Me muero por besarte, dormirme en tu boca, me muero por decirte que el mundo se equivoca 🎶❤

* * *

Hay quien dice que con un beso no se siente nada, que no hay mariposas en el estómago, que tu piel no se eriza, que no es como si el mundo dejara de existir y fueran sólo dos...

Alec sabía que esas personas mentían o nunca tuvieron el beso con la persona correcta.

Porque, dios, aunque sabía que debía contenerse, porque estaban frente a una niña -y muchos más-, porque las cosas entre ellos todavía no estaban bien del todo, porque había mucho que hablar y decidir, él se perdió en el beso.

Las manos de Magnus estaban sobre su rostro, suaves y cálidas, acariciando sus mejillas, inclinando un poco su cabeza mientras sus labios se movían sobre los suyos, lento y suave, apenas tocándose, cepillándose juntos, Magnus lo acariciaba con sus labios más que besarlo, alejándose un poco antes de volver.

Una mano de Magnus se enredó en el cabello alborotado de Alec, manteniéndolo en su lugar, como si pensara que iba a desaparecer, que era un sueño y podía irse de nuevo. Sus ojos estaban cerrados, mientras una de sus manos seguía en su rostro, sus dedos resbalando sobre su mejilla caliente, pero no era gracias a sus manos que podía reconocer al hombre que estaba besando.

Alec había cambiado, pero Magnus creía ver -incluso con los ojos cerrados- al niño que lo salvó esa noche de tormenta y prometió protegerlo siempre, a su príncipe, su héroe, su pequeño corazón.

Ojalá pueda llegar a conocerte de nuevo, Alexander, a este nuevo tú, tanto como conocí a mi pequeño ángel.

Dicen que antes de morir parece pasar toda tu vida ante tus ojos... Magnus definitivamente estaba más vivo que nunca, pero, de algún modo, eso le sucedió. Cada momento al lado de Alec se repitió tras sus párpados, mientras sus labios se rozaban.

No era un beso atrevido o lleno de pasión, era lento, era suave, era dulce, con sabor a chocolate, con sabor a pasado, un beso de dos pequeños corazones que crecieron separados y hoy volvían a estar juntos.

Las manos de Alec estaban aferrando el frente del disfraz de Magnus, como si él también pensara que podía desaparecer. Temblando, todo Alec temblaba, Magnus bajó sus manos hasta sus hombros mientras rompía el beso con una última caricia sobre sus labios ligeramente entreabiertos, después a sus costados, manteniéndolo firme.

Alec se estremeció un poco, sus ojos se abrieron lentamente, azul, brillante, perdiéndose en el verde dorado.

Y ese, esos ojos azules, eran el cielo que Magnus había perdido por culpa de Robert Lightwood.

Quería hablar, decirle que aunque el pasado no podía borrarse, tenían el presente para lucharlo juntos, curar las heridas del pasado...

...pero no pudo. Había un nudo en su garganta. Así que sólo lo abrazó tan fuerte como pudo, sus frentes juntas. Se aferraron uno al otro.

"Magnus" susurró Alec. "Lo sé" Magnus respondió, porque lo hacía, no sólo sus corazones eran iguales. "Lo sé, Alexander".

Alec se dejó abrazar, no quería ver o sentir a nadie más, ¿podía quedarse en brazos de Magnus para siempre?

-¿Qué está pasando aquí? -Alec sintió la risita de Magnus cuando escucharon esa inconfundible voz femenina.

-¿Alec? -Alec se separó de Magnus, sólo un poco, para ver a Bianca-. Oh, dios, mírate.

Alec se sintió ruborizar y más cuando la pequeña niña dijo "¡Alec y Magnus se casaron! ¡Otra vez!" y una ceja de Alice se alzó: -¿Recuerdas lo que te dije, Alec?

CONTINUARÁ...

Describir besos de me da horrible 🙈 creo que ya lo he dicho, ustedes imaginen que fue perfecto 😭❤

¿Y recuerdan lo que Alice le dijo? 🙊😂

Volvió Bianca 🙌

¿Y qué creen que está haciendo Izzy mientras tanto? ¿Y los niños? 👀