22. El sacrificio de Alec
Para quienes querían un flashback de Alec, de cómo sucedió todo, cuánto le dolió, etc., aquí está 💔. Para mí, es importante leer, para que entiendan a Alec, pero es su decisión. Gracias a quien lea ❤ y a quien no, hasta el siguiente capítulo...
* * *
[Cuatro años antes]
<<Alec había estado feliz -y asustado- al pensar en su mamá embarazada. ¡Maryse iba a cumplir su sueño!
Había una mezcla de emociones mientras el chófer los llevaba a casa. Jace le había dicho a Izzy que Robert había descubierto sus reuniones con el abogado, sabía que Maryse buscaba el divorcio, pero también sabía que estaba embarazada, no le haría nada, ¿cierto?
Incluso alguien como Robert, no heriría a una mujer embarazada, a su esposa.
Alec había sentido su corazón desbocado mientras más se acercaban a la casa de los Lightwood. Iba retorciendo sus manos. Izzy había tomado una de las suyas cuando llegaron, Robert los estaba esperando, su expresión era ilegible y eso daba más miedo incluso.
-Estamos juntos -había susurrado Alec a Izzy. Él nunca las dejaría, ni a ella ni a su mamá. El plan había sido irse juntos. Todavía podían, ¿cierto?
¿Cierto?
Alec quería llorar, pero no lo hizo. Se puso frente a su hermana, entre ella y su padre adoptivo.
Entonces algo cambió en la expresión de Robert Lightwood, pareció suavizarse, casi sonrió. Puso una mano en el hombro de Isabelle y la empujó suavemente. -Ve con tu madre. Ella necesita una mujer con ella ahora.
Izzy abrió los ojos muy sorprendida. Robert nunca la había considerado una hija. Asintió y corrió después de una última mirada a Alec.
-Ven conmigo, Alexander -Robert lo detuvo cuando él también iba a ir tras Izzy. Lo guió hasta su despacho. Jace ya estaba ahí. Su hermano, aquel con el que compartiera sus primeros años en Pequeños Ángeles, lo miró con decepción y luego volvió a lo que estuviera haciendo en su celular.
Robert se sentó tras su escritorio. Alec se quedó de pie, ya que su padre no le dijo nada.
Alec tragó, nervioso, retorciendo sus manos otra vez, evitando la mirada de Robert Lightwood.
-Jonathan ya les dijo que Maryse está embarazada -Robert no estaba preguntando, pero aun así Alec asintió-. Esto cambia algunas cosas, Alexander. Así que tenemos que aclararlas.
Alec lo miró entonces. Un rayo de esperanza apareció. Aunque Robert era el villano de su cuento, el dragón que lo mantenía alejado de su príncipe, a veces tenía uno que otro gesto noble con él, nunca como con Jace, pero había días buenos, muy escasos pero le hacían pensar en lo que sería haber sido adoptado por alguien que realmente lo quisiera...
Tal vez Robert Lightwood iba a decirle que, aunque ya iba a tener un hijo biológico, todavía los quería. Que no cambiaba que eran sus hijos por decisión, que los había adoptado y ya eran...
-Sé lo que lo que tu madre planeaba -el tono de Robert rompió cualquier ilusión-. Sé que estaba viendo al abogado de esas mujeres raras, las enfermas que adoptaron a tu amiguito...
-Ellas no...
La mirada de Robert lo hizo callar. -Sé todo. Fue iluso de su parte creer que podían engañarme, que podían ganarme. No me habría importado que Maryse, tú y esa chiquilla se fueran, por eso no había hecho nada, pero el médico me acaba de informar del estado de Maryse y eso lo cambia todo. Maryse se queda conmigo hasta que nazca el bebé que espero por su bien sea niño.
-P-pero...
-Nada. Si después de eso quiere irse con ustedes, son libres. Mi hijo y Jonathan se quedan conmigo.
-¿Jace? -Alec no quería creerlo, Jace era quien dijo "Siempre juntos", él nunca...
Jace apartó su mirada del móvil entonces. -Eso no es todo, Alec. Hay algo más importante, si es que quieres que Maryse sea feliz.
-Exactamente. Jonathan entiende y espero que tú igual, Alexander. Demuestra que no eres tan tonto. Esto solucionará dos problemas en uno. Tú vas a dejar de ver a ese amigo raro tuyo, es peor que si fuera huérfano, parece haber aprendido de esas mujeres que se dicen sus madres. Un hijo mío no será...
-Pero yo lo amo. Magnus es...
Alec ni siquiera lo vio levantarse antes de sentir el golpe en su mejilla. Cayó por el impacto. Vio a Jace ponerse de pie, pero no hizo nada.
-Vas a dejar de verlo si quieres que tu madre tenga una posibilidad de crecer con su bebé. De otro modo, bueno, yo me vería obligado a quitárselo, o tal vez el bebé ni siquiera llegue a nacer...
-Pero es tu hijo -Alec sintió lágrimas caer.
-Jonathan es mi hijo y es perfecto, ese bebé aún no lo sabemos. Pero de ti depende, Alexander. Y no se te ocurra contarle a nadie. Isabelle puede regresar a un orfanato. Tu querido amigo podría perder a sus madres o tener un accidente, nunca se sabe. Y tu madre...creo que te ha quedado claro. Es tu decisión completamente.
-Pero... Pero... Tú no puedes...
-Eso era todo. Puedes retirarte. Si dices algo a alguien, lo sabré.
-¿Jace?
Jace ni siquiera lo miró. -Es lo mejor, Alec. Tú ya estabas cambiando.
* * *
Alec había ido a ver a su mamá. Ella estaba feliz por su embarazo, ni siquiera sabía que Robert ya sabía de su reunión con el abogado.
-Robert está feliz, Alec. Me ha pedido perdón. Está ilusionado con mi embarazo, me pidió no salir para no arriesgarme, es un milagro y no podemos perderlo. Él va a cambiar, me lo prometió por el bebé. Nuestra vida va a mejorar, nuestra familia...
Alec e Izzy se habían mirado.
Entonces Maryse extendió sus manos hacia ellos. -Ustedes siguen siendo mis hijos, nada ha cambiado. Pero, ustedes entienden, ¿cierto? El bebé merece una familia. Podemos darle una oportunidad a Robert.
Izzy hizo una mueca, pero aceptó dar una oportunidad. -Sólo si realmente cambia -al menos contigo.
Alec no dijo nada. ¿Cómo podía arruinarle esto a su mamá? ¿Y si Robert cumplía y les hacía daño?
* * *
Los siguientes días fueron horribles. Magnus le envió mensajes, muchos:
"¿Cómo está tu mamá, Alec? ¿Vas a tener un hermanito?"
"Debes estar ocupado, lo entiendo, los bebés ya están fuera de peligro, ¡Mira!" -y una foto de dos bebés-.
"¿Alec, estás bien? Hablé con Izzy y dice que no estás enfermo, pero no quieres hablar conmigo. ¿Te hice algo?"
"¿Alec, puedes, al menos, decirme qué hice? ¿Por qué ya no quieres ser mi amigo?"
"¿Alec? Te quiero. Por favor. Alec."
"¿Cómo está mi corazón?"
Alec había llorado tanto con ese último. Pero no podía responder los mensajes ni las llamadas, no sería capaz de decirle que no quería verlo más, era más fácil que creyera que lo ignorara.
Entonces, un día lo escuchó en el pasillo. Robert dijo: -Está en su habitación, sólo toca, Magnus.
No. No. No. No.
-¿Alec? -Magnus tocó un par de veces-. Alec, sé que estás. Tu papá me dijo. Alec, dime lo que sea. Vamos a arreglarlo. Tú y yo contra todos, mi príncipe -lo último lo susurró pero Alec, tras la puerta, lo escuchó.
Alec corrió a esconder sus sollozos en la almohada. No podía, no podía hacerlo.
Pasaron semanas antes del último mensaje de Magnus:
"Estoy en clases. Tengo a mis mamás, Alice y Bianca. Tengo dos grandes amigas, Izzy y Camille. Tengo a los niños, ya les puse nombre. Pero me falta lo más importante, tú, me falta el corazón. No sé que sucedió, Alec, pero está bien, ya lo entendí. Eso último no era necesario, fueron palabras muy fuertes. Te quiero, te lo demuestro, y por eso te dejo. Adiós, que seas feliz, mi pequeño corazón."
Alec nunca entendió qué palabras, pero era mejor así.
Eso no evito que lloró cada noche, solo, hasta quedarse dormido.
Evitaba a Jace y a Robert.
A Izzy le dijo alguna mentira hasta que dejó de insistir.
Vio a Maryse cambiar con su embarazo, su vientre se abultó y su sonrisa estaba siempre presente. Maryse era feliz y Alec supuso que valía su corazón roto.
* * *
Cuando Max nació, Alec estuvo en el hospital toda la noche. Estuvo tras el cristal cuando llevaron al bebé a los cuneros. Era tan chiquito. Él tenía que cuidarlo.
-Un varón -dijo Robert orgulloso-. Puedes elegir el nombre, Alexander.
Alec lo odiaba, lo odiaba tanto, pero susurró "Max", como el personaje que él y Magnus amaban.
-Es tan bueno -dijo Maryse-. Mira cuánto ha cambiado, te dejó elegir el nombre, Alec.
-Claro, mamá -Alec intentó sonreír-. ¿Eres feliz?
-¡Mucho! Mucho, Alec.
Entonces valió la pena.
* * *
La valió por la primera vez que Max abrió los ojos y centró su mirada en él.
La valió por la manita de Max aferrando su pulgar siempre que podía.
La valió por el pequeño Max gateando hacia él, caminando hacia él.
La valió por la primera vez que dijo "Ale. Ale".
Lloró un poco cuando se convirtió en "Aleg".
La valió por el primer "Te quiero mucho, Aleg".
Después se encontraron con Magnus en aquella pastelería, cuatro años después, el día de su cumpleaños, y Alec se dio cuenta que -aunque no se arrepentía de haberlo hecho por Max- no podía seguir sin su corazón.
¿Podía recuperarlo? ¿Todavía podía? ¿Magnus todavía lo querría?
Ya no era un niño. Tenía diecinueve, pronto veinte. Podía enfrentar ya al mundo por su corazón. Podía defender a su príncipe porque ya era grande.
Si sólo Magnus todavía quisiera... Si lo quisiera...>>
CONTINUARÁ...
Ahí estuvo un poco de Alec 💔😭 el siguiente volvemos a la historia, la respuesta de Magnus 😞
Gracias a quien leyera ❤
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