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Como todos los días, Jin se había quedado dormido sobre el crisantemo mientras esperaba por Tae, con lágrimas secas en sus mejillas.
Hoseok lo recogió en su lomo para llevarlo a su capullo. Con cuidado lo puso dentro, y como todas las noches durmió a los pies de ese árbol de Camelias para transmitir un poco de su calor corporal.
Al día siguiente, Jin despertó muy tarde, casi al medio día, y no alcanzó a recoger el rocío que todas las flores colectaban.
Con más lentitud que nunca se cambió, se fue a asear y salió de su jardín para poder completar las tareas que alcanzaba.
Al llegar al jardín de flores, todas se quejaron con Jin porque las había abandonado por la mañana y había dejado que el rocío las mojara. En ese momento todas tenían frío.
Jin se disculpó e inmediatamente utilizó su poder para calentar a las flores. A duras penas lo logró con todas.
Cansado, fue a la orilla del lago para dormir bajo el árbol de duraznos.
Hoseok estaba harto de que nadie hiciera algo, así que se armó de valor y fue a visitar al dios de la montaña.
—Disculpe la molestia, su divinidad — hizo una reverencia marcada.
—Hoseok, ¿qué te trae por acá? — Namjoon salió de su santuario y tomó asiento en una de la rocas.
—¿No le parece que Jin ésta actuando de una forma extraña? No logra hacer todos sus deberes, se la pasa durmiendo o llorando, hasta su casa… —
—Sólo está haciendo un berrinche, no hay por qué alarmarse — Namjoon interrumpió, sonando muy calmado.
—Pero — Hoseok no podía creer que hasta el dios estuviera siendo indiferente — ¿Por lo menos podría ir a verlo? Hablar con él, quizás eso lo ayude un poco — Hoseok pedía aún inclinado en el suelo con la cabeza gacha.
—Está bien, si eso te tendrá más tranquilo. Puedes retirarte — ordenó y Hoseok respondió con un leve "gracias" para salir del lugar inmediatamente.
A los pocos minutos, Namjoon llegó a la laguna donde yacía el unicornio aún dormido.
—Así, duerme, pequeño. En unos días más todo volverá a la normalidad — se sentó a su lado mirando al cielo.
Jin despertó al sentir la presencia.
—¿Namjoon? — Jin se sentó frotando sus ojitos para aclarar su somnolienta vista.
—Hola pequeño — Namjoon le sonrió ampliamente — ¿Qué te ha pasado estos días? — fingió no saber nada del asunto.
La mirada de Jin decayó en un instante.
—No lo sé— respondió con sinceridad. Namjoon lo veía intrigado como pidiendo más información — ¿Recuerdas al humano que venía a vernos? — Namjoon respondió moviendo la cabeza en señal de afirmación — Bueno, él ya no viene — dijo decaído, con la voz más triste de lo que había esperado.
—No tienes por qué estar triste, los humanos son así. Al crecer, luego de un tiempo ya no te ven y se olvidan de este lugar— explicó el dios con simpleza.
—No, Tae no me olvidaría— Jin batió su cabecita en negación. No quería aceptar esas palabras.
—No te encapriches Jin. Es la verdad, esa es la naturaleza humana. Sus corazones no pueden ser limpios durante mucho tiempo — insistió para que el unicornio entrara en razón.
—¡No! Tae es especial, ¡él podía sentirme! — estalló en gritos sintiendo por primera vez la frustración en su ser.
—Jin, cálmate. Sabes que yo no te mentiría, los humanos son así. Debes entender— Namjoon lo regañó con el ceño fruncido.
—¡No! Me niego a aceptarlo — Jin se fue lo más rápido que podía del lugar. Las lágrimas volvían a salir descontroladamente.
Hoseok, quien vio todo lo que había pasado, se regañó mentalmente. Pedir a Namjoon que hablara con Jin no había sido una buena idea. Esa actitud en el dios de la montaña nunca la había visto.
Su instinto le decía que debían buscar a ese Bakeneko, aunque luego lo quisiera devorar.
Ese día, Jungkook y Jimin quedaron que recogerían a Tae del colegio. El Bakeneko también los acompañó.
—Pido hablar yo primero con él— dijo Yoongi a Jimin mientras se posaba en su hombro.
—Está bien — respondió Jimin al llegar a las puertas del club de canto.
Al parecer, las clases continuaban, así que decidieron husmear por la ventana. Parecía que todos los estudiantes cantaban por turnos. Nunca habían escuchado a Tae hacerlo, así que no perderían esa oportunidad.
—Taehyung, por favor pasa al frente— dijo la maestra de canto que se encontraba en el piano.
—Si— respondió tranquilo.
—Canta lo que te nazca del corazón— pidió amablemente la maestra.
Tae asintió. Estaba nervioso. Hace poco había empezado con esa actividad y siempre había cantado en el coro. Ésa era su primera vez cantando solo. Lo nervios estaban jugándole una mala pasada.
—Cierra los ojos y déjate llevar por tu corazón— la maestra le dio un sabio consejo al notarlo nervioso.
Taehyung obedeció. Cerró los ojos y empezó a concentrarse en su corazón. Éste le empezó a doler al llegarle a la mente la imagen de Jin revoloteando a su alrededor. Esa hermosa sonrisa que veía cada vez que sus ojos se posaban en él. Todas las veces que había intentando confesar sus sentimientos, pero no lo había hecho porque creyó que tendría tiempo para hacerlo después, cuando se sintiera listo.
Ahora lo había perdido. Ya no podía verlo, y lo peor, nunca pudo decirle lo que sentía. Había perdido para siempre esa oportunidad. Lo extrañaba demasiado. Su corazón se sentía frío sin él. Pero ahora debía luchar por enterrar esos sentimientos que lo estaban carcomiendo.
En ese momento, las palabras y la melodía volaron a su mente y se puso a cantar.
[Tema que Tae está cantando]
Taehyung terminó la canción y todos los que lo presenciaron estaban con lágrimas en los ojos. Esa sensación de extrañar a un ser amado había llegado a todos y cada uno de sus corazones.
Sus amigos estaban igual que los compañeros de Tae y su maestra.
—Sin duda esa canción fue para Jin— dijo Yoongi aún afectado — Nunca en mis siglos de vida había visto este tipo de amor. Está decidido a olvidarlo pese a que lo extraña tanto— las lágrimas de Yoongi empezaron a salir. Estaba llorando por primera vez en su existencia.
—Escuchaste, ¿Acaso dijo que lo odiaba? — Jungkook preguntó con un nudo en su garganta.
—Tae nunca ha odiado a nadie — Jimin respondió sintiendo una opresión en su pecho.
—Ese muchacho no lo odia, lo que está intentando es odiar a su destino, está intentando olvidarlo y sabe que sólo lo hará si su corazón se mancha con el odio, si su alma se torna oscura — Yoongi explicó aún con las lágrimas cayendo por sus ojos.
—No podemos permitir que eso pase, debemos protegerlo como él lo ha hecho con nosotros — dijo Jimin volteando a ver a Yoongi. Se sorprendió al verlo llorar. Las lágrimas caían de esos ojos gatunos que estaban mirando a Tae a través de la ventana — ¿Los Yokai oscuros también lloran? — preguntó Jimin sacando a Yoongi de su trance.
—Nosotros no lloramos, no tenemos sentimientos— dijo cortante al ver a Jimin a los ojos.
—Entonces ¿Qué es lo que sale por tus ojos? — señaló sus mejillas.
—¿Qué? — Yoongi se tocó la mejilla y se dio cuenta que estaba húmeda — no puede ser — dijo quedando impactado.
—Parece que después de todo, sí tienes sentimientos, gatito— Jimin dijo lo último en modo juguetón e hizo que Yoongi sintiera algo más que dolor en su corazón.
—Cállate— respondió bajando al piso huyendo de los ojos del menor.
Jimin sólo se reía. Al parecer ese gatito era más que ese ser desalmado que intentaba mostrar.
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Holis 🥰 les traigo un nuevo capítulo 💜
Les confieso que me puse muy triste al escribir este capítulo 🥺🤧 creo que me metí mucho en el personaje 😭
La pregunta del día.
Cómo le dicen en su país cuando estás demasiado enamorado de alguien?
En el mío dicen "estás camote" 🤭
Muchas gracias por seguir esta historia que cada vez se acerca a su final 🥺
Las amo 😘 manténganse saludables por favor 💜
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