Tae regresó a casa un poco triste por no poder presentarle su lindo amiguito a su abuelita, pero por lo menos podía mostrarle su regalito.

-¡Ya llegué, Abu! – dijo corriendo para abrazar a su abuelita que se encontraba en el sofá.

-¿Cómo te fue, cariño? – lo subió a su regazo.

-¡Me divertí mucho! – respondió alzando las manitos – pero – agachó la cabeza al recordar que Jin no podía visitarlos.

-¿Pero? – levantó el rostro del pequeño para que la viera – ¿qué pasó TaeTae? – preguntó con dulzura.

-Mi amiguito no puede venir a casa – respondió con un puchero.

-¿Se puede saber por qué? –

-Porque dice que no puede salir de la montaña, porque es un espíritu… mmm – intentaba recordar lo que le había dicho, pero no lo logró- no recuerdo, pero dijo que si salía, acá afuera hay malos que lo pueden lastimar – terminó de contar mientras la abuelita se había quedado sin habla. No podía creer que en serio su nieto estaba hablando de un espíritu del bosque.

-Pero me dio un regalito – añadió, buscando en su pequeño bolso – me regaló está flor, pero dijo que nadie puede tocarla, sólo yo – dijo lo último inflando el pecho orgulloso presumiendo su regalo.

-Una Camelia- habló finalmente la abuela. Eso significaba que realmente un espíritu del bosque estaba hablando con Tae – Es muy bella, debes cuidarla y que nadie la toque.

-¿La conoces? – su abuelita asintió- Jinnie, mi amiguito, es un unicornio y me dijo que vive en una flor parecida a ésta. Por eso me la regaló, para sentir que él está acá con nosotros, y no sentirnos tristes de que no esté acá – le contó todo con sus ojos llenos de brillo.

-¿Un unicornio? – Tae asintió. La abuelita había escuchado de sus abuelos una vieja leyenda, que al parecer no era una mentira.

-¡Es así de pequeñito! – Tae hizo el gesto con sus manitas – ¿puedes creerlo? Es muy pequeñito y me da miedo tocarlo mucho, porque quizás le hago daño, pero es que es muy suavecito –

-¿Lo puedes tocar? – eso sí que era nuevo para ella – ¿es un espíritu y lo puedes tocar?

-¡¡¡Sí!!! También pensé que eso no se podía, porque creí que eran como el vapor o algo así, pero él es suavecito ~ - dijo lo último abrazándose a sí mismo recordando el dulce tacto de su pequeño amigo.

-Me alegra mucho que puedas sentirlo y que sea tu amiguito. Lo debes cuidar y no le digas a nadie sobre él ¿está bien? – su abuelita sabía que había gente mala que buscaba cosas extraordinarias en el mundo. Aunque los espíritus sólo los podían ver gente de buen corazón, no estaba de más el consejo.

-Sí, abuelita. Sólo lo sabes tú y mis amiguitos, porque juntos vamos a visitarlo – respondió el pequeño con una gran sonrisa.

La abuelita lo felicitó revolviendo sus cabellos, y se levantó luego a buscar algún recipiente en el que Tae pudiera guardar allí a su flor y prevenir que alguien la tocara.

-Puedes guardar tu flor acá – le alcanzó un frasco de cristal con una tapa color rosa.

-¡Sí! ¡Gracias Abu! – Tae tomó el frasco y depositó la flor en él – ¡la llevaré a mi habitación! – corrió gradas arriba lleno de felicidad.

La abuelita se quedó pensativa. Era mucha información para asimilarla, pero aún así se sintió feliz. Sabía que Tae era un niño especial. Desde pequeño lo había visto hablar con cosas que nadie veía, reía de la nada y aunque todo el mundo pensaba que estaba loco, ella sabía que había algo más. Ahora tenía la prueba de que no estaba equivocada.

Pero también sabía que ahora tenía la responsabilidad de educar más a su nieto en cuestión espiritual, porque si había espíritus de bosque, también había los demás seres de las leyendas. Como los Yokai malignos que podían poner en peligro la vida de su pequeño, y más aún si se enteraban de lo especial que era. Seguro buscarían la forma de consumir su luz y ella por nada del mundo les dejaría las cosas tan fáciles.

Al día siguiente, cuando Tae volvió del colegio, su abuelita había conseguido un amuleto de protección para su nieto.

-TaeTae cariño, toma, es un regalito para ti – le entregó el pequeño objeto – es un amuleto de protección. Te protegerá de los malos espíritus, así que siempre debes llevarlo contigo ¿está bien?

[Visual: Amuleto de protección espiritual]

- ¡Wooo, qué lindo! Aunque no soy como Jinnie, no creo que ellos me hagan algo – rió al girar viendo su amuleto – pero lo tendré siempre conmigo. ¡Gracias Abu! – Tae corrió a darle un beso en la mejilla a su abuelita para luego salir corriendo a reunirse con sus amiguitos y subir a la montaña, como todos los días.

“Eres quizás más valioso que ese espíritu”, pensó la abuelita, sintiéndose impotente por no  poder hacer más por su pequeño.

  🦄🦄🦄🦄🦄🦄🦄🦄🦄🦄🦄🦄🦄

Holis volví con otro capítulo, disculpen que me haya perdido, pero estaba con mucho trabajo 😅

Gracias por el amor que le dan a esta historia 🥰

Pregunta del día, tienen algún amuleto? Yo tengo uno para la salud 😅