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Patoso

-Mira Mello, en realidad te llamo porque Matt me ha leído el mensaje que le has enviado-. Mello ya sospechaba que ese era el motivo, y es que Matt es el mejor amigo de Mello, ellos han estado junto desde los 3 años, y conforme pasaron los años, se fue uniendo gente a su grupillo. Luego se unió Linda a los 4, a los 6 Elle y Beyond, ya que eran hermanos gemelos y por último a los a 8 Light.

No era el mejor grupo de amigos del mundo..., Pero si lo era para Mello. No le gustaba la atención exagerada que recibía algunas veces, aunque por dentro, muy por dentro, sabe que la necesita, y cuando un amigo del grupo se entera que algo malo le pasa al otro, este tiene que avisar a todos los demás.

[....]

-Ey Mello, no te preocupes, seguro que encuentras a otras chicas..., Es más, entre nosotros..., A mi Rebeca siempre me ha caído mal-. Dijo Linda susurrando eso último quién sabrá porque.

-¡Eso eso, que a mi una vez me llamó rarito!-. Gritó Beyond, que se encontraba comiendo mermelada con su mano, al lado de Elle.

-Beyond, estás comiendo mermelada con las manos-. Dijo Light para ver si se daba cuenta.

-Igual que tu comes manzanas con las manos...-. Madre mía Beyond...

-Bueno..,, Déjalo Beyond. Mira Mello, no te preocupes, ¿Vale?-. Mello suspiró. -Te seré sincero, probablemente vaya a cortar contigo, pero escucha, eso no es un problema, piensa que ella se lo pierde. Tú eres un chico súper inteligente y guapo, si que es verdad que a veces eres un poco desastre, pero se te quiere, no va a pasar nada-. Dijo Light intentando animar a Mello, que lo consiguió un poco.

-Sí claro, cuando queremos quedar en el grupo, y queremos quedar a las 17, te decimos que es a las 16 y ya está, hay truquitos, ¿Por qué nadie los usa?-. Preguntó el castaño de Matt.

-Eso, o directamente, vamos media hora o una hora tarde después-. Dijo Beyond terminándose el tarro de mermelada.

-No te preocupes, en serio Mello, seguro que mañana tendrás un mejor día-. Dijo esta vez Elle.

Mello sonreía, lo que intentaban hacer sus amigos al final le conmovió.

-Gracias chicos, en serio-. Dijo Mello.

-Recuerda, ponte alarmas cada 5 minutos-. Dijo Linda.

-Crea una nueva alarma que te recuerde lo que ya hiciste ayer y lo que tienes que hacer hoy antes o después de la universidad-. Dijo Elle.

-Y recuerda por la noche, dejarte ropa a mano para vestirte rápido en caso de que te despiertes tarde-. Dijo Light.

-Y también deja unas tostadas con rica rica mermelada por la noche antes de irte a dormir-. Dijo Beyond.

-¿Te acordarás?-. Preguntó todo el grupo a la vez.

-Síii-. Dijo Mello sonriendo.

-De acuerdo, pues chao gente-. Dijo Matt y se fue.

La gente se fue yendo, la llamada solo era para apoyar a Mello. Eso le conmovía, siempre que había algún problema, siempre, hacían una llamada todos juntos para desahogarse y así contarlo todo, sin ningún tipo de vergüenza.

Mello intentó recordar lo primero que le dijeron, y cuando ya lo tuvo, se puso alarma desde las 7, subiendo a 5 minutos cada vez, después, intentó recordar lo otro, y cuando lo tuvo, grabó una alarma personalizada. Acto seguido se levantó de su cama y empezó a rebuscar en el suelo alguna prenda de ropa que le pueda servir, lo demás, hizo un montón y lo dejó apartado. Justo después de eso, se dirigió a la tostadora para hacer algunas tostadas y guardarlas en la nevera, donde luego pegó un post-it, en el cuál ponía: "¡COGE LAS TOSTADAS!".

Después de eso, recogió las latas y demás basura que había y la comenzó a guardar en una bolsa de basura, entonces, cuando ya terminó, no supo muy bien que hacer. La verdad es que se había olvidado de Rebeca, pero le vino de nuevo ese pensamiento. Sacudió la cabeza intentando olvidarse de ella. Pero es que ahora no sabía que hacer, no le apetecía nada, ni jugar, ni comer..., Ni si quiera escuchar música. Estaba un poco deprimido, así que solo dejó la bolsa de basura al lado de la puerta y se fue a dormir.

Cuando despertó, ya eran las 00:30, y estaba de lo más dormido posible. Por su gran ventanal de detrás de la cama ya no se veía nada de luz, y Mello encendió la luz de la habitación con el interruptor. 

-A-Ahhhh..., Mucha luz-. Se quejó.

Después de eso, se levantó, tapándose los ojos hasta acostumbrarse a la luz. Cuando ya estuvo mejor, le entraron ganas de comer algo, y en la nevera había un post-it diciéndole que cogiese las tostadas. 

-¡Vaya! Gracias Mello del pasado...-. Dijo adormilado. Se dirigió a la nevera a comer las tostadas. Después de comerlas, cerró la nevera y se volvió a dormir, dejando la luz apagada.

[...]

La alarma de las 7 sonó, pero Mello no se despertó. La de las 7:05 sonó, Mello se despertó y la apagó, después sonó la de las 7:10, y ya Mello harto de tanta alarma, y de escuchar su voz a todo volumen con luego música también a todo volumen, se levantó, y cuando estuvo en pie, revisó sus mensajes de Whatsapp.

Near: Despierta, tenemos que ir a clases, si llegas pronto me encontrarás en el campus, sino, busca la clase 3-B.

Hasta Near se había acordado de avisarle, ¿En serio era tan obvio que era un desastre?..., Joder...

Mello se dirigió a la nevera para comer las tostadas, pero...

-¿¡Eh!?, ¿¡Dónde están las tostadas!?-. Preguntó muy sorprendido. Fue entonces cuando se acordó que se las comió a la noche. -¡Mierda!-. Exclamó cerrando la nevera con fuerza. Después de cerrar la nevera decepcionado, se dirigió a darse una ducha, para luego secarse y echarse desodorante. Milagrosamente, se vistió con la ropa que se preparó en el armario, pasó de desayunar y cogió su mochila, revisando los libros y que todo estaba correcto. Al ver que todo se encontraba en orden, repasó todo lo que debía hacer, y al ver que no faltaba nada y que todo estaba en orden, cogió las llaves, abrió la puerta, y cerró, diciendo todo esto en voz alta.

Se dirigió calmado, revisando la hora cada minuto, y ya estaba apunto de llegar a nada más ni nada menos que a las 7:35. Era una buena hora, teniendo en cuenta que en realidad, todo había sido con prisas..., Em si, parecía que lo había hecho de lo más calmado posible, pero fue tan rápido,  que hasta se dejó el estuche fuera de la mochila, ya que solo se preocupó de los libros. Pero claro, él no se había dado ni cuenta, además, iba con un chaleco rojo y nada debajo, y claro, para su suerte, hacía un frío de mil copos de nieve.

Cuando llegó al campus, allí avistó a Near, y se dirigió a él.

-Hola Near-.

-Hola Mello-. Saludó con la mano.

-Tenemos un tiempo antes de entrar, ¿Quieres hacer algo?-. Preguntó el albino.

-Mm, no sé, ¿Tú?-. Preguntó.

-Sí, acompáñame-. Mello le siguió y Near lo llevó a sentarse debajo de un árbol. -Me gusta estar aquí, ayer me pasé casi todo el día pensando justo aquí-. Dijo Near.

-¿Casi todo el día?-. Preguntó Mello mirando a Near.

-Claro, yo llego siempre una hora antes de lo normal-. Dijo Near.

-Espera espera, ¿Llegas a las seis?. Preguntó Mello asustado.

-Nooo, a las siete en punto-. Dijo Near riendo, mirando a su amigo.

-Uff, eso tampoco cambia mucho las cosas-. Dijo Mello riendo.

Near se rio, negando por lo gracioso que solía llegar a ser Mello.

-Oye Mello, ¿Te puedo preguntar algo sin que te moleste?-. Preguntó Near mirando al horizonte.

-¿Me vas a preguntar que si soy, o por qué soy, un completo desastre?-. Preguntó Mello.

-Sí. Dijo Near riendo.

-Bueno, pues, sí, soy el mayor desastre con patas que puedes ver. Soy si como si a la palabra desastre, le saliesen patas, y fuese como un pollo sin cabeza correteando por cualquier sitio-.

Near comenzó a reír.

-¡Jajajajaja!-.

-O mejor todavía, es como si hubiesen cogido todas las partes desastrosas de todo el mundo y las hubiesen juntado y de ahí salgo yo-. Near no paraba de reírse, y acabó medio llorando, riéndose hasta que su cabeza se posicionó en las piernas de su amigo, a Mello le gustaba la forma exagerada de reír de Near.

-¿Estás bien?, Parecía que te iba a dar una especie de ataque-. Near volvió a reír.

Una alarma de Mello sonó.

-Joder, ¿Pero no lo había puesto en silencio?-. Dijo Mello sacando su móvil, al ver la hora se levantó. -Vamos Near, dentro de poco comenzarán las clases-. Dijo Mello extendiendo una mano para que Near se levantase, Near la cogió, y se levantó.

-Anda vamos-. Dijo revolviendo el cabello de su amigo.

Se dirigieron a clases. Tocaba inglés, así que hay Mello no la cagaría ya que es el idioma en el que hablan, no puede salir nada mal, ¿Cierto?.

Cuando llegaron a clases, todos se tuvieron que presentar, Mello no la cagó, y se sentó al lado de Near. La maestra mandó hacer un par de actividades, así que Mello sacó su estuch...

-Mierda...-. Dijo Mello. Desearía tener el estuche, estaba seguro de que si lo deseaba con todas sus fuerzas, aparecería, pero que va, que no, que no aparecía. Pues nada, otra vez a hacer el ridículo.

-Ehh..., Oye Near, ¿Me prestas un lápiz?-. Preguntó Mello.

-¿No tienes tu estuche?-. Mello negó mordiéndose el labio.

-De acuerdo, pero luego lo tienes que pasar a boli, la profe no admite cosas en lápiz, en realidad solo la de mates-. Near sacó su estuche del cajón y sacó un pequeño lápiz blanco, se lo dio a Mello.

-Gracias, te debo una-. Dijo Mello.

-De nada-.

Los dos volvieron a sus trabajos, en unos cuántos minutos, Near se dio cuenta de que Mello ya le había alcanzado, ¿Cómo era eso posible si Near ya iba por la última actividad y Mello acababa de empezar?

Near se sorprendió, podrá ser un desastre, pero parece el chico más inteligente que ha conocido en su vida.

-Ey Mello, ¿Cómo es posible que vayas por la última y acabas de empezar?-. Preguntó Near.

-Es fácil-. Dijo Mello.

Near miró el libro de Mello y luego el suyo, estaba todo igual, menos una cosa, en la que Mello se había equivocado.

-Esto está mal-. Señaló Near, Mello odiaba que le señalasen lo malo, pero siendo Near un amigo, no le importaba tanto, solo que odiaba sentir esa impotencia de que él tuviese algo mal y el otro lo tuviese todo perfecto. Eso lo odiaba.

-Vale, gracias-. Dijo Mello y lo cambió por la otra opción que había pensado, después, terminó con la última actividad, y dejó el lápiz en el libro.

Mello bufó, sintiéndose tranquilo, notando como esos nervios desaparecían.

El timbre sonó.

-Muy bien, la clase ha terminado, quiero ver la tarea para mañana-. 

Near guardó todo, y Mello se guardó el lápiz para devolvérselo después de que las clases terminaran, en su casa ya tendría que pasarlo a boli, osea que no lo había terminado. Pffft, que pereza.

Near se levantó, y Mello le siguió, llegando a clase de biología, donde explicaron las cosas básicas de las clases, y lo que harían en la siguiente clase, después, por último se dirigieron a la clase de contabilidad.

Cuando acabaron las clases, Mello siguió a Near a comer. Cuando llegaron, Near sacó una manzana, y Mello sacó su... Oh no, ayer se comió todo el chocolate, y no compró más.

-Joder-. Susurró poniendo la cabeza en la mesa.

-¿No tienes comida?-. Preguntó Near.

-Que va-. Dijo sin despegar la cabeza de la mesa.

-¿Quieres un poco de mi manzana?-. Mello rio ante la pregunta de Near.

-¿Que pasa?-. Preguntó Near confuso.

-Nada, es solo que me recuerdas a un amigo-.  Mello se enderezó y miró a Near.

-¿Quieres o no?-. Preguntó.

-No gracias-. Dijo Mello.

-¿Seguro?-. Preguntó.

-Si si-.

Y Mello se quedó sin comer.

Dos clases después, Mello se despidió de Near y se dirigió a casa, Near lo observaba, observaba como se iba. Ese chico le cae muy bien...


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