CAPÍTULO 2
"Hoy caeras"
Hope Henderson.
Seguía escapando de mi, como si yo no pudiese notar todo lo que provocó en él.
Lo busque, di vueltas en esta gran casa y no logré verlo, llegué donde adasme y Eider y pregunté directamente por él, Eider se ofreció para ir a buscarlo y yo me quedé a solas con una de mis mejores amigas.
— ¿Aún no cae? — sonreí ante el descaro de la pregunta.
— No pero te juro que de hoy no pasa.
— ¿pretendes meterlo a tu cama?
— Ojala fuese así de fácil, sabes que león me las pone difícil, el piensa que aun soy una niña, sabiendo que soy mayor que el.
— esa mayoría es solo por meses, y mi hermano está cerrado en verte como la niña que creció a su lado.
— Hoy le demostraré que ya no soy una niña.
— ok, no quiero mas detalles, recuerda que es mi hermano.
— y ustedes mis confidentes — dije cuando Eider llegó a donde estábamos nosotros.
— Suerte esta noche pelirroja — me dijo Eider sonriendo, ellos sabían que yo anhelaba a León, no sabía si estaba enamorada, pero si tenía claro que necesitaba pasar aunque sea una noche con él. Y hoy era el día en el que se lo diría cara a cara.
Lo busque con la mirada u el me sonrió del otro extremo de la casa.
Camine hacia él y justo cuando estaba por llegar a su lado me interceptan, eran mis amigos de la secundaria, todos vailaron a mi alrededor y lo que vi me hizo sonreír, lo vi hirviendo de celos, mirandome como si deseara que el fuese a quien le bailaba, decidí seguir con el juego, baile con mis amigos hasta que sus celos fueron tan lejos que tuvo que dejar de mirar, vi sus puños apretados cuanod se giro y caminó en dirección al segundo piso.
Me escape de mis amigos agradeciendo su visita y sus regalos que estaban en un extremo de la casa.
Subí las escaleras caminando hacia la habitación que tenía León en esta casa. Entre en silencio y el estaba recostado, con una almohada en la cara, me acomode sigilosa a su lado y le abrace tocando sus abdominales, él se voltea y me mira con sus lindos ojos claros.
— Hope deberías estar abajo celebrando.
— prefiero estar aquí contigo — acario su mejilla y el suspira, se que nota lo que siento, mi corazón alborotado mi respiración errónea, sin evitarlo y con un claro objetivo me acerque a sus labios.
Sus labios suaves se juntan ocn los míos, el respo de de forma débil y dulce, pero yo necesito más, necesito que sienta aquello que llevo intentando tratando de demostrarle desde hace unos años.
Agilice nuestro beso y mi lengua se poso en sus labios, me monte sobre el, y note aquello que intentaba ocultar cada vez que pasaba la noche con él.
Gemimos ante el roce y me detiene.
Me levanta como si fuese una pluma, no me mira, se estira en la cam y noto su evidente ereccion.
Me acerco evitando que se encierre, me arrodilló a su altura, le giro para que me mire, que vea el deseo en mis ojos, que vea mis labios hinchados por esos besos.
— no vuelvas a besarme Hope, esto no puede pasar....
¿No puede pasar? Te informo que acaba de pasar.
— ¿por qué?, no me rechazaste — dije para que me viera firme ante lo que deseaba.
— por favor no lo vuelvas a hacer
— ¿no te gustó? — pregunté confusa dabiengiendo aún su ereccion en los pantalones.
— Si — suspira — presisamente por eso, no lo vuelvas a hacer.
—hace mucho que me muero por saber como besas, — confesé llena de valor — porque tienes a todas las chicas de la preparatoria locas por ti.
— por favor hope, no juegues con fuego — sonreí al imaginarnos envueltos en pasión — eres una mujer muy guapa, ya no eres una niña que se lanzaba encima de mi cada vez que nos veíamos, debes aprender a controlar tus formas de demostrar cariño, yo no soy de fierro, no vuelvas a montar te así sobre mi y mucho menos a besarme — lo observó sin decir nada, teniendo claro que esta conversación no cambiará mi objetivo — Hope, eres muy guapa, cada día estas más sexy — sonreí ante aquello — y te suplico que no me pongas en esta posición, porque no quiero hacer algo de lo que los dos nos podamos arrepentir.
— yo jamás me arrepentiria...
— No sabes lo que dices princesa, no te perderé por no poder controlar mis hormonas.
— por favor león, ambos somos adultos, ambos sabemos ocmo remediar esta tensión.
— no me acostare contigo Hope, eres como mi hermana.
— León, ambos sabemos que hermanos no somos, y odio que me trates como una niña, mas teniendo en cuenta que la mayor soy yo... — me acerque a él — y se perfectamente lo que hago...
Bese sus labios de forma suave y el cerro los ojos.
— hope por favor...
Me monte sobre él y comencé a moverme — necesito que seas más claro con lo que pides... — me restrwgue contra el y gimió — no se si quieres que me detenga o que siga... — sus manos fueron a mis caderas y me presionó mas a sus cuerpo, ahora yo era la que gemia, busque sus labios y nos besamos, seguí con el movimiento, mordi su labio de forma provocativa y el siguió con sus besos hacia mí cuello, sentí la succión y sonreí al saber que mi piel quedaría marcada por él, aquel hombre que deseaba hace años.
Mis manos se colaron acaloradas hacia sus abdominales, gemk ante la maldita sensación de tenerlo bajo mi cuerpo.
Sus manos fueron a mis muslos, mi vestido ya estaba en mis cadera, y teniendo en cuenta que solo llevaba un pequeño tanga sentía sus manos calientes en mis glúteos, quería que sus dedos se hundieran en mi, y viera la humedad que generaba en aquella zona.
Envuelta en deseo quite su camiseta, baje dejando besos por su pecho y bajando a un claro objetivo de envolver mis labios en aquella ereccion, le demostraría que no soy una niña, al menos eso intente, pero me detuvo.
Me sacó debajo de su cuerpo y se marchó, dejándome ahí llena de deseo, mis ojos se llenaron de lágrimas ante la irritación.
Me quedé ahí, esperando que volviera, pero jamás volvió, me limpie las lágrimas y sonreí, baje a lo que quedaba de la fiesta, ya era de madrugada, por lo que no quedaba muchas personas en casa, camine por la casa y algo llamó mi atención, gemidos con su nombre.
Me acerque al baño que estaba ne el primer piso y mi corazón se partió, no podía hacer esto, no después de confesarle que le deseaba, no después de todo lo que dije...
— León... — gemia la pelirroja, sus ojos se posaron en los míos y León se percató de mi presencia, intento cubrirse y yo simplemente salí de ahí, no corrí ni nada, no me sentía ni siquiera con las fuerzas necesarias.
Camine hacia mí cuarto y me encerré, no podía sentirme así, siempre he sido una mujer fuerte y decidida, jamás he llorado por un hombre, porque cuando quiero a alguien lo tengo, porque eso de que los hombres elijen a quien se follan es mucho más válido para las mujeres, de todos modos nosotras somos las que decidimos si seguir adelante o no.
Pero me sentía vulnerable, me hubiese gustado aquel regalo de cumpleaños que soñé tanto, yo con él, envueltos en sudor y gemidos, pero el decidió pasar su calentura con alguien más.
Aqeulla noche me dormí con el corazón encojido, con lágrimas en los ojos, pero me levante nuevamente llena de energía, sabía que no le era indiferente, y me aprovecharía de ello, pero por supuesto debo mantener la distancia, de cierto modo ayer me había rechazado y ti obviamente estaba dolida.
Baje hacia el primer piso y estaba mi hermana pequeña Holly tomando desayuno junto a mis padres.
— Buenos días familia — sonreí
— Buenos días princesa — me saludo papá, mamá por su parte me dejo un beso en la frente cuando me senté a comer.
Caminamos juntos hacia el lugar donde habíamos hecho la celebración anoche y nos acomodamos en el sitio donde estaban los regalos.
Primeramente abrí una pequeña caja que me estaba etiquetada como, " te amamos. Papás" abrí el envoltorio y vi una llave.
Los mire y sonreí sabiendo lo que significaba.
Salí corriendo hacia el patio y vi aquel coche que deseaba desde los 15, manejaba hace mucho, pero siempre en el coche de mamá o papá, y ahora por fin tenía el mio propio, salte de alegría al ver aquel jeep rosado.
Me vi montada en el, haciendo un viaje a la playa junto a mis mellizos favoritos y a... León.
Intente eliminar aquella sensación de mi pecho y salte en los brazos de papá.
— Muchas gracias papá — lo solté y fui donde mamá — son los mejores.
— solo por el coche — dijo mi madre herida.
— sois los mejores aunque me regales una pañoleta, los adoro. —
Tomé mi celular y tomé una foto, se lo mande a adasme mostrándole mi amado regalo.
Ella respondió con un grito eufórico, diciendo que debo ir a su casa para poder ver aquella maravilla de cerca.
Le dije que apenas termine de abrir todos los regalos hiria hacia allá.
Volvimos hacia dónde estaban los regalos y seguí abriendo el regalo de mi hermana pequeña, seguí abriendo los regalos, el del tío Dann con tía ale, adasme y eider, y deje de lado aquel nombre.
Tenía muchas cosas, entre los regalos venía ropa, carteras, una nueva billetera y como olvidar una botella de alcohol regala por mis mejores amigos de la preparatoria.
Tome aquel regalo de león aun sin abrir y me monte a mi nuevo coche, avisándole a mis padres que iba a casa de tío Dann.
Llegué y salude a tío dann y tía ale que iban saliendo hacia quien sabe donde.
Les agradecí aquella cadena de oro que venía por mi cumpleaños.
Entre a casa y busque a adasme, hoy a diferencia de otros días me salte aquella puerta.
Mis mellizos favoritos estaban listos para salir, me sorprendí al ver que guardaban ropa en una pequeña maleta.
— ¿se puede saber a donde vamos?
— a la playa por supuesto —
— no le he dicho a mis padres.
— los míos le dijeron a los tuyos, tu madre dijo que te tendría una maleta para que podamos pasar el día en la playa.
Célebre junto a ellos.
Bajamos rápidamente y me tope con León.
— buenos días — me miró intentando tener una sonrisa genuina.
— buenos días — respondí e intente seguir mi camino.
Mucho no logré caminar cuando una de sus manos se aferro a mi brazo.
— hoy no pasaste a mi cuarto a saludarme.
— pensé que querías que mis muestras de afecto se detuvieran — él suspiro.
— no me refería a que dejases de saludarme o que desde ahora intentes evitarme.
— Deberías pensar mejor en las cosas que quieres león, estas entregándome señales confusas.
— definitivamente no quiero confundirte — dijo, pero no supe a qué responder a eso — con respecto a lo que viste anoche...
— no necesito que me expliques lo que vi, se muy bien lo que estaba sucediendo, definitivamente fue un gran regalo de cumpleaños — me solté de su agarre.
— Que querías que hiciera Hope?
— que no arrancarás como un cobarde, quizás el regalo que esperaba era que estuvieses ahí toda la noche conmigo.
— si me quedaba ahí contigo, en ese cuarto ambos sabemos lo que hubiese pasado.
— pero preferiste a una pelirroja sin nombre para cojerte en el baño. Tu elección fue clara.
Camine hacia la salida y vi a los mellizos viendo el coche ilusionados, guardaron aquella pequeña maleta y León se acercó al coche y vio su regalo aún sellado.
— saldrán? — preguntó el y yo solo asentí.
— no vienes león? — preguntó adasme.
— Al parecer no — dijo el alejándose del coche y ganándose a mi lado.
— Di quieres ir puedes ir a por tus cosas, no creo que nada ocurra en un viaje a la playa.
— Así será nuestra amistad de ahora en adelante?
— pensé que había sido clara con mis intenciones.
— ya no merezco ni que abras mi regalo?
Le mire y vi sus ojos tristes.
— Lo abriré hoy dentro del día, es solo que no me sentía de ánimos para ver lo que compraste para mi sabiendo que ahora mantendré mi distancia.
— no quiero que mantengas tu distancia Hope, solo quiero... — no supo cómo seguir.
— León seamos sinceros. Ni tú sabes lo que quieres, y te tapas solo en una estúpida escusa.
El suspiró sabiendo que decía la verdad, caminó hacia su dormitorio y yo mire a los mellizos, ambos estaban en silencio escuchando nuestra charla, yo me encoji de hombros y subí al coche diciéndole a Adasme que fuese de copiloto.
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