Lo verdadero es siempre sencillo, pero solemos llegar a ello por el camino más complicado.
(George Sand)

* * *

—¿Magnus?

—Clarissa.

—¿Se conocen?

Magnus y Clary se miraron extrañados y después al resto. —Sí.

—¿C-cómo? –la voz, la mano que extendía hacia Sebastian buscando apoyo, y el cuerpo de Jace temblaban completamente. ¿Qué clase de chiste malo era éste?

Tal vez él se había dormido, pensó. Eso era, se durmió y era todo una pesadilla, comenzando por el momento en que besó a un hombre y le gustó.

Nada de esto estaba sucediendo.

Pero entonces Sebastian lo rozó al pasar a su lado para adelantarse a su hermana, "Tal vez deberíamos volver al ensayo. Pueden, y tienen, que hablar después", y Jace supo que no era un sueño. Todo esto era real, la vida burlándose de él, acomodando todo en su sitio, revelándole su verdadero yo.

Aquel que incluso él mismo no conocía, que no se permitió conocer por miedo a avergonzar o molestar a Robert Lightwood.

—¿Cómo se conocen? –Alec preguntó a Magnus, sus manos siempre sobre su rostro y su cuerpo; no dispuesto a avergonzarse, ocultar o negar de nuevo su amor por él. Ya no.

Magnus hizo una mueca al darse cuenta de lo tontos que habían sido.

Todavía podía sentir su corazón latir acelerado, su rostro debía ser un desastre por los restos de lágrimas, y sus piernas cada vez más débiles.

—Fuimos compañeros. Te conté de ella. Mi amiga que volvía al país, desde París, por su boda...el mismo fin de semana que tenías planes familiares... –la voz de Magnus se hizo cada vez más pequeña, al darse cuenta de las muchas pistas que no vieron.

Alec resopló y lo atrajo a sus brazos, ambos se relajaron al contacto del otro. Magnus suspiró y después soltó una risita. Alec rió también.

Hasta que Robert Lightwood tiró de Alec. —Mira, Alexander, realmente no me importa lo que está pasando aquí. Simplemente dejen de hacer una escena indecente ustedes dos. Vuelve a la sala y tú –miró a Magnus como si fuera una cosa, algo no deseado y que podía hacer desaparecer–, tú, simplemente retírate. No eres bienvenido aquí, ni en ningún lugar cerca de mi familia.

Alec se soltó de la mano de su padre, pero antes de que dijera algo, Magnus tomó su brazo y lo hizo mirarlo. —No, no vale la pena. Te veré luego.

Robert gruñó algo como "Ya veremos".

Pero los hermanos Morgenstern, que temblaban por el coraje, no dejaron de la escena terminara ahí. Hablaron a la vez:

—¿Indecente? –preguntó Sebastian no dispuesto a quedarse un minuto más si Robert consideraba el abrazo entre su hijo y su novio indecente, porque él tenía intenciones de ser "indecente" con Joseph sin tener que ocultarse o sentirse juzgado.

En el mismo momento que Clary carraspeó. Su mano sobre el hombro de su hermano. —Disculpe, señor Lightwood, lo respeto como padre de Jace. Incluso si no coincido con su forma de tratarlo y manejarlo a su antojo –y ahí se acabó la mujer sumisa y novia "perfecta" que Robert creía era Clary–, pero no voy a permitir que maneje mi vida también. Primero y lo más importante, si por "indecente" se refiere a lo que creo, le recuerdo que mi hermano, mi único familiar y por lo tanto alguien que siempre estará en mi vida, es gay y tiene un novio que lo hace perfectamente feliz. Y segundo, usted no manda en mi boda. Yo invité a Magnus y se queda. Sólo él puede decidir no estar presente, porque quiere y no porque usted lo presione...

—Clary –Jace sonó a punto de ahogarse, incluso si su mirada estaba en Sebastian.

—Galletita, no hay problema –Magnus le sonrió–, en realidad no quiero estar. De haber sabido a qué familia te estabas uniendo, yo no habría venido. Lo siento.

—¿Qué? –Clary los miró confundida. Si era novio de Alec, ¿qué tenía contra todos los Lightwood?–. ¿Por qué?

—Tal vez después de cuente mi historia. Después de tu luna de miel supongo que podemos hablar y retomar contacto. Aunque –miró de Sebastian a Jace– tal vez deberías hablar con tu prometido y tu hermano primero. Creo que hay algo que debes saber antes de dar el "Sí".

Sebastian todavía miraba mal a Robert.

—¿De qué habla Magnus? –preguntó a su hermano y luego miró a Jace.

Sebastian suspiró y apartó la mirada por fin. Podía quedarse a la boda y luego irse. —Nada importante. Fue un malentendido, en realidad. Tu amigo sólo conoce una mínima parte. Tú amas a Jace, me consta, y mereces ser feliz, hermana. Simplemente sigue adelante...

Y Clary le creyó porque era su hermano y él no le mentiría.

—Por fin, alguien sensato –Robert alzó sus dos manos exasperado–. Volvamos y ustedes, Alexander...

Pero antes de que Clary tomara su mano, Jace dijo: —No.

Robert, que había sido el primero en adelantarse hacia la sala, volteó. —¿Qué? Por Dios, no empieces ahora tú, Jonathan. Ya hablamos de esto...

—No, tú hablaste, tú me dijiste que no se podía cancelar, tú argumentaste que "Qué dirían los invitados", tú quieres que tu apellido se una al de Clary. Tú quieres un nieto que no va a llegar porque Clary piensa seguir estudiando y ser una profesionista antes de formar una familia. Y, por fin puedo decírtelo, quieres un nieto que no llegará porque me gusta el Morgenstern equivocado.

El silencio, ese que dicen podría escucharse un alfiler caer, ese fue el que se presentó después de las palabras de Jace.

Entonces Magnus arrastró a Alec más cerca y susurró sólo para él: —Tu hermano y Sebastian se besaban cuando yo llegué. Por eso mi molestia.

—¿Qué? –Clary preguntó. Tenía que haber entendido mal.

—Clary, no eres tú –Jace la tomó de las manos y miró esos ojos verdes, los mismos que tanto le gustaban, pero en la persona incorrecta–, pensé que te quería, y te quiero, pero no de ese modo. No me habría importado atarme a una vida infeliz y vacía ni ser egoísta y hacértelo a ti, de no ser por aquel día, la fiesta a la cual no te presentaste. Ese día yo...

Fue sólo un susurró: "Besé a un chico... Y me gustó".

—¿Qué?

—No quiero que lo culpes a él, porque no es su culpa, ni siquiera me ha dado la oportunidad –presionó con fuerza las manos de Clary–, yo no sabía que era tu hermano, yo...

Clary se soltó de él, lo empujó y casi al mismo tiempo le dio una bofetada con fuerza, mientras gritaba: —¡¿BESASTE A MI HERMANO?! ¡A MI HERMANO DE ENTRE TODOS LOS MALDITOS HOMBRES, JACE!

—¡Oh, por Dios! –Maryse, que venía a ver a qué se debía otro retraso más, cerró la puerta para evitar que alguien escuchara.

Pero demasiado tarde. Una mano la detuvo. —¿Qué? –era Joseph.

Sebastian lo miró con pánico. —No, no. Así no. Déjame explicarte...

—Eso estoy esperando –Joseph alzó una ceja, sus ojos de plata ardían, pero no iba a precipitarse. Amaba a Sebastian lo suficiente para confiar en que había una explicación.

—Clary –empezó, porque su hermana era más importante ahora–, yo...

Pero Robert gritó: —¡NO! ¡NO JONATHAN! Definitivamente no, con Alexander basta. Y él ya aprendió todo lo malo que puede pasar si insiste en eso... ¡Tú no! Tú eres un buen hijo, siempre lo has sido. NO. ERES. GAY.

Magnus negó y le susurró algo a Alec. Pero Alec lo detuvo, entrelazando sus manos. —No tengo nada que hacer aquí. Voy con mi corazón, voy contigo, Magnus.

Ellos caminaron sin mirar atras.

Los gritos y palabras incomprensibles quedándose ahí, mientras ellos avanzaban.

—¡Y TÚ, ALEXANDER, REGRESA AHORA MISMO Y SUELTA A ESE TIPO!

Alec se detuvo durante un largo latido que a Magnus le pareció eterno, antes de dar otro paso y luego otro y otro. Como si no hubiera escuchado nada.

Porque no, ya no había nada que Robert Lightwood pudiera hacer para apartarlo de Magnus.

Nada.

(O eso creía).

CONTINUARÁ...

Maratón esta semana 🙌

Saben que estamos en recta final... Así que depende de cómo se desarrollen estos capítulos, podría terminar la historia en este maratón 💔💔

Pregunta, ¿quieren leer la escena de lo que sucede después de que Magnus y Alec se van o simplemente saber lo que sucedió (es decir, sólo por referencias cuando ellos se enteren)?