Cap. 11:bayas hasta en las orejas
Pov. Yadira
El sol había salido hace algunas horas, y cuando estaba volando cerca de una gran ciudad el pequeño Cyndaquil comenzó a moverse en mis brazos. Dirigí mi irada hacia él, para verlo somnoliento y bostezando, luego se estiró y como si fuera magia una gran energía apareció y se movía enocionado en mi brazos.
-Vaya pequeñin- le dije mientras lo dejaba a mi lado en el suelo de la plataforma- no sabía que guardabas tantas energías -
El Cyndaquil me miró alegre, se acercó con cuidado al borde de la plataforma y se quedó interesado mirando hacia abajo. Noté como observaba a la gente caminando en la ciudad, de una tienda las personas salían montando bicicletas, de otra salían de una sonrisa o de una cara amargada desde un edificio con muchas luces y música.
-Muy bien, ya terminó la hora de ver el suelo- le dije a la vez que lo tomaba en mis brazos y lo miré con una sonrisa- hay que buscar un desayuno para dos, y espero encontremos un árbol emparedados- y ambos comenzamos a reír.
Nos adentramos en un bosque al sur de la ciudad de bicicletas a buscar bayas. Ambos mirábamos la gran variedad de tamaños y colores de bayas, el pequeño no sabía el sabor de cada una de modo que no sabía cual le gustaría. Mientras buscabamos más bayas, encontré unas muy extrañas con forma de durazno. Una extraña sensación recorrió mi cuerpo y me opté por sacar algunas y ofrecerle al pequeño. Este miraba curioso la baya mientras la olfateaba con miedo.
-vamos solo es una baya, estoy segura que te gustara ya que pareces de naturaleza activa o alegre y...- dejé de hablar al darme cuenta de los conocimientos que tenía sobre naturalezas y...
-La naturaleza de Coco determina su gusto por las bayas dulces, asi como las naturalezas miedosas, activas, alegres e ingenuas. Recuerda que las dulces son como estas bayas Meloc-
La voz de ese chico volvió a resonar en mi mente, sorprendida de escuchar aquellas palabras que nunca salieron de su boca al encontrarnos las veces anteriores.Miré a Cyndaquil quien se encontraba feliz y satisfecho. Aún seguía sin comprender cómo adiviné que aquella baya le gustaría pero decidí pensar eso en otro momento y por ahora lo importante era desayunar.
Reposaba junto a Cyndaquil bajo la sombra de los árboles, mientras el dormía yo miraba relajada la realidad de las personas que cruzaban el bosque; entrenadores, acompañados de sus pokémon valiéndose por ellos mismos, disfrutando las batallas, dando animos a sus compañeros, aprendiendo de las victorias y derrotas. No sabía la razón pero siempre pierdo la noción del tiempo mirando a los entrenadores en acción, desde mis primeros días cuando descansaba mis entrenamientos miraba fascinada a los reclutas practicando e insultándose. Ahora, miraba con atención a los entrenadores que se estrechaban las manos en señal de respeto y de una buena batalla.
-jojojo tanto tiempo sin ver a una muchacha conviviendo de una forma tan natural con los pokémon y su alrededor-
Pendiente de mi entorno,oculté mi rostro con el gorro de la capa y lista para un ataque tomé una pose de pelea, esperando el ataque. Pero grande fue mi sorpresa al ver a un hombre de edad, bajo, algo robusto, algunas canas y una sonrisa de oreja a oreja. Este me miraba alegre y un poco sorprendido, teniendo sus manos en su estómago.
-¡Oh vaya! Tanta energía y experiencia en una joven tan fuerte como tu jajajajajajaj- y comenzó a reír de una forma contagiosa, pero mantuve la postura sin vacilar. El pequeño Cyndaquil se despertó y al verme en guardia en seguida se levantó y se acercó a mi quedando detras de mí y mirando temeroso al hombre, mientras él miraba curioso a mi pequeñin
-Increible, sé con claridad que el pokémon Cyndaquil viene de la ciudad Johto pero nunca vi uno con mis propios ojos,¿te apetece conocer a mi compañero preferido? - preguntó agachado el hombre mostrando en la palma de su mano una pokéball y recibiendo a un Cyndaquil escondido detrás de mí. Me opté por responder y terminar este encuentro.
-¿Quién es usted?¿quiere algo de nosotros? Responda o tendrá graves consecuencias-pregunté con mi voz fría y amenazante, sentí como mi capa era tironeada desde un costado suponiendo que era Cyndaquil. El hombre siguió riendo con su sonrisa de idiota,¿Acaso se reía por todo hasta en un funeral?
-No te preocupes jovencita, estas en la persona más confiable y alegre que puedes conocer. Mi nombre es Watson y soy el líder de Gimnasio de Ciudad Malvalona camino al norte- decía el indicando con su pulgar a él mismo- perdona que te haya interrumpido pero estaba en mi caminata diaria en busca de nueva promesa,¿y usted es..?-
Al escuchar "líder de gimnasio" un escalofrío recorrió mi cuerpo al escuchar las advertencias de Zed en mi memoria;
"-Nunca te encuentres con la asociación pokémon, mucho menos con algún lider de gimnasio. Si algo de eso llega a suceder hace lo siguiente.... -"
Me di vuelta y tomé en mis brazos a Cyndaquil, el líder Watson miraba curioso mi siguiente movimiento y al encontrar un lago comencé a acercarme al agua.
-Mi identidad no es de tu incumbencia, el encuentro que ha sucedido es una simple coincidencia y error- salté al agua sintiendo el cuerpo del pequeñin estremecerse y ocultarse en mi atuendo. Pasaron unos segundos y decidió mirar para buscar el agua que debía mojarle, pero cuando miró se dio cuenta mi habilidad de caminar en el agua y en ningún momento dejaría que un bebé de fuego tocara el agua. Volví mi atención al líder y este me miraba sorprendido- Espero que la proxima vez que nos veamos, me supliques una segunda oportunidad de vida- y con esto me alejé del lugar con toda tranquilad, sabiendo de antemano que no me seguirían.
-¿mami?- el Cyndaquil me miró con un gesto curioso pasados unos minutos del encuentro
-¿Qué sucede Cinder?- le pregunté con una sonrisa rumbo a lo desconocido.
-¿cinder?- movió su cabeza a un lado y ganando una risa leve de mi parte.
-Bueno, debía llamarte de alguna forma,¿O prefieres que te diga Cyndaquil?-le decía mientras acariciaba su lomo y este se relajaba, pero se sacudió y deje de darle cariños.
-¿Ese hombre era malo?- miré algo triste a Cinder, el era apenas un bebé que no concia mi verdadero lado, todavía no le explicaba mis poderes pero sabía que tenía que decirle la verdad.
-En realidad, el mal y el bien es algo dificil de elegir, pero ese hombre es alguien que protege un lugar y lucha por ellos, así como yo te protegeré a ti- respondí a la vez que le hacía unas pequeñas cosquillas a Cinder- pero.... Es momento que te enseñe algunas cosas que debes entender.
Pov. Normal
Mientras Yadira desapareció en la lejania del lago, pasaron unos minutos hasta que Watson buscó en sus bolsillos hasta encontrar un pokegear, presionó unas teclas y en solo unos segundos unas voces se emitían del artefacto y el hombre acercó el pokégear a su oreja.
-Buenos días camaradas. Lamento interrumpirles pero refiriéndome a la advertencia que nos dio el joven Emerald.....era cierta- decía Watson al comunicador- la gran muchcha que nos derrotó alguna vez es alguien completamente diferente. Pero tengo un buen presentimiento sobre su pequeño acompañante, así que requiero una reunión de todos nosotros, el prof. birch y los pokédex holders.- el líder de la ciudad colgó la llamada y acelerando su caminata dio regreso a su gimnasio para la futura reunión.
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Pasadas unas horas, un pokégear zumbaba en un velador, al punto de recibir un monton de llamadas y todas ignoradas hasta que el objeto cayó del velador por el movimiento y se desarmó, dejando por fin el silencio que Ruby quería.
Desde que comenzó el día, no había salido de su habitación ni tampoco de la ventana que iluminaba la sala, preocupando a sus padres acerca de su salud pero él no daba señales de tomarlos en cuenta.
Al igual que sus padres, los pokémon miraban precupados a su maestro desde el laboratorio, luego volvían su vista a las investigaciones donde estaba el Prof. Birch mirando con nostalgia el gran mapa en la pared.
-Es extraño, desde ayer que Ruby dejó de lado la investigación sin razón alguna, ni siquiera me lo explicó. No quiero obligarlo a que vuelva a la investigación, pero por lo menos me debió informar, aunque fui a visitarlo hace unos minutos pero Norman me informó que él muchacho no quería salir desde la madrugada- el profesor dio un suspiro y se sentó en el escritorio revisando las bitácoras - Al parecer ayer aproximadamente a está hora, se registró un derrumbe en la ruta 119 y desde entonces no ocurre nada-
Toc toc toc
El profesor se levantó sin esfuerzo y se dirigió a la entrada del laboratorio en donde al abrir la puerta apareció Norman y detrás de él se encontraba un flygon preparado para el vuelo.
-Birch, tal vez no me interese en lo absoluto lo que sucede con las reuniones y todo eso, pero nos están llamando a una reunión importante sobre tu hija que también involucra a mi hijo- el profesor miraba sorprendido al visitante que seguia con una expresión sería esperando su respuesta, él solo entró a buscar su bolso con las herramientad necedariasde investigación, cerró el laboratorio no sin antes guardar a los pokémon en su bolso y partió rumbo junto a Norman en Flygon a la reunión.
-Oye Norman,¿qué pasó con Ruby?- el líder seguía de brazos cruzados mirando el cielo y dando un pequeño "hmp" de respuesta.
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-Debería demandar a mi padre por agresión - decía Ruby mirando con un ojo morado como se iba su padre en el cielo.
Perdón la demora quisiera saber su opinión acerca de la historia y pido disculpas demorarme unos días
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