La noche había caído y Jungkook llegó al salón de ensayos del club de Jimin. Estaba esperando en el umbral de la puerta, admirando la capacidad de Jimin para el baile.

—¿Quieres intentarlo?— Jimin se detuvo parando la música también dirigiéndose al menor que lo miraba confundido.

—¿Yo? ¿Te refieres a bailar? — Jungkook no podía creer que le estuviera pidiendo algo así.

—Sí, a eso me refiero, ven— Jimin lo llamó extendiendo su mano.

—Está bien— respondió no muy seguro acercándose a Jimin — Pero soy un chico rudo, no creo que se me dé bien como a ti —

—¿Me estás diciendo delicadito? — Jimin lo reprochó con la mirada. Nunca le había gustado que lo tacharan de frágil solamente por gustar del baile contemporáneo.

—No en un mal sentido— el menor de repente se sintió tímido— me refiero a que tus movimientos son muy finos… mmm ¿elegantes? Y yo no creo lograr eso porque siento que soy una piedra — explicó todo muy rápido golpeando su cabeza como verificando que efectivamente era una piedra.

Ese gesto hizo reír al mayor. Jungkook siempre había sido muy adorable a sus ojos. Aunque se hiciera el rudo para los demás, sabía que tenía un gran corazón, aunque lo negara Jimin sabía que dejó el canto por ellos, para protegerlos.

—Entiendo— se acercó a su celular para buscar música — No eres una roca, solamente vamos a cambiar el ritmo. No creas que este cuerpo solamente sabe bailar música contemporánea— se señaló entero intentando sonar gracioso, pero el menor no reaccionó, sólo estaba absorto en sus pensamientos. Jimin no le tomó importancia y puso en el celular un tono pop que ya resonaba en los parlantes.

—¿Este tema es más de tu agrado?— preguntó Jimin acercándose nuevamente a Jungkook.

—¡Oh sí! Michael Jackson obviamente me gusta mucho — respondió el menor saliendo de su trance al reconocer uno de sus temas favoritos.

Al ritmo de “They don't care about us” Jimin se movió enseñando a Jungkook un par de pasos. Éstos eran fuertes, por lo tanto supuso que el menor estaría más a gusto, lo que confirmó luego de ver cómo empezó a soltarse y, como era de esperar, aprendía rápidamente.

En menos de media hora ya estaban los dos marcando una perfecta coreografía al ritmo de esos tambores, sintiéndose más enamorados de los bits pegajosos de la canción. Se dejaron llevar ambos cantando a todo pulmón el tema con un inglés que parecía todo menos inglés, pero eso no les importaba. Disfrutaron mucho ese momento juntos.

De la emoción, se pusieron a bailar más temas de su artista favorito y terminaron molidos en el piso, pero felices.

—No sabía que bailar fuera tan divertido— Jungkook hablaba entre jadeos debido a la agitación que el trabajo físico extremo le dejó.

—Es muy divertido, es una manera de expresar tus emociones— Jimin también hablaba con la voz cansada— por eso amo bailar.

Jungkook ahora estaba mirando a Jimin volteando la cabeza, aún tendido en el suelo. Por primera vez en su vida se dio cuenta que los ojos de Jimin brillaban cuando hablaba de la danza, igual que Tae cuando hablaba de Jin. ¿Entonces eso era sentir amor por algo?

—¿Podemos seguir haciendo esto?— Jungkook se había sentado mirando aún a Jimin, quien ahora lo miraba también.

—¿Bailar? ¿O Charlar? — dijo burlonamente.

—Ambas — respondió tímido— Me gustó bailar contigo— bajó la mirada.

—Claro, Kookie. Puedes venir acá todos los días después de tus actividades de club si deseas. Al final lo harías de todos modos ¿no? — Jimin también se sentó para estar a la par de Jungkook.

—Cierto— respondió sintiéndose tonto por haber preguntado algo obvio.

—Kookie, quiero darte las gracias por siempre estar acá para protegernos— Jimin lo tomó de la mano haciendo que el corazón del menor se sobresaltara.

—No, no hay nada que agradecer— trató de no sonar ridículo.

—¿Cómo que no?— Jimin se levantó de golpe — dejaste el canto por nosotros, ¿crees que no me di cuenta?— le reprochó.

—Yo…— Jungkook intentaba encontrar palabras que lo ayudaran a salir de esa situación, pues habían pescado su mentira.

—Tú nada, no intentes negarlo, por eso estoy agradecido contigo. Sacrificaste algo que amabas por nosotros— Jimin volvió a su tono dulce ofreciendo una mano al menor para que se levantara.

—Ustedes son importantes para mí— Jungkook finalmente se sinceró.

—Gracias Kooki, espero no te sobre-exijas, también déjanos protegerte— Jimin lo abrazó. Desde hace tiempo que había querido agradecer sus esfuerzos, deseaba poder protegerlo también. Después de todo él era el menor del grupo, se suponía que debían protegerlo y no ser protegidos por él.

Jungkook sintió que ese abrazo llegó hasta lo más profundo de su ser. Sintió su corazón más cálido. Sin darse cuenta, esos abrazos se estaban convirtiendo en sus favoritos de ahora en adelante.

Yoongi estaba en una lucha interna. Le habían ordenado matar. Si eso le hubiera pasado hace unos siglos antes, no hubiera dudado ni un segundo en hacerlo.

Pero ahora ¿por qué no podía cumplir con una tarea tan sencilla?
Estaba consciente de que desde la muerte de YoJeong y el cambio que ocurrió en su amigo, Yoongi había prometido no volver a matar humanos, al menos no por diversión. Ahí fue cuando encontró más diversión manipulándolos, ver cómo se hacían daño ellos mismos. Eso era divertido.

Entonces ahora no podía cumplir tan fácilmente con ese pedido porque estaría rompiendo su propia promesa. Era eso ¿no? Ése debía ser el motivo por el que ahora se sentía incapaz de matar a alguien.

Pero sabía que si ese muchacho, Tae, seguía asistiendo a la montaña, Namjoon se enfadaría con él y quién sabe lo que sería capaz de hacer.

Así que estaba decidido, tenía que llevar las cosas al extremo. Los daños tenían que ser mayores. Tenían que ser daños irreversibles.

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Holis les traigo otro capítulo 🥰

La pregunta del día
¿Les gusta bailar?
A mí me encanta 🥰😅

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