Hole in the middle of my heart like a polo and it’s no joke to me, so we can we do it all over again. If you’re pretending from the start like this, with a tight grip, then my kiss can mend your broken heart I might miss everything you said to me. And I can lend you broken parts that might fit like this and I will give you all my heart, so we can start it all over again 🎶

[Un agujero en el centro de mi corazón como un polo y no es chiste para mí, así que podemos hacerlo todo de nuevo. Si pretendes ir desde el comienzo así, con un puño fuerte, y luego mi beso, puedes reparar tu corazón roto, podría olvidar todo lo que me decías. Y puedo prestarte piezas rotas que encajarían así y te daré todo mi corazón, así que podemos hacerlo todo de nuevo]

👆 recomendación ❤

* * *

<<¿Realmente querías dejar de ser mi amigo? ¿No me extrañaste? ¿No pensaste en mí todo este tiempo?>>

Porque yo sí, cada día, a cada momento, pensó Magnus. No hay segundo en que no pensara en ti. Cada mañana ponía mi mano sobre mi pecho, sentía los latidos de tu corazón -porque tengo el tuyo, ¿recuerdas?- y pensaba "Te fuiste, Alec, pero también sigues aquí. Nunca te irás"-. Y, dios, cómo dolía.

Estar con Max y Rafa, con aquellos pequeños que vi crecer desde sus primeros días, eso me hacía animarme un poco. Cuando ellos tomaban mis dedos entre sus manitas diminutas, y sus enormes ojos -azules y marrones, respectivamente- me miraban con curiosidad.

Ir a la universidad, volver a Pequeños Ángeles, ver a mis mamás y hablar con Camille. Esa era mi vida en aquellos días sin ti, Alexander.

Ver las flores y pensar en ti.

Tener antojo de un chocolate y recordarte.

La libreta sin estrenar, todavía en blanco, sobre mi escritorio, gritándome que sí te importaba, que debía haber una explicación.

Las flores secas que guardó desde Pequeños Ángeles, regalos de mi príncipe...

Aprendí, con el tiempo, que así como podía verlas cada que quisiera, era mejor no tocarlas o hacerlo con cuidado para no romperlas. Así comencé a hacer con los recuerdos, para no romperme yo. Así comencé a alejar mi mano de mi pecho, tu corazón latía dentro de mí e intenté no pensar más en ello.

Entonces volviste y aunque duele, aunque abre viejas heridas, tienes razón. No podemos seguir sin aclarar las cosas y darnos otra oportunidad o cerrar definitivamente el ciclo.

"Mañana.

Pero, Magnus, ¿cómo podía no haber extrañado a mi corazón?"

La misma sonrisa tonta, mezclada con un par de lágrimas rebeldes, vuelvo a sentirla al releer el mensaje de Alexander.

Camille, a mi lado, hace una mueca y niega, pero no dice nada. No puede ahora mientras recibimos a los niños que estudian aquí y no son parte del orfanato.

Ella va llevando a los alumnos a sus salones y la hora de entrada se llega sin que Alexander aparezca, estoy por cerrar cuando escucho correr y una vocecita inconfundible "¡Rápido, Aleg! ¡Es tu culpa!".

Sonrío mientras veo a Alexander correr y Max Lightwood tirar de él.

Max lo mira mal antes de saludarme y entrar sin despedirse.

Alexander hace un adorable puchero viendo a su hermanito irse enojado. Sus mejillas ruborizadas por haber corrido. Está sin respiración. Esos ojos azules se iluminan de repente y miro a mis espaldas. Max viene corriendo y abraza las piernas de su hermano mayor. -Te quiero, Aleg -él también hace un pucherito-. ¿Todavía me quieres?

-Claro que sí, Max -Alexander se agacha, abraza a su hermanito y revuelve su cabello-. Siempre, desde que estabas en la pancita de mamá ya te quería. Haces que todo valga la pena. Nunca dudes que te quiero. Con todo mi corazón -me mira cuando dice eso último.

Max limpia sus ojitos grises inundados de lágrimas y entra a Pequeños Ángeles, ya más tranquilo.

-¿Estás bien? -no puedo evitar preguntar.

Alexander también parece haber llorado. -Bien -él no me mira-, hubo una llamada y por eso se me hizo tarde. Max ama venir aquí y se molestó por eso. Pero ya está bien -me mira entonces y sé que no me está contando todo.

No puedo evitar enojarme. ¿Cómo arreglar las cosas así?

Hago una mueca. -Bien. Max sale a la misma hora -pero antes de poder cerrar, él se aferra a uno de mis brazos.

-No, por favor, otra vez no. No tú también. No me odies tú también -Alexander parece a punto de llorar.

-Oye. Yo nunca te he odiado. Incluso con el dolor de estos años, nunca lo hice.

Sus labios tiemblan y no puedo evitar atraerlo hacia mí y abrazarlo. Él me aprieta fuerte. Parece leer mi mente. -No quiero mentirte, es sólo que... Supongo que lo hablaremos en algún momento, pero no ahora. Sólo abrázame y dime que todavía quieres las respuestas.

Alexander toma una de mis manos y deja un chocolate en ella. Siento la gruesa nota pegada a él y me separo para mirarlo mientras lo digo: -Las quiero en persona, si todavía quieres...

Su sonrisa es pequeña, pero feliz, y me parece un logro. -Claro que sí. ¿Después de clases está bien? Izzy puede venir conmigo y llevarse a Max.

-Está perfecto. Ahora, aunque no quiera, debo ir a clases.

Él asiente y se aleja un par de pasos. Antes de que pueda irse, tomo su mano y la pongo en mi pecho, lo pregunto porque creo que lo necesita: -¿Cómo está tu corazón?

Él siente el latido dentro de mi pecho y luego me mira. -Duele menos si estoy contigo.

Oh Alexander.

-Hasta al rato, Magnus.

CONTINUARÁ...

¿Qué creen que pasó con Alec?

Muchos dijeron que no quieren leer flashback, no estaba segura de hacerlo, pero algunos comentarios me hicieron darme cuenta que es necesario que vean cómo realmente han sufrido ambos, tanto Alec como Magnus, para entenderlos porque muchos creen que sólo Magnus ha sufrido y sólo a él le dolió. Pero comprendo que no todos quieran leerlo, entonces lo que haré será poner una nota y así pueden saltarse los capítulos si quieren. No les había dicho, esta tercera parte será más larga que las dos primeras. Espero no aburrirlos. Gracias por leer, votar y comentar ❤

El maratón de esta semana es Encadenados, por si quieren saber 🙌