llegaban para lograr su cometido.

Tae estaba corriendo a través del bosque, haciendo a un lado con su mano las ramas que bloqueaban su camino.

Jin estaba en su mano izquierda, a la altura de su corazón, protegiéndolo de posibles golpes que las ramas le podrían dar.

Pero, noo pudo seguir su camino, porque el Akunaki apareció frente a él, evitando que pudiera avanzar.

—Humano, entrégame a ese espíritu del bosque y prometo no hacerte daño — habló al terminar de materializarse frente a los ojos de Tae, quien lo miraba aterrado.

—¡No! ¡déjalo en paz! — Tae usó la voz más ruda que pudo, cosa que no resultó muy bien, pues había sonado más a un quejido.

El grotesco Akunaki comenzó a mofarse del humano.

—Valiente de tu parte querer enfrentarme, pero ¿no te das cuenta que tu cuerpo está temblando? — dijo burlonamente acercándose lentamente, extendiendo sus extremidades formando al final de éstas unas afiliadas garras.

Taehyung cubrió con ambas manos a Jin y agachó la cabeza cuando vio que una de las garras se lanzó hacía él.

—Pero, ¡¿Qué?! — gritó furioso el Akunaki al momento en que una luz celeste emanó del humano y pulverizó su extremidad.

Taehyung estaba cerrando los ojos con fuerza, recordando lo que su abuelita le había dicho “si quieres proteger a alguien, deséalo con fuerza desde el fondo de tu corazón”.

"¿Quién es este maldito humano? ¿Es un humano? ¿Cómo puede tener tanto poder?" el Akunaki estaba intrigado y furioso. "No importa, nadie puede vencerme, mucho menos un estúpido mocoso" pensó volviendo a atacar.

Taehyung abrió los ojos lentamente al notar que no había recibido ningún ataque, cuando notó que todo su cuerpo estaba emanando un aura celeste.

—¿Qué es esto? — pensó Tae asustado, viendo que El Akunaki volvió a lanzarle otro ataque y por reflejo levantó la mano, de la cual salió una ráfaga que rechazó el golpe.

Al poco tiempo entendió que podía luchar contra ese Akunaki. Aún no sabía por qué o cómo estaba haciendo eso, pero no era importante en ese momento, lo que importaba era proteger a Jin a toda costa y al parecer el destino le estaba brindando la oportunidad de luchar.

Aprovechando que el Akunaki tomó su tiempo en volver a formar sus extremidades, Tae se sacó el pequeño bolso que tenía puesto, lo apoyó a los pies del árbol de durazno y sacó el frasco que contenía la Camelia, lo abrió y con cuidado colocó a Jin en ella.

No sabía cómo, pero algo le decía que, si Jin ingresaba en esa flor, lo ayudaría a curarse de esas horribles quemaduras. Una vez Jin estuvo dentro de la flor, quiso colocar el frasco de vuelta en su bolso, pero al ver cómo el tronco del árbol comenzó a abrirse, entendió que estaba pidiéndole que lo pusiera allí.

Una vez Jin estuvo protegido por ese árbol, Tae volteó para enfrentar al Akunaki que ya había lanzado otro ataque.

—¡No te dejaré que lo toques! — gritó Tae lanzando otra ráfaga de sus manos, que impactaron con las garras que atentaban con degollarlo.

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Holis 🥰 hoy también les traigo un nuevo capítulo, como les dije, no quiero hacerlas sufrir una larga espera 😘

La pregunta del día.
Cuál es su fruta favorita?
Yo tengo varias XD el durazno, el Kiwi, la uva, el mango 😅

Gracias por seguir esta historia, las amo 😘💜