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La semana pasó volando, Tae como siempre visitaba a Jin. Le contó que tendrían una semana de ciencias en la que todo el colegio participaba, por lo que quizás esa semana no podría visitarlo todos los días, dependiendo de las actividades de cada día.
- ¿Entonces no te veré seguido? – preguntó el pequeño unicornio con los ojos aguados.
-Quizás no – Tae respondió triste – debo ayudar a mi salón. Traté de no ser parte de ninguna organización porque quiero estar aquí, pero no me dejaron – confesó recordando que su profesor le había pedido que ayudara con el decorado del salón, ya que tendrían una cafetería como actividad.
Ambos se miraron tristemente. Sería la primera vez que se separarían desde que se conocieron.
-Pero no estés triste, ¡traeré cosas dulces y deliciosas! Lo prometo – le dijo Tae con una sonrisa y pequeñas lágrimas escapando de sus ojos.
-¿En serio? – respondió Jin ya más alegre acercándose más a Tae – Gracias – dijo al llegar a sus manos y darle un besito en su dedo pulgar abrazándose de él.
-No es nada – dijo el adolescente claramente sonrojado por la demostración de cariño del pequeño unicornio.
-Te estaré esperando – lo miró a los ojos – como siempre te esperaré –
Ambos conectaron la mirada, enviando señales en ésta que explicaran lo mucho que se extrañarían, sin palabras, éstas no eran necesarias, solamente estar los dos en un mismo lugar admirándose, sintiendo su cercanía, compartiendo ese sentimiento de querer permanecer juntos por siempre.
Llegó el primer día de la semana de ciencias. Tae y Jimin estaban ayudando al decorado de su salón, debían convertirlo en un café con temática de animales.
- ¿Cuándo será tu presentación? - preguntó Tae mientras colocaba una jirafa hecha de trapo sobre la pared
-Las presentaciones en el auditorio serán el viernes- respondió Jimin luchando con un elefante que no quería permanecer pegado en la pared.
-¡Woo! ¿el último día de la semana de ciencias? – Tae ayudaba a Jimin a colar al rebelde elefante.
-Sí, nos dijeron que quieren cerrar la semana con broche de oro - finalmente lograron fijar al adorno de elefante, pero la voz de Jimin sonaba decaída.
-Eso sí que será con broche de oro, Mochi~~- Tae lo zarandeó del brazo entusiasmado.
-Yo… no… lo sé- Jimin miró al suelo moviendo nerviosamente las manos – Mi grupo cerrará este evento, y no quiero arruinarlo. Tengo mi solo, ¡nunca antes había hecho uno!
-Tranquilo – Tae tomó las manos inquietas de Jimin – Todo saldrá bien ¿sí? Sólo confía en ti. Tú puedes, siempre practicas hasta tarde. ¡Ya ni vamos a la montaña porque practicas todos los días! –
-Gra… gracias – Jimin se aferró a esas manos que le inspiraban confianza – Gracias por siempre animarme TaeTae, ¿qué haría sin ti? – preguntó juguetonamente picándole la nariz.
-Quizás te caerías siempre – respondió y ambos estallaron en risas.
El día pasó tranquilamente. Tae agradeció en el alma que esos chicos ya no lo estuvieran molestando como la anterior semana.
-Hoy fue un día lento, ¿no creen? – preguntó el menor al darles alcance en el patio.
-No te vimos todo el día, ¿qué estabas haciendo, Kookie? – preguntó Jimin girando hacia él.
-Pues me tuvieron de prisionero en mi salón. Nos tocó hacer una casita del terror y todas las chicas me impidieron dejar el lugar. Me tenían ayudándolas en la decoración aquí y allá. Al terminar quise ir donde ustedes para comer en su cafetería, pero todas me dieron un montón de almuerzo y pues ya saben yo no le digo no a la comida y más si son brochetas de cordero – respondió el menor alzándose de hombros.
-Obvio, tú nunca le dirías que no a eso ¡si eres un glotón! – chilló Jimin golpeando su espalda haciéndolo tropezar.
-Yo vivo por las brochetas de cordero, qué puedo decir – respondió Jungkook levantando las manos como quitándose la culpa.
-Seguro que mañana tampoco te dejarán respirar ¿eh? – Jimin lo miró pícaramente.
-No me interesan, eso lo saben – dijo limpiándose la chaqueta.
-Waa, miren ¡el bebé se siente importante! – lo molestaron los dos siendo correteados por el menor.
-Bueno, vamos a casa – dijo Tae parando para recobrar el aire en sus pulmones.
-Sí. Vamos. La tarde ya acabó – Jungkook paró de correr con las manos en las rodillas.
-Esta vez no iré con ustedes – Jimin también dejó de correr – Debo practicar mi solo –
-Pero ya pronto va a oscurecer, Mochi. Es peligroso, puedes ensayar en casa si quieres – le dijo Tae preocupado por no querer dejar a su amigo solo.
-Necesito el espejo TaeTae. Hoy no he podido practicar. No te preocupes estaré bien –
-Entonces te acompañaré – Tae se puso firme con gesto de no querer un no como respuesta.
-Pero debes ir a la montaña – Jimin no quería ser un perjuicio para su amigo.
-No pasa nada, de todos modos, hoy no iba a ir. Ayer le dije a Jinnie que esta semana iría pocas veces por lo de la semana de ciencias –
-Pero debes avisar a tu abuelita, Tae. No quiero que estés hasta tarde sólo por mí. Sabes que salgo de noche y a tu abuelita no le gusta que andes de noche.
-Sí, pero ya no soy un niño, Mochi. Tampoco quiero dejarte solo – insistió pues, aunque no era la primera vez que Jimin se quedaba hasta tarde en el colegio, por alguna razón algo dentro de él le pedía quedarse.
-A ver, a ver. Acá Kookie debe arreglar las cosas. Tú vete a ensayar y tú te vas conmigo, pedimos permiso a nuestros papás y volvemos por este pulgoso – dijo Jungkook poniendo todo en orden. A su estilo.
Los demás asintieron derrotados, pues nunca podían negarse a los planes del menor, si no, los estaría martirizando más de una semana de que él tenía la razón.
Se despidieron, Tae sentía que debía volver lo antes posible, pero no entendía por qué.
Yoongi vio que el pilar más fuerte de Tae era Jimin. Así que ese día empezaría atracando ese punto.
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Holis! Acá el siguiente capítulo de esta maratón, los siento si me tardé en subirlo, estaba festejando mi cumpleaños 😅
Bueno aún lo estoy haciendo así que espero disfruten de este capítulo!
Las amo 😍😘
Hasta mañana bye 💜💜💜💜
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