-¡M-Mello!-.

Mello abrazó rápidamente a Near.

-Eres el mejor..., Eres el mejor..., Eres el mejor...-. Nate, aunque sorprendido, dejó que Mello se desahogara, y también le abrazó.

-No, tú, eres el mejor-. Mello sonrió, y Near le apretó con mucho cariño, ya que no quería separarse de él, nunca.

-Ehhh, tortolitos-.

Los dos miraron a John, quién se asomó a la habitación de Nate.

-¿Podéis no arrimaros tanto?, Papá y mamá están apunto de llegar-. Advirtió este.

-Oye, déjanos en paz...-. Dijo Nate. -Cierra la puerta y lárgate-.

Mello le miró sonriente.

-Como quieras-. Sonrió John. -Oye tío, cuídamelo eh-. Dijo señalando al rubio.

-Ni lo dudes-. Le dijo el rubio.

John salió de la habitación de Near y cerró la puerta tras de si.

-Oye...-. Mello volvió a mirar a su novio. -Entonces, somos pareja, ¿Verdad?-. Preguntó tragando saliva.

-¿Tú que crees?-. Mello alzó a Nate, levantándolo.

-¡Ey ey ey!, ¡S-Suéltame!-. Exclamó el albino.

-¡Jaja!, ¡No pienso soltarte!-. Sonrió el rubio.

-¡Mello por favor, me voy a caer!-. Decía Near, un tanto preocupado. Entonces, Mello se sorprendió y lo dejó en el suelo.

-¡Oye, no vuelvas a decir eso!-. Exclamó Mello, y Near se sorprendió.

-¿Por qué dices eso?-. Preguntó confundido el peliblanco.

-Porque mientras yo esté junto a ti, nunca te caerás-. Near se sonrojó.

-V-Vaya...-. Miró al suelo, nervioso. -Gracias...-.

El rubio le alzó de nuevo, y Near se aferró a él, pasando sus piernas por su cintura.

-¿Lo ves?, ¿Acaso te estás cayendo?-. Preguntó, y el más bajito negó. -Pues ya está-.

Near pasó sus brazos por el cuello de Mello y le plantó un beso en sus dulces labios.

-Hmm...-. Los dos frotaron su nariz con ternura, y después se miraron fijamente.

-Wow..., Eres precioso-. Mello le miraba con una mirada penetrante que aumentaba el nerviosismo de Near, el cuál comenzó a creerse que estaba en un sueño o alguna cosa parecida ya que esto era demasiado perfecto.

-Desde la primera vez que te vi...-. Mello se dio cuenta de que parecía que Near quería contar algo importante, así que comenzó a prestar atención, ya que ahora mismo solo se estaba fijando en su bonito rostro. -Pensé que eras un desastre con patas-. Reveló.

-Ja-. Mello se rio, ya que sabía que esto era así.

-Pero poco a poco me fuiste cautivando con tu forma de ser y tu..., Belleza-. El rubio sonrió, ya que esto que le estaban diciendo le hacía crecer una confianza inimaginable. -No quería abrir los ojos, pero..., Definitivamente me he dado cuenta de que eres la única persona que ha hecho que pueda sentir algo por alguien que no sea de mi familia-. Los ojos de Mello comenzaron a tornarse llorosos, ya que su corazón se emblandecía con las palabras de su ahora actual novio.

-Eres el mejor-. Sonrió Mihael.

-No, tú eres el mejor-. Corrigió Nate.

-¡No, tú eres el mejor!-. Re-corrigió Mello.

-¡No, te digo que tú eres el mejor!-. Re-re-corrigió Nate.

-¡He dicho que...!-.

-¡Jajaja!-.

Después de unos cuántos momentos tiernos, Mello y Near estaban simplemente tirados en la cama, mirándose el uno al otro, sonrientes.

-¿Cómo te encuentras respecto a tu...?-. Mello suspiró, entendía la pregunta que Nate quería hacerle.

-La verdad es que..., Bien-. Dijo sonriente Mello. -Gracias a mis amigos, y en especial a ti-. Mello tocó la nariz de Near con su dedo índice.

-Hmmm-. Nate esbozó una sonrisa. -Me alegro de escuchar eso-. Near abrazó al rubio, acurrucándose a él todo lo que podía.

-La verdad es que..., Estoy mejor de lo que pensaba-. Near acariciaba la espalda de Mello. -Pero no sé si eso es bueno o malo-. El albino miró a su novio, sorprendiéndose.

-¿Por qué dices eso?-. Preguntó confundido.

-Porque..., No sé, siento como que estoy dejando de darle importancia a un tema que tiene mucha-.

Near negó.

-Escucha, Mello..., Tú ya has sufrido mucho por esto, y ya no tienes porque hacerlo-. Mello asintió, sonriente. 

-Supongo que..., Tienes razón-. Mello alzó los hombros.

-Sí, la tengo-. Los dos rieron.

Entonces, Mello sacó su teléfono móvil, viendo la hora.

-Ey, creo que mejor me voy a ir-. Dijo el rubio, levantándose.

-Vale-. Sonrió Near. -Avísame cuando llegues por favor-. Mello asintió, y los dos se dieron un último beso antes de que Mello se fuera.

Pero...

No tardaría en volver a verlo.

[...]

Mello se dirigía hacia su casa, hasta que recibió una llamada de Matt.

-¿Si?-. Preguntó el rubio, cogiendo el teléfono.

-¡Eh tío!..., Buah me encuentro fatal..., V-Ven a mi casa anda-. Pidió.

-Está bieeen-. Sonrió Mello. Colgó y se dirigió a la casa de Matt.

[...]

Mello llegó a casa de Matt y tocó la puerta. Fue recibido por un aspecto desaliñado de Matt, quien fingía estar enfermo.

-¡Oh, tío! Estoy tan mal...-. Se quejó Matt, llevándose una mano a la frente.

Mello rodó los ojos, pero no pudo evitar sonreír. 

-Vamos, Matt, ya sabes que no te creo ni una palabra. ¿Qué tramas?-.

Antes de que Matt pudiera responder, la puerta se abrió de par en par, revelando a Beyond, Linda, Light, y Elle, todos con sonrisas conspiratorias en sus rostros.

-¡Sorpresa!-. Gritaron al unísono.

Mello parpadeó, confundido, mientras todos le lanzaban serpentinas y confeti.

-¿Qué diablos está pasando aquí?-. Preguntó Mello, mirando a su alrededor.

-Mello, amigo, necesitas aprender a confiar en nosotros-. Dijo Light con una risa.

-¿Qué es esto? ¿Una fiesta?-. Preguntó Mello, sin poder ocultar su sorpresa.

-¡Exacto!-. Exclamó Linda, dándole una palmada en la espalda. -¡Celebramos que todo ha salido bien con Near!

Mello se quedó en silencio por un momento, procesando la información. Matt se acercó y le dio un fuerte abrazo.

-¡Felicidades, Mello!-. Dijo Matt. -Sabíamos que eras capaz de superar cualquier cosa-.

-Oh, vamos, no te pongas sentimental-. Intervino Beyond. -Solo queríamos hacer algo especial para ti.

Mello, emocionado y agradecido, sonrió ampliamente. 

-Gracias a todos. No me lo esperaba-.

La fiesta continuó con risas, bromas y música. Todos compartieron anécdotas y risas, creando recuerdos que atesorarían en el futuro.

-¡Brindemos por Mello y Near!-. Anunció Elle, levantando su vaso.

-¡Salud!-. Gritaron todos, chocando sus vasos en un gesto de celebración.

La tarde transcurrió llena de alegría y camaradería, mostrando la fortaleza de la amistad que compartían. Mello se sintió agradecido por tener a estos amigos tan leales a su lado, y la sorpresa se convirtió en una celebración inolvidable.

La tarde de celebración y risas marcó un giro emocional en la vida de Mello. A medida que la música se desvanecía y la risa se calmaba, los amigos se dispersaron, dejando a Mello en un momento de reflexión. Caminó hacia la ventana y miró las estrellas, recordando el dolor que había experimentado con la pérdida de su hermano.

Recordó las noches de insomnio, los días llenos de lágrimas y el sentimiento abrumador de desesperación. La muerte de un familiar había dejado cicatrices profundas en su corazón, pero gracias al amor incondicional de Near y el apoyo constante de sus amigos, Mello había encontrado una forma de sanar.

La historia de Mello no solo era la historia de un amor floreciente, sino también un testimonio de la fortaleza de la amistad. A través de los momentos difíciles, Mello había aprendido a confiar en otros, a permitir que la gente entrara en su mundo y compartiera su carga. Descubrió que, aunque las heridas del pasado no desaparecían por completo, el amor y la amistad podían actuar como bálsamo curativo.

Con el tiempo, Mello había aprendido a recordar a su familiar con cariño en lugar de dolor. La tristeza no desapareció por completo, pero se convirtió en un recuerdo silencioso de lo preciosa que era la vida y cuánto significaban los seres queridos.

La historia de Mello no era solo sobre superar la pérdida, sino sobre el poder transformador del amor y la amistad. A través de las risas compartidas, las lágrimas derramadas y los abrazos reconfortantes, Mello había descubierto que, incluso en los momentos más oscuros, la luz de la conexión humana podía iluminar el camino hacia la curación.