Alec estaba saltando de la cama de Jace a la de Magnus.

Alec estaba completa y exageradamente feliz.

Jace, que iba entrando, se le quedó viendo. Sus pequeños ojitos dorados entrecerrados. -Jace seguía molesto porque Alec había defendido a Magus aquella vez de la cámara-.

-Binca en tu cama -le dijo.

Alec lo ignoró y siguió saltando en ambas. Traía puesta su pijama de vaquita y una bola color lila abrazada.

Jace no aguantó la curiosidad. -¿Tienes una mantita nueva?

¿Por qué Alec tenía una mantita nueva y él no? ¿Habían traído regalos y el no sé enteró?

Alec negó, se bajó saltando de la cama de Magnus, y corrió fuera de la habitación antes de que Jace insistiera. No podía decirle porque era "ulta secreto". No podía decir el "ultra", pero no importaba. Era secreto.

Cuando Magnus volvió del comedor, Alec lo abrazó y le dio lo que traía entre sus brazos.

-¿Qué es, Aleg? -Magnus sonrió mientras desenvolvía la tela-. ¿Es una mantita nueva? Es suavecita como tu vaquita.

-¡Es para ti! ¡Me lo dio Alice! Dijo que no dijera a nadie -su boquita quedó en una "O" y luego la cubrió con sus manitas.

Alice dijo "Ulta secreto".

-No me la dio Alice, Magus. Yo la encontré. Era el tesoro perdido... -Alec asintió, con sus ojos azules muy abiertos, y con un puchero. Era la verdad, Magnus debía creerle.

Magnus lo vio entonces. Era una pijamita, como la de Alec, sólo que no era una vaquita.

-¿Es un gatito? Los gatitos no son de este color y...

-¡Es un gatito especial como tú! ¡Pontela ya, Magus!

Magnus la miró un momento. Él nunca tuvo nada así en su casa. Acaricio la tela con su manita y luego la llevó a su nariz, olía como la vaquita de Alec.

-¡Anda, Magus! -Alec lo arrastró de vuelta a la habitación y lo hizo ponérsela aunque todavía no era de noche-. ¡Siii! -gritó cuando se la puso-. Ahora eres Presi y yo Mu. Vamos a jugar...

Jace los veía desde su cama. ¿Por qué él no tenía una pijama nueva?

Hizo un puchero y fue a buscar a Alice. -Magus tiene una pijama nueva -dijo todavía haciendo pucheros.

-¿Ah sí? -Alice se agachó hasta su altura-. Qué raro. ¿De dónde la habrá sacado?

-Alec se la dio.

Alice revolvió su cabello con ternura. Jace no era malo, sólo estaba celoso. Y ella quería que todos sus niños se llevaran bien y fueran felices, como ahora lo eran Alec y Magnus. -Debió ser regalo de un hada porque Magnus es bueno. Si tú eres bueno, Jace, el hada te traerá una a ti. Sé bueno y ve a jugar con ellos.

-¿Un hada?

Alice asintió. Entonces Jace corrió con Magnus y Alec. -¿Puedo jugar?

Alec lo miró y luego a Magnus. Jace a veces era malo con Magus, ¿y si lo hacía llorar otra vez?

-¿Puede? -le susurró a Magnus.

Magnus miró a Jace y asintió, porque él era amigo de Alec. Alec dio un saltito y luego le dijo a Magnus: -Pero a Jace no besos.

CONTINUARÁ...

Para el siguiente maratón las más votadas fueron Mi princesa y Encadenados ❤