Capítulo 16
Revelaciones
Hope
Mire mi teléfono y noté que las manos me temblaban, por primera vez en años escribí lo que tanto quería decirle y se lo envié, escribí aquello que sólo le revelé a mi madre aquella noche en el hospital.
Lo odiaba, y quería seguirle odiando, no se merecía mi perdón, si, él había perdido mucho, pero yo también, y yo no me fui y desaparecí por dos años, yo si me quede aquí a sobrevivir y ser responsable con las desiciones que tomé.
Me levante de la cama con los ojos empañados, busque mi pijama y puse una película para poder pensar en otra cosa.
La película comenzó y vi el comienzo de esta sin ninguna interrupción, hasta note ruido en el jardín de la casa.
Me asome y vi aquel auto que conocía demasiado bien, él estaba estacionado se en el jardín de mi casa, mi corazón empezó a latir desvocado, mis piernas temblaron y mis ojos sin previo aviso se llenaron de lágrimas. Él tenía ese poder sobre mi, lograba desequilibrar mis emociones.
Se bajo y me vio en la ventana, negué con la cabeza dejándole entender que no bajaría a hablar con él, busco algo en sus bolsillos y me mostró aquella llave que de lo hace poco más de dos años para que entrase y se escabúllase en mi habitación.
Tomé algo para abrigarme y baje en silencio.
— ¿qué haces aquí? — dije al abrir la puerta.
— vine a decirte que pelearé por nuestra amistad, por eso volví, no podía seguir con este odio hacia mi padre y lejos de ti.
— te tardaste demasiado en darte cuenta.
— lo se. Pero hoy estoy aquí y espero que no se tarde.
Sonreí de manera genuina.
— quieres recuperar mi amistad o volver a mi cama.— su mirada se iluminó y sonrió de esa menera que amaba y en ese momento retrocedí, no había notado lo cerca que estábamos.
— no negaré la última opción, pero me gustaría que primero volvieras a verme como antes...
— es difícil, pasaron demasiadas cosas...
— pártanos por una salida entre amigos, si quieres puedes invitar a Diego.
Asentí ante una sensación tranquilizadora que invadió mi pecho.
— Una salida y veamos como sale.
— ahora deberías irte, no quiero que mamá te vea aquí.
— mamá sabe de lo nuestro — le mire sin entender — Hoy discutí con Dann, me enfrento, quería saber porque había regresado y mamá escuchó, discutieron y le abofeteó por aquella decisión de hace dos años.
— Lo siento.
— Yo no, siento que me quite un peso de encima, necesitaba conversarlo con alguien, necesitaba saber que ella no pensaría lo mismo que él.
—mi madre también lo sabe — lo mire y el dejo de respirar por varios segundos.
— ¿se lo contaste?— asentí — ¿cuando? — mi pulso se aceleró al recordar aquella noche.
— no importa el cuando, se lo conté.
— y aún así cuando me vio corrió a abrazarme.— sonrió de forma genuina.
— Quizás la reacción de tu padre nos predispuso a que todos reaccionarían igual, yo aquella noche, buscaba que ella me gritara, me recriminara las cosas, así como lo hizo tu papá, pero lo único que hizo fue abrazarme, y al parecer era lo único que necesitaba.
— ¿pasó algo que no me estás contando?
— no me pidas que confíe en ti después de todo, dijimos que avanzaríamos de a poco, no me preciones.
El asintio, nos quedamos ahí sin palabras en silencio por varios minutos, hasta que se acercó y besó mi mejilla y se marchó.
Entre a casa y me apoye en el respaldo de la puerta de mi habitación una vez llegue arriba.
Mi corazón latía desbocado, mi respiración estaba irregular y de pronto noté la humedad en mis mejillas.
Toque mis brazos, aquellas marcas que aún no desaparecían por completo.
Me limpie las lágrimas y me recordé aquello que mamá me decía, eran marcas de mi lucha, y demostraban que había ganado.
Me acoste y dormir hasta el otro día.
——
Los días habían pasado y por fin era fin de semana.
Estábamos en una Fiesta, era pasada la media noche, yo estaba bailando, ellos me miraban de forma fija y yo simplemente los ignoraba.
Había decidido que no bailaría con ninguno de los dos, ambos querían ser cordiales y lo entendía, pero también me frustraba quería seguir mi vida, disfrutando con aquel tío con el que follaba actualmente y sin esconderme de aquel tío que ya me folle.
Llegue a la barra y le vi, estaba bebiendo de forma descontrolada.
— ¿Mala noche?
— Comparada con la tuya al parecer cualquiera es mala noche.
— tu quisiste ser cordial con él...
— ¿y por eso merezco que me ignores?, o peor que me restriegues en la cara a ese imbecil que viene tras de ti hace más de un año.
— sabes que lo nuestro no es exclusivo —intente justificar mi manera de actuar, aunque ni yo me entendía.
— Si, eres libre de bailar y follar con quien quieras, pero me hubieses ahorrado la puta invitación, porque para verte follar con otro, prefiero quedarme en casa.
Se levantó de la barra de licores y camino, yo me planteé delante de él y le dije.
— deberías relajarte y divertirte, mira todas esas mujeres que te miran con lujuria...
El me miró y en sus ojos vi tristeza.
— lo nuestro no es exclusivo, pero tú sabes perfectamente que no me follo a nadie más...
Se alejó y lo vi caminar a la salida, mi corazón latía de forma irregular, sabía lo que él sentía por mi, pero no podía ser egoísta y mentirle y decirle que era amor, dudaba que en algún momento volviese a enamorarme.
Me senté en la barra a beber y a rechazar salidas a a bailar.
Un olor conocido se acercó a mi y cerré los ojos.
— ¿es tu quinto vaso de martini, pretendes llegar gateando a tu casa?
— ¿te preocupa lo que bebo?
— me preocupa que puedas tomar malas desiciones borracha.
— las malas decisiones que tomé las tome todas en mis cinco sentidos, y aquí estoy.
— me sorprende que Diego esté lejos.
— dije algo que lo lastimo. Últimamente estos dos años al parecer me volví una cabrona cuando se trata de el.
Sonrió y aquello hizo que lo mirase directo a los ojos.
— tu me volviste una cabrona.
— puedes culparme de lo que quieras, pero ya eras cabrona antes, te metiste por mis ojos, se que no lo vez, pero te advertí, ambos sabíamos que esto acabaría mal, y ahora te empeñas en ver que todo el error fue mío.
— tienes razón, ambos tenemos la culpa, pero es más fácil culparte a ti por marcharte.
Intenté ponerme de pie y caí en sus brazos.
Sentí los aplausos de alguien y me volteo a verlo.
— supongo que ya no me necesitas.
Vi sus ojos rojos, había fumado, aquello me bajo el alcohol de la cabeza e intenté acercame a él.
— lo nuestro...
— ¿sabes cuándo y cómo comenzó lo nuestro ? — miró a Leon — un par de meses después que te fuiste, ella logró salir del agujero donde la dejaste metida, yo fui y tan idiota me acerqué a ella en una fiesta, en este mismo local. Estaba súper borracha e intenté ser un puto caballero y la rechacé aquella noche, pero si nos besamos, joder había besado a aquella mujer que me gustaba por años, a la cual me mantenía lejos por ti, mientras tú te la follabas — le mire, intenté que se callara, sabía que estaba en un subidón de adrenalina y que luego se arrepentiría – cuando por fin me dio una oportunidad, pensé que lo nuestro podría funcionar, ella se entero — mi mundo se paralizó — estaba esperando un hijo tuyo... y lo peor es que lo había perdido...
No lo dejé seguir hablando, le mire a los ojos y le supliqué, mi corazón latía de forma irregular y mi mundo se volvió inestable.
— por favor no sigas...
— de verdad intenté que me amaras, acepté compartirte sin importar que aquellas noches en las que no estabas conmigo estuvieses con otro hombre, de verdad que me lastimaste...
Intenté ser aquel hombre que reconstruía tu vida después de un amor que te había dejado destrozada, de verdad lo intenté.
Se apoyó en mi hombro y sus lágrimas mojaron mi camiseta...
Leon se acercó y me ayudo a cargarlo a su auto.
Manejo sin emitir palabra alguna sobre lo que había escuchado, mi embarazo, aquel que perdí una noche rodeada de copas.
Llegamos a su departamento y lo metimos en la cama, nos montamos en su coche nuevamente pero no llegamos ni a mi casa ni a la suya, llegamos a aquel departamento que jamás logramos compartir.
— ¿Que hacemos aquí?, llévame a casa por favor.
— tenemos cosas que hablar, baja.
Le mire e iba a pelear, no estaba lista para esta conversación, pero merecía saberlo.
Baje y el frío de la calle congelo mis piernas, se quitó su chaqueta y me cubrió.
Entramos al edificio y el conserje nos miró sorprendidos, ambos saludamos como si nada nos invadiera la mente.
Entramos a aquel lugar, los recuerdos de su partida me inundaron, aquel día donde tío Dann nos encontró...
— ¿un embarazo? — dijo el invadiendo mis recuerdos.
Asentí
— no lo entiendo...
— yo tampoco — dije con mi voz apunto de desaparecer.
Nos quedamos en silencio por minutos, no era incomodo, era cada uno envuelto en sus pensamientos.
— una noche salí de fiesta, Diego aún estaba en aquella estapa de respeto, salíamos y nos besábamos, pero jamás tuvimos sexo, todas las etapas anteriores por supuesto que si — hizo una mueca y yo sonreí – bebí demasiado y discutimos el hecho de que yo no quería que nos vieran juntos, me aleje de él y salí a tomar aire... estaba tan molesta, no quería nada serio con nadie, y esperaba que él lo entendiera, unos hombres me acorralaron en un callejón y yo intenté defenderme, por lo que me propinaron algunos golpes. Justo llegó Diego porque notó mi ausencia y se preocupó, fuimos a constatar lesiones, y nos derivaron a la clínica, para hacer el peritaje de los golpes. — mi corazón sintio aquel dolor como si lo reviviera de nuevo— me hicieron un chequeo, el cual incluía una revisión ginecológica para corroborar que no abusaron de mi.
Lo mire, estaba atento, viendo cada reacción.
— esa tarde me dijeron que estaba embarazada, 16 semanas, 4 meses. Debo reconocer que sonreí cuando me dijeron pero el doctor no había acabado de hablar, me dijo que había sufrido una pérdida por los golpes, que mi embarazo se había detenido, que de todos modos me harían una ecografía. Ahí supimos que ya no tenía latidos, me dijeron que debía quedarme un día en la clínica, porque me hicieron un raspado en el utero.
— lo siento.
— no es tu culpa, después de eso entre en una horrible depresión, Diego estuvo ahí, pero no fue mi mejor momento — sin darme cuenta toque mis brazos , él se acercó y noté las lágrimas en su rostro.
— yo debería haber estado aquí, contigo.
— se que te culpo, pero no lo sabíamos, se que si hubieses sabido jamás te hubieses marchado.
— jamás debí marcharme.
—sabes que es lo peor, no lo sabía, ni siquiera lo sospechaba, pero el saber su existencia, y su pérdida me destrozó la vida. Y es algo estupido, porque... ¡por Dios!, que podría hacer una chica de 18 años con un bebé.
— es algo independiente de la edad, yo no lo sabía y ahora que lo sé, siento como si algo faltara dentro de mi.
— después del alta, los primeros cortes aparecieron junto a las crisis de pánico, mamá por supuesto lo noto.
Le dije que podía manejarlo, pero se me fue de las manos de forma literal — intente que sonriera pero su mirada estaba oscurecida — estuve en rehabilitación, pero siempre tendré mis marcas de guerra.
El no dijo nada así que yo continué
— Mamá dice que son marcas de las luchas que gane, y prefiero verlo así...
— no entiendo como no me odia, aquel día, corrió a mi y me abrazo...
— ella dice que fue un proceso de ambos y que jamás se interpondrá en las decisiones que tomamos, mucho menos en las consecuencias.
— debería de llevarte a casa...
— ¿Te quedarás aquí? — pregunté sin saber porque.
— Si, quiero pensar y no estoy listo para ver la cara de papá, no hoy.
— ¿puedo quedarme contigo?
— Claro que si, prepararé el sofá y tú puedes usar la cama.
— No te preocupes, no creo que nada estalle si compartimos cama para dormir.
——————
Holisss casi que no tenemos capitulo, he estado tan atareada que casi no logro terminar de escribir, pero aquí se los dejo.
Espero que me dé la vida para poder tenerles los capítulos, se que esperan con ansias las actualizaciones y se los agradezco.
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