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𝒞ℴ𝓃𝒻𝒾𝓇𝓂𝒶𝓇 ♡

SeungCheol mantenía la mirada fija en el blanco techo, sus labios se fruncieron impacientes provocando que soltará un suspiro desolado.

Volvió su rostro hacia el celular que se mantenía a un lado de la camilla, sus ojos suplicando que el aparato comenzará a sonar, reflejando el nombre de Jihoon en la pantalla. Así había sido desde la última vez que Jihoon lo había visitado.

Trataba de ser paciente, pero, era imposible.

Había hecho tantas llamadas al celular de Jihoon y ninguna fue respondida. Después de unos intentos más, el celular se encontraba apagado.

— Hola cariño — Dijo la señora Choi con amor, entrando a pasos gráciles, besando la frente de su hijo como saludo — ¿Cómo te has sentido?

— Mal, ya quiero ir a casa, ya quiero regresar a la escuela junto a Jihoon  — respondió con mala cara.

La señora Choi sentía los nervios recorrer su cuerpo, no sabía que más inventar, no sabía cuánto más podría seguir así, mintiéndole a su propio hijo. Joshua le había pedido que esperara un tiempo para poder decirle al mayor  lo que estaba sucediendo y cada minuto era cada vez más aterrador que el anterior.

— SeungCheol, por el momento no podrás regresar a casa.

— ¿por qué? — Inquirió desconcertado, sentándose sobre la camilla — Me siento muy bien y mi labio está mucho mejor — Protestó.

Los labios de la señora Choi se separaron ligeramente para responderle a su hijo, pero ninguna palabra fue liberada al escuchar que tocaban la puerta.

El rostro de SeungCheol se iluminó al momento de escuchar esos dos golpes, su mirada fija sobre la entrada, esperando el momento en que Jihoon entrara. Sin embargo su mirada se ensombreció cuando el médico Joshua entró sonriente.

— Buenas tardes — Saludó con una sonrisa esbozada en su rostro, parándose cerca del barandal de la camilla que se encontraba por los pies de SeungCheol, llevó y unió sus manos detrás de su espalda, observando el mal genio en su paciente.

— ¿Ya me dejará ir? — Cuestionó SeungCheol de forma altanera, siendo regañado por su madre.

Joshua miró a la señora Choi y le sonrió como advertencia. Transmitiéndole en ese gesto, que era el momento de decirle lo que estaba sucediendo.

SeungCheol miró a ambos, sintiéndose intranquilo, sus ojos se posaron en Joshua que tomaba asiento junto a él, en la camilla.

— No puedo dejarte ir SeungCheol, Por lo menos, no por un tiempo — Explicó lo más suave y tranquilo.

SeungCheol lo miró desafiante, no estaba de acuerdo, ya no había tenido una crisis, se sentía mucho mejor, podía tomar sus terapias como lo hacía antes, entonces, ¿Por qué ese afán de retenerlo?

— SeungCheol, comenzaremos una nueva etapa en tu recuperación, una más estricta.

— Eso ya me lo ha dicho muchas veces, pero no entiendo ¿por qué Jihoon no viene a verme? Él nunca me ha dejado solo — Se colocó de rodillas, acercándose a Joshua para tomar su camisa con súplica  — ¿Usted puede llamarlo? Mi mamá lo ha intentado y no funciona.

Joshua dejo escapar un suspiro, sabía lo que vendría después de lo que diría — No puedo — Respondió solemnemente — Yo le pedí a Jihoon que no viniera a verte — Confesó.

SeungCheol al escucharlo perdió el equilibrio, sentándose nuevamente sobre la camilla. Su rostro helado se volvió hacia su madre y sus cejas se contrajeron cuando la divisó sin hacer ni decir nada.

— ¿pero por qué? — Inquirió aterrorizado, volviendo la mirada inmediatamente hacia su médico.

— Cómo se lo hice saber a él. Tú necesitas separarte un tiempo de Jihoon, es esencial para tu tratamiento.

El corazón de SeungCheol latía velozmente, su respiración era fuerte, como si el aire comenzará a faltar en sus pulmones, tembloroso, cruzó sus brazos, posando la mano derecha sobre el brazo izquierdo y la izquierda en el derecho, apretando fuertemente, dejando sus nudillos de un color blanco — No quiero, no quiero, no quiero — Murmuró entre sollozos.

— Cheolie, cariño — Se apresuró a acercarse a su hijo y tomarlo en sus brazos, pero SeungCheol la rechazó, empujándola sin medir su fuerza, haciendo que se tambaleara, pero logró sostenerse. Había perdido el color en su rostro alarmando a Joshua.

— ¡No me toques! — Grito furioso — Tú lo sabías ¡¡ustedes me estuvieron mintiendo!!

— Lo hicimos — Respondió Joshua, su voz fuerte y segura — estabas saliendo de una crisis, no podía permitir que entraras en otra.

— Necesito ver a Jihoon, debo verlo — Insistió, comenzando a levantarse de la cama — Él no pudo aceptar, ustedes lo están obligando — Dijo seguro, su cuerpo temblaba y con dificultad comenzó a colocarse las sandalias que su madre había traído, pero no pudo dar ni siquiera un paso cuando fue detenido por Joshua.

— No puedes verlo, no importa cuánto lo llames, cuánto intentes correr a buscarlo, no podrás encontrarlo — Joshua siempre había mostrado un carácter gentil, un rostro con una sonrisa esbozada, sin embargo, en estos casos debía de mostrarse decidido, debía de ignorar el sufrimiento de sus pacientes y mostrarse de un temperamento fuerte e inquebrantable.

— Cheolie, Jihoon, se fue de la ciudad.

SeungCheol volvió su rostro hacia su madre, su movimiento fue tan lento como si su cabeza estuviera tan rígida que no podía moverla. Su corazón se destrozó cuándo no percibió engaño alguno en sus palabras.  Abrió la boca como si la respiración comenzará a fallarle, sus ojos ya se encontraban inundados de lágrimas. Un grito desgarrador emergió desde lo más profundo de su corazón, liberando una profunda tristeza.

Estaba entrando en una crisis, nuevamente.

Su ceño se frunció al mirar a su médico con odió. Lo empujó para liberarse de su agarre, SeungCheol había dejado salir la fuerza que resguardaba en una apariencia gentil. Se negaba a creerlo, se negaba a creer lo que su madre se había atrevido a decir.

— ¡¡Están mintiendo!! — Gritó una vez más.

— No me crees, ve y confírmalo tu mismo.

SeungCheol apretó los dientes con fuerza, reteniendo su coraje, su dolor, sus lágrimas y salió de la habitación.

— Tranquila, mandaré a alguien para que lo siga, SeungCheol debe darse cuenta por si solo. — Dijo entre un suspiro.

SeungCheol caminaba por las oscuras calles, su mano sobre su pecho, como si temiera que su corazón se saliera. No sabía si el camino era el correcto, en ese momento no le importaba, solo quería llegar a la casa de Jihoon y ver su rostro, que sus manos acariciaran su cabello y lo abrazara.

Las escasas personas que transitaban, lo miraban con gestos extraños, se hacían a un lado para no tocarlo, como si SeungCheol fuera una peste y temieran a ser contagiados.

A pesar de que daba pasos muy poco equilibrados y sentía que en cualquier momento podía caer al suelo, no desistió.
Cuando sus ojos encontraron la casa que conocía a la perfección, se apresuró a correr torpemente, su mano se deslizó sobre su pecho lentamente al ver las luces apagadas.

Sentía temor.

Retrocedió un paso, inseguro, aterrado en confirmar lo que su madre había dicho.

Mordió su labio y apretó sus manos en puños, se acercó a la puerta y la golpeó.

Un golpe.

Dos golpes.

Tres

Cuatro

Cinco

Perdió la cuenta de cuántas veces golpeó y pateó la puerta gritando con todas sus fuerzas el nombre de Jihoon, suplicando que saliera, diciendo que lo necesitaba, que necesitaba decirle tantas cosas, que no quería esto, que odiaba a su médico, que odiaba a su madre por estar de acuerdo y al final, débilmente, diciendo que lo amaba.

SeungCheol cayó al suelo y se abrazó a sus piernas.

Ahora entendía por qué Jihoon insistía que debía irse.

Jihoon lo había abandonado.

No le importó que rompería su corazón, se había ido, sin siquiera tener el valor de decírselo.

SeungCheol estaba destrozado, no le importaba estar tirado en el patio y ensuciar su ropa, no le importaba nada.

Comenzó a toser a causa del llanto, el cuál cada vez era más fuerte, era insoportable lo que estaba sintiendo.

Sentía ganas de morirse.

La persona que amaba, la que estuvo a su lado siempre, sosteniendo su mano, acariciando sus cabellos, cuidándolo de todo y de todos, había desaparecido.

Esto era peor que recibir las agresiones de los demás, que escuchar sus insultos y recibir un golpe.

El dolor era definitivamente indescriptible.


Doble Capítulo porque se lo merecen 🤧♥️
Quiero también agradecer el amor que le han dado a esta pequeña historia 🤧♥️♥️
Lxs amo

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