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Así cada día de cada semana de cada mes Tae visitaba al pequeño unicornio, para jugar y conocerse más, incluso acerca de sus mundos, dándose cuenta de que no eran tan distintos después de todo.
Los años pasaron. Tae tenía 13 años. Jimin y Jungkook habían cambiado sus gustos. Jimin ya no quería ser un espadachín y Jungkook ya no quería dominar el mundo. Pero Tae seguía queriendo la compañía de Jinnie.
Sus amigos ya no lo acompañaban todos los días a la montaña como antes, porque se habían inscrito a los clubs del colegio. Jimin estaba en el club de danza y Jungkook estaba en el club de canto.
En cambio, Tae prefirió no entrar a ninguno, porque si lo hacía, le quitaría horas que él podía dedicarle a su unicornio. Cada día que pasaba con él se sentía más feliz que el día anterior. Y si le iba mal en el colegio, Jin siempre era la medicina perfecta para que su corazón dejara de doler.
Un día antes de volver a subir la montaña, le dio un vistazo a su Camelia. Ésta había cambiado de color a un rosado leve, lo cual creyó extraño, pues siempre había sido blanca. Quizás estaba pasando algo malo.
Tomó el frasco que contenía la flor y salió corriendo a la montaña para preguntar qué era lo que estaba ocurriendo.
Al llegar al arco, como siempre corrió desesperado hacia Jin que se encontraba sentado sobre un crisantemo.
-¡Jinnie! – dijo corriendo abriendo sus manos –
-¡Tannie!- Respondió flotando a su dirección, pues desde el día en que le había regalado la flor a Tae, Jin ya no ocultaba su magia frente a él.
-¡Tengo algo que preguntarte! – Tae buscó rápidamente su frasco – mira mi flor, ¡cambió de color! ¡Ahora es rosa!
[Visual: Camelia actual de Tae]
-Yo no sé lo que significa, lo siento – respondió viendo la tristeza en los ojos de Tae – ¡pero sé quiénes nos pueden ayudar! Sígueme – le pidió jalando un dedo de Tae, quien no se negó a seguirlo.
Llegaron a una parte del bosque que Tae nunca había visitado antes.
Era un extenso jardín de flores de diferentes colores y formas. Al llegar, Jin se acercó a unas Violetas, tocándolas con sus palmas, y al instante, ellas brillaron.
-Hola pequeñas, hoy vine con el amigo de quién siempre les hablo – Tae veía cómo Jin se había puesto a hablar con unas flores, sintiéndose más maravillado aún. No tenía idea de que Jin pudiera hacer eso – tenemos una pregunta y quería saber si podían ayudarnos – pidió, recibiendo una respuesta afirmativa.
-¿Recuerdan que les dije que a Tae le regalé una Camelia de mi hogar? Pues cambió de color, originalmente era blanca y ahora está de color rosa – Jin les mostró la flor.
Todas las flores empezaron a reír, ambos no entendían el por qué, cuando finalmente una habló.
-Jinnie querido, ¿por qué no le preguntas a ellas? Tú vives en una – la voz juguetona de una Violeta se escuchó a lo lejos.
-Saben que ellas no me hablan, aún no puedo comunicarme con ellas – Jin bajó la mirada triste al recordar que eran las únicas flores que le faltaban, las únicas con las que aún no podía hablar.
-Vamos, no te pongas triste, lo sentimos – todas pidieron disculpas por su torpeza – La respuesta es sencilla. Esas flores cambian de color según los sentimientos del dueño. En este caso, tu humano – se dirigieron a Tae, quién aún no podía creer que unas flores le estuvieran hablando.
-¿Y qué significa este color rosa? – preguntó Tae tímidamente.
-Ese color rosa simboliza el deseo de tener más cerca a quien te la dio- respondieron todas al unísono.
Ambos al escucharlas, inmediatamente se pusieron colorados. Uno feliz por sentirse más querido y el otro nervioso por haber sido expuesto.
-¡Gra… gracias! – respondió Tae con una torpe reverencia, saliendo lo más rápido que pudo del lugar.
Jin también se despidió de ellas, siguiendo a toda prisa a Tae, causándole risa su reacción.
-Bueno, ya sabemos que no es malo – dijo Jin al detenerse frente a Tae para que dejara de escapar.
-S... sí – respondió él tímidamente rascando su cabeza sin poder mirar al unicornio – gra… gracias, debo irme, tengo mucha tarea que hacer – se disculpó y salió a toda máquina de allí, sintiendo su corazón galopar tanto que creía se le saldría del pecho.
Jin se despidió, viendo cómo el contrario salía todo rojo del lugar.
-Es muy bonito – dijo al aire – también tengo el deseo de estar más cerca de ti – confesó sus sentimientos mirando hacia el cielo.
Namjoon, quien había estado vigilando todo, se asustó por el cambio del color en esa flor y por la reacción de su unicornio. Llamó inmediatamente a Yoongi.
-Oh, gran Namjoon, ¿otra vez llamándome a este lugar? – preguntó burlesco.
-Yoongi, ya es tiempo de que cumplas tu deber – dijo fríamente.
-¿Cuál? – lo molestó pese que sabía a qué se refería.
-Encárgate de ese humano como te dije la vez anterior. Hazlo ahora antes de que sea demasiado tarde – la frialdad en su voz le quitó a Yoongi las ganas de jugar.
-¿Sigues con esa idea? Qué fastidio – resopló cansado.
-Está dejando de ser un niño, así que ya puedes hacerlo – el dios lo miró fijamente.
-¡Ah! ¡Qué lata! Está bien, está bien, lo haré – dijo rendido, pues al parecer todos esos años no habían servido para que Namjoon desistiera de su plan.
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Holis! Volví con otro capítulo! Un poquitín más largo que el anterior para compensarlas un poco jeje 🥰🙈
Este capítulo lo dedico a BTS_Myangels gracias por estar siempre al pendiente 🥰😘💜
La pregunta de hoy, cuál es su flor preferida?
Las amo gracias por seguir mi loca historia 😘
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