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12. Mírame y dame una oportunidad

Mírame, soy el mismo hombre del que te enamoraste, ese que te hacía reír y era un desastre. Soy el tipo aquel, sólo mírame a los ojos, desnudémonos el alma entre sonrojo, sólo mírame, si lo haces te juro que destrozaras mí rol de tipo duro, si me miras bien me volverás a ver... 🎶

Alec llegó a Pequeños Ángeles demasiado temprano. Tanto que él y Max no pudieron respetar a Izzy, así que iban solos.

La razón era fácil, quería hacer las cosas correctamente. Y aunque no quería escudarse en la razón de su decisión hace años, como había dicho Izzy que Magnus lo vería, sí quería hablar con Magnus abiertamente. Sí quería que supiera sus intenciones...

Los ojos de Magnus se abrieron sorprendidos cuando vio a Alec y a Max.

Todavía no había llegado ningún niño, incluso los de Pequeños Ángeles todavía estaban alistándose en sus habitaciones antes de ir a desayunar.

Alec sentía su estómago lleno de mariposas, no sólo las que sentía desde niño con Magnus, también muchas revoloteaban con miedo a que esto saliera mal.

-Hola, Magus -Max se había adelantado a saludar, haciéndolos sonreír a ambos.

-Hola, Max, ¿por qué llegan tan temprano? ¿y dónde está tu adorable hermana?

Max juntó sus manitas y las puso a un lado de su rostro, inclinándose un poco. Luego, con los ojos cerrados, susurró: -Izzy duerme... Y ronca.

Alec y Magnus, ambos, rieron. Este último dijo: -Creo que mejor no le decimos eso a ella.

Max asintió, aunque no entendía.

-Es muy temprano, ¿quieres esperar un rato con Alec o quieres pasar? Puedes ir a ver a Max y Rafa a sus habitaciones...

Magnus todavía no terminaba cuando Max ya estaba asintiendo y dando saltitos. -¿Dónde? ¿Dónde?

-Yo te llevo...

La mano de Alec en su brazo lo detuvo. -Magnus, me gustaría hablar contigo, por favor.

Magnus lo miró un largo momento. Sus miradas, azul y verde dorado, entrelazadas. Al final asintió y señaló un pasillo. -Puedes esperar en mi oficina mientras llevo a Max con mis niños.

Mis niños.

Alec asintió y fue hacia donde le dijo.

* * *

El amor es un ángel que se viste de demonio cuando se arruga la piel. El amor siempre nos viene envuelto de regalo, y como niños le arrancamos rápido el papel, al principio no dejamos ni un segundo de jugar, pero luego siempre acaba en el desván, y entré polvo y polvo, sólo soledad! 🎶

La oficina estaba en la misma ala que la habitación que ellos habían compartido. La ventana tenía la misma vista que ellos tuvieron durante su infancia.

Alec se acercó a la ventana. Uno de sus dedos tocó el cristal. A él le gustaba cuando llovía y las gotas resbalaban como lágrimas, le gustaba ver las gotas rodar hasta desparecer, como si fuera un llanto terminando.

Siempre pensaba en Magnus. La lluvia y el llanto, las sonrisas.

Recargó su frente contra el frío cristal y suspiró. Cuando sus ojos se llenaron de lágrimas, los cerró.

No escuchó a Magnus entrar, hasta que sintió su mano sobre su hombro. -¿Estás bien, Alexander?

Los párpados de Alec revolotearon, sus pestañas húmedas, se giró para enfrentar a su pequeño esposo. Fue una sonrisa triste. -¿Te importa? ¿Todavía te importa si lo estoy?

Magnus también sonrió con tristeza. Limpió las mejillas húmedas de Alec, antes de alejarse. -No puedo evitar que me importe, Alexander. ¿De qué quieres hablar?

* * *

Mírame, soy el hombre que al final siempre te espera, el que con su primer sueldo fue corriendo aquélla tienda a comprarte una pulsera. Sólo mírame, como antes y juguemos otra vez a ser amantes. Sólo mírame, si lo haces lo dudo que lo nuestro volverá a ser de otro mundo, si me miras bien, me volverás a ver... 🎶

Magnus fue hasta su escritorio, obviamente poniendo distancia entre ellos, y se sentó, sin dejar de mirarlo.

Alec se recargó contra el cristal, aunque lo que quería era ir y pedírselo como hace años, ¿beso?, un abrazo. Algo.

-Tú y yo tuvimos una historia peculiar, especial. Nadie puede decir que entrega su corazón a los tres años, pero tú y yo lo hicimos. No importa lo que pasó después, no importa lo que nos separó, los caminos que tomamos, las malas o buenas decisiones, yo te di mi corazón y no me arrepiento.

Magnus no dijo nada, sólo comprobó que estas dos semanas iban a abrir viejas heridas.

-Yo te amé y sé que me amaste. Nos amamos, aunque el mundo dice que a esa edad no se sabe del amor, tú y yo lo sabíamos. Cuando me pasé a tu cama, porque aquel niño lloraba y mi corazón dolía, yo supe que te iba a amar. Y no me arrepiento, Magnus. Siento haberte herido tanto, pero no me arrepiento de haber ido a ti ese primer día.

Magnus apartó la mirada. Él tampoco se arrepentía.

-Siento haberte roto el corazón por no saber luchar, desde entonces, por ti.

-No lo rompiste -habló Magnus, por fin-. Mi corazón va contigo, ¿recuerdas? ¿Cómo está mi corazón?

Ambos sintieron lágrimas rodar por sus mejillas, como la lluvia que Alec imaginaba.

-Roto -susurró Alec-, el que late en mi pecho está roto.

Magnus asintió, con una sonrisa triste. "Éste también".

* * *

Una y otra vez saltamos al vacío, esperando ilusionados que haya red y le pedimos al tiempo lo imposible. Más que ser un clavo pero no la piel, si dejamos de vestirnos de rutina, nuestros besos no podrán envejecer y bailemos otra vez en la cocina, sólo pido antes de irte mírame 🎶❤

Alec se acercó a Magnus, deteniéndose a un par de pasos frente a él.

-Yo sé que nunca vamos a olvidar ese tiempo en Pequeños Ángeles, tampoco los años siguientes buscándonos en la distancia, ni nuestro corto tiempo juntos en el reencuentro. Y mucho menos estos años horribles. Y tal vez no merezco tu perdón, pero tengo estas dos semanas, bueno, una y media ahora, y quiero intentar algo nuevo. Tenemos el pasado, pero yo quiero el presente contigo y ganarme un futuro, quiero ganar tu corazón como cuando fuimos Ángeles, Magnus.

Magnus levantó el rostro, cuando la mano de Alec bajo su barbilla lo obligó.

Alec tomó la otra y dejó en ella un chocolate. -Hay tanto que quiero decirte, que no sé si me alcancen. Dame estos días y si después me dices que no quieres verme, al menos lo habré intentando.

Magnus lo miró sin decir nada, sin moverse para alejarse o acercarse mientras Alec se acercaba.
Aquellos labios, tan distintos pero tan iguales a los de sus recuerdos, tocaron su mejilla.

Justo cuando la puerta se abrió.

Camille se detuvo.

Alec se separó. -Conozco el camino. Vendremos más tarde por Max. Espero tu respuesta -señaló el chocolate antes de irse.

¿Qué pregunta había en él?



CONTINUARÁ...

Me pasaron varias canciones, voy a intentar usarlas todas ❤
Gracias Su por esta 😻 la canción es "Mírame".

Ah, saben que no me molestan sus opiniones, siempre las tomo en cuanta, pero hay cosas que no puedo cambiar, como mi estilo. Si llevan tiempo leyéndome, saben que me gusta que el avance en las historias y las relaciones sean realistas. Si se desesperan, lo siento mucho 🙈 pero no voy a hacer una reconciliación en dos capítulos, porque no es mi estilo y no va con la historia, ellos han pasado mucho como para olvidar todo y ser novios... Espero que entiendan y gracias por seguir leyendo ❤

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